“Québec solidaire”, la esperanza de la izquierda en Canadá

Posted by Nuestra publicación: on lunes, abril 14, 2014


                          
MRF

El pasado 7 de abril se celebraron elecciones legislativas en la provincia de Quebec en Canadá, y el Partido “Québécois” gobernante fue destronado. Este partido nacionalista-separatista y social demócrata, como se identifica ideológicamente, perdió ante el Partido Liberal, su tradicional rival. Ambos partidos representan, sin embargo, a las empresas y a los ricos pero lo hacen con diferentes engaños y retórica. Como una nueva luz, en Quebec, se ha venido fortaleciendo un frente de izquierda que se llama  Québec solidaire (Quebec Solidario).
Québec solidaire  es una coalición principalmente anticapitalista, soberanista, defensora de los derechos de aborígenes, trabajadores, trabajadoras, defensora del medio ambiente y feminista, que fue fundada el 2006 –un año antes de las elecciones provinciales y lograron entonces un 3,64 por ciento del voto total aunque no lograron elegir a ningún representante. Hoy día su fuerza electoral alcanzó un 7,63 por ciento en esta última elección del 7 de abril y lograron elegir 3 candidatos al Parlamento provincial. 
                                                                                             
Québec solidaire está compuesta por dos fuerzas principales de izquierda y varios movimientos, partidos y colectivos entre los cuales está “Alternative Socialiste” la sección en Quebec del Comité Internacional de los Trabajadores. También son parte de Quebec solidaire tres tendencias trotskistas y dos partidos comunistas entre otros, todos formando parte de uno de los proyectos de acumulación de fuerzas de izquierda más interesante de la historia de las luchas populares y de trabajadores y trabajadoras en Canadá. Québec  solidaire tiene además apoyo de la Confederación Nacional de Sindicatos, la segunda confederación de trabajadores más importante de Quebec, y ha ganado el apoyo de miles de jóvenes trabajadores y estudiantes.

Levantar un proyecto exitoso de izquierda en Canadá es un esfuerzo, diría que una tarea titánica, que se ha venido haciendo realidad en Quebec principalmente porque la  población de esta provincia tiene la más alta conciencia política y de clase del país. Desde los años 40 del siglo pasado en todo el país no se ha elegido a nadie verdaderamente de izquierda en ningún nivel de gobierno. Posterior a la Segunda Guerra Mundial los obstáculos para construir una izquierda en Canadá han sido inmensos, ya sea por la imposición del Estado de Bienestar Social que concretó beneficios importantes pero trajo también mucha apatía política, ya por la persecución constante de activistas con la excusa de la Guerra Fría, ya por un sistema electoral de representación no proporcional que ha sido fatal para las minorías, ya por la existencia de un partido social demócrata como segunda o tercera fuerza que ha capitalizado y manipulado toda crítica al sistema, y que se ha convertido en un partido de derecha más, como todos sus similares en el mundo.                                    

El desarrollo de la crítica en Canadá es necesario como en cualquier otro lugar del mundo, en este país desde hace 25 años la clase trabajadora -que es la mayoría, ha ido perdiendo participación económica, social y política. Esto se ha acelerado en los últimos cinco años del gobierno federal Conservador de extrema derecha y sólo en la provincia de Quebec la crítica, en teoría y práctica, ha llegado a ser relevante.

Las dificultades para cuestionar y construir oposición al sistema dominante han aumentado desde los años 90; existe desconfianza hacia los y las izquierdistas que contribuyeron a desacreditar el proyecto histórico de la izquierda, sea por sus conductas personales o por su deslealtad y oportunismo.  Otros obstáculos están relacionados a la realidad política que se vive, ya que se tiene que lidiar con gobiernos provinciales antidemocráticos en todo Canadá, sean estos de derecha o de extrema derecha, gobiernos que tienen en su agenda el mandato de servir sólo a empresas y ricos. Una poderosa máquina propagandística desde los medios de comunicación favorece una ideología pro-corporativa y elitista que ha echado profundas raíces en la educación y no da espacio al pensamiento crítico. La prensa y la televisión son distractoras, favorecen la acumulación de riqueza en manos de pocos y a como dé lugar. Esto se refleja en un consumismo exagerado dominante en la población, que está profundamente endeudada – por persona casi 16.000 dólares, por hogar de casi 27.400 dólares sin contar la hipoteca. En Alberta el endeudamiento por persona es de 24.300, en Quebec es de 10.450. Por cada dólar ganado en un hogar canadiense se debe 1,6 –un índice preocupante para el Fondo Monetario Internacional.


En los últimos 30 años la provincia de Quebec, como todo Canadá, se desindustrializó drásticamente, con la excepción de la industria automotriz y de alta tecnología. El servicio y la especulación financiera e inmobiliaria han remplazado en gran parte la actividad industrial. Esto ha favorecido una dependencia económica creciente, que tiene su base en la explotación y exportación de recursos naturales,  actividad que hoy representa el 52 por ciento del Producto Interno Bruto del país. Canadá depende de los mercados de Estados Unidos y Asia; y, si estos se deterioraran sería fatal para la economía canadiense.  Muchos movimientos sociales y políticos de izquierda, como Québec  solidaire, demandan un proyecto que favorezca una economía local y participativa, que proteja el trabajo y el medio ambiente.