Basilea III y la Reforma a la Ley General de Bancos en Chile

Posted by Nuestra publicación: on lunes, noviembre 09, 2015

Después de muchos años de postergaciones se ha anunciado que este año el gobierno enviará al congreso un proyecto de reforma a la Ley General de Bancos, para adecuar la normativa legal que rige la industria bancaria del país, a los acuerdos conocidos como Basilea III. Antes de enviar el proyecto al congreso el gobierno se ha comprometido a consensuar con los bancos los contenidos en una mesa común, por supuesto el gobierno no ha considerado para nada la participación de la Confederación de Sindicatos Bancarios y Afines.
La Banca que opera en Chile básicamente está regulada por los acuerdos de Basilea I. Tememos que además de ajustarse a las normativas de Basilea III ahora los bancos aprovecharán para adelantar sus intereses, en otros ámbitos como la desregulación de horarios y días de atención, y en general la flexibilización que liquidaría derechos que los trabajadores bancarios ha tenido por décadas.
Los acuerdos Basilea I y Basilea II, están enfocados en fijar niveles de reservas que deben mantener los bancos para enfrentar pérdidas bancarias, Basilea III en cambio tiene que ver con el riesgo sistémico de pánico bancario (corrida bancaria), y trata de los diferentes niveles de capital y de liquidez en relación con los distintos tipos de depósitos bancarios y préstamos. El acuerdo de Basilea III obliga a los bancos a aumentar sus reservas de capital para protegerse de posibles crisis sistémicas. Basilea III no sustituye, complementa las regulaciones de Basilea I y II.

El capitalismo global neoliberal, o post fordista, consiguió reducir significativamente la participación de los hogares de las familias de trabajadores, y otros sectores populares, en la renta nacional en beneficio del gran capital. Es decir se ha producido una transferencia masiva de riqueza desde el trabajo hacia el capital. La reducción del poder adquisitivo de grandes masas de la población genera un problema de falta de demanda agregada que había que resolver. Gran parte de la creciente importancia del sector financiero, y de la integración de los sectores de servicios, comercio y banca se explica porque el mecanismo para garantizar la capacidad de compra ha sido el endeudamiento masivo, el recurso al crédito y la bancarización extendida de la población. Enormes retornos de las empresas financieras, y la creación de sofisticados productos derivados, alimentaron la ilusión de que el dinero por si mismo podía producir ganancias, independientemente de la economía real, productiva, y mediante mecanismos de titularización en que se mezclaban productos y luego se fraccionaban para venderlos a inversores como productos derivados. En el límite inventaron préstamos con altos intereses a gente sin trabajo y sin activos. El resultado fue una verdadera locura de inversiones especulativas lo conocemos, con inversiones que se cayeron en 2007-2008 como castillo de naipe. Bancos gigantescos como Lehman Brothers de Estados Unidos no fueron capaces de soportar la pérdida y quebraron. Otros tuvieron más suerte y recibieron trato especial de los estados o directamente fueron rescatados por ellos, que traspasaron el costo a la gente de a pie, mediante políticas de recortes sociales y austeridad.
Las nuevas exigencias a la banca acordadas en la ciudad suiza de Basilea y promovidas por el Fondo de Estabilidad Financiera (FSB) y el G-20 apuntan a asegurar la liquidez y aumentar el capital de los bancos y son consecuencias de la crisis financiera global de 2007 – 2008, también conocida como la crisis de las hipotecas sub prime. Esta crisis que se extendió a la llamada “economía real” en lo que se ha conocido como la Gran Recesión (2008-2009), puso fin a décadas de crecimiento capitalista global, para dar paso a una nueva etapa de crecimiento lento, e incluso recesiones y contracción del crecimiento del comercio mundial. En su momento la quiebra de bancos, la difícil situación de otros, y la incertidumbre respecto al grado de exposición frente a los productos derivados provocaron la paralización del crédito interbancario. Basilea III, fue el reconocimiento que la crisis de 2007-2008 se propagó desde la banca, y la incapacidad de bancos, gigantes mundiales de la industria financiera, para responder a las necesidades de solvencia y liquidez debido a su sobre exposición a créditos, en alto porcentaje derivados, con altas tasas de retorno, pero de alto riesgo por su carácter especulativo.
Por Patricio Guzmán