Chile - Rebelión de las bases.

Posted by Nuestra publicación: on domingo, diciembre 07, 2014

Alfredo Armando Repetto


Esta pretendida Nueva Mayoría se formó con un objetivo: apaciguar las movilizaciones, tomar como propias nuestras demandas para después desviarlas hacia el Congreso y retomar la iniciativa política. El PC se sumó a esta farsa donde nuevamente los perjudicados somos los sectores populares, un pueblo que ellos dicen representar. Lo novedoso es que en ese sentido al Gobierno no le ha ido nada bien. De hecho, estos meses de administración parecen una eternidad por el desgaste del mismo. ¿De verdad creyeron que esta “democracia” de baja intensidad era el final de la historia?

Bachelet cede frente a sus benefactores -la patronal- al tiempo que l@s comunistas se convierten en una mentira. El régimen, absolutamente todo es una tremenda farsa.

Ayudaría a los sectores democráticos hoy nucleados en el movimiento social, que el PC blanquera su posición ideológica porque si entendemos que una organización de izquierda lo que busca es el cambio (definido en sus propuestas y tesis programáticas a través de la participación popular) debo decir que ellos están lejos de serlo. Seamos claros: la finalidad de la izquierda es llevar a los trabajadores al poder para construir otro país. De ahí que cuanto más amplios son los sectores de clase que organizamos, más cerca estamos de realizar la tarea de una libertad que no acepta el oportunismo.

Los patrones chantajean con una economía que controlan: presionan y amenazan, están acostumbrados a hacerlo. Así buscan terminar con cualquier “reforma” por mínima que sea. Pero Chile cambió y están cuestionados. Por ejemplo, en el nuevo escenario abierto con la agenda laboral, se profundizan las huelgas: 126 trabajadores del Sindicato 1 Komatsu Antofagasta, 500 de Sonda y Quintec, y 1.265 trabajadores no profesionales de la Clínica Dávila. Mega tiene 520, mientras los trabajadores Museo Interactivo Mirador, Cobre Cerrillos, de los jardines infantiles y salas cuna VTF en Paine, aportan otros tantos. También aumentan los paros ilegales: los trabajadores de la salud, de los municipales de Valdivia, de las futuras línea 3 y 6 del Metro de Santiago, y de la Federación de Trabajadores a Honorarios Públicos. Ni hablar de la batalla del Colegio de Profesores contra una directiva complaciente.

Esta tendencia a la “ilegalidad” de los paros y marchas se produce por la inexistencia del derecho efectivo a huelga que entonces empuja la acción de los trabajadores por fuera de la institucionalidad. Esto nos muestra que la única manera real de conquistar nuestros derechos es a través de la vía insurrecional; de hecho, toda expresión democrática de la voluntad popular está prohibida en la Constitución.

Para terminar con este festín de engaño, fraude, corrupción y colusión, debemos acabar con un régimen que se la juega por mantener la herencia de la dictadura en sus leyes de convivencia. Hay que cuestionar las instituciones autoritarias como la Presidencia, el Congreso, la justicia, los partidos, la burocracia sindical etc., para desde ahí desarrollar la lucha. Lo del Colegio de Profesores es una de las tantas expresiones de la crisis de representación de la burocracia sindical oficialista, con Bárbara Figueroa a la cabeza, que llevó a la CUT a ser la correa de transmisión del gobierno, abriendo así las tensiones en la superestructura sindical por donde puede emerger la batalla desde las bases. En esa perspectiva hay que prepararse, por el desarrollo de la organización autónoma y por un nuevo movimiento social, estudiantil y sindical combativo y revolucionario.