BOLIVIA: LA REFORMA AGRARIA Y LA NUEVA CONSTITUCIÓN; UN MOVIMIENTO REFORMISTA QUE PUEDE CONVERTIRSE EN UN MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO

Morales y el MAS también han iniciado una reforma agraria. Hasta ahora, el MAS ha “expropiado” más de 500.000 hectáreas de tierra no productivas de los grandes latifundistas y la ha distribuido a comunidades indígenas y a miles de campesinos pobres. Aunque criticamos los límites muy estrechos de la reforma, ASR apoya la redistribución de esta tierra como algo progresivo que justo ha empezado y que puede convertirse en una revolución agraria si las bases de los campesinos y comunidades indígenas se organizan y se movilizan con toda la fuerza que tienen.

Evo Morales y el MAS también realizaron una Asamblea Constituyente que ha aprobado el texto de una nueva Constitución Política del Estado (NCPE).

La nueva constitución no es socialista y tampoco es revolucionaria. Sin embargo, responde a una gran parte de las demandas de los movimientos sociales y tiene muchos aspectos socialistas y revolucionarios. Por ejemplo, promete, “participación real y vigorosa del Estado y la sociedad en la economía” y “prohíbe y sanciona el latifundio”. Garantiza “el derecho a la vida y a la integridad, a la alimentación, a la educación, a la salud y a un hábitat y vivienda adecuados” y “al trabajo digno y estable, con remuneración justa”. A los pueblos
indígenas garantiza, “Los derechos colectivos…a existir libremente, a su identidad cultural, espiritualidad, a la libre determinación, autogobierno y territorialidad en el marco de la unidad del Estado.”

Igual que el referéndum revocatorio, debemos apoyar la nueva constitución, pero como una herramienta para organizar y movilizarnos y no como un fin en si mismo. Sólo por aprobar la NCPE, no significa que todas las garantías se convertirán en realidad.

Los límites del sistema capitalista y la oposición derechista no lo permitirán. El valor principal de la NCPE será su rol como algo que legitimiza la lucha de los movimientos sociales e impulsa la acción directa y revolucionaria de los campesinos, obreros y gente de los barrios pobres y comunidades indígenas.

Los capitalistas tienen miedo de la misma verdad que nos inspira: un gobierno reformista que comienza con nacionalizaciones parciales, programas sociales, redistribución de tierra y una nueva constitución pueda convertirse en un movimiento revolucionario. Las reformas cuestionan el principio básico del capitalismo: respeto a la propiedad privada. Cuando la lucha se pone dura, acciones y medidas socialistas y revolucionarias se presentan como las únicas que pueden acabar con la oposición y presentar una alternativa viable al sistema capitalista.

La derecha está luchando con tanta fuerza en contra de la nueva constitución, las reformas y el gobierno de Evo y el MAS porque temen que el MAS vaya a perder control sobre los movimientos. Quieren derrumbar al gobierno de Morales para debilitar y desilusionar los movimientos sociales con su potencial revolucionario. Al fondo, temen una revolución socialista.

La mayor importancia de las reformas no radica del mejoramiento de la situación actual para la mayoría pobre—la situación de la mayoría todavía no ha mejorado—sino que en la elevación de las esperanzas de las masas que, en el contexto de una lucha organizada en contra de una oposición derechista, puede convertirse en una lucha revolucionaria en contra del sistema entero.

ASR defiende a Morales y el gobierno del MAS en contra de los ataques de la derecha porque queremos facilitar la transformación del movimiento reformista en un movimiento revolucionario. Queremos utilizar la revocatoria para organizar, concientizar y movilizar las bases de los movimientos sociales para que estén conscientes de la necesidad de derrumbar el capitalismo y construir una sociedad socialista. Por eso, para avanzar la lucha por el socialismo, decimos: “Vota “SI” a favor de la continuidad del proceso de cambio liderado por el Presidente Evo Morales Ayma y el vice-presidente Álvaro García.