Este 11 de septiembre se cumplen 43 años desde que el golpe
militar ahogo en sangre los sueños de millones de chilenos que querían
construir un país más justo y solidario. A pesar de que han
pasado más de cuatro décadas desde aquel fatídico día, la burguesía y sus
lacayos en el gobierno no han logrado que los trabajadores
olviden y perdonen a los criminales que segaron tantas vidas obreras
de una forma absolutamente cobarde.
Todos los intentos por lograr la impunidad les reventaron en la cara a los diferentes
gobiernos de la Concertación. Incluso cuando creían que tenían
todo bajo control a fines de los noventa, Pinochet fue detenido en Londres,
lo que término echando por tierra todos sus planes
anteriores. Si Pinochet no hubiese sido detenido en Londres en esa oportunidad no hubiera habido juicios
contra los asesinos, torturadores y violadores de los derechos humanos en
Chile. Como lo dijimos en su momento esos juicios sólo buscaban salvar a los
criminales de ser extraditados y realmente enjuiciados en otros países.
Tanto el gobierno como
la derecha siguen planteando insistentemente que llego el momento de
olvidar, que todos esos hechos son el pasado, que es
historia y que los chilenos no podemos seguir eternamente divididos
por aquellos acontecimientos.
Con este nuevo gobierno de Bachelet la Concertación (hoy rebautizada Nueva Mayoria) completara 27 años
en el poder, bastante más de lo que duro
la dictadura,
prácticamente muy poco ha cambiado con respecto a los derechos humanos, la
impunidad continua, no solo con respecto a los asesinos
sino también con los derechos sociales, de los trabajadores, los
jóvenes y sectores
populares en general, como son el derecho a la educación, la salud o una
jubilación digna.
Los promotores del golpe
Todos los gobiernos de la Concertación insisten en hacernos creer que todos
somos culpables del golpe de Estado de 1973. Estas iniciativas no son
una casualidad, dado que en el Gobierno está uno de los principales
partidos que instigaron el golpe, la Democracia Cristiana. Lejos de
los aires democráticos con los que se tiñen en el presente, la
calidad de instigadores del golpe es irrefutable. No se puede
olvidar que la DC, fue la principal precursora del Golpe de Estado de 1973, y la imagen de sus dirigentes golpeando las puertas
de los cuarteles aún está fresca en la retina de miles de trabajadores.
Después de 43 años de la sangrienta asonada militar, todavía las
heridas no cierran en la mayoría de las
personas que vivieron esos años de cambios y de esperanzas
para la clase trabajadora, como tampoco es un capítulo cerrado para los
jóvenes que aún no nacían en esa
época, y requieren una explicación frente a lo que les
tocó y toca vivir hasta hoy, como producto del fracaso del gobierno de la Unidad Popular.
Tenemos que pensar que los
jóvenes que hoy tienen menos de 30 años, vivieron parte de su vida
bajo dictadura y hoy
son los que más sufren las consecuencias del modelo instaurado por ésta, como
lo han demostrado las movilizaciones estudiantiles durante estos últimos años y
es preciso explicarles a ellos, porque tuvimos dictadura y no el socialismo que
se pensó construir.
Por esto es tan
importante sacar las conclusiones de la Unidad Popular y hacer un
análisis honrado de este período y reconocer los errores
para no volver a
repetirlos.
¿Se avanzó demasiado rápido en los cambios? ¿No se
transó lo suficiente? ¿Faltó tener la mayoría absoluta de los votos? ¿Se
provocó a la reacción para que diera el golpe de estado? Estos son
los cuestionamientos recurrentes cuando se habla del
tema y que junto a muchos otros hay que tratar de responder.
Una de las frases más usadas es que "avanzamos
demasiado rápido", que queríamos todos los cambios de una sola
vez y no entendíamos que las transformaciones de la
sociedad tenían que darse en forma gradual, lenta y sin enfrentamientos violentos, es decir a través de la
democracia burguesa... paso a paso.
Debemos decir frente a esto que las
buenas intenciones no son más que eso. No es
posible pensar que la burguesía chilena y las transnacionales se iban a quedar tranquilos viendo
como "paso a paso", se transformaba la sociedad convirtiéndola en
socialista cuando el último paso se concretara.
En 1970, la burguesía, frente a la posibilidad de que ganara
la UP (sólo ante la posibilidad), empieza a mover los hilos de la
reacción. Lo primero que hace
es intentar un golpe contra Freí Montalva: El "tacnazo" del general
Viaux, para impedir el posible ascenso al poder de la UP, maniobra
golpista que fracasó.
Posteriormente, una vez que la Unidad
Popular había ganado las elecciones en 1970, vino el asesinato del comandante
en jefe del Ejército, el general René Schneider, este crimen
perpetrado por la derecha se quería usar como excusa para impedir que Allende fuese nombrado Presidente.
Estos acontecimientos muestran cómo se movilizó la burguesía nacional
coludida con el imperio norteamericano, para evitar que un
gobierno elegido por los
trabajadores, siguiendo todas las reglas democráticas, tomara el control del
Poder Ejecutivo.
El triunfo de Allende
A pesar de que la UP sacó una mayoría
relativa el 4 de septiembre de 1970, analizar esto sólo desde el punto de vista
electoral es un error, pero aun así, si se suman los votos de la Unidad
Popular y los votos al programa de Tomic (candidato
DC), que también
planteaba cambios profundos al sistema, existían más de dos tercios de la
población votante que estaba por modificaciones de fondo a la sociedad de esa
época. Un año después del triunfo de Allende, la UP en las elecciones
municipales, concitó un apoyo de 44,03% de los votos, contra un 55,7% de la
CODE, esta votación impedía que la reacción acusara constitucionalmente al
presidente Allende.
La UP ha sido el único gobierno en la
historia de Chile que ha recibido un apoyo popular activo tan amplio. La clase trabajadora en
su conjunto lo veía como SU gobierno, el cual mejoró considerablemente la
calidad de vida de los trabajadores, entregándoles mejoras sustanciales en
salud, educación, viviendas, la implementación de una verdadera reforma
agraria, así como la devolución de tierras que habían
sido usurpadas a los pueblos indígenas, devolviéndoles en los tres primeros
meses del gobierno popular, más hectáreas de terreno que el
entregado por la
Concertación en todos estos años que lleva en el poder. Por primera vez en la
historia, la clase obrera se sintió parte de un proceso que la beneficiaba, tomando conciencia de su
fuerza y de
su rol en los cambios.
Los trabajadores respondieron al boicot de los patrones tomándose las
industrias y exigiendo su nacionalización. Crearon los cordones industriales, planteándose no sólo
la defensa de la industria, sino también la defensa de la Unidad
popular y sus conquistas.
La clase trabajadora se organizó y le pidió armas al Gobierno para terminar con la
reacción. Organizó a la JAP para tomar el control de la distribución de los
alimentos que la burguesía estaba escondiendo. De esta manera los trabajadores,
en todos los niveles de organización intentaron dar una respuesta a la reacción
de los patrones, profundizando los cambios, mientras que sectores
dentro del gobierno, atemorizados por los acontecimientos, frenaban
el proceso revolucionario que se estaba desencadenando.
El Poder Popular
Los trabajadores entendían claramente la necesidad del poder popular.
Lamentablemente los dirigentes de la UP y en
particular, de los partidos obreros, como el PC y el
PS no basaron su fuerza en las organizaciones obreras, prefiriendo
negociar y entregar nuevas concesiones a la burguesía, como la
devolución de las industrias y la dictación de la Ley de Control de
Armas, con la cual las fuerzas armadas se dedicaron a desarmar a los pocos
trabajadores armados que había,
como un paso previo al golpe, con consecuencias desastrosas para la clase
trabajadora.
Es necesario sacar las lecciones de este proceso y una
de ellas es que no podemos confiar en la burguesía o sus
representantes, pactos y alianzas no significan nada para
ellos. En el momento en que ven amenazados su poder y privilegios, no vacilan en romper unilateralmente con las reglas del
juego democrático, reglas, por lo demás, no hay que olvidar, fueron hechas por la
burguesía misma para defender sus intereses.
Necesitamos sacar las conclusiones correctas para no cometer los mismos errores y recuperar todas
las conquistas que teníamos hasta el 11 de septiembre de 1973 y desde ahí,
pasar a los cambios verdaderamente socialistas.
SOCIALISMO REVOLUCIONARIO.
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