Paul Smith
El nuevo año ha abierto
con una serie de enormes caídas en los mercados de valores del mundo y el
espectro de una desaceleración en China arrastrando la economía mundial a la
crisis. El dramático colapso de los precios de las materias primas - en sí mismo
en parte una expresión de la desaceleración en China - ha exacerbado aún más la
situación de un conjunto de economías emergentes que ahora se tambalean al
borde del abismo. Mientras tanto, los países desarrollados, en particular los
países de Europa, se caracterizan por un crecimiento lento y una inflación muy
baja o incluso deflación.
Mientras tanto, las
clases trabajadoras de los países del mundo siguen pagando el precio de la
última crisis que estalló hace 8 años. El capitalismo nunca se recuperó de la
última crisis y ya se enfrenta a una nueva catástrofe!
Aparte de los
marxistas, sólo un puñado de los economistas burgueses más previsores previó el
colapso de 2008 y la crisis económica mundial que venía. En general, la
burguesía mundial fue tomada por sorpresa. Pero a medida que el sistema
financiero comenzó a derrumbarse a su alrededor, miraban hacia abajo al borde
del abismo y tomaron medidas sin precedentes para salvar el sistema financiero.
Se embarcaron en una
política de flexibilización cuantitativa y de tasas de interés cercanas a cero
para tratar de superar la crisis de crédito que amenazaba con colapsar todo el
sistema bancario. Hubo una inyección masiva de capital ficticio, no en la
economía real, no en la construcción de infraestructura, como en el caso del
keynesianismo clásico, sino en los mercados de valores. Esto creó nuevas,
enormes burbujas y nuevos desequilibrios en la economía mundial.
Se evitó una crisis
inmediata, pero lejos de resolver los problemas de fondo se prepararó la base
para nuevas explosiones en la economía mundial. Con estas medidas de emergencia
sin precedentes, el capitalismo mundial entró en un nuevo territorio.
El Financial Times
ilustró esto recientemente cuando se señaló que el mercado de los Estados
Unidos solo ha sido más valorado de lo que está en la actualidad durante las burbujas desastrosas que estallaron
en 1929 y 2000. Un ejemplo de los desequilibrios que se han acumulado fue dado
por el Banco de Pagos Internacionales. Mostró que los bancos internacionales
tienen $ 3.6 billones de dólares de exposición a las economías emergentes. Hace
una década, en la víspera de la caída de 2008, esa cifra era de $ 1.2 billones
de dólares.
Estas burbujas y
desequilibrios sirvieron de base para el crecimiento impulsado por la deuda en
China y las economías emergentes. Pero ahora una desaceleración está teniendo
lugar en las economías emergentes, arrastrado por la desaceleración de China y
la caída de los precios de las materias primas.
Después de años de
depender de deuda barata para impulsar el crecimiento, estos países están
siendo presionados por el aumento de los costos de endeudamiento y la
disminución de la demanda de exportaciones, así como el desplome de los precios
de las commodities.
Con la desaceleración y
la acumulación de problemas, existe ahora una fuga masiva de capitales desde
las economías emergentes. El año pasado las salidas netas de capital de las
economías emergentes fueron de $ 735 millones de dólares y se espera una cifra
en el mismo nivel para el 2016.
Según el Informe sobre
las perspectivas económicas del Banco Mundial, la mitad de los mercados de
valores de los veinte mayores países en desarrollo tuvieron descensos de más
del 20% desde los máximos en 2015.
Las monedas de los
exportadores de materias primas como Brasil, Indonesia, Malasia, Rusia y
Sudáfrica han caído a mínimos de varios años. La mayoría de las monedas de Asia
y América Latina han perdido entre el 24-60% de su valor.
No es casualidad que
con esta crisis financiera en desarrollo y la fuga de capitales esten surgiendo
ahora crecientes escándalos de corrupción. Como bien dijo Warren Buffet:
". Sólo cuando baja la marea se descubre quién ha estado nadando
desnudo" Esta es la razón por la que el liderazgo de Brasil está envuelto
en un gran escándalo de corrupción, precisamente ahora.
Entre algunos comentaristas
burgueses ha habido una cierta ilusión de que podría haber un paralelismo entre
la situación actual y la caída de las bolsas asiáticas de 1998. Sin embargo, es
necesario poner en perspectiva la importancia de las economías emergentes en la
economía mundial en la actualidad. Por ejemplo, después de la crisis financiera
asiática, la economía de Estados Unidos creció un 4,5% en los próximos 2 años.
Sin embargo, mucho ha cambiado desde entonces. En 1998 los EE.UU. representaron
el 32% del PIB mundial, mientras que ahora representa sólo el 24%. Por otro
lado, en 1998 el mundo emergente representaba el 20% del PIB, mientras que
ahora representa hasta un 40%. La economía de Estados Unidos ya no ha sido el
principal motor de la economía mundial en los últimos tiempos.
Esta es la razón por la
que la debilidad en China y las economías emergentes está arrastrando el
crecimiento global a la tasa más débil de expansión desde la crisis financiera
global de 2007-2008.
Como resultado de la
desaceleración de China y las economías emergentes, el Banco Mundial ha
recortado su previsión de crecimiento mundial en 2016 del 3,3% al 2,9%. Pero
eso es todavía demasiado optimista. Se basa en la mejor variante para el
capitalismo que no habrá más shocks y de
alguna manera el capitalismo mundial se las arreglará para salir del paso este
año. Pero ya desde esa revisión de las previsiones se han producido nuevos
desarrollos. De acuerdo con Bank of America, Merryl Lynch, durante los primeros
9 días de negociación bursátil este año $ 5,7 billones de dólares desaparecieron
de los precios de las acciones globales. Eso es más que el PIB combinado de
Francia y el Reino Unido.
En la segunda quincena
de enero el colapso continuó, seguido de una leve recuperación, que tal vez
podría ser descrito como un "rebote del gato muerto", porque los
mercados de valores en febrero una vez más han estado plagados de desplomes.
Por un lado, la burguesía
no es tomada completamente por sorpresa esta vez - que ha estado luchando para
hacer frente a las diferentes etapas de esta crisis desde hace 8 años, pero,
por otro lado, todavía prefiere cerrar los ojos ante la magnitud del problema, engañándose
a sí misma con que se cumplirá la variante optimista. En gran medida se trata
de una ilusión.
Sólo los estrategas más
perspicaces del capitalismo están haciendo sonar las campanas de alarma. En
particular, están preocupados de que los principales bancos centrales se están
quedando sin municiones. Se dan cuenta de que las soluciones a la última crisis
- tasas de interés de casi cero o negativas y una inyección masiva de capital
ficticio en forma de flexibilización cuantitativa - sólo crearon las bases para
una nueva etapa de la crisis del capitalismo mediante la creación de nuevas
contradicciones.
El capitalismo ha entrado
en un período muy tormentoso, de aumento de la inestabilidad que amenaza con
sumir a la economía mundial en otra recesión. Al mismo tiempo, cada vez hay más
conflictos geopolíticos, muchos de los cuales son una expresión de la crisis
económica. Hay una crisis del cambio climático que tendrá repercusiones
económicas catastróficas Las migraciones masivas de pueblos como resultado de todas
estas crisis políticas y guerras civiles aumentará a medida que se desarrolle
la crisis climática y exacerbará aún más los problemas económicos que enfrenta
el capitalismo.
En resumen, las
perspectivas para el capitalismo mundial son catastróficas.
(Contribución de Paul Smith, de la
delegación de Polonia a la discusión general del Congreso Mundial del Comité
por una Internacional de Trabajadores CIT)
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