A continuación reproducimos el discurso pronunciado por Manuel Ahumada, dirigente de la CGT, a nombre de todas las organizaciones integrantes del Comité de Iniciativa por la Unidad Sindical CIUS, el martes 10 de marzo en Santiago en el Teatro Camilo Henríquez lleno.
Un paso importante se ha dado en el arduo camino de la reconstrucción del movimiento sindical chileno. La constitución del CIUS puede marcar un antes y un después.
La clase trabajadora necesita con urgencia una nueva dirección sindical eficaz, frente a la descomposición de la dirección de la CUT transformada en una verdadera correa de transmisión de las instrucciones del gobierno, incapaz de defender los intereses y aspiraciones de la gente de trabajo y de sus familias en el país, las demandas del trabajo contra el capital.
Los trabajadores con organizaciones atomizadas, muchas de ellas amarillas o aprisionadas en la camisa de fuerza de la legislación patronal, necesitan un sindicalismo democrático y honesto que marque la diferencia con las instituciones desacreditadas por la corrupción, el nepotismo y la falta de ética. Sin un sindicalismo fuerte no es posible poner fin a los abusos permanentes del empresariado en Chile.
El CIUS puede cumplir un papel decisivo en esta tarea. Por eso saludamos con entusiasmo esta iniciativa sindical.
Socialismo Revolucionario
DISCURSO DE MANUEL AHUMADA
El 12 de Febrero del presente año
un grupo de organizaciones sindicales, hastiadas y agotadas de
quienes hablan a nombre de los trabajadores sin considerarlos,
iniciamos un proceso que todos buscábamos por distintos caminos y no
lográbamos concretar.
Constituimos el COMITÉ DE
INICIATIVA POR LA UNIDAD SINDICAL CIUS.
Creíamos, creemos y creeremos, en
la fuerza y la unidad de los trabajadores como elemento principal en
la construcción de lo que llamamos “una nueva sociedad”.
No hemos puesto nombre a ésta,
pero estamos claros de la necesidad de su existencia. Se construirá
desde la fuerza avasalladora de los trabajadores y sus hermanos de
clase.
La misma fuerza que nos ha
permitido mantenernos de pie en este largo proceso de crisis,
impulsados por la exigencia de responder de una buena vez y con
firmeza a la voracidad de capital y de sus servidores.
Desde ese reciente febrero se han
dado pasos interesantes.
No solo la continuidad en el
trabajo de análisis, sino también y muy importante el enorme aporte
de todas y todos impulsados por la convicción de ir estructurando lo
que pretendemos sea un instrumento que eduque, promueva la
organización y se haga parte de la lucha de todos los que quieren
cambios.
El
único requisito que consideramos irrenunciable es la defensa
irrestricta de los derechos de los trabajadores, así como el
compromiso de las organizaciones que los acogen, de
trabajar en la creación y fortalecimiento de la conciencia de clase
en los desprovistos de ella.
No
estamos contra partidos, movimientos o grupos políticos, así
como tampoco cuestionamos ni impedimos la participación de los
trabajadores en ellos. Lo que no compartimos es el intento de estos
instrumentos de querer hacerse del control de las organizaciones,
para transformarlas en correas transmisoras de sus líneas de acción.
Nuestro
principal compromiso es no volver a repetir los errores que llevaron
a la crisis al movimiento sindical.
Estos
principios nos convocan el día de hoy, en el primer acto abierto del
CIUS y por lo mismo nos sentimos gratificados de la presencia de cada
una y cada uno de ustedes en este lugar.
HAY UNA HISTORIA DETRAS
Cuando hablamos de crisis lo
hacemos interpretando los elementos que dan cuenta de ella.
Hace
42 años la fuerza de trabajo activa apenas superaba los 3 millones y
la organización de los trabajadores superaba el 30%, los sindicatos
constituidos llegaban a 6.700 y los trabajadores afiliados llegaban
casi al millón con un promedio por organización que superaba los
145 socios. Se negociaba por rama y existían poderosas
organizaciones nacionales adheridas a la Central Unica de
Trabajadores.
A fines del 2014 la fuerza de
trabajo supera los 8 millones y el % de organización no llega al
14%.
La fragmentación en la
organización es el principal rasgo negativo.
Actualmente hay en el país 10.634
sindicatos activos con una población afiliada de 940.222
trabajadores, lo que da cuenta de un promedio de 88 trabajadores por
organización.
De estos sindicatos 6.739 son de
empresa o de establecimientos con una población afiliada de 665.582
trabajadores. Son los que pueden negociar colectivamente de acuerdo a
la legislación.
Existen 464 Federaciones que
agrupan a 54.372 trabajadores, es decir un promedio de 117 socios y
64 Confederaciones que agrupan un total de 114.416 trabajadores
siendo el promedio de 1787 trabajadores.
Por ultimo hay tres centrales
sindicales, que bajo el principio de la libertad Sindical no declaran
la totalidad de socios afiliados a cada una.
En materia de negociación
Colectiva, en el año 2013 se suscribieron apenas 1845 contratos
colectivos y 472 convenios colectivos entre sindicatos y la empresa.
El total de trabajadores involucrados fue de 283.376 (209.485 como
contrato y 73.891 como convenios).
Por otra parte se suscribieron 586
instrumentos colectivos entre grupos de trabajadores y la empresa.
Finalmente es bueno tener en
cuenta que las huelgas realizadas en el 2013 fueron 201 y estuvieron
involucrados en ellas 30.638 trabajadores.
Si esto no refleja una crisis, no
sabemos que podría reflejarla.
Es para terminar con esto que
damos pasos en procura de la ansiada unidad.
Es para poner fin a la caída
libre y reiniciar el camino de educación, organización y lucha, que
unimos fuerzas.
No estamos para calificar ni
minimizar el trabajo de nadie, pero no guardaremos silencio cuando se
pretenda seguir conculcando los derechos de los trabajadores y
trabajadoras.
Estamos aquí para expresar a viva
voz que los actuales mecanismos de educación y organización
sindical no sirven, salvo para frenar y castigar a quienes quieren
ponerse de pie ante el capital.
Fue la organización y la
convicción de los trabajadores y sus organizaciones la que
consiguió, tras décadas de lucha, mejorar una legislación laboral
que sin ser el ideal recogía algunas de las demandas históricas
En 4 de estas normas legales
graficamos lo que llegaron a conseguir los trabajadores organizados.
* Los despidos que afectaban a mas de 10 trabajadores solo
procedían previa autorización conjunta de los Ministerios del
Trabajo y de Economía ( art.86 inciso 3° C. del T. antiguo).
* Descanso en domingo y feriado legales ( art.322 C. del T.
antiguo ) y 44 horas semanales, para los empleados del comercio. (
art.32 de la ley 17.365)
* La facultad a las federaciones y confederaciones para
celebrar contratos colectivos de trabajo y representar a sus miembros
en las instancias de conciliación y arbitraje
( art.412 del C. del T.).
* En caso de despido injustificado y de negativa patronal de
reincorporación, se obligaba al pago mínimo de un mes por año sin
tope ni limitación alguna, en cuanto a su monto superior.( art.8°
de la ley 16.455 ).
La historia dice que los derechos de nuestro pueblo y
de la sociedad toda, fueron arrasados por el golpe militar.
Por eso debe quedar claro que no somos neutros, que
tenemos en nuestros hombros la tarea que miles no pudieron culminar y
que no renunciamos a ella.
Pensamos diferente, actuamos según resuelven
nuestras organizaciones, pero nos une la pertenencia a la clase, la
convicción que lo mas importante son los trabajadores.
HAY QUE RECUPERAR NUESTROS VALORES
Esto y mucho mas es el CIUS, y en él hay espacio
para todos los que crean que otro mundo es posible.
La discriminación y la censura de los medios de
comunicación es brutal, pero es de lo que se sirven para mantenernos
aislados y silentes.
Poco o nada se conoce de cientos de luchas que se dan
día a día, poca información de luchas tan importantes como la del
agua en Petorca y Caimanes, que reclaman contra la contaminación,
que dicen no mas termoeléctricas, basta de discriminación.
Todas las luchas del pueblo son valiosas por ello hoy
es fundamental, la difusión y conversación sobre las mismas, porque
al conocer los trabajadores de que se trata sentirán la necesidad de
hacerse oír.
Hay que retomar los altos niveles que tuvimos hace no
tanto tiempo en la solidaridad con cada causa y con cada lucha.
Solidaridad activa, de presencia, de medios, de
palabras, mas y mas solidaridad pues eso alimenta las ganas de
pelear, muestra a los que dan la pelea que el cerco es posible de
romper
Cada acción que resuelvan los abusados debe ser
apoyada, de cualquier forma pero apoyada, lo que no debe pasar es que
el modelo imponga el silencio.
LAS REFORMAS LABORALES
Este sistema en el que vivimos es una mierda, y sin
embargo se las han ingeniado para tenernos divididos y evitar que el
repudio se generalice.
Los que lucharon contra la dictadura dijeron que las
cosas cambiarían.
Fue una mentira que podemos constatar en cada paso
que dieron.
No solo se ha mantenido la impunidad, el Estado no
recuperó su rol y cada día es más minimizado, dependiendo todo de
la gestión del empresariado. La privatización y las concesiones
terminaron con décadas de gestión del Estado respecto de sus
conciudadanos.
Se entregó a privados el agua, la electricidad y las
telecomunicaciones.
Capitales privados son quienes administran y
especulan con las platas de las AFP e ISAPRES, se volvió a entregar
a la voracidad capitalista el usufructo del cobre y otros minerales,
las carreteras son concesionadas a transnacionales.
No existe espacio donde no se imponga el capital.
Así lo hicieron también con la leyes laborales.
No debemos olvidar ni por un minuto, que fueron más
de 180 leyes las que fueron derogadas y reemplazadas por el Plan
Laboral.
Las reformas de 1990 y 2001, y otros arreglitos al
Código, no fueron en la dirección de dignificar a los trabajadores,
al contrario. Solo baste hacer notar algunas de las normas vigentes:
*No pueden negociar las federaciones o confederaciones.
* La indemnización tiene tope de 330 días, no hay
reincorporación por despido injustificado, y demandarlo ante los
tribunales puede costar juicios de 2 y mas años.
* Existen los contratos de tiempo parcial y la remuneración es
proporcional al ingreso mínimo.
* Los trabajadores pueden cumplir 2 o mas funciones, sean estas
alternativas o complementarias
* El Código del Trabajo permite jornadas de 60 horas en 5 días
de trabajo a la semana, o sea 12 horas diarias.
* Cuando hay renuncia voluntaria o mutuo acuerdo de las partes
no hay obligación de tener la previsión al día.
* Los empleadores pueden declarar y no pagar la previsión y
también el seguro de cesantía.
¿Esto es muestra de la preocupación de los
gobiernos de Concertación y de mayorías nuevas para con los
trabajadores?
Por supuesto que no y por mas que prometan, nada
harán por modificar su conducta.
Creyéndonos domesticados dan el paso final, paso
que, convengamos, solo se atrevieron a dar ante nuestra incapacidad
de reaccionar, ante nuestra débil gestión y organización.
Eso no podemos ignorarlo, por mas que nos duela.
Presentan una reforma laboral con énfasis en la
negociación colectiva, que algunos dirigentes sindicales se han
atrevido a calificar como:
“… un gran paso
para la organización sindical. Hemos
comenzado a desmantelar el plan laboral de José Piñera, que lleva
35 años y cuatro meses.” (Presidenta CUT -)
Esta mala señal ha llevado a que entre los propios
trabajadores nazcan diferencias.
En el trabajo diario nos encontramos con compañeras
y compañeros que dicen estar de acuerdo con estas reformas.
Ya hemos expuesto algunos antecedentes, suficientes
para probar que son más de lo mismo y que no beneficiarán al
grueso de los trabajadores.
Pero hay más elementos negativos y es necesario
manejarlos, exponerlos en todo lugar a donde vamos, porque así
podremos romper el veto y pelearle al capital y sus servidores en su
propio terreno.
Mucha atención con lo siguiente:
Según datos del SII en Chile, a
diciembre de 2014, hay 988.743 empresas con un total de 8.659.897
trabajadores. Así se disgregan:
778.470 definidas como micro-empresas, que compran fuerza de trabajo a 1.087.373 personas. O
sea 1,39 trabajador por empresa.
71.665 empresas son llamadas
pequeñas, mal contratan a 1733.185 personas, lo que da un promedio
de 10 trabajadores por empresa.
Las empresas medianas son 25.838 y
explotan y abusan de 1.459.043 personas, con un promedio de 56,46
trabajadores
Las grandes empresas son 12.770, y
contratan a 4.380.299 personas, promedio 343 trabajadores por
empresa.
CONCLUSIONES
*Las empresas micro, pequeñas y
medianas representan el 98,7% del total de las empresas en el país y
aglutinan a 4.279.601 trabajadores
*Es casi imposible que los trabajadores
de las micro y pequeñas empresas (cuyo personal suma 2.820.558 y
equivale al 32,57% del total de trabajadores) puedan organizarse en
sindicatos y negociar colectivamente (Se dificulta en grado sumo la
posibilidad de que lo hagan en un sindicato interempresas.
O SEA, MAS DEL 30% DE LOS
TRABAJADORES NO SERÁN BENEFICIADOS BAJO CASI NINGÚN ASPECTO POR LA
REFORMA LABORAL.
Y esto
no es todo.
*Las
mismas reformas establecen la obligación del quórum para constituir
sindicato como el mínimo para volver a negociar, por lo tanto muchos
sindicatos podrían no estar en condiciones de mantener su quórum y
por lo mismo se quedarían sin poder negociar de nuevo.
*Si
a esto agregamos, las sanciones por practicas anti-sindicales a los
sindicatos, que incluyen montos igual a los que debería pagar la
patronal e incluso la perdida de fuero para los dirigentes, la
validación de suscripción de pactos dentro de la negociación que
podrían hacer obligatorio el trabajo de horas extras mas allá de lo
legal (2 horas por día) y otras tanto o mas malas, podemos decir que
LAS
REFORMAS LABORALES NO SERÁN BENEFICIOSAS PARA UN ALTO % DE LOS TRABAJADORES ORGANIZADOS.
En
el menor tiempo posible haremos llegar a todas las organizaciones un
completo cuadro de análisis de las reformas.
Pero
ya desde esta tribuna decimos que:
RECHAZAMOS
LAS REFORMAS LABORALES,
PORQUE
NO SIRVEN, PORQUE APUNTAN A JUDICIALIZAR LA GESTIÓN DE LOS
DIRIGENTES Y A VALIDAR LA FLEXIBILIDAD LABORAL.
Esta
es nuestra visión, pero claramente no tenemos aún la fuerza para
imponerla, aunque si tenemos las convicciones, que se refuerzan día
a día, por lo que debemos seguir trabajando para llegar a mas
trabajadores.
Lo
importante, vital, es que los abusados en sus derechos conozcan este
engendro que gobierno, sindicalistas oficialistas y empresarios
transformaran en ley en el Parlamento.
Porque
eso es lo que harán, mas allá de lo correcto de nuestra evaluación.
QUE
NOS QUEDA ENTONCES POR HACER?
1.-
Socializar las reformas y nuestra opiniones, ya que en la medida que
los trabajadores constaten la verdad, entenderán que no pueden
seguir creyendo en quienes les mienten descaradamente.
2.-
Entregar una propuesta a lo malo, entendiendo que serán varias
decenas de miles los que sufrirán con esta ley del capital, más
allá incluso de las mejoras que se puedan introducir al proyecto de
ley.
3.-
Incorporar demandas no consideradas en la reforma en los contratos
colectivos, y elaborar un proyecto colectivo tipo para todos aquellos
que vayan abriéndose a la decisión de luchar.
4.-
Movilizar, bajo diferentes acciones a todos lo que sientan que esta
mala reforma debe ser denunciada.
SOLO
ESTE ES EL OBJETIVO DEL CIUS?
Lo
anterior es solo el inicio del camino, él paso necesario para
demostrar que estamos vigentes, activos, en proceso de unidad y
decididos a no bajar los brazos.
Por
que la historia nos dice que podemos, porque la confianza de la clase
en quienes la representan lealmente, esta con nosotros.
Solo
debemos trabajar, trabajar y trabajar, para construir sólidos
pilares que soporten la estructura que ira creciendo a medida que
vamos creando y creando conciencia.
La
gran tarea de esta etapa en que estamos es difundir nuestra
propuesta, con mucha pedagogía debemos ir a los trabajadores no
organizados así como fortalecer los elementos de unidad, con las
organizaciones sindicales existentes.
En esta
pelea no hay mas enemigo que el capital.
No
aspiramos a otra cosa que la unidad.
Pero
no la vemos como un concepto vacío de contenido, sino como un
elemento vital para adquirir la fuerza que nos permita exigir, en las
calles, en cada lugar de trabajo, en todos los espacios donde el
modelo impide el paso.
Esto
lo logramos organizados, conscientes de que el desafío es grande pero
alcanzable. Ese es el objetivo del CIUS.
NUESTRAS
DEMANDAS
Hemos
dicho que queremos una sociedad distinta, donde los trabajadores
ocupen el espacio que les ha sido negado.
No nos
pueden seguir ignorando.
Y es que somos
miles. Millones.
Somos los que
hacemos que este país se mueva. Sin nuestro trabajo no se levantan
los edificios corporativos ni las casas de los patrones, ni las
grandes autopistas ni las grandes instalaciones fabriles.
Sin nuestro trabajo
no funcionan ni sus instituciones financieras ni sus instituciones
estatales.
Tienen el dinero y
tienen el poder, pero sin nosotros sus empresas son cáscaras vacías
que nada producen.
Lavamos sus autos,
mantenemos sus jardines, incluso les alimentamos y cuidamos sus
hijos.
Se enriquecen con
las exportaciones, pero sin el concurso de nuestras manos ni uvas ni
manzanas, ni minerales, maderas o peces llegan a sus cajas, ni esas
cajas a los puertos. Menos, suben solas a los barcos que las llevarán
a sus destinos.
Somos nosotros, son
nuestras manos, nuestro esfuerzo.
Es hora de comenzar
a hacernos valer.
Partiremos
por lo básico, sin negar que queremos todo lo que nos corresponde.
Aspiramos
a que ningún trabajador chileno tenga que seguir mendigando de su
patrón locomoción mensual y alimentación.
Queremos
que los patrones paguen el aporte del seguro de cesantía que hoy nos
sacan a nosotros y que no nos descuenten su aporte de la
indemnización por años de servicio.
Demandamos
una jornada de trabajo de 8 horas diarias por 5 días de trabajo, y
descanso dominical sin restricciones.
Derecho
a sala cuna sin mínimo de trabajadoras por empresa y postnatal real
y efectivo de 6 meses.
Hacer
una obligación la gratificación garantiza al menos de 4,75 ingresos
mínimos mensuales pagada en doceavos.
Demandamos
uniformes y calzado de trabajo, elementos de seguridad y protección
para que no se sigan muriendo los trabajadores, en ningún lugar
donde prestan sus servicios.
Estas y
otras demandas del diario vivir deben estar en los contratos
colectivos y en un pliego básico de demandas.
Que
se entienda bien. Queremos un mundo distinto al que estamos viviendo,
un mundo que reconozca a quienes lo habitan el derecho a cambiar lo
que lo está dañando y que lo lleva a la destrucción.
Conversaremos,
analizaremos y resolveremos escuchando a todos. Ya son muchos los que
demandan cambios y no nos haremos a un lado en esta demanda nacional.
Cuando
estemos de acuerdo en las demandas, seguramente:
No
renunciaremos a exigir una nueva constitución.
Ni
a exigir el termino de las AFP.
Ni
a la renacionalización del cobre y otros minerales.
No
claudicaremos en la lucha por salud y educación digna y gratuita
para todos nuestros compatriotas.
Seguiremos
demandando indemnización por años de servicio sin tope, el término
del subcontrato, igual remuneración por igual trabajo.
No mas
contratación a honorarios, no mas discriminación laboral ni
salarial con la mujer.
Sostendremos
que la huelga es un derecho irrenunciable, que no puede estar
supedita a lo que piensen patrones o gobiernos.
Lucharemos
por pensiones mínimas dignas, así como un sueldo mínimo que
permita vivir dignamente al trabajador y su familia.
La
vivienda tiene que ser un derecho, con viviendas aptas para la vida
familiar, áreas verdes amplias no restrictivas, salas cunas y
jardines infantiles donde puedan estar todos nuestros hijos.
Queremos
en definitiva un nuevo país, siempre lo hemos querido, pero para
construirlo necesitamos pasar de la sentida aspiración a la
construcción de los instrumentos para lograrlo.
Este es
el gran desafío y la principal herramienta será la movilización
permanente en procura del Pliego de los Trabajadores que
construiremos al calor del trabajo unitario.
Debemos
trabajar con fuerzas para comenzar a crecer en cada lugar de trabajo
y fortalecer los sindicatos ya constituidos.
Pasar
de 10 a 100, a 1000, a cientos de miles marchando organizados y
disciplinados, detrás de las banderas de la clase trabajadora.
Una
clase que no marchará sola, una clase que se reunirá con los
descontentos en todas las regiones, pueblos y ciudades.
Seremos
una fuerza enorme, disciplinada y organizada, pondremos en todas las
manos nuestras demandas y todas la voces las gritaran.
Partiremos
ocupando una cuadra de una ciudad y nos extenderemos a todas ellas,
serán avenidas y alamedas las que se llenen de gente, por que la
demanda de una sociedad distinta, donde los explotados tengan el
valer que se merecen, se piensa y se construye unidos y organizados.
Esas son
las aspiraciones del CIUS y todos seremos CIUS para concretarlas.
Construiremos
el Pliego de los trabajadores, avanzaremos hacia la unidad de todos
los descontentos, somos la mayoría que decide hacer oír su voz.
Marcharemos
en Santiago y regiones si estamos en condiciones de hacerlo, el
próximo 9 de Abril, prepararemos un gran primero de mayo, don de los
actores principales serán los trabajadores y con ellos todos los
que sueña con un futuro mejor.
QUE
VIVAN LOS TRABAJADORES
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