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LA LUCHA DE LAS MUJERES PALESTINA CONTRA LA INVASIÓN DEL SIONISMO |
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POLÉMICA CON LA IZQUIERDA: CONTINUACIÓN DEL DEBATE ACERCA DE LA "CUESTIÓN PALESTINA"
Posted by Nuestra publicación: on viernes, septiembre 12, 2014
ASR-Bolivia. 5 Septiembre 2014
Un análisis más detallado de las distintas posturas que existen en el movimiento de la izquierda es clave para entender las posiciones estratégicas más relevantes que pueda servir al movimiento obrero mundial para encauzar una lucha revolucionaria en el conflicto de Medio Oriente.La intención del artículo es dar al lector un panorama de las diversas posiciones que existen con respecto al drama de Palestina y las soluciones que plantean las tendencias.
Posturas socialdemócratas y pro-imperialistas
1.- La posición de reclamar al sionismo que deje de ser imperialista y que pare con la masacre. (Posición humanista y filistea).
2.- La posición de dos Estados burgueses. (Posición de sectores del imperialismo, burgueses democráticos y algunos nacionalismos burgueses).
Entre la izquierda trotskista existen 3 posiciones
1.- Los que plantean resolver la cuestión en torno a una salida burguesa. (Estado Palestino Democrático y laico) como etapa previa a la revolución socialista. (Las corrientes centristas y todas las variantes del morenismo).
2.- Los que plantean un Estado Palestino Socialista ÚNICO con derechos minoritarios para los judíos. (Planteo ultraizquierdista, defendido por la FT – LOR-CI-Bolivia).
3.- Los que planteamos transitoriamente una Confederación Socialista de Estados Palestinos y judío. (CIT – ASR-Bolivia).
Análisis de las posiciones
1.- Sobre la primera concepción no hay mucho que decir, pura cháchara cubierta de humanismo que no comprenden ni el carácter del Estado burgués sionista ni de lo que significa históricamente el sionismo para el imperialismo en Medio Oriente.Pretenden hacer creer que el sionismo se puede humanizar con el fin de confundir sobre el carácter del Estado sionista.
2.- La segunda posición, dos Estados burgueses, parte de los mismos problemas de la posición anterior con respecto al Estado, el imperialismo, etc. Reconocen el Estado burgués sionista como tal y extienden el derecho de un Estado Palestino en lo que queda de su territorio histórico. En los hechos legitiman al sionismo y permiten extender el exterminio “legal” de los palestinos. Asumen una poción constitucionalista del derecho de ambos a coexistir, lo cual es reaccionario, porque por la naturaleza del sionismo es imposible detener su avance colonialista, por lo que seguirán usando cualquier pretexto para el ataque a Palestina y su “Estado”, que dicho sea de paso se constituye sobre las fronteras actuales, es decir, sobre la base de un territorio sin recursos.
Las posturas entre la izquierda
1.-Un Estado Palestino democrático y laico: Desde la izquierda esta posición se presenta como la única salida más conveniente y real, pero en los hechos no pueden plantear nada serio ya que se limitan a una lucha democrático burguesa que tropieza con las mismas posiciones socialdemócratas anteriores. En su planteo separan al sionismo de la burguesía como si fuera un ente propio y ajeno al problema de clases. Parten de que para lograr fundar un Estado Palestino Democrático y laico hay que derrotar al sionismo. Pero no responden como se puede derrotar al sionismo sin derrotar su base material capitalista. El planteo se estanca ahí. De otro modo que nos digan cómo se puede romper con el capitalismo, que es la condición obvia para derrotar el sionismo y al mismo tiempo retroceder y presentar la postura de fundar un Estado democrático (o sea burgués) En realidad la respuesta es sencilla: Hay que hacer una “revolución democrática” primero, es decir limitar el proceso revolucionario que eso conlleva y atar de pies y manos a los trabajadores palestinos y judíos y ponerlos a la cola de la burguesía “democrática laica” árabe y judía que representan el factor “progresivo” de la región. ¿El socialismo? Para una segunda etapa cuando las condiciones estén dadas. La teoría semi-etapista, semi-estalinista de siempre. Estos “teóricos” se presentan como defensores de una posición marxista. DEFINITIVAMENTE SU POSTURA CRÍTICA HACIA LA NUESTRA ES DESDE LA DERECHA.
2.-Un Estado Palestino Único y Socialista: Los ultraizquierdistas creen que con decir que el Estado sionista de Israel es un invento, una mentira, este se esfumara como el humo de un cigarrillo. A pesar que desde la izquierda no reconozcamos al Estado Sionista de Israel, en los hechos la burguesía mundial, el imperialismo y en mayor medida los palestinos que lo sufren día a día saben que existe de forma concreta y buscan una salida. ¿Qué oponen al sionismo? Una palestina obrera y socialista. Muy bien, ¿cómo llagar a eso? Una palestina obrera y Socialista. ¿Pero con qué medios derrotar al sionismo? Con la lucha internacional de la clase obrera, con panfletos y pronunciamientos. ¿Pero entonces cual es la estrategia? ¡Luchamos por el desmantelamiento de las bases del Estado de Israel como enclave pro imperialista y colonial y por un Estado único palestino en todo el territorio histórico, una Palestina obrera y socialista donde puedan convivir en paz árabes y judíos![1]¡! Excelente, un problema menos!! Los sectarios siempre creen resolver conflictos históricos con el simple enunciado de la dictadura del proletariado. Son incapaces de ver la dinámica de la lucha de clases y tienen la “fértil” capacidad de presentar problemas históricos que se van desarrollando dinámicamente como algo acabado.
Más allá del enunciado, no plantean ninguna posición estratégica sobre el conflicto. No mencionan la necesidad de construir un partido marxista, no levantan ninguna cuestión organizativa tipo soviética, no hablan del papel de la clase obrera judía, ni de como separar a los palestino de sus direcciones actuales. En fin, no tienen programa.
3.-Dos Estados Socialistas dentro de una Confederación Socialista de Medio Oriente: Partiendo de presupuestos básicos y reales nuestra lectura desde el marxismo es:
1.- El Estado sionista de Israel es una creación del imperialismo que presupone el mayor obstáculo para la revolución en Medio Oriente. Su avance colonizador a través de los años, con la consecuente masacre de Palestinos, es una herida abierta de primer orden para los revolucionarios y la clase obrera mundial. La posición del Trotskismo a nivel mundial de oponerse a la creación de Israel en Palestina quedó justificada de manera brutal por el curso de los acontecimientos posteriores.
2.- En el Estado de Israel existen clases sociales, y eso es un hecho concreto. A pesar de lo artificial de su creación luego de 66 años se ha desarrollado una clase obrera. Esa clase obrera tiene estratos donde la ideología sionista ha penetrado más o menos en todos ellos. Pero también es real que en sus diversos estratos se ha desarrollado una conciencia nacional que plantea la necesidad de querer una tierra propia, una bandera, una cultura. Los trabajadores no son máquinas autómatas, por eso a pesar de la influencia racista de su Estado son capaces de percibir que esa misma maquina los oprime. Solo un fundamentalista islámico y jamás un marxista podrían plantear que a los obreros judíos les maravilla ver masacrar a los palestinos, disfrutar del exterminio cual si fueran asesinos por naturaleza. De la base de esta misma contradicción objetiva, el CIT ha comprobado en los hechos que la propaganda socialista no solo es capaz de despertar conciencia entre los obreros judíos sino que incluso se puede trabajar en la construcción militante de un partido marxista, combinando tácticas legales e ilegales, y que eso constituye la base para explotar una conciencia de clase entre las masas y un acercamiento clasista entre los pueblos. En los últimos años el avance de construir un partido marxista único de judíos y palestinos por parte del CIT es notable, a pesar de los obstáculos impresionantes que sobre ese trabajo se abre.
3.- Que no hay razón para negar que en las fronteras actuales del Estado de Israel la lucha nacional se combina con la lucha de clases y están todos los presupuestos básicos o elementales de un capitalismo que plantea a la orden del día una REVOLUCIÓN SOCIAL en Israel.
4.- Que sin separar a la clase obrera judía de la burguesía sionista es imposible pensar, a pesar de cualquier discurso, una derrota real y material del sionismo en la región y el mundo. Por ese mismo hecho dotarse de una estrategia y un programa de transición no es un invento de ninguna corriente revolucionaria, sino LA TAREA OBJETIVA QUE SE LE PRESENTA AL MOVIMIENTO TROTSKISTA MUNDIAL.
Teniendo en cuenta esto nuestra posición estratégica es la siguiente:
Desde el punto de vista ESTRATÉGICO, la tarea más importante de los revolucionarios en Medio Oriente es liquidar el sionismo material e ideológicamente, eso significa expropiar toda la industria y los medios de producción en manos de la burguesía imperialista anclada en Israel, junto al desmantelamiento de sus instituciones represivas como es el ejército. En otras palabras DESMANTELAR EL ESTADO BURGUÉS DE ISRAEL. Eso solo puede realizarse bajo una REVOLUCIÓN SOCIALISTA. La única fuerza capaz de lograr eso es la clase obrera judía en unión con los trabajadores y pobres de Palestina. Por tanto la tarea más urgente a la que se tiene que avocar un partido marxista en la región es a SEPARAR A LA CLASE OBRERA DE ISRAEL DE SU CLASE DOMINANTE y al mismo tiempo que se plantea la unión con los trabajadores palestinos, SEPARAR A ESTOS DE LA INFLUENCIA DE SUS FUERZAS POLÍTICAS BURGUESAS Y FUNDAMENTALISTAS ÁRABES. Semejante tarea la puede realizar un PARTIDO OBRERO SOCIALISTA ÚNICO DE PALESTINOS Y JUDÍOS con un programa de transición capaz de ganarse en el desarrollo de la lucha nacional y de clases a las masas de la región. Un programa así debe saber combinar las tareas democráticas y nacionales con las tareas socialistas.
Pensar en soluciones constitucionales o democráticas bajo el marco capitalista sin tocar el sionismo es una estupidez. De la misma forma que plantearse derrotar el sionismo sin una revolución socialista es absurdo. El sionismo es la burguesía judía. Por eso cualquier consigna por una Palestina Democrática y laica bajo el marco del capitalismo es imposible. Es una falsa salida.
¿De qué fundamentos partimos para plantear programáticamente y de forma transitoria la lucha por dos ESTADOS SOCIALISTAS bajo una CONFEDERACIÓN DE ESTADOS SOCIALISTAS DE MEDIO ORIENTE?
Partimos de nuestro Programa de Acción Revolucionaria y nuestra Estrategia Soviética
Al plantear desmantelar el Estado Sionista de Israel expropiando a la burguesía y aniquilando al ejército ponemos en primer orden la expulsión inmediata del imperialismo de toda la zona controlada actualmente por Israel. ¿Que reemplaza transitoriamente en la zona ocupada hasta ese momento por la burguesía sionista? LOS SOVIETS DE OBREROS Y CAMPESINOS JUDÍOSY PALESTINOS DE TODO EL TERRITORIO HISTÓRICO DE PALESTINA. ¿Cuál es la primera medida política del gobierno soviético de palestinos y judíos? Plantear sobre la base de un carácter socialista planificado de la economía expropiada que porción de su territorio histórico los palestinos están dispuestos a ceder para formar el Estado SocialistaJudío y pasar a conformar al mismo tiempo el Estado Socialista soviético de Palestina bajo una Confederación Socialista. Cuánto tiempo puede durar este proceso es algo que no podemos asegurar de antemano, pero serán los soviets bajo la influencia del Partido Obrero Único de Palestinos y Judíos los que resolverán esta cuestión. (Entre las cuales se destaca tareas democráticas como el traslado de colonos judíos y la devolución de las tierras a los campesinos Palestinos, entre otras).
En el proceso fraternal de construcción socialista es muy posible que en un tiempo mucho menor de lo pensado se pueda unificar un solo Estado soviético con autonomías para ambos. En este sentido es transitoria la demanda de un Estado socialista de Israel.Hasta sería lógico (y no se puede descartar) que pueda plantearse de que en el transcurso de la lucha unificada de trabajadores palestinos y judíos el Partido vea conveniente, incluso antes de la revolución plantear un EstadoÚnico socialista de Palestinos y judíos. Está claro que eso solamente lo puede evaluar un partido marxista en la región, que tenga influencia entre las masas trabajadoras y que pueda adaptar sus tácticas al desenvolvimiento de la lucha de clases. Evidentementeeste planteo toma en cuenta que serán los obreros judíos y palestinos los que sabrán mucho mejor que nadie resolver esta cuestión histórica que muchos revolucionarios de hoy, que pretenden saber mejor que nadie, incluso que los propios palestinos, el carácter etnográfico de sus históricas fronteras. La cuestión de saber de antemano cuáles serán las fronteras de una futura Confederación Socialista, parte de un error imperdonable para un marxista que es no entender el carácter social de una revolución proletaria que sin menoscabar las tareas democráticas, pone en primer orden cuestionesque conlleven a la construcción de una economía socialista para una mejora sustancial del nivel de vida de las masas. Es normal que muchos “marxistas” razonen así ya que la costumbre de pensar a partir de concepciones burguesas no les permite superar esa perspectiva.
¿Cuáles son las tareas democráticas, transitorias que un partido marxista puede levantar en el proceso de llegar a una Confederación Socialista en Medio Oriente?
1º Luchar por que la clase obrera en los distintos países levanten consignas a favor del pueblo palestino obligando a los Estados a romper cualquier relación comercial, económica y política con el Estado sionista.
2º El derecho al retorno de los palestinos a sus tierras, que garanticen un marco de estabilidad económica y de seguridad.
3º Luchar por el derecho de libre ingreso a los Palestino al territorio de Israel.
4° Luchar por que el pueblo palestino goce de continuidad territorial con acceso al Mediterráneo.
5° Lucha por la paz: es decir por las distintas formas de opresión de Israel sobre los palestinos: 1- ataques militares 2- boicots comerciales 3- a suministros de servicios, etc. Argumentando que son la causa de las respuestas terroristas de los palestinos (Este punto de transición es el más importante porque los trabajadores judíos entenderán rápidamente: a) que no es una guerra étnica, sino de un pueblo oprimido contra el imperio. b) que la única que saca provecho de esta guerra es la burguesía sionista y el imperialismo. c) que solo los trabajadores organizados, al tener intereses contrarios a su burguesía pueden traer la paz a la región). No perder el foco de que en este conflicto el gran movilizador es la paz. El pacifismo es por lo general una ideología a favor del statu quo, pero en este conflicto cualquier programa de cualquier corriente tiene que decir como traerá paz a la región, los marxistas además de tener el mismo deber somos los únicos que damos la solución concreta y posible.
Sobre el carácter estratégico de la consigna de dos Estados Socialistas
En Israel no viven solo burgueses sionistas y soldados, si bien los colonos civiles están fuertemente financiados y son la herramienta para avanzar en la ocupación territorial, en las ciudades se encuentran todas las clases sociales de un Estado capitalista, y es por eso que la burguesía sionista tiene al enemigo que le puede arruinar sus planes dentro de Israel: la clase obrera judía. Mientras ésta no entre en acción, (y para que lo haga es vital que la izquierda se oriente a ella), el sionismo seguirá avanzando sobre los palestinos.
Las demás organizaciones trotskistas no incluyen en la solución a la clase obrera judía de Israel, como si no jugara ningún rol, o como si no pudiera desarrollar su conciencia de clase y enfrentar al sionismo. Este es un error fatal, la historia nos enseña cuán importante es que la clase obrera de un país imperialista juegue un rol a favor de los países que su burguesía oprime. La FT se limita a decir “Los trabajadores y jóvenes judíos que rechacen el plan colonialista y belicista de los Netanjahu y cía., deben romper con el bloque sionista y tender su mano a la justa lucha del pueblo palestino”. No hay una orientación estratégica hacia ellos, de lo contrario se discutiría como sumarlos a la revolución y no esperar pasivamente a que lo hagan por su cuenta. Nuestra táctica se desprende del reconocimiento de que sí la clase obrera israelí no ingresa a escena, entonces no habrá solución para Palestina.
Somos los primeros en incluir a los obreros judíos en la táctica revolucionaria y confiamos que la marcha de los acontecimientos hará que la izquierda se replantee tal postura ¿Cómo entablamos relación con ellos? Ante todo explorando con consignas sobre el terreno real, buscando conectar su conciencia con demandas democráticas y revolucionarias que permita enfrentar sus prejuicios y hacer avanzar su conciencia de forma práctica. Al dar nuestro parecer atacamos el chovinismo que promueven los sionistas, les mostramos que la burguesía sionista es la principal responsable de la violencia, es la que los explota y la que oprime a toda la nación palestina. Los obreros judíos y el pueblo palestino tienen un enemigo común. La clase obrera israelí debe comprender que el actual territorio israelí es un arma de opresión imperialista contra el pueblo palestino, es importante que la clase obrera israelí se posicione a favor de la nación oprimida como parte de su lucha contra la burguesía sionista. Explicándoles que la autodefensa palestina es lo único que puede hacer una población diezmada, acorralada, que está siendo sometida a un exterminio étnico.
Además, la entrada en escena del proletariado de Israel favorecerá que la lucha Palestina tenga una orientación de clase, esclareciendo el colaboracionismo de clase al que lo fuerza su propia burguesía.
¿Y entonces porque no plantear a los obreros judíos que luchen por un Estado Socialista Palestino único? Porque esa consigna no tiene en cuenta que en más de 65 años se ha creado una conciencia nacional a favor de un Estado judío, que es aprovechada por el sionismo para alejar de la izquierda a los obreros judíos diciéndoles que esa consigna los excluye y que niega la posibilidad a una auto determinación judía. Sólo organizaciones que no creen necesario sumar a los obreros judíos pueden hacer a un lado esta cuestión.
Quizá los obreros judíos elijan convivir con los palestinos en un Estado Socialista Palestino Único, pero esa posibilidad no se puede dar por segura. También puede ocurrir que sean los propios palestinos, o una importante parte de ellos, los que no quieran convivir con los judíos y entonces la alternativa de dos Estados socialistas también es la solución. Esto se comprueba en la acción viva y no en la metafísica de las sectas.
Esta política debe ser aplicada con mucho tino porque es fácil caer en oportunismo, por ejemplo en no pronunciarse a favor de la auto defensa Palestina, lo cual incluye la auto-organización obrera en milicias, aceptando tácitamente el discurso sionista del “terrorismo palestino”. Se trata de reconocer la conciencia nacional judía sin capitular al chovinismo, ni a ninguna de las acciones sionistas contra el pueblo palestino. Una de las condiciones importantes para lograr esto es que el partido revolucionario sea de judíos y de palestinos, como lleva adelante el CIT.
Nuestra política para con los obreros judíos es explicarles que bajo el Estado sionista de Israel la auto determinación judía es una ficción, que el pueblo judío está siendo usado, y se está exterminando a otro pueblo en nombre de ellos.
Bajo un Estado obrero los trabajadores palestinos y judíos no tendrán problemas para entenderse y decidir si quieren convivir o formar Estados socialistas independientes, y si tal fuera el caso, la fijación de las fronteras la decidirán los trabajadores.
Se magnifica la dificultad que esto tendría. El Estado nación es un arma de las burguesías nacionales en pos de sus propios intereses, y por ello la fijación de fronteras es un conflicto permanente en el capitalismo. Sabemos los marxistas que el socialismo mundial acabara con las fronteras. No habrá un interés de clase a favor de las fronteras y por lo tanto la discusión será franca y fraternal.
En el planteo que algunos grupos de izquierda hacen a nuestra posición estratégica, ni siquiera intentan desarrollar una posición clara sobre estas cuestiones. Se limitan a repetir consignas como Estado Democrático y Laico o Estado Socialista Único de Palestinos sin reparar siquiera en cómo podría llevarse a cabo eso. Es decir, no plantean ninguna estrategia con la cual poder debatir y repensar la cuestión de la revolución en Medio Oriente.
Que a nuestro planteo clasista y estratégico algunos grupos lo presenten como “una capitulación al sionismo”, “una justificación del exterminio” y muchas otras estupideces por el estilo, solo demuestra que estos grupos no han entendido ni una sola palabra del marxismo revolucionario y que en los hechos son unos simples charlatanes.
La LOR-CI en su intento de tergiversar nuestra posición
En su último periódico (Palabra Obrera Nº 59) la LOR-CI hace un intento de polemizar con nuestra posición estratégica sobre el conflicto de Palestina. De forma absolutamente oportunista escamotea nuestro planteo y lo desfigura hasta el punto de querer hacernos pasar como unos pro-imperialista de la peor laya. Esta conducta desleal confirma el espíritu de secta de este grupo.
En la cita textual que copian de nuestro artículo se ve nuestro planteo de dos Estados socialistas[2]. Acto seguido critican nuestra posición como si planteáramos dos Estados a secas, es decir dos Estados burgueses. Esta desfiguración que para ellos es solamente “un adorno” (La diferencia entre dos Estados burgueses y dos Estados socialistas para la LOR-CI no hace ninguna diferencia, lo que demuestra su completo desconocimiento sobre el carácter de clase absolutamente opuesto que tienen las dos posiciones) o mejor dicho su “salida”, es la más cómoda para poder tildarnos de “capituladores”. La ONU y el imperialismo Yanqui según la LOR-CI levantarían la consigna de dos Estados socialistas en la región, tal como lo hace la seguidista ASR. Los señores de la LOR-CI en su intento de desprestigiarnos quedan en absoluto ridículo.
Luego con un aire de extrema sapiencia continúan su exposición sobre la “posición capituladora” explicándonos que nuestra posición legitimaría la resolución de la ONU del 47. ¡¡O sea que nuestra posición de construir un partido marxista de trabajadores palestinos y judíos que luche por la desmantelación del Estado burgués de Israel es una legitimación a la resolución de la ONU del 47!! ¡¡Llamar a los obreros judíos a que junto al pueblo palestino luche por hacer una revolución social y construir dos Estados socialistas es una capitulación al imperialismo¡¡
Que respondan los señores de la LOR-CI cómo es posible que levantemos la consigna de desmantelar el Estado burgués sionista a través de una revolución social para poner en su lugar una confederación socialista de Estados palestinos y judío, y al mismo tiempo –según ellos- luchemos por dos Estados burgueses. Es una contradicción absurda que solo inventaron ustedes y que no van a encontrar jamás en un artículo de ASR y el CIT.
Quitándole todo el contenido de clase a nuestra postura, llegan al oportunismo más vil con el solo objetivo de deslegitimar a nuestra organización.
Socialismo y derechos nacionales: Ucrania e Israel/Palestina
Posted by Nuestra publicación: on lunes, septiembre 08, 2014
08/09/2014
El conflicto sangriento en Ucrania y la masacre de palestinos en Gaza han vuelto a traer contundentemente la ’cuestión nacional’ a la agenda política. ¿Cómo podemos avanzar hacia una solución a problemas aparentemente inmemoriales e inextricables? Esta es una cuestión que el movimiento de los trabajadores se plantea de manera profunda, primero en las regiones inmediatamente afectadas por los conflictos, pero también en el movimiento obrero internacional.
Peter Taaffe, Secretario General del Socialist Party (CIT en Inglaterra y Gales) y miembro del Secretariado del CIT. Publicado originalmente el 15/08/2014 en www.sociaslistworld.net.

Los acontecimientos de los últimos meses han subrayado que los diferentes poderes capitalistas son completamente reticentes e incapaces de proporcionar una solución democrática y justa a la situación en Ucrania. La total hipocresía del imperialismo estadounidense y del capitalismo europeo por un parte y del régimen oligárquico de Putin en Rusia por la otra, que intentan aparecer como defensores de ’las nacionalidades y minorías oprimidas’, engañarán a muy pocos trabajadores inteligentes. Lo que está en juego son sus brutales cálculos económicos e intereses estratégicos, políticos y militares. ’El derecho de auto-determinación’ es para ellos una frase vacía, tan insignificante que será rápidamente desechada si se cruza en su camino.
’Paralizaremos Rusia con sanciones’, advierten los mayores poderes imperialistas occidentales, liderados por EEUU. ’Responderemos con nuestras propias sanciones empezando por la toma de las propiedades de las compañías británicas, incluyendo Shell y British Petroleum’, responde el régimen de Putin.
Si los capitalistas, sus partidos y sus representantes no tienen solución, la izquierda, incluyendo los que se describen a sí mismo como marxistas, muestran una absoluta confusión e incapacidad ideológica frente lo que son terribles conflictos nacionalistas y étnicos en Ucrania y Oriente Medio. No hay un átomo de enfoque socialista, y no digamos marxistas, en el análisis de la mayoría de los que pasan por ’izquierda’ en Gran Bretaña.
Por ejemplo, en la reciente manifestación sobre Gaza en Londres un panfleto distribuido por ’Solidaridad con la Resistencia Antifascista en Ucrania’ proclama: "Estamos contra el apoyo del Reino Unido y los gobiernos occidentales contra el régimen de extrema derecha de Kiev". No hay nada equivocado en este eslogan, especialmente porque el gobierno de Kiev se ha apoyado en fuerzas de extrema derecha y neo-fascista en su campaña asesina en el este de Ucrania.
¿Pero dónde hay una condena similar al régimen imperialista y oligárquico de Putin con sus intenciones abiertas de dominar ’el extranjero cercano’, algunos de los países de la anterior Unión Soviética y, en este proceso, pisotear los derechos democráticos y nacionales? No se menciona, pero como uno de los partidarios más prominentes de esta campaña declaró durante su reunión inaugural: "No es de mi incumbencia criticar a la oligarquía rusa, pero si lo fuera, no la criticaría por intervenir demasiado sino por no intervenir en absoluto". Increíblemente, también añadió que “la cuestión nacional no es un problema" en Ucrania y que "cuando tienes al imperialismo estadounidense, la OTAN, Merkel, el gobierno británico y los fascistas ucranianos en un bando, sé en qué bando estoy". La implicación clara es que el movimiento de los trabajadores (recordemos que esto está viniendo de un ’marxista’) debe estar en el bando del régimen oligárquico de Putin y su intervención en Ucrania.
Nosotros, por otra parte, defendemos incondicionalmente las aspiraciones nacionales legítimas de los pueblos de Ucrania, Crimea, etc., mientras que nos oponemos y luchamos contra las fuerzas de extrema derecha o abiertamente fascistas en Ucrania, que en las recientes elecciones no obtuvieron más del 3% de los votos. Al mismo tiempo, abogamos por forjar y cimentar la unidad de clase, dando un soporte crucial a las fuerzas genuinamente socialistas incluso cuando éstas son débiles.
Sin fórmulas preestablecidas
Es vital apoyar las aspiraciones genuinamente democráticas y nacionalistas de los pueblos de Ucrania y la región. Por ejemplo, en relación con Crimea, era correcto apoyar el derecho de auto-determinación (incluyendo la secesión de Ucrania) que parecía ser el deseo de la aplastante mayoría de su población. Al mismo tiempo, es el deber imperioso de los marxistas cuando están dando su apoyo a los movimientos genuinamente independentistas el de defender los derechos de todas las minorías, como los tártaros y otras en el caso de Crimea.
Hubo afirmaciones de que el referéndum de Crimea no se realizó de manera justa y sin coacciones. Pero había poca duda de que la mayoría de la población estaba a favor de formar parte de Rusia. No obstante, todas las dudas podrían desaparecer bien a través de una elección para una asamblea revolucionaria constituyente, convocada a través de comités de masas para establecer cuál es el deseo del pueblo, o bien un referéndum democrático.
¿Significa esto que favorecemos el separatismo, la desintegración de los estados formalmente constituidos? No automáticamente. No hay una fórmula predeterminada en lo que concierne a la cuestión nacional. La situación en el terreno en Ucrania es muy fluida, y la demanda que puede ser correcta en una determinada etapa puede ser superada por los acontecimientos.
Pero no apoyamos la retención por la fuerza de un grupo o nacionalidad dentro de un estado que es considerado por estos como un opresor. Abogamos por una confederación voluntaria socialista. Así fue como se creó la auténtica Unión Soviética de Lenin y Trotsky, y no la caricatura estalinista que enmascaró la dominación centralista y burocrática de la élite rusa.
Pero como dijo Lenin hace más de 100 años, una nueva sociedad, una sociedad democrática y socialista, necesariamente no puede ser construida sobre la ’menor coacción’ contra cualquier nacionalidad o grupo. En general, el derecho de auto-determinación se aplica a una nacionalidad, vinculada a una distintiva entidad territorial. Sin embargo, a veces éste puede tomar la forma de una ciudad o entidad menor que se considera a sí misma separada de otros países o regiones. Por ejemplo, hemos previsto la futura posibilidad de una entidad para Bruselas, dentro de una confederación socialista belga, cuya población se considera diferente de las regiones tanto de Valonia como de Flandes.
De forma similar, la lucha en Ucrania, especialmente en el este de Ucrania, podría fragmentarse tanto a partir del conflicto sangriento que se está desarrollando ahora, que podría resultar no en la creación de estado o de un pequeño estado contiguo, sino en un proceso de cantonización de la región. La ciudad de Donetsk, de un millón de habitantes, ha sido bombardeada por las fuerzas del gobierno ucraniano y amenaza con convertirse en una ciudad fantasma. En ésta podría surgir una situación en la que la población demande la separación tanto de Ucrania como de Rusia y sería la obligación de todo marxista apoyar a la gente de esta ciudad en esta demanda y, al mismo tiempo, vincularla con la demanda de una confederación socialista de Ucrania y la región.
Este resultado no sería tan fantástico como sugieren los críticos. El mundo unipolar en el que los EEUU es el poder dominante, capaz de poner su sello en los acontecimientos, ha pasado a la historia. EEUU es aún el mayor poder económico y militar y lo seguirá siendo durante algún tiempo, pero su poder tiene límites. Ha surgido un nuevo síndrome ’post-Irak’, con una pronunciada preocupación por la guerra que está apuntalando la oposición a la política intervencionista de tropas sobre el terreno’. Las opciones ahora favorecidas son el bombardeo desde el aire y el uso extensivo de drones. Por otra parte, los bombardeos a menudo tienen efectos contrarios a los intencionados.
Israel y Palestina
Como el hilo de Ariadna, solamente un análisis marxista completo nos puede guiar a través del laberinto de la cuestión nacional. Esto es particularmente cierto en cuanto a la compleja cuestión de los derechos nacionales de palestinos e israelíes, de nuevo destacado por el conflicto de Gaza, con innumerables muertes y un cuarto de su población (1,2 millones de habitantes) desplazados.
El Comité por una Internacional de los Trabajadores (CIT) ha argumentado consistentemente que una salida de este conflicto que satisfaga los derechos de palestinos e israelíes es la solución a largo plazo de dos estados: una Palestina socialista y un Israel socialista, posiblemente con Jerusalén como capital compartida, y vinculado a la idea de una confederación socialista. Esta idea, junto con nuestra posición anterior contraria a sanciones indiscriminadas contra Israel (porque esto podría empujar aún más a los trabajadores israelíes a los brazos de su gobierno y la derecha) fue atacada en EEUU, con retraso, por la Organización Socialista Internacional (OSI).
El 17 de agosto, criticando a Alternativa Socialista (CIT en EEUU), escribieron que "su actitud sobre los trabajadores israelíes judíos es consistente con su posición política sobre el derecho de Israel a existir que históricamente ha mantenido su organización internacional, a la que pertenecen Alternativa Socialista y el Partido Socialista en Gran Bretaña, el CIT… Esta creencia en el derecho de Israel a su propia nación nos informa de la posición del CIT y de Alternativa Socialista sobre las campañas BDS (boycott, desinversión y sanciones). Pero está fundamentada en una premisa equivocada sobre el principio socialista del derecho de las naciones a la autodeterminación. En la tradición genuinamente marxista no hay apoyo a la posición de que un estado colonial (que es, por definición, un estado apartheid, ya sea el estado judío en el que los no judíos no están representados políticamente, o el estado sudafricano en el que los sudafricanos no blancos no estaban políticamente representados) tenga derecho a existir."
El derecho de auto-determinación no es un "principio socialista", como afirma la OSI, sino una tarea democrática. Los principios democráticos legítimos se apoyan y resuelven en esta época a través de la revolución socialista. Hemos contestado este argumento de esta organización y otras muchas veces:
"La ley más importante de la dialéctica es que la verdad es concreta. Desde un punto de vista histórico es indisputable que los trotskistas, empezando por el propio Trotsky, se opusieron al estado judío formado en el territorio de Palestina. Esta fue su posición general en el periodo de entre guerras. Sin embargo, modificó su posición después de que la persecución de los judíos por los nazis se hizo evidente. La situación había cambiado. Trotsky siempre fue flexible para tomar en cuenta nuevos factores. Había un sentimiento en parte de la población judía que quería salir de Alemania y Europa y junto a esto hubo un creciente apoyo al sueño de la nueva patria.
Trotsky razonó que bajo el socialismo, si los judíos querían un estado en, por ejemplo, una parte de África, con el acuerdo de los africanos, o en Latinoamérica, podría ser considerado. Pero no en Palestina porque esta sería una trampa sangrienta para los judíos. Es increíble como esta predicción se ha cumplido... El movimiento trotskista se opuso al establecimiento de un estado judío separado en Israel porque era una cuña contra la revolución árabe. Israel fue fundado como resultado de la colonización de tierras árabes, echando a los palestinos y usando una mezcla de retórica radical, incluso ’socialista’ y nacionalista dirigida a la población judía que había escapado de la pesadilla del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial." (“El Marxismo en el Mundo de Hoy”)
Sobre el problema de países coloniales señalamos:
"Un estado o una serie de estados pueden establecerse desplazando brutalmente a sus habitantes, por ejemplo, la expulsión de la población griega de muchas partes de Asia Menor y de los turcos de Grecia después de la caída del Imperio Otomano. Si fuéramos atrás en el tiempo y redibujáramos los mapas, tendríamos ahora grandes intercambios de población. El resultado del terrible crimen de los judíos en Europa bajo el capitalismo nazi es que fue utilizado contra el pueblo de Palestina. Esto sigue siendo una verdad histórica irrefutable.
Sin embargo, la realidad ahora es que, con el transcurso del tiempo, se ha creado una conciencia nacional judía e israelí. ¿Qué tienen que decir los marxistas de esto? ¿Simplemente ignorar la situación real y continuar defendiendo la misma posición?. La solución de... (la OSI) y otros en la izquierda es un estado palestino, que era también nuestra política inicial, con derechos de autonomía para los judíos. No tenemos la posición de una solución de dos estados con una base burguesa, como defienden algunos grupos pequeños. Esto es un sueño utópico.
Propuestas anteriores preveían conceder a los palestinos solamente una pequeña porción de la Palestina histórica. Por ejemplo, la propuesta del anterior primer ministro israelí Olmert de una redivisión de Palestina, que está ahora fuera de la agenda, solamente dejaría un 10% como estado para los palestinos. Sería un nuevo Batustán. No sería un estado viable para los palestinos. No hay bajo el capitalismo una solución de dos estados viable. No se puede descartar un acuerdo provisional pero no es una solución a la cuestión nacional ni para los palestinos ni para los israelíes. Sin embargo, la idea de una solución con dos estados, de una Palestina socialista y un Israel socialista dentro de una confederación de Oriente Medio es, en esta fase, una demanda programática correcta" (Marxismo en el Mundo Actual, páginas 29-30).
Sin duda la OSI y otros desprecian la idea de una confederación socialista en Oriente Medio como una solución irrealizable para resolver los problemas de las masas en la región. Pero los propios capitalistas no desprecian los grandes beneficios económicos que surgirían de una confederación en la zona: "Por ejemplo, Egipto tiene costes laborales bajos pero un desempleo juvenil alto. La vecina Libia tiene un exceso de capital, grandes proyectos de infraestructura y una insaciable demanda de trabajadores. Turquía tiene experiencia en la construcción de aeropuertos, puentes y carreteras. Todo esto necesita conectarse. Según nuestros estudios, hay compromisos de envíos de fondos a Egipto por valor de 20.000 millones de dólares, pero sin ningún plan de inversión a largo plazo. La Liga Árabe, la estructura regional actual, no tiene la credibilidad, capacidad ni creatividad para ayudar a estas naciones a recobrarse". (Financial Times, 20 de junio de 2014).
Los capitalistas en Oriente Medio son incapaces de realizar un proyecto así. La clase trabajadora, sin embargo, trabajando de forma unitaria y estableciendo un socialismo democrático en la región sería capaz de implementar una confederación socialista.
La OSI ha comparado de manera tosca el Israel de hoy y Sudáfrica bajo el apartheid. Sin embargo, esto no refuerza sus críticas al CIT sino que las erosiona, ya que existen profundas diferencias entre la Sudáfrica del apartheid y el régimen de Israel, particularmente desde el punto de vista demográfico. Había 7 veces más africanos y otros grupos en Sudáfrica que población blanca. Pero ésta no es la situación de Israel y Palestina en este momento. Si se les amenaza con su destrucción, la población de Israel luchará.
En "Marxismo en el Mundo de Hoy" (página 32) escribimos:
"Incluso los que están a favor de la paz lucharían si su derecho a un estado separado se viera amenazado. La clase trabajadora israelí luchará si se les amenaza con echarlos al mar. Por lo tanto, se necesitan demandas transicionales para acercarnos a las masas. Nosotros proponemos a los israelíes que ellos decidan las fronteras de su futuro estado en una confederación socialista. Incluso es posible que los israelíes y los palestinos decidan vivir juntos en el mismo estado, con autonomía para ambos, en base a una revolución socialista en Oriente Medio. Esto no podemos decidirlo de antemano. Pero la dialéctica de la situación es que si intentas imponer una solución de un estado en este momento, será rechazada.
Israel es una herida abierta en la región. Una cuestión clave en la revolución de Oriente Medio es como separar a los trabajadores israelíes de su clase dirigente. Desafíalos, amenaza su idea de una patria israelí, y no habrá manera de conseguirlo".
Por el momento, tenemos que enfrentarnos al hecho de que los palestinos y los judíos han decidido que no pueden vivir juntos en un solo estado. Este es su estado de conciencia en este momento. ¿Qué debe contestar un marxista y un trotskista en esta situación? La OSI solamente repite fórmulas abstractas y dogmáticas que no guardan ninguna relación con la realidad sobre el terreno. Los socialistas y los marxistas no podemos obligar a dos pueblos separados a vivir en el mismo estado.
Campañas de boicot a Israel
En cuanto a las campañas BDS, la OSI critica un artículo de Judy Beishon en "Socialism Today" (revista mensual del "Socialist Party", CIT en Inglaterra y Gales) de junio de 2013. De nuevo, sus argumentos son completamente falsos e incorrectos. Ni Beishon ni el CIT se oponen a todos los boicots. Enfatizamos que solamente la acción de masas unitaria de los trabajadores israelíes y palestinos puede crear la fuerza para derrocar al capitalismo, tanto en Israel como en Palestina. Sin embargo, boicots con objetivos selectivos pueden jugar un papel en el debilitamiento del estado de Israel, por ejemplo, un boicot a la exportación de armas, al igual que bienes y productos de los territorios ocupados o un boicot a las universidades localizadas allí. Estas medidas pueden ser útiles para subrayar la opresión a los palestinos. Pero por sí mismas no serán suficientes para minar seriamente el poder del gobierno de Israel o de la clase dirigente, no más que las sanciones y el boicot de los productos sudafricanos debilitaron el régimen del apartheid. Además, un boicot de ciertos productos, que podría crecer ahora por el horror de los acontecimientos en Gaza, debería ser discutido tanto con los trabajadores palestinos como, particularmente, con los israelíes. Todo esto se discutía con detalle en el artículo de Judy, que nosotros apoyamos.
La OSI ha adoptado un enfoque similarmente parcial en relación al disparo de cohetes por Hamás hacia Israel. Nunca nos hemos opuestos al derecho de los palestinos a defenderse ellos mismos de los ataques de Israel, incluyendo la defensa armada en Gaza y los ataques legítimos contra objetivos militares en suelo israelí. No obstante, señalamos su inefectividad (es como usar cerbatanas contra tanques) pero también que pueden ser contraproducente cuando se utilizan indiscriminadamente contra civiles. Esto empuja a los trabajadores israelíes a los brazos de sus peores enemigos, el gobierno de derechas de Netanyahu, al igual que los ataques indiscriminados israelíes contra los civiles de Gaza no han debilitado la fuerza de Hamás.
La cuestión nacional es inconmensurablemente más complicada que la existente en tiempos de Lenin y Trotsky. Para los marxistas tiene dos caras. Por una parte nos oponemos al nacionalismo burgués que intenta dividir a la clase trabajadora y apoyamos la máxima unidad de la clase trabajadora por encima de las fronteras y en todo el mundo. Pero al mismo tiempo nos oponemos a la incorporación forzosa de nacionalidades distintas dentro de un estado contra su voluntad. Apoyamos la independencia de Ucrania pero nos oponemos completamente al régimen de Kiev y a su política de basarse en neo-fascistas y nacionalistas ucranianos y su supresión de los derechos de las minorías. De igual manera, nos oponemos al chovinismo de la Gran Rusia que apoyan Putin y sus simpatizantes y luchamos por la independencia de la clase trabajadora en su lucha por una confederación socialista en la región.
Solamente a través de un programa y perspectivas de clase claros, que evite la propaganda abstracta, se puede despejar el camino para ganar a los trabajadores al socialismo y al marxismo incluso en las duras condiciones objetivas de guerra y conflicto.
Ariel Sharon - un arquitecto brutal de crímenes monstruosos
Posted by Nuestra publicación: on miércoles, febrero 05, 2014
El carnicero de Sabra y Shatila ha muerto
Shahar Benhorin , Movimiento de Lucha Socialista (CIT en
Israel / Palestina)
El carnicero de Sabra y Shatila ha muerto. Ariel Sharon ,
una vez conocido como el "padre de los asentamientos israelíes " ,
murió después de ocho años en semi coma, después de un derrame cerebral
mientras todavía era primer ministro en enero de 2006.
Muchos líderes capitalistas anteriores y actuales de todo el
mundo han expresado condolencias, pena e incluso admiración por este ex general
y político israelí. Junto con muchos de los principales medios de comunicación
fuera del mundo árabe, que están tratando de encubrir, reescribir la historia y
adecuar el registro de un criminal de guerra - con la ayuda de la
personalización demagógica - como combatiente valiente por la paz.
"Él era un guerrero a la vieja usanza y un socio en la
búsqueda de la seguridad de la Tierra Santa y una mejor paz en Oriente
Medio", dijo George W Bush. El Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry,
sugirió que " en sus últimos años como primer ministro, sorprendió a
muchos en su búsqueda de la paz " . El primer ministro británico, David
Cameron, dijo que " como primer ministro tomó decisiones valientes y
controvertidas en la búsqueda de la paz, antes de que fuera tan trágicamente
incapacitado " .
La austeridad y la brutalidad
Un Thatcherista duro, los gobiernos de Sharon implementaron
medidas neoliberales agresivas, reprimió las huelgas de los trabajadores y fue
directamente responsables de un fuerte aumento de la pobreza en la sociedad
israelí. Un tercio de los niños viven bajo la línea de pobreza . "Ustedes
están matando gente " acusó un diputado del Likud una vez a sus colegas
ministros del Likud en una reunión con ellos, en un intento de diferenciarse de
las medidas neoliberales del gobierno de Sharon.
Se informó que Sharon comentó sarcásticamente sobre la
acusación a otro político junto a él : "De todas las personas aquí, yo soy
el único que ha matado a gente ... Y quiero decir con las manos, ¿de acuerdo?"
La historia de la vida de Sharon incluye un buen número de
los crímenes más horrendos del régimen israelí contra el pueblo palestino y las
masas de la región - y , en realidad, él no trajo más que la guerra y la
adversidad a la gente de la clase obrera israelí.
A la edad de 20, después de seis años de entrenamiento
militar en la Haganá (pre –Ejercito de Defensa de Israel - FDI, milicia
sionista), participó en el 1948 la guerra árabe-israelí como comandante de
pelotón. En la "operación Danny", mientras las fuerzas de las FDI en
Ramla y Lod causaron un baño de sangre y el desarraigo de decenas de miles de
palestinos de estas ciudades, el pelotón de Sharon participó en redadas en
aldeas palestinas, destruidas , al igual que la mayoría de los pueblos que
existían en el país hasta ese momento, como parte de la limpieza étnica que se
conoció como la Nakba palestina ( catástrofe ).
Más de 60 palestinos murieron en la masacre del pueblo de
Qibya en la Ribera Occidental en 1953 ( entonces bajo dominio jordano) , cuando
Sharon dirigió la infame unidad de comando 101 de las Fuerzas de Defensa de
Israel ( FDI ) para causar " daño máximo a la vida " en contra de los
residentes.
Fue culpado por liderar una sangrienta batalla no autorizado
durante la guerra del Sinaí de 1956 - iniciada por el imperialismo británico y
francés en respuesta a la nacionalización del canal de Suez por Nasser - y por
su posible participación en una ejecución de prisioneros de guerra egipcios.
Ben- Gurion, el primer primer ministro israelí, apreciaba
fervientemente el historial militar de Sharon y ayudó a impulsar su carrera (de
hecho, también le sugirió su apellido hebreizado , Sharon ). Como Mayor General
( Aluf ) en vísperas de la guerra de ocupación de 1967, Sharon se impacientó
con la demora en la decisión del gobierno de lanzar la guerra, por lo que
propuso la consideración de un golpe militar con el fin de hacerlo sin el
consentimiento del gobierno.
Después de la guerra de desgaste entre Israel y Egipto
(1969-1970), como el jefe del Comando Sur, dirigió ataques brutales contra los
residentes de la Franja de Gaza, y dirigió el desarraigo salvaje de miles de
residentes beduinos de sus hogares en el norte de Sinaí, en 1972, en ese momento
bajo la ocupación israelí, en beneficio de nuevos asentamientos israelíes.
Se había retirado del servicio militar regular justo antes
de la guerra del Yom Kippur en 1973, su destacada participación en ella la uso para
adquirir poder político. Inició la
fundación del partido actualmente gobernante, el Likud, uniendo diferentes
fuerzas de la derecha, como contra-balance al entonces hegemónico aparato
“Laborista”. Durante la guerra de 1973, fue nombrado como uno de los comandantes
en el frente del Sinaí, pero ya como candidato del Likud para la Knesset
(parlamento ), se basó, al igual que algunos otros generales, en su perfil
militar para ayudar a construir un base social de apoyo para sí mismo. Al mismo
tiempo, se convirtió en uno de los defensores más destacados del proyecto de colonización
con asentamientos israelíes en los territorios recién ocupados .
Diputado del Likud diputado en las elecciones de diciembre
de 1973, renunció rápidamente al parlamento en un cambio oportunista calculado
de carrera, y luego fue nombrado como asesor de seguridad del primer ministro
laborista. En poco tiempo, él declaró su propio nuevo partido, que hizo campaña
explícitamente por él para que se convirtiera en el ministro de Defensa, en
cualquier futuro gobierno - hasta que se reunificó de nuevo con el Likud poco
después de la subida de este último al poder en 1977.
Hay informes, según los cuales, el primer ministro del Likud,
Menachem Begin, sostuvo que "Sharon podría concentrar tanques alrededor de
la oficina del primer ministro" al negar a Sharon el Ministerio de
Defensa. Pero él consiguió ese trabajo eventualmente en el siguiente gobierno
del Likud, por la única razón de que como un dirigente de los colonos fue
considerado como el más apto para dirigir la evacuación de los asentamientos
israelíes en la península del Sinaí en 1982, bajo el ' acuerdo de paz ' con
Egipto. Esto fue en gran parte un precursor del posterior papel de Sharon en la
Franja de Gaza.
Sabra y Shatila
De todas las diferentes atrocidades, probablemente una de
las masacres más conocidas vinculadas a Sharon fue Sabra y Shatila en Beirut,
Líbano, en 1982. Cientos, si no más, de refugiados palestinos y residentes
chiítas libaneses fueron asesinados durante un día y medio por fanáticos de las
Falanges Cristianas. La zona estaba bajo la ocupación israelí, cuando las
fuerzas de las FDI - explotando cínicamente las divisiones religiosas sectarias
libanesas – autorizaron, bajo la orden directa de Sharon, la entrada de las
Falanges , iluminando la zona con bengalas e impidiendo la fuga de los
residentes que lo imploraban. Los informes de la escena del asesinato en masa
llegaron a Sharon, entonces ministro de Defensa, y se permitió a las Falanges
terminar su frenesí de muerte.
Sharon fue el cerebro de esa guerra, con el objetivo de
aplastar las milicias palestinas y
explotar la guerra civil del Líbano con el fin de instalar un régimen
títere cristiano y hacer cumplir un "acuerdo de paz" con Israel. Él
incluso engañó al gobierno acerca de la escala de la invasión en el terreno.
Miles de palestinos, libaneses y sirios murieron en la primera semana del
ataque solamente. Más de 1.200 soldados israelíes murieron durante la guerra y
en la posterior ocupación del sur del Líbano, hasta la retirada de las FDI, 18
años más tarde.
Los horrores de la masacre de Sabra y Chatila desataron la
indignación, la ira y las protestas a nivel internacional. En Israel se desató
una protesta masiva, el mayor movimiento contra la guerra en la historia de
Israel. Cientos de miles de personas protestaron exigiendo la investigación de
los responsables, la retirada de las fuerzas del ejército del Líbano y la
renuncia de Sharon y el Primer Ministro Menachem Begin. Los soldados en el
frente convirtieron una canción infantil en una canción de protesta en contra
de ser utilizados como carne de cañón para los planes imperialistas de Sharon:
"El avión ha llegado, nos llevarán volando al Líbano, vamos a luchar por
Sharon, y regresar en un ataúd". Un movimiento de soldados que se negaban
a ir a luchar en el Líbano fue ganando terreno.
Una comisión estatal de investigación pidió a Sharon dimitir
como ministro de Defensa. Él se negó, hasta que la presión pública se
incrementó después de que un manifestante contra la guerra, fue asesinado como
resultado de una granada de mano lanzada por un activista de extrema derecha en
una manifestación contra la guerra en Jerusalén. Permaneció en el gobierno sin
embargo, y en los sucesivos gobiernos, tomando otros roles.
Intifadas
En diciembre de 1987, en los primeros días de la primera
intifada, un levantamiento popular contra la ocupación, Sharon llevó a cabo una
provocación, celebró una fiesta de inauguración de su segunda casa recién
comprada, en el corazón del barrio musulmán de Jerusalén oriental ocupada.
Trece años más tarde, su provocativa subida al Monte del
Templo se convirtió en el detonante de la segunda intifada, la rebelión contra
el engaño del "proceso de paz " de Olso.
Apoyado en una ola nacionalista reaccionaria nutrida en la
sociedad israelí, fue impulsado a la posición de primer ministro en 2001. Le
fue confiada por la élite gobernante israelí librar dos guerras - una
sangrienta campaña militar contra los palestinos y una guerra de clases contra
la clase obrera israelí. Y, en primer lugar, con su amplio ' gobierno de unidad
nacional ", combatió esas guerras sin piedad.
La campaña de Bush de " guerra contra el terror "
después del ataque terrorista del 11 de septiembre fue utilizada por el
gobierno de Sharon como mayor respaldo a sus acciones. Probando diferentes
tácticas, finalmente se orientó, tras una serie de atentados suicidas horribles
en ciudades israelíes en marzo de 2002, a intensificar la guerra contra los
palestinos, con la completa re- ocupación de todos los centros de población
bajo la Autoridad Palestina . Alrededor de 500 palestinos y 29 soldados
israelíes, murieron en esa "Operación Escudo Defensivo ". En el campo
de refugiados de Jenin, un ataque militar feroz de 12 días dejó más de 50
palestinos muertos. Algunos fueron enterrados bajo los escombros de sus casas
mientras las excavadoras de las FDI demolieron rápidamente más de un centenar
de casas en el campamento. Un aluvión hipócrita de "iniciativas de paz
" internacionales y locales siguió a esto.
En la víspera de esa ofensiva, la Liga Árabe , bajo el
liderazgo de Arabia Saudita, motivada por las preocupaciones sobre la
desestabilización de la región, presentó su "iniciativa de paz" (que
ofrecía completa normalización con Israel , a cambio de la retirada completa de
todos los territorios ocupados en 1967) .
La administración Bush luego, menos de un año antes de la
invasión a Irak, fue al mismo tiempo en busca de llegar a una " iniciativa
de paz " entre Israel y Palestina que podría apaciguar a la opinión
pública regional e internacional, y fortalecer su influencia regional. Rusia,
la UE y la ONU se alinearon con los EE.UU. , por sus propios intereses en la
región, para formar el ' Cuarteto '. Este foro pronto asumió la misión de
supervisar el plan de promoción de la ' Hoja de Ruta ' de Bush recientemente
presentado, con su promesa formal, una vez más, de un Estado palestino (para el
2003 ) y un fin al conflicto (para el 2005 ) .
Algunas iniciativas paralelas de diferentes partes de la
clase dirigente israelí tomaron forma en ese momento. Sharon fue empujado a
mostrar la adhesión al plan del gobierno de EE.UU. . Presentando toda una lista
de reservas, afirmó que el líder palestino Yasser Arafat era un obstáculo que
debía ser eliminado antes que se hiciera cualquier progreso político (como indica
evidencia reciente, la muerte de Arafat en 2004 fue posiblemente el resultado
de un asesinato por parte de la servicios secretos israelíes bajo el gobierno
de Sharon ).
Con el trasfondo de la situación de guerra en 2002, el
gobierno de Sharon utilizó los atentados suicidas como un pretexto para la
construcción de la gigantesca barrera de separación, el muro y las vallas, que
se extiende a lo largo de cientos de kilómetros hoy dentro de Cisjordania .
Sharon rechazó inicialmente la idea de construir cualquier tipo de pared casi fronteriza
dentro de Cisjordania, porque él lo vio como un paso hacia el bloqueo de la
actividad de asentamientos en el otro lado de la misma. Pero, finalmente, lo
aceptó, entre otras cosas porque de esta manera, se han utilizado los ataques
terroristas para justificar una pared para concretar la anexión de los grandes
bloques de asentamientos. A pesar de que una parte significativa no se ha construido
en ese momento, los atentados suicidas se retiraron debido a los cambios
estratégicos entre las milicias palestinas, afectados por la disminución del
apoyo público palestino para tales medidas.
Plan de Desconexión
Hacia el final de 2002, Sharon con palabras reconoció un
futuro Estado palestino, en una maniobra retórica similar a la que más tarde se
servirá el actual primer ministro Netanyahu. Dentro de un año, declaró su Plan
de Desconexión. Esta maniobra estuvo lejos de una "búsqueda de la
paz".
Detrás del plan para desmantelar los asentamientos y bases
militares en la Franja de Gaza había una combinación de preocupaciones
demográficas del régimen israelí ( que el crecimiento de la población palestina
en las zonas bajo control israelí conduciría a la población israelí judía a
convertirse en una minoría ), y su entendimiento de que los palestinos
inevitablemente volverían a tomar la ruta de la lucha contra la ocupación otra
vez.
Sharon expresó estos temores de la elite gobernante en
cuanto a la ocupación, cuando declaró en 2003 : " Los pensamientos y las
ideas que uno pueda seguir para mantener bajo ocupación ... 3,5 millones de
palestinos son una cosa deplorable para Israel ... Necesitamos ser liberados de
controlar 3,5 millones de palestinos que se están reproduciendo " .
El movimiento de los colonos, y su ideología " del Gran
Israel ' , sufrió un golpe con la retirada de Gaza de 2005. En el momento
álgido de la guerra en 2002, Sharon había declarado que no iba a evacuar los
asentamientos, y que " el destino de Netzarim ( un antiguo asentamiento
israelí en el corazón de la Franja de Gaza) es como el destino de Tel- Aviv
" . Pero era un movimiento estratégico de compromiso destinado a
fortificar la ocupación israelí y otros asentamientos principales , y preparó
el terreno para una escalada de medidas brutales contra los palestinos en la
Franja de Gaza, que se convirtió en una prisión al aire libre gigante. Esto se
demostró gráficamente con las políticas de asedio y horribles de masacres en la
guerra de Gaza de 2008-09, y la Operación Columna de Nube de 2012.
El legado de Sharon
Poco después del entierro de Sharon en una tumba privada
técnicamente ilegal en la vasta granja de su rica familia en el norte del
Néguev - no muy lejos de la Franja de Gaza - dos proyectiles fueron lanzados
por las milicias palestinas de la Franja, y la Fuerza Aérea de Israel realizó
otro " bombardeos de rutina” de esta densa franja de tierra. Hace menos de
un mes, una niña de cuatro años murió en un ataque de ese tipo.
Ocho años después de que él cayó en su semi - coma, muchos
representantes de la clase dominante israelí parecen estar tratando de evocar
el espíritu de Sharon. Durante su tiempo como primer ministro, se llevaron a
cabo unas cuantas investigaciones de corrupción en su contra, pero los
principales medios de comunicación israelíes trabajaron conscientemente para protegerlo
de la crítica pública.
El nombre Sharon mudó la marca y se marketeó como un fuerte
líder de la nación, una especie de bonapartismo parlamentario, supuestamente en
lucha por la paz . Su división más tarde desde el Likud y la creación del
partido Kadima fueron invocados por un gran sector de la clase dominante
israelí para poder retirarse unilateralmente de parte de Cisjordania, en una
versión limitada de la retirada de la Franja. El Kadima post- Sharon ganó las
elecciones de 2006 con tal promesa, y dirigió dos nuevas guerras en el Líbano y
Gaza. Temiendo una Cisjordania, controlada por Hamas, abandonaron la estrategia
"unilateral " .
La invocación de Sharon es utilizada por algunos miembros de
la clase dirigente israelí e internacional para ejercer presión sobre el
gobierno de Netanyahu para que tome "decisiones difíciles" en la
farsa de negociaciones con la Autoridad Palestina .
En la post - Primavera árabe de Oriente Medio, con sus
preocupaciones demográficas sin resolver, y con el trasfondo de creciente ira
entre los palestinos, así como la ampliación de aislamiento internacional de
Israel, la clase dominante de Israel está muy frustrada con su actual gobierno.
Pero un carnicero corrupto como Sharon no habría resuelto sus problemas.
Los ataques continuos contra los palestinos, tarde o
temprano serán contestadas de nuevo con una lucha masiva por los palestinos.
Con el retroceso de apoyo a los asentamientos israelíes, una nueva generación
de trabajadores y jóvenes israelíes, en la búsqueda de la justicia social y la
paz, tendrá que pasar a luchar contra la ocupación y la opresión de los
palestinos, así como por sus propios intereses de clase. Estas luchas, junto
con la construcción de fuertes fuerzas socialistas en Israel y los territorios
ocupados, podrían arruinar el legado venenoso dejado por Sharon.
La lucha en Palestina: ¿Cómo conseguir un estado?
Posted by Nuestra publicación: on lunes, mayo 20, 2013
Judy Beishon, "Socialist
Party" (CIT en Inglaterra y Gales). Publicado originalmente el 12/05/2013
en www.socialistworld.net, página web en inglés
del CIT.
El secretario de estado de Estados
Unidos John Kerry recientemente debatió con miembros de la Liga Árabe como
reavivar el proceso de paz entre Israel y Palestina. Sin embargo, muchos se
preguntan si un estado palestino viable al lado de Israel es
actualmente posible, debido a que el gobierno de éste último ha incrementado
progresivamente el número de asentamientos judíos en Cisjordania y Jerusalén
Este. Algunos han abandonado la idea de una solución con dos estados para
unirse a aquellos que reclaman un solo estado. Pero, ¿es la lucha por un solo
estado viable? Judy Beishon del Comité Ejecutivo del "Socialist
Party" (CIT en Inglaterra y Gales) aborda esta cuestión fundamental: ¿Qué
programa deberíamos adoptar los socialistas para la creación un estado palestino
y el fin de este conflicto?
Más de cuatro millones de palestinos en
Cisjordania y Gaza sufren enormemente bajo la ocupación de Israel, con
altísimos niveles de pobreza y desempleo y sometidos a frecuentes incursiones
violentas y misiles del ejército de Israel con el objetivo de matar, mutilar e
intimidar (más de 6.500 palestinos han sido asesinados en los últimos 12 años).
Desesperados por salir de esta pesadilla, los palestinos se inspiraron en el
derrocamiento en 2011 de los dictadores árabes en Egipto y Túnez y tuvieron
esperanzas en que su propia lucha podría reavivarse y avanzar.
Durante los dos últimos años han tenido
lugar manifestaciones en toda Cisjordania en solidaridad con las protestas y
las huelgas de hambre de los prisioneros palestinos y contra los recortes.
Éstos incluyeron una huelga de 48 horas de los trabajadores de la Autoridad
Palestina en diciembre para demandar el pago de sus nóminas atrasadas. Contra
estas protestas las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina han utilizado
gas lacrimógeno y porras.
Mucha de la rabia contra los recortes
impuestos por la Autoridad Palestina es canalizada contra la ocupación. Sin
embargo, también se dirige contra los líderes palestinos que colaboran con la
ocupación. Las demandas incluyen la destitución del primer ministro de la
Autoridad Palestina Salam Fayyad y del presidente Mahmoud Abbas, que han
fallado miserablemente en la defensa de los intereses palestinos.
Las elecciones municipales en
Cisjordania en octubre del año pasado mostraron un declive en el apoyo al
partido de Abbas, Al-Fatah, mientras candidatos independientes obtuvieron
buenos resultados en ciudades importantes como Naplus, Ramala y Yenín.
También ha habido recientemente
protestas en Gaza, especialmente contra la interrupción de la ayuda
internacional. Hay un apoyo amplio en todos los territorios palestinos para
terminar con la separación de las administraciones de Gaza, liderada por Hamás,
y la de Cisjordania, liderada por Al-Fatah, separación que existe desde 2007.
Se han firmado tres acuerdos de reconciliación bajo esta presión desde mayo de
2011, pero todavía no se ha vuelto a un gobierno unificado.
Petición a las
Naciones Unidas
Como reflejo de la desesperación de la
población y de la propia desesperación de Abbas para mejorar su situación, el
pasado noviembre solicitó cambiar el estatus de Palestina en la ONU de
"entidad" a "estado". Debido a la presión que sentía desde
abajo, utilizó un lenguaje más fuerte que anteriormente, mencionando la "limpieza
étnica" en Jerusalén y otros lugares.
Se le concedió el estatus de
"estado observador" (es decir, estado no miembro de la ONU), pero
aunque los palestinos recibieron bien este cambio, pocos lo vieron como algo
más que la victoria simbólica que era y una humillación internacional merecida
de la cada vez más aislada clase dirigente israelí. Solamente 8 estados de los
193 en la ONU votaron con Israel en contra de esta resolución.
El gobierno israelí respondió a esta
votación en la ONU - y con las próximas elecciones generales en mente -
reteniendo millones de dólares de impuestos que se deben a la Autoridad
Palestina y anunciando nuevos proyectos de asentamientos. Ya hay un número
récord de asentamientos judíos - más de 500.000 - pero el plan de vivienda E1
propuesto amenaza con añadir a esto la ruptura de Cisjordania en dos
partes, norte y sur, y la separación de Jerusalén Este (árabe) de Cisjordania.
También hay un proyecto de 2610 viviendas entre Jerusalén y Belén.
Incluso el responsable de las
negociaciones por la Autoridad Palestina, Saeb Erekat, se vio obligado a
contestar: "No hablemos de una solución con dos estados... hablemos de una
realidad con un estado entre el río Jordán y el Mediterráneo.
El origen de la
propuesta de "dos estados"
La resolución de la ONU 181 de 1947, que
sentó las bases para décadas de un conflicto sangriento, se aprobó para dividir
el Mandato británico de Palestina y crear el estado de Israel. Israel después
tomó más territorio y finalmente tomó el control completo de las áreas
palestinas con las guerras de 1948-9 y 1967. Actualmente casi cinco millones de
palestinos son refugiados registrados de la ONU, como resultado de estas
guerras, más de tres millones en los países circundantes.
La Organización para la Liberación de
Palestina (OLP) decidió en 1988 abandonar su demanda no conseguida de un estado
palestino con las fronteras previas a partición y en su lugar reclamó una
solución con dos estados - un estado palestino junto a un estado israelí. Éste
se basaría en los territorios que tenía Israel antes de la Guerra de los Seis
Días de 1967, lo que dejaría a los palestinos con Cisjordania, Gaza y Jerusalén
Este como la capital, sumando el 22% de Palestina antes de 1948.
En los años 1990 los líderes de la OLP
fueron aún más lejos y votaron a favor de aceptar la existencia de Israel.
Incluso los líderes de Hamás, islamistas de derechas fuera de la OLP, a pesar
de negarse a reconocer Israel, a veces han hablado de una posible coexistencia
negociada y de largo plazo.
Fracaso del
capitalismo
Las luchas contra los recortes y por la
liberación nacional están íntimamente vinculadas, porque ninguno de ellos puede
tener un éxito completo sin un cambio fundamental en la sociedad. El
capitalismo ha demostrado ser completamente incapaz de acabar con el conflicto
por la tierra, los recursos, los mercados, etc.
El imperialismo occidental y la clase
dirigente israelí son los máximos culpables del sufrimiento del pueblo
palestino. Pero también se da el caso de que las élites capitalistas árabes no
desean seriamente promover los intereses de las masas palestinas, porque los
avances de los palestinos inspiraría una nueva oleada de luchas de los
trabajadores y los pobres (incluyendo las minorías oprimidas) a través de los
países árabes que pondría en peligro la riqueza y los privilegios de las
élites.
Las élites árabes, incluyendo a los
palestinos más ricos, tienen más en común con los capitalistas de todos el
mundo (sin excluir a los israelíes) que con los palestinos corrientes. Quieren aparecer
como colaboradores con la causa palestina para aumentar su popularidad en los
territorios ocupados, pero al mismo tiempo muchos de ellos hacen negocios con
sus homólogos judíos israelíes y con las grandes empresas multinacionales.
Ningún estratega capitalista a nivel internacional
ha sido capaz de encontrar una solución para dar a los palestinos un verdadero
estado y que traiga inversión a éste, y que al mismo tiempo satisfaga a las
élites dirigentes de Israel.
Los capitalistas israelíes tienen muchas
razones para evitar cualquier avance hacia un verdadero estado palestino. Éstas
incluyen el no querer un régimen a sus puertas con armas y con demandas de
tierra que fueron tomadas por Israel; la competencia adicional que encontrarían
por conseguir recursos naturales, inversiones internacionales y mercados; la
inspiración que traería a los árabes israelíes para luchar por la igualdad y a
los palestinos refugiados en los países de alrededor para volver a Palestina;
la inspiración para la clase trabajadora y clase media judía y árabe para
luchar por mejores niveles de vida; y no menos importante, la inevitable
indignación de los colonos judíos, ardientemente de extrema derecha, y sus
simpatizantes, que consideran ‘Judea y Samaria’ (la mayor parte de Cisjordania)
como tierras solamente para los judíos.
Israel con frecuencia utiliza cada
posible argumento o estratagema propagandística para retrasar las
negociaciones, desde los misiles disparados por las milicias palestinas dentro
de Israel (sean la Autoridad Palestina y Hamás cómplices o no) para demandar
que la Autoridad Palestina reconozca antes a Israel como un estado o patria
judía. El presidente de Estados Unidos Obama se hizo eco de esta demanda por
primera vez durante su visita a Israel en marzo, a pesar de que los líderes de
la Autoridad Palestina han aceptado hace mucho tiempo la existencia de Israel y
su aparato de seguridad coopera estrechamente con el de Israel.
Esto no significa que entre los
periódicos episodios de mayor derramamiento de sangre en el conflicto, los líderes
israelíes no cambien su posición o maniobren bajo la enorme presión
internacional u obligados por la inevitable futura lucha de las masas
palestinas – o para prevenirla. El que algunas veces hayan entrado en
negociaciones de paz y ocasionalmente estén obligados a hacer algunas
concesiones es un resultado colateral del propio conflicto en un grado u otro.
La élite israelí está muy alarmada por el
aislamiento internacional de Israel y por los acontecimientos en la región
(desarrollos nucleares en Irán, cambio de régimen en Egipto, guerra civil en
Siria, protestas contra los recortes en Jordania, etc.) y muchos de ellos
quieren apuntalar su posición y tratar de evitar un nuevo levantamiento
palestino embarcándose en un nuevo proceso de paz.
Sin embargo, en este momento están muy
divididos en cuanto a que propuestas hacer. Algunos no quieren hacer ninguna
mientras otros argumentan enérgicamente a favor de nuevas conversaciones con la
Autoridad Palestina. Yaakov Perry, antiguo jefe de Shabak, una de las tres
organizaciones principales de inteligencia israelí, y actual miembro electo del
parlamento israelí por Yesh Atid (N.T.: partido considerado de centro y laico),
declaró abiertamente: “¿Estamos al borde de una tercera intifada? Esta es una
posibilidad real debido a la gran desesperación que hay, junto con el punto
muerto político” y continuó con un aviso de que los “grupos fundamentalistas
islámicos” tomarán la iniciativa si no hay un proceso de paz (Haaretz,
13/01/2013).
El gobierno de coalición formado recientemente
tras las elecciones, liderado aún por Netanyahu, ha ordenado a la anteriormente
ministra de asuntos exteriores, Tzipi Livni, reiniciar el proceso de paz. ¡Qué
ridículas son las credenciales “pacifistas” de Livni, considerando que era
ministra de asuntos exteriores durante el brutal ataque a Gaza de 2008/9! Y
definió la maniobra palestina en la ONU de noviembre como un “ataque
estratégico terrorista”.
Sin embargo puede verse obligada a
decidir algunas concesiones; y a largo plazo un acuerdo podría llegar
posiblemente tan lejos como la de conceder un “estado” palestino de algún tipo,
aún bajo el capitalismo. Pero sería un estado con sus alas severamente
recortadas militar y económicamente y no satisfaría el anhelo palestino de
verdadera autodeterminación y mejora de sus niveles de vida.
La clase dirigente israelí se aseguró de
que los acuerdos de Oslo no fueran una verdadera ruta hacia la independencia de
Palestina. Durante todo ese proceso de “paz” continuó la construcción de
asentamientos judíos. En 1990, justo antes de que empezara el proceso, había
78.600 colonos en Cisjordania; este número se había doblado hasta los 154.400
en 1997, solamente 4 años después de firmar el acuerdo. Entre las muchas
restricciones y limitaciones del Protocolo de París de 1994, su apéndice
subordinada la economía de la Autoridad Palestina a Israel. La Autoridad
Palestina tenía que usar la moneda Israel y comprar agua, electricidad y
petróleo exclusivamente a Israel. Su IVA fue ajustado al de Israel y se obstruyeron
las cláusulas sobre los derechos de la Autoridad Palestina en comercio
internacional.
Es necesaria una lucha
de las masas
El CIT en Israel-Palestina (Maavak
Sotzyalisti/Nidal Eshteraki) e internacionalmente, llama a los palestinos a
construir acciones de masas organizadas democráticamente. Esto es crucial para
avanzar en la lucha y por la más que necesaria defensa, al igual que el derecho
a las armas contra las brutales operaciones lanzadas por el ejército israelí y
los asaltos asesinos de algunos de los colonos judíos de extrema derecha.
Los palestinos en los territorios ocupados
se levantaron en masa en la primera intifada que comenzó en 1987 y que llevó a
la concesión del proceso de paz de Oslo y a la formación de la Autoridad
Palestina en 1994. Cuando esto proceso no logró mejoras significativas ni un
estado, sino que en muchos casos empeoró la situación de los palestinos,
finalmente estalló la segunda intifada, un movimiento que erróneamente se distanció
de la acción de masas. En su lugar, se basó en individuos y organizaciones que
recurrieron desesperadamente a suicidios decididos de forma no democrática y
otros ataques sobre civiles israelíes y otros objetivos. Los ataques a civiles
son contraproducentes porque alejan en gran medida a los judíos israelíes de la
causa palestina y los dejan en manos de la propaganda derechista de su
gobierno. Esta naturaleza indiscriminada provoca las pérdidas sin sentido de
vidas de israelíes (incluyendo niños y árabes israelíes).
Se podrían organizar luchas masivas
contra muchos otros objetivos, incluyendo el muro de separación en Cisjordania,
bloqueos, tomas de tierras, demoliciones de casas, y otros aspectos de la
ocupación. La clase dirigente israelí teme mucho un movimiento determinado,
unificado y escalado de los palestinos, ya que no sería capaz de sofocarlo con
medios militares.
Los trabajadores y los pobres de Túnez y
Egipto mostraron lo efectiva que puede ser la acción de masas, incluso si estas
revoluciones no han ido lo suficientemente lejos.
Junto con la lucha contra la ocupación, los
palestinos se enfrentan a la necesaria tarea de derrocar a sus líderes políticos
pro-capitalistas, ya sean Al-Fatah, Hamás, la Yihad Islámica Palestina u otros,
ya que son incapaces de asegurar niveles de vida decentes o la liberación
nacional. Se necesitan construir comités de base coordinados, desde los
barrios, centros de trabajo y estudio, etc., para construir un nuevo partido de
masas de los trabajadores capaz de desafiar y derrocar al capitalismo.
Solución de un estado
La mayoría de los estrategas israelíes,
mientras resisten tenazmente cualquier paso hacia un genuino estado palestino
junto con Israel, no contemplan seriamente un solo estado de “Israel” o
“Palestina” que incluya tanto a la población israelí como a los palestinos de
Gaza y Cisjordania dándoles a los últimos los mismos derechos que a los
israelíes. Esto significaría que los judíos israelíes se convertirían en la
minoría (alrededor de 2020) en un estado que han construido como propio, y que
se originó como refugio seguro para los judíos después del Holocausto.
Ya que la ocupación no se ve como
sostenible indefinidamente, el anterior primer ministro Ariel Sharon decidió
obstaculizar el deslizamiento hacia un solo estado de facto mediante el intento
de una separación unilateral, precisamente debido a la situación demográfica
(siendo la tasa de crecimiento demográfico palestina mayor que la judía).
Todo este dilema para el capitalismo
israelí (el conflicto nacionalista y la tendencia demográfica) les ha llevado a
usar la represión militar y su programa de asentamientos e infraestructura para
confinar a los palestinos en enclaves arrasados por la pobreza. Con frecuencia
se han debatido otras ‘soluciones’ escandalosas, especialmente por parte de los
políticos del ala derecha, como entregar la represión de Gaza a la élite árabe,
anexionarse Cisjordania, y expulsar a parte de los palestinos tanto de Israel
como de Palestina.
Al contrario que la clase dirigente, los
trabajadores judíos en Israel no tienen nada que ganar del conflicto con
Palestina (que es igualmente una ‘trampa mortal’ para ellos). Una mayoría
genuinamente apoya la idea de un estado palestino junto al de Israel, al menos
para terminar la constante inseguridad a la que se enfrentan. Pero la idea de
un estado en la que ellos se convertirían en una minoría es también un anatema
para la mayoría de ellos. Temen ser discriminados, es decir, que se le dé la
vuelta a la situación en la que son los palestinos tanto dentro como fuera de
Israel los que son discriminados, en un país en el que ellos o sus ancestros
llegaron por considerarlo la patria judía y por la que hicieron sacrificios.
Una encuesta el pasado mes de octubre
mostraba esta postura: el 69% de los israelíes se opondrían a dar a los palestinos
el derecho a votar si Israel se anexionara Cisjordania.
Décadas de conflicto junto con la
propaganda sionista en Israel y las estrategias sin salida de los líderes
palestinos han creado enormes obstáculos para la confianza mutua, que solamente
se podrán eliminar completamente cuando desaparezcan la interferencia
imperialista y el capitalismo de la región. Mientras tanto, los socialistas en
Israel-Palestina e internacionalmente, en lugar de desestimar los temores de
los israelíes (y de los palestinos) sobre un ‘solo estado’, como hacen algunos,
deberían ayudar a exponer la división de clases en Israel, es decir, los
intereses diametralmente opuestos de la clase trabajadora y la clase
capitalista. La clase trabajadora israelí potencialmente tiene el poder, a
través de su rol fundamental en la producción, de paralizar la economía israelí
y poner al capitalismo israelí de rodillas.
Muchos marxistas se opusieron a la
creación de Israel en lo que era entonces el imperialista Mandato Británico de
Palestina, porque sabía que desplazaría a los palestinos y no sería una
solución segura para los judíos. Pero ahora que Israel y una ferviente
conciencia nacionalista israelí se han establecido, no se puede ignorar la
realidad. Un estado israelí con 6 millones de judíos y uno de los mayores
aparatos militares en el mundo, incluso con armas nucleares, no pueden ser
derrotados militarmente por los palestinos o por las fuerzas armadas de los
estados árabes para imponer una solución de un estado o la eliminación de
Israel.
Hacia una solución
Aunque generalmente tienen mejores
niveles de vida que los árabes israelíes (que son más de 1,5 millones), hay una
extensión de la pobreza e inseguridad financiera en la población judía de
Israel. Olas de ataques neoliberales de los gobiernos israelíes han caído sobre
ellos, recortando servicios, empleos, derechos y prestaciones sociales.
Como consecuencia, recientemente ha
habido muchas protestas y huelgas de trabajadores israelíes – judíos y árabes –
sobre temas sociales y económicos. Las disputas en los centros de trabajo han
incluido luchas contra privatizaciones, impagos de nóminas y bajos salarios.
Las protestas también se han dado contra ataques a derechos democráticos, por
ejemplo contra la legislación para evitar boicots.
En 2011, hubo un gran movimiento de
acampadas contra la escasez y el alto coste de la vivienda y contra la
“injusticia social” en general, incluyendo manifestaciones de magnitudes sin
precedentes en Israel en la que participaban cientos de miles de personas.
Es a través de nuevos movimientos de
este tipo, la próxima vez armados con un programa por el cambio y un
llamamiento a formar un nuevo partido de masa de trabajadores israelíes, como
la clase dirigente israelí con toda su brutalidad (que no es exclusiva de los
capitalistas israelíes) será desafiada y finalmente derrocada.
Dos estados
Un partido de masas de los trabajadores
israelí, además de ser capaz de adoptar un programa por una sociedad
democrática y socialista que sirva a los intereses de los israelíes corrientes,
incluyendo la minoría palestina, será capaz de demandar un fin de la ocupación
y la explotación de los territorios palestinos. Como parte de este programa, la
idea de dos estados tendría mucha mayor aceptación que la idea de un estado en
la mayoría de los trabajadores de ambos lados de la frontera. Con esto no se
niega que actualmente hay un gran escepticismo sobre si esto se puede
conseguir, después de los muchos intentos fracasados y destructivos de los
políticos capitalistas.
Aunque solamente una minoría de los
judíos israelíes está involucrada en campañas activas por un estado palestino,
hay un cuestionamiento y malestar en la sociedad Israel sobre los territorios
ocupados y un número significativo de soldados y reservistas no quieren ser
enviados allí. Sin embargo, al mismo tiempo hay una propaganda intensa del
gobierno israelí con el objetivo de justificar el estrangulamiento de los
territorios palestinos con la excusa de la seguridad israelí. Los misiles
lanzados desde Gaza que impactan en localidades israelíes son utilizados como
razones para reforzar la represión, el muro de separación y las restricciones a
los movimientos y comercio palestinos, que son declarados como necesarios para
proteger a los israelíes.
Pero pocos trabajadores judíos israelíes
quieren vivir en un permanente estado de conflicto, por lo que una combinación
de eventos probablemente acercaría a la mayoría de ellos a ayudar directamente
a la causa palestina, incluso luchando contra las grandes empresas israelíes, adoptando
un enfoque de cooperación con las luchas de los trabajadores palestinos en sus
territorios e internacionalmente (con el resultado de nuevas oleadas de luchas
de los palestinos y los trabajadores en otros países) y el final de los
asesinatos indiscriminados de civiles israelíes por los palestinos.
Socialismo
La adopción de un programa socialista en
ambos lados de la frontera sentaría las bases para unas posibles negociaciones
que estarían encabezadas por representantes de los trabajadores palestinos e
israelíes capaces de resolver los asuntos que no se resolvieron bajo el
capitalismo.
Las sociedades socialistas no pueden ser
construidas sobre la base de la coacción de ninguna nacionalidad; es importante
mantener derechos igualitarios de autodeterminación. Los trabajadores y los
pobres de la región decidirán democráticamente la forma exacta del acuerdo: las
fronteras, el acceso al agua y otros recursos, cómo Jerusalén podría contener
dos capitales, los recursos y la organización para el retorno de los
refugiados, las garantías de protección de los derechos de las minorías y otras
cuestiones vitales.
Los ‘hechos sobre el terreno’ impuestos
por las clases capitalistas pueden cambiarse basándose en el debate
democrático, el consenso y la garantía de los derechos. Al contrario que con
los grandes obstáculos existentes bajo el capitalismo, será posible llegar a un
acuerdo porque será posible proporcionar mejores viviendas y niveles de vida a
todos como resultado del incremento de las fuerzas productivas liberadas bajo
el socialismo (a través de la propiedad privada, una planificación de la
economía, y el fin del desempleo).
La propuesta de dos estados, un estado
socialista palestino y otro israelí, es la ruta hacia el socialismo que es más
probable que sea escuchada hoy, dada la situación actual. En cualquier estadio de
esta ruta, o después, basándose en un aumento de la confianza y avances mutuos,
se puede decidir democráticamente la convivencia en un estado, que formaría
parte de una confederación socialista en Oriente Medio.
De cualquier forma, a través del socialismo
el Oriente Medio estaría en ruta a una transformación desde la escena de uno de
los conflictos nacionalistas más prolongados y complejos en el mundo a uno de
diferentes nacionalidades que pueden convivir en harmonía, enriqueciendo sus
vidas económica, social y culturalmente.
Para más información (en inglés):
·
Israel: "Hay futuro" - sobre recortes,
racismo y resistencia http://www.socialistworld.net/doc/6228
·
Territorios ocupados de Cisjordania:
protestas contra el aumento de precio y los acuerdos de Oslo
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