El fracaso del sistema de AFP para pagar pensiones para que los jubilados vivan dignamente.
Columnista de ESTRATEGIA advierte posible quiebre técnico de Compañías de
Seguro de Vida, que pagan las pensiones de Renta Vitalicia.
Patricio Guzmán S.
En el diario de Economía y Negocios ESTRATEGIA, el columnista que firma con
el seudónimo D’Artagnan ha escrito tres cartas abiertas a Carlos Pavéz, el Superintendente
de Valores y Seguros, denunciando una situación grave para el sistema de
pensiones. Especialmente para los jubilados que se han acogido a las pensiones
por Renta Vitalicia.
En el sistema de AFP, se puede optar por dos pagadores de pensiones de
vejez. De un lado con las propias AFP, especialmente las pensiones de Retiro
Programado que actualmente pagan un monto promedio de $120.402, y las que pagan
las Compañías de Seguro de Vida (CSV), que actualmente son de $277.244 en
promedio mensual. Las pensiones de Retiro Programado no tienen un monto
asegurado, el valor se recalcula año a año de acuerdo con el saldo de la cuenta
individual, que depende de las fluctuaciones de los resultados de la inversión
de los fondos previsional por la AFP, y
de la variación de las tablas de esperanzas de vida del afiliado y de sus beneficiarios.
Es decir son pensiones que disminuyen a medida que pasa el tiempo. Al fallecer
el pensionado, con el saldo del fondo de la pensión se continuarán pagando las
pensiones de sobrevivencia, o si no hay beneficiarios se pagará herencia. Las
pensiones de Renta Vitalicia por el contrario son fruto de un contrato entre el
pensionado y una Compañía de Seguros de Vida, con un monto fijo en UF durante
toda la vida, hasta el fallecimiento del afiliado, incluyendo pensiones de
sobrevivencia a los beneficiarios legales. La propiedad de los fondos pasa a la
CSV al contratarse la Renta Vitalicia, y por lo mismo no hay herencia.
D’Artagnan se ha preocupado de lanzar una voz de alerta, explicando que las
pensiones vitalicias podrían estar en peligro. Advierte que las Compañías de Seguros
de Vida deberían dejar de ofrecer retornos que no se pueden cumplir, y que
incluso podría considerarse que estas compañías estarían en una situación de
quiebra técnica.
En una situación así, como evidentemente como sociedad no podríamos aceptar
que los pensionados dejen de percibir sus jubilaciones, tendría que operar la
garantía estatal. Pero hay que recordar que ya en la actualidad el 70% de las
pensiones las cubre el estado. Es difícil pensar una situación en la que de
pronto el estado debería hacerse cargo del pago de las pensiones de Renta
Vitalicia, cuando son empresas privadas las que se embolsan los aportes
previsionales.
El columnista de Estrategia escribe que “la constante reestructuración del
portfolio de inversiones de las CSV en búsqueda de mayor retorno para así
lograr cumplir con el compromiso de la
rentabilidad ofrecida de una Renta Vitalicia (RV) es simplemente incompatible
con un sistema de pensiones que, por definición no puede darse el lujo de tener
riesgo de no pago.”
El cambio en las tasas de descuento de las Compañías de Seguros de Vida, autorizado
por la Superintendencia de Valores y Seguros, de principios de 2015, señala D’Artagnan,
debilita la solvencia del mercado
asegurador, elevando el riesgo existente del sistema de pensiones en su
conjunto. Pretender con estas normas “establecer y/o propiciar condiciones que busquen mejorar las pensiones
(…) a través de las Rentas Vitalicias”. Lo califica de error conceptual porque
al tratarse de un sistema de pensiones la prioridad debe ser cumplir con los
pagos comprometido, en otras palabras un compromiso de pago de por vida a los
pensionados debería estar respaldado por inversiones en instrumentos libres de
riesgo.
La nueva norma reemplazó la tasa de descuento libre de riesgo (inversión en
instrumentos estatales), para el cálculo de las Reservas Técnicas (pasivos,)por
una combinación de tasa libre de riesgo más hasta 80% en inversiones en
instrumentos de inversión AAA. Al autorizar estas inversiones en el mercado
especulativo de capitales, aunque sea con empresas AAA, con la excusa de aumentar
el monto de las pensiones, se introduce la posibilidad de que los jubilados
pierdan parte de los ahorros que sirven de respaldo para sus pensiones, y en el
límite incluso no se les pague la pensión, por quiebra de las Compañías de
Seguro de Vida.
D’Artagnan señala, en sus carta abiertas al Superintendente de Valores y
Seguros, que deberíamos recordar que muchas
empresas calificadas AAA hace 10 años hoy ya no lo son, y que de las actuales
AAA muchas no lo serán en los próximos 3, 5 ó 10 años. Enfatiza además que
muchas empresas AAA en Chile, basan su estrategia en imperfecciones del mercado
que no deberían perdurar. En el mundo las tasas de interés AAA están cercanas a
cero, e incluso las hay negativas.
En el escenario de incertidumbre que experimenta el mundo en constante cambio
(tecnologías. Competencia, política, sociedad y aperturas e integración en general),
los instrumentos de inversión libre de riesgo de no pago son muy escasos, en
cambio es – y será -muy fuerte la demanda por ellos, lo que implica que sus
tasas de interés a largo plazo son muy bajas o incluso nulas. Por lo mismo la SVS debería exigir aumentos de
capital a las Compañías de Seguros de Vida.
Desde la Gran Recesión de2008-2009, en el mundo hay exceso de ahorro, y mayor
aversión al riesgo. El incremento del pasivo neto resultante de las bajas tasas
de interés por instrumentos libres de riesgo, y los cambios demográficos por
aumento de la esperanza de vida, significarían un incremento del pasivo neto
que haría que las CSV excedan sus límites de endeudamiento, en otras palabras estarían
en quiebra técnica.
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