Fuente: La Chispa
Se han
quebrado las ilusiones de los sectores populares con el discurso del gobierno y
sus promesas incumplidas. La dura realidad que golpea en sus bolsillos ha
producido, en los últimos meses, que millones de trabajadores pasen de la
frustración y la bronca, a la movilización en respaldo a sus justas necesidades
insatisfechas.
Mientras el
gobierno miente, amenaza y promete, varias veces por semana, por radio y TV,
amplios sectores sociales en todo el país han comenzado a decir: BASTA!
Paro
y movilización del 27 de junio
El paro
nacional del gremio de camioneros y el llamado a la Concentración en Plaza de
Mayo del 27 de junio se transformó en una gran manifestación de repudio a la
política del gobierno. Ni las amenazas de todo tipo del gobierno, ni la
oposición abierta de los gremios falderos de CFK, ni siquiera la limitación de
la convocatoria (Moyano se cansó de repetir que el paro nacional era SOLO de camioneros)
impidieron que miles y miles de trabajadores pararan ese día en todo el país,
hicieran actos y se movilizaran en sus localidades; además marcharon a Plaza de
Mayo. Se sumaron a la protesta dando la espalda a sus dirigentes
sindicales (por ej. la CTA de Yasky y su aliado Baradel, que habían hecho una
campaña infernal contra el Acto en apoyo a la posición del gobierno).
El día 27,
mientras la presidenta del país viajaba a San Luis a interiorizarse por la
suerte de los cerditos de un frigorífico, en la Plaza de Mayo, frente a la casa
de gobierno, se desarrollaba un acto fundamentalmente obrero, 60.000 ó 70.000
personas que repudiaron el saqueo al que el gobierno “Nacional y Popular”
sometía a los trabajadores. Había comenzado la cuenta regresiva. Cristina, la
dadivosa, empezaba a ser vista como Cristina la mentirosa, la que aumenta el
saqueo a los que trabajan mientras protege a los banqueros, a las mineras, a
los grandes monopolios, y paga puntualmente la deuda externa.
Lo
que Cristina no quiere ver
En la
provincia de Buenos Aires los
paros y movilizaciones han sido protagonizados por todos los gremios estatales.
Más allá de sus dirigentes, los docentes, judiciales y profesionales de la
salud pararon: fueron a La Plata, hicieron actos y movilizaciones en muchas
ciudades de la provincia como Mar
del Plata,
Olavarría y Bahía Blanca. Hubo cortes de ruta, asambleas multitudinarias,
marchas, etc.
En Santa
Cruz, la provincia gobernada hace casi tres
décadas por los KK, el incendio comenzó a mediados de diciembre del año pasado.
La salud pública y las obras sociales están en la llaga. Docentes, judiciales,
estatales, en una movilización casi permanente en defensa de sus salarios y
condiciones de trabajo, y últimamente, hace casi 20 días, el
incendio pegó un salto: la policía que reclama su derecho a la sindicalización
y salarios dignos (sus sueldos actuales no llegan a $ 5000);
ahora ha sumado el apoyo de la oficialidad, y sus reclamos son vistos con
simpatía por la población.
En Chubut,
el conflicto en la empresa petrolera PAE comenzó con sus
trabajadores, “los dragones”. La producción permanece parada en Cerro Dragón
(el más importante yacimiento petrolero del país). El gobernador (un felpudo KK
que no sabe como salir del problema) ahora sueña con quitarle la concesión a la
empresa (capitales de EEUU y del estado Chino).
En Mendoza,
el gobernador Francisco Pérez (otro felpudo KK), el 9 de julio,
mientras presenciaba los actos por la Independencia, tuvo que soportar una gran
marcha antiminera llevada adelante por los vecinos autoconvocados
de San Carlos
(localidad donde se realizaba el acto por el día de la Independencia ).
En Chaco,
el gobernador Capitanich (ultra felpudo KK), está convulsionado por las
protestas rurales por sus promesas incumplidas de ayuda a más de 4000
productores por los daños de la sequía.
Paro por
tiempo indefinido del Sindicato de los Trabajadores del Gas, derivados y
Afines, que nuclea a los trabajadores de la empresa Camuzzi Gas Pampeana, un
conflicto que se extiende desde La Plata en Pcia. B. Aires) hasta Tierra del
Fuego.
En Necochea
(al igual que en múltiples localidades del gran Buenos Aires) las
marchas contra la inseguridad han ido en aumento. Primero marcharon por las
calles céntricas.
Después, el
lunes 9 de julio, más de 5000 vecinos llenaron la plaza principal, en el centro
cívico. El viernes 13, buena parte de ellos decidió copar el Concejo
Deliberante de Necochea para llevar, con tono enérgico, el reclamo de seguridad
que trasladan a las calles desde hace algunas semanas, hartos de la violencia y
la impunidad de los delincuentes.
En
pocas palabras: en todo el país diferentes sectores populares están en pie de
lucha. La mayoría de ellos casi con seguridad la votaron el año pasado. Ahora
la enfrentan con firmeza. El “modelo” solo
sobrevive en los discursos de Cristina Fernández y su corte. El embrujo
se ha roto. Ahora viene lo fundamental: organizarse, unificar los reclamos,
impulsar una dirección y un programa obrero y popular y nuevos dirigentes. O
sea una alternativa al saqueo y la corrupción de los Kirchner.
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