Kate Millett: Feminista, escritora, activista y escultora estadounidense

Posted by Nuestra publicación: on martes, septiembre 15, 2015

«El amor ha sido el opio de las mujeres, como la religión el de las masas. Mientras nosotras amábamos, los hombres gobernaban.» – Kate Millett

Kate Millett
(14 de septiembre de 1934, Saint Paul, Minnesota, EE.UU.)
Feminista, escritora, activista y escultora estadounidense. Conocida por su libro de 1970 Política Sexual (Sexual Politics). Millett fue a la Universidad de Minnesota y se graduó cum laude en 1956. A continuación, realizó el posgrado en la Universidad de Oxford. Se trasladó a Japón en 1961, donde dio clases de inglés. Dos años más tarde regresó a los Estados Unidos con el escultor Fumio Yoshimura con quien se casó en 1965, separándose en la década de 1970. Fue una activa feminista desde finales de los 60 y en la década de 1970. En 1966, se convirtió en miembro del comité de la National Organitation of Women. En 1967 publicó un panfleto titulado Token Learnig contra los planes de estudio en las universidades para mujeres. En agosto de 1970, publicó su tesis Sexual Politics, donde ofreció una amplia crítica de la sociedad patriarcal en la sociedad occidental y la literatura. En 1971, comenzó a comprar y restaurar edificios cerca de Poughkeepsie, Nueva York. El proyecto finalmente se convertiría en Women's Art Colony Farm, una comunidad de mujeres artistas y escritoras.
Su libro Flying (1974) habla de su matrimonio con Yoshimura y sus amores con mujeres. En 1979, Millett fue a Irán a trabajar por los derechos de la mujer, fue pronto deportada, y escribió acerca de la experiencia en Going to Iran. Por su denuncia y activismo en contra de las condiciones de sometimiento de la mujer en el Islam, fue la primera persona acusada de Islamofobia. Sita (1977) es una reflexión sobre un amor atormentado. En The Loony-Bin Trip (1990) trata sobre el trastorno bipolar, describiendo experiencias en hospitales psiquiátricos y su decisión de suspender su terapia de litio.
A finales de la década de 1990 y principios de 2000, Millett estuvo involucrada en una disputa con la ciudad de Nueva York porque las autoridades querían desalojarla de su casa, como parte de un plan de reconversión masiva. Millett y otros recurrieron, pero perdieron en los tribunales. Su edificio fue demolido, y los residentes fueron realojados.

En 1968 comenzará la tercera ola del feminismo, llamado Feminismo contemporáneo que se caracterizará por los derechos civiles, los derechos de reproducción, la paridad política y el papel de las mujeres en la era de la globalización. Las obras de cabecera de este período serán Política Sexual de Kate Millet y Dialéctica del Sexo de Sulamith Firestone. Es en los años sesenta cuando comienza el feminismo denominado radical que se centra en su análisis de las relaciones entre mujeres y hombres, dentro del nicho político que fue la izquierda contracultural sesentaiochista.
El feminismo radical entiende que las relaciones mujer-hombre son relaciones políticas a partir de la raíz. Se diferencia del feminismo llamado liberal-reformista en que éste pide la integración al mundo del trabajo remunerado dentro del sistema capitalista. Al mismo tiempo, el feminismo radical se convierte en un movimiento separado de la izquierda porque no ve en ella un reconocimiento absoluto a sus reivindicaciones y dónde sigue existiendo un poder masculino. Los movimientos de izquierda entendieron que los “problemas de la mujer” se solucionarían automáticamente con el fin del sistema capitalista.
El concepto “poder” se concibe dentro del movimiento feminista radical como existente no sólo en relaciones macro (como las que se tienen con el Estado y con la clase dominante) sino que también en las relaciones de pareja. El concepto patriarcado será concebido en términos de cómo se estructuran las relaciones de poder. Por otro lado, el concepto de “género” que distingue entre los aspectos socio-culturales construidos de los biológicos (sexo).
El feminismo radical considera la sexualidad como construcción política, se construye toda una crítica entorno a la sexualidad dando paso al feminismo lesbiano. Algunas autoras como Monique Wittig afirmará que las lesbianas no son mujeres porque el concepto “mujer” es una categoría existente en razón al hombre, por tanto, son construcciones políticas. Mujer y hombre son dos clases antagónicas y la normatividad de la heterosexualidad es una norma que se sostiene para dividir en clases sexuales. Las lesbianas no son mujeres porque rompen esa norma y su condición abre vía para la liberación del resto de las mujeres.
Así mismo, las feministas radicales trabajaron el tema de las violencias. Por ejemplo, se estudió la violación como parte de la política patriarcal, como control sobre las mujeres.
Las críticas que se hicieron al feminismo radical fueron que el “colectivo” femenino es plural y existen no sólo relaciones de explotación entre sexos sino que también entre las mismas mujeres. Estas críticas procedieron de las feministas negras y socialistas.
Kate Millet en su obra Política Sexual (Sexual Politics, 1970) realiza un estudio sobre las vinculaciones entre la diferencia sexual y las relaciones de poder. Para Millet el sexo tiene un cariz político que generalmente pasa desapercibido".
Millet emplea el término política para referirse a las relaciones que se establecen desde el poder con la finalidad de que el grupo dirigente mantenga el control sobre quienes domina. De ahí deriva la legitimidad para hablar de “política sexual”. Según Millet, el carácter patriarcal de la sociedad hace que las costumbres sexuales envuelvan relaciones de dominio y, por tanto, estén impregnadas de política.
Millet define el sexo es una categoría social marcada por la dominación con una construcción cultural tan marcada como que las personas actúan en función de ese sexo y de esa política sexual.
El género expresa la construcción social de la feminidad y la casta sexual alude a la común experiencia de opresión vivida por todas las mujeres. Las radicales identificaron como centros de la dominación patriarcal esferas de la vida que hasta entonces se consideraban "privadas". A ellas corresponde el mérito de haber revolucionado la teoría política al analizar las relaciones de poder que estructuran la familia y la sexualidad; lo sintetizaron en un slogan: lo personal es político. Lo que ocurra en el orden de lo privado, en este caso, circunscrito a la familia, tiene consecuencias en el orden de lo social.
Para Millet en el ámbito privado- que tradicionalmente se consideraba ajeno a la política- se desarrollan las relaciones de poder que están en la base del resto de las estructuras de dominación.
Según Millet parte de la estructura de la familia patriarcal comprende el control de la vida sexual de la infancia y más allá, el control total de la infancia la cual tienen prácticamente derechos garantizados por la ley en nuestra sociedad y además, no tienen dinero, lo cual, en una economía de dinero, es una de las principales fuentes de su opresión. Millet afirma además que el problema es que existe una situación de explotación entre las personas adultas y la infancia de la misma forma que existe entre los hombres y las mujeres, las relaciones intergeneracionales tienen lugar en una situación de desigualdad.
Para Kate Millet el patriarcado es un sistema de dominación sexual. Es considerado como el sistema básico de dominación sobre el que se levanta otro tipo de dominaciones, como son la de clase y raza. Afirma que el patriarcado es el fundamento de la dominación de las mujeres por los hombres. Asimismo, afirma que no solamente es de nuestra sociedad, sino de todas las civilizaciones que se han sucedido a lo largo de la historia. El patriarcado tiene una enorme capacidad para adaptarse a cualquier sistema económico, político y cultural. El patriarcado para permanecer durante tanto tiempo se ha apoyado en el hecho de que todos los varones y no sólo una élite, reciben beneficios económicos, sexuales y psicológicos del sistema patriarcal, pero en general acentuaban la dimensión psicológica de la opresión. Además Millet afirma que el patriarcado, en su sentido radical, subordina de igual forma al varón joven bajo la jerarquía del varón adulto.
El patriarcado para permanecer durante tanto tiempo se ha apoyado en el hecho de que todos los varones y no sólo una élite, reciben beneficios económicos, sexuales y psicológicos del sistema patriarcal, pero en general acentuaban la dimensión psicológica de la opresión. Además Millet afirma que el patriarcado, en su sentido radical, subordina de igual forma al varón joven bajo la jerarquía del varón adulto. Es decir, lo que define al final al patriarcado es la separación y diferenciación de jerarquías.
Hay una tendencia general hacia todo tipo de autoritarismo: el patriarcado, claro, el militarismo. Y es que según Millet el patriarcado se asienta sobre la ideología pero también sobre el sexo.
Además Millet demuestra cómo la identidad (temperamento y rol) femenina o masculina no están determinadas biológicamente, sino que son una construcción cultural que se aprende. Aquí la ideología que sostiene el "status" superior del hombre sobre la mujer, se basa en la construcción de un "temperamento" distinto para cada sexo, modelado de acuerdo a diversos estereotipos (masculinos y femeninos), y sobre un "papel sexual" o código de conducta que la sociedad asigna a cada uno. Es decir, el temperamento, el papel social y la posición se asientan sobre una base esencialmente cultural y no biológica. Millet afirma categóricamente que tanto la endocrinología y la genética no han conseguido hasta la fecha descubrir una disparidad mental o emocional entre ambos sexos. No sólo se carece de pruebas suficientes sobre del origen físico de las distinciones sociales que establece actualmente el patriarcado (posición, papel y temperamento), sino que resulta casi imposible valorar las desigualdades existentes por hallarse saturadas de factores culturales.
Para Millet el descubrimiento que alteró las sociedades arcaicas fue la paternidad, ya que una vez realizado el descubrimiento invalidó toda participación femenina en la creación de vida, estableciendo a la mujer cómo mera maceta portadora de vida.

POLÍTICA SEXUAL: La obra se divide en tres grandes partes. La primera gira en torno a la afirmación de Millett de que el sexo reviste un cariz político que suele pasar inadvertido la mayoría de las veces. La segunda parte es eminentemente histórica y su objetivo es aclarar la transformación de las relaciones sexuales tradicionales, experimentada a finales del siglo XIX y principios del XX. En la tercera parte Kate Millett se centra en las consideraciones literarias estudiando la obra de autores tan representativos de esa época como D.H. Lawrence, Henry Miller, Norman Mailer y, como contraste frente a éstos, Jean Genet. “El análisis del patriarcado que Kate Millett realizó en su “Política Sexual” puede considerarse una gran aportación teórica a la nueva orientación que el movimiento feminista desarrolló a partir de los años sesenta.” Amparo Moreno.