Mostrando entradas con la etiqueta clases sociales. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta clases sociales. Mostrar todas las entradas

¿Existen las clases sociales?

Posted by Nuestra publicación: on martes, agosto 24, 2010

.
Marcos Roitman Rosenmann, La Jornada.mx

.

Los detractores del socialismo no pueden oír hablar de la existencia de explotación, imperialismo o explotadores. Se muestran iracundos cuando algún comensal o interlocutor les hace ver que las clases sociales son una realidad. Los portadores del nuevo catecismo posmoderno, dicen tener argumentos de peso para desmontar la tesis que aún postula su validez y su vigencia como categorías de análisis de las estructuras sociales y de poder. Lamentablemente, sólo es posible identificar, con cierto grado de sustancia, dos tesis. El resto entra en el estiércol de las ciencias sociales. Son adjetivos calificativos, insultos personales y críticas sin altura de miras.
Yendo al grano, la primera tesis subraya que la contradicción explotados-explotadores es una quimera, por tanto, todos sus derivados, entre ellos las clases sociales, son conceptos anticuados de corto recorrido. Ya no hay clases sociales y si las hubiese, son restos de una guerra pasada. Desde la caída del muro de Berlín hasta nuestros días las clases sociales están destinadas a desaparecer, si no lo han hecho ya. El segundo argumento, corolario del primero, nos ubica en la caducidad de las ideologías y principios que les dan sustento, es decir el marxismo y el socialismo. Su conclusión es obvia, los dirigentes sindicales, líderes políticos e intelectuales que hacen acopio y se sirven de la categoría clases sociales para describir luchas y alternativas en la actual era de la información, vivirían de espaldas a la realidad. Nostálgicos enfrentados a molinos de viento que han perdido el tren de la historia. Para seguir adelante, hay que renovar, buscar conceptos en un mundo novísimo.
Sin duda en las dos últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI han emergido procesos sociales, económicos, políticos y culturales que no sólo han reinventado la realidad sino los conceptos para describirla. Ello no es acontecimiento novedoso. La historia está llena de estas vicisitudes donde se inventan palabras. Basta leer libros de tecnociencias, informática, bioquímica o neurociencias para comprobar lo dicho. Incluso, una academia tan conservadora como la española de la lengua se ve obligada, cada cierto tiempo, a incorporar voces que emergen de la vida diaria hasta convertirse en una realidad difícil de soslayar. Sin embargo, no debe caerse en el absurdo de tirar el niño con el agua sucia dentro. Nuevas voces no invalidan las ya existentes. Pueden complementar o enriquecer el lenguaje.
La posibilidad de caer en el absurdo a la hora de renombrar objetos, oficios y situaciones, está a la orden el día. Los casos son variopintos. Así, nos podemos encontrar que un cocinero se ha convertido en un restaurador de alimentos; los recreos en los patios de los colegios, han pasado a denominarse segmentos lúdicos y los bares se consideran zonas de avituallamiento rápido. Esta moda sólo aporta confusión.
No es lo mismo un concepto viejo que otro anticuado. El imperialismo existe por mucho que les pese a quienes plantean su muerte en beneficio de la llamada interdependencia global o globalización. Su definición sigue siendo válida en tanto explica a) la concentración de la producción y del capital que dio origen a los monopolios; b) la fusión del capital bancario e industrial y la emergencia de una oligarquía financiera; c) el poder hegemónico de la exportación de capitales frente a las materias primas; d) la formación de las trasnacionales y reparto del mundo entre las empresas; f) las luchas por el control y el reparto territorial del mundo entre países dominantes; y g) facilita comprender las formas de internacionalización de los mercados, la producción y el trabajo.
Por consiguiente, los cambios del imperialismo señalan su versatilidad y capacidad de adaptación en medio de los cambios profundos que sufre el capitalismo. La globalización como concepto no sustituye al imperialismo como una realidad. Saber que el imperialismo actual dista del imperialismo del siglo XIX es sentido común y no requiere de muchas cábalas. El imperialismo goza de buena salud. Otro tanto ocurre con el concepto de clases sociales. En la actualidad muchos científicos sociales prefieren hablar de estratificación social y estructuras ocupacionales antes que acudir al concepto de clases sociales para explicar las desigualdades, la pobreza o la indigencia. Los ejemplos pueden continuar. También los conceptos de explotación y colonialismo internos ha caído en desgracia aunque la semiesclavitud, la trata de blancas y el trabajo infantil y el dominio étnico sean una realidad cada vez más extendida en el planeta. Es este contexto adverso para el pensamiento crítico donde ve la luz, en América Latina, una nueva realidad que trata de explicar este rechazo al uso de conceptos y categorías provenientes de la tradición humanista y marxiana: la colonialidad del saber y del poder.
Bajo el manto de parecer posmodernos, integrados a la llamada sociedad de la información y partícipes de la globalización neoliberal, se renuncia a ejercer el juicio crítico. Es más cómodo dejar de pensar, apoyándose en una supuesta caducidad de los conceptos, que darse a la molestia de averiguar cuáles son y han sido las transformaciones sufridas por las clases sociales durante las últimas décadas. Ello supondría reflexionar, atributo del cual carecen los nuevos robots alegres de pensamiento sistémico.
Por último sirva como provocación señalar las diferencias entre conceptos viejos y anticuados. La ley de gravitación universal tiene más de cinco siglos, por su data es desde luego longeva, pero sigue siendo válida. Quienes duden de su pertinencia, les aconsejo un ejercicio práctico, déjense caer de una altura de 50 metros y comprobaran si la ley de gravitación universal es anticuada y caduca. Lo mismo ocurre con las clases sociales. Negar su existencia es, por decir lo menos, un acto de ignorancia.

CHILE: DATOS DE LA CAUSA

Posted by Nuestra publicación: on miércoles, diciembre 09, 2009
Andrés Figueroa Cornejo
Diciembre 7 de diciembre.


De acuerdo a un conjunto de cuadros otorgado por el académico chileno, Alejandro Saavedra, al 2002, las relaciones y porcentajes de las clases en Chile se dividían en un 62 % de trabajadores que viven de un salario a cambio de la venta de su fuerza laboral a uno o más capitalistas; un 7 % de empleadores; un 2,9 % de empleados públicos; un 0,4 % de directivos del Estado; un 5,1 % de directivos de la empresa privada; un 16,6 % de trabajadores por cuenta propia; y un 5,4 % de empleados domésticos.
-
En términos convencionales, de acuerdo a la distribución de la población, la burguesía correspondería a casi un 7 %; la pequeña burguesía a un 30,46 %, y los trabajadores asalariados a un 62, 6 %.
-
En general, la población urbana económicamente activa es casi un 90 % respecto de un 11 % de población económicamente activa que se desempeña en el campo.
-
Según datos ofrecidos por el diario La Tercera en octubre de 2006, en Chile existen a lo menos 6 familias multimillonarias (patrimonio superior a los mil millones de dólares); 126 familias de grandes millonarios (patrimonio entre 20 y 100 millones de dólares); 506 familias de millonarios consolidados (5 a 20 millones de dólares líquidos); y 3.417 familias de millonarios emergentes (entre 1 y 5 millones de dólares). Lo anterior correspondería a la composición de la denominada “gran burguesía” chilena, donde se encontrarían las familias Angelini, Matte, Lucsik, Solari, Paulmann; Piñera, Cueto, Saeih, etc.
-
Las propiedades diversificadas de la burguesía mandante se encuentran en las industrias minera, forestal y celulosa, bancos, electricidad, telefonía, grandes tiendas, transporte aéreo, vapores, agua potable, bebidas y vino, gas, combustible y pesca. Los capitales funcionan combinadamente entre los propietarios nativos (de tendencia expansiva hacia los países aledaños) y los transnacionales (especialmente españoles, canadienses y norteamericanos, entre otros). Datos de 2004, afirman que las 20 mayores empresas exportadoras son extranjeras en un 40 %, privadas chilenas en un 22 %, y del Estado en un 38 %.
-
La naturaleza rentista de la clase que domina en Chile y que determina el contenido del Estado se encuentra en el despojo privatizador del subsuelo (especialmente para el extractivismo minero); los recursos marinos, los acuíferos, y los ligados al suelo y la propiedad territorial. Los monopolios en el ámbito de los servicios funcionan de manera especial en las industrias de la electricidad, gas y agua; teléfonos y comunicaciones; gran comercio; servicios financieros: transporte aéreo y autopistas.
-
Al 2002, la mediana y pequeña burguesía organizaba su propiedad en casi un 20 % en el sector primario; casi un 20 % en la industria manufacturera y la construcción; y un 60 % en servicios. Este sector de la sociedad chilena, hace 7 años, correspondía a 500 mil personas.
En el mismo año, los trabajadores asalariados se dividían en un 14,8 % en el sector primario; un 26, 6 % en la industria manufacturera y construcción; y un 58, 6 % en servicios. Hace 7 años, en total sumaban a más de 3 millones 600 mil personas. Si se estima tendencialmente el movimiento del capital asociado al aumento de la población y la incorporación de mujeres y jóvenes al trabajo, al número anterior es preciso agregarle alrededor de 500 mil asalariados más, de un universo que todavía no llega a los 7 millones de personas. El diferencial se completa con la proliferación de los trabajadores por cuenta propia y la informalidad laboral creciente.
-
Hacia el 2010, la tendencia del capitalismo en Chile obra concentrando la propiedad, proletarizando formal, pero más informalmente a un gran número de personas provenientes del empleo ampliado de mano de obra femenina y juvenil, cuyo precio promedio de sueldo es ostensiblemente inferior que el de los asalariados hombres por las mismas tareas. Al respecto, la movilidad social en la actualidad no está asociada al ascenso social, sino, por el contrario, a la migración, la precarización de las relaciones contractuales, la flexibilidad laboral y la intensificación de la explotación. En este sentido, vale relevar la ausencia de derechos sociales adecuados, los cuales, simplemente, reproducen las relaciones polares de clase: una minoría tiene educación, salud, vivienda y recreación de “primer mundo”, mientras la inmensa mayoría está condenada a los mismos servicios, pero de “tercer mundo”.
-
Con un casi un 10 % de cesantía oficial en Chile producto de los efectos de la crisis capitalista, la contracción de la oferta laboral disminuye drásticamente el precio de los salarios; propala el endeudamiento plástico y usurero de las casas comerciales (las cuales han reconocido que ya más de la mitad de sus utilidades provienen de los préstamos caros, más que de la propia venta de mercancía tradicional). La gran mayoría de la gente en Chile no se endeuda para hacerse de mercancías suntuarias, sino para comprar los alimentos básicos en medio de la proliferación de supermercados altamente segmentados socialmente.
-
La organización del trabajo cada vez más fragmentada; leyes laborales antipopulares y que destruyen las posibilidades de organización sindical en cualquiera de sus formatos posibles (aun en ellos más inofensivos y con nimia capacidad de negociación); el endeudamiento asfixiante, y el control unidimensional de los medios de comunicación de masas (entretención barata que encabeza el panorama recreativo de las grandes mayorías), operan con violencia en el campo de la alienación social fundado en el miedo, el consenso forzado y la resignación.
-
De este modo, la lucha de clases se expresa soterrada y episódicamente, facilitando el aumento de una verdadera industria delincuencial –con división muy bien organizada de tareas-, conflictos laborales aislados que pocas veces alcanzan el reajuste salarial, multiplicación de psicopatologías ligadas a la incertidumbre, un movimiento popular que no alcanza a revelar sus intereses históricos y que es presa fácil del clientelismo político; la insatisfacción generalizada, el descrédito del debate y hacer en el ámbito público como automovimiento y regulación desde abajo; la desorientación y el subsecuente acuartelamiento en los intereses inmediatos de la sobrevida a escala individual.
-
Los diagnósticos (donde se incluyen vergonzosamente estas mismas líneas) se multiplican a puerta cerrada, toda vez que se precisa de la construcción simbólica y resignificación –de acuerdo a los tiempos políticos y la propia conciencia popular- de los aspectos convocantes y que ofrezcan sentido contemporáneo a las claves de la emancipación social. Sobre lo último, la asociación entre ética y política es una matriz desde donde enarbolar la edificación del paradigma propio de la liberación de las mayorías.
-
Ahora mismo, las elecciones presidenciales y parlamentarias del próximo fin de semana han contado con la indiferencia más extendida desde el comienzo de los gobiernos civiles. La competencia entre tres candidatos estratégicamente de la Concertación (más allá del programa del candidato Arrate de la izquierda tradicional, finalmente llamará a votar por Frei en la segunda vuelta) y uno de la derecha convencional, ha provocado una suerte de confusión e indolencia electoral. Lo cierto es que iniciativas políticas anticapitalistas, como el MPT, pronto deben ser capaces de establecer superiores niveles de sintonía popular, superando la reagrupación inicial que lo justifica. Razón y fuerza siempre van de la mano. Y no hay más remedio que apelar al peruano luminoso, reunir y propiciar el movimiento real de los pueblos y los trabajadores territorializados en Chile, y provocar, una vez más, “la creación heroica”, ya no más copia, ya no más calco. Adiós manuales, facilismos y “vías rápidas”. Sólo lucha, inteligencia, disciplina y corazón.
-
Andrés Figueroa Cornejo
Diciembre 7 de diciembre.

Visita nuestra sección Juventud y Lucha

Visita nuestra sección Juventud y Lucha
Hacer click en imagen

Visita nuestra sección Atake Verde

Visita nuestra sección  Atake Verde
Hacer click en imagen para visitar

Visita nuestra Biblioteca Marxista

Visita nuestra Biblioteca Marxista
Hacer click en imagen

Economía Mundial : Análisis y Comentarios

Economía Mundial : Análisis y Comentarios
Hacer click en imagen para leer

Visítanos y únete a SR en Facebook

Visítanos  y únete a SR en Facebook
Hacer click en imagen

TEMAS

internacional Chile crisis capitalista economia editorial CIT nacional trabajadores elecciones AFP historia movimiento obrero politica historia y teoria venezuela arte y cultura represion España estados unidos protestas alternativa socialista china crisis economica crisis educación capitalismo economía mapuche europa huelga imperialismo Huelga General grecia estudiantes Brasil Socialismo medioambiente analisis de perspectivas campaña solidaridad crisis financiera estalinismo gran bretaña desempleo sindicatos Transantiago argentina bolivia escuela golpe de estado recesion stalinismo conflicto israel palestina derechos de la mujer kazajstan alemania alza de transporte gobierno Piñera israel Trotsky cuba pueblos originarios restauracion capitalista Unión Europea asesinatos juventud en rebelion palestina teoria marxista voto nulo Derechos Humanos Socialismo Revolucionario declaracion CIT gaza honduras marxismo partido comunista seguridad social Latinoamerica crisis educación bancos mexico privatización de la educación racismo 1º de mayo ocupación de fábrica peru unidad popular Perspectivas Mundiales irlanda irlanda del norte italia medio oriente perspectivas trabajadores mineros trotskismo Bolivia-MAS Egipto MPT Portugal derecha escocia izquierda socialista y anticapitalista marcel claude masacres medios de comunicación revolucion salario minimo solidaridad Joe Higgins alzas campaña canada documento del CIT francia guerra civil privatizacion del cobre revolucion rusa revolución alemana salud terrorismo tsunami Necrologicas Relaciones mundiales y economía Sri Lanka crecimiento economico crisis alimenticia depresion economica derechos democraticos desastre ecologico desastre minero movilizacion mujeres nazismo primero de mayo referendum rusia trabajadores portuarios video Belgica PSOL Parlamento Europeo acuerdo pc - concertación colombia constitucion boliviana formación política huelgas libertad de expresion paro revolucion cubana segunda guerra mundial sicariato tamil Asia Haití Iniciativa por un Partido de Trabajadores Retail Sudáfrica afganistan balance proceso venezolano balance revolucion cubana calentamiento global gripe porcina homofobia juventud lucha anticapitalista obama pakistan suecia tratado de lisboa turkia Coalición de sindicalistas y socialistas Muro Israel Palestina SR Tailandia africa burbuja inmobiliaria clases sociales escuela latinoamericana fraude electoral hitler marco enriquez ominami marx oligopolios presos politicos programa de transicion Kozovo Que somos y que defendemos TMI Xekinima costa rica homosexualidad masacre tiananmen revolución china trabajadores de la salud xenofobia