16/04/2015
Es
necesario aclarar las ideas en las que se basarán las luchas exitosas de la
clase obrera europea.
Peter
Taaffe
El ministro de
economía griego es una figura clave en el gobierno liderado por Syriza, votado
por su programa radical de anti-austeridad. Él se describe como un marxista
errático. ¿Entonces qué es lo que representa? ¿Y qué programa avanzará la lucha
de la clase trabajadora griega?
Yanis Varoufakis, el
extravagante ministro de economía, ha jugado un papel importante en el drama
que se desarrolla entre el pueblo griego, ya devastado por la brutal
austeridad, y las demandas crueles de la Unión Europea para que siga igual. La
posición aparentemente desafiante del primer ministro, Alexis Tsipras, que
demanda un alivio provisional, ha captado la imaginación de tanto la clase
obrera europea como la griega. Tsipras ha sido apoyado por Varoufakis que ha
volado por toda Europa en sus botas de motero y sin corbata para reunirse con
sus equivalentes europeos como el rellena camisas que es George Osbourne.
Esto está reflejado
en las encuestas. Un 36% votaron por Syriza en las generales y ahora según The
Observer; “En una encuesta repentina (snap poll) del 25 de febrero apoyo para
Syriza saltó a un 49.6%… la semana pasada, el ministro de economía Varoufakis,
fue rodeado por numerosos votantes agradecidos mientras caminaba por la plaza
Syntagma. Hasta la clase media y empresarios notables han alabado el gobierno
por sus esfuerzos en impugnar las demandas imperialistas procedentes de la
Troika y Europa. “Nos han devuelto la voz… por primera vez se percibe que
tenemos un gobierno que defiende nuestros intereses”. (Observer, 1 de Marzo)
Esto refleja la
resistencia empeñada del pueblo griego al estatus casi de neo-colonia que le ha
sido designado por la Europa rica - los capitalistas, banqueros, etc. que
dominan la Unión Europea. Pero la crisis no ha acabado y tampoco las demandas
para austeridad aún más atroz. La realidad es que el gobierno está en el filo
de la navaja. Y podrían encontrarse con demandas aun mas humillantes y
finalmente derrota en tan solo unos meses. La otra opción es que haga un
llamamiento al pueblo griego, y en el primer instante a la clase trabajadora,
pero de igual importancia es solicitar la solidaridad y acción común de la
clase obrera europea y mundial.
Reflejando esto, el
diario Británico The Guardian ha reportado (9 de marzo): “El gobierno
anti-austeridad de Grecia ha alzado el espectro de mas lucha política, en un
país ya plagado de crisis, diciendo que consideraría llamar un referéndum o
nuevas elecciones…”. También ha subido las apuestas, en una maniobra de
propaganda, anunciando su intención de demandar el capitalismo alemán por
crímenes nazis cometidos contra el pueblo griego. ¡Estas podrían alcanzar los
€341 billones, mas que suficiente para cancelar la deuda griega!
El marxista errático
Enfrentados al
chantaje de la Europa capitalista, buscar otro mandato es, sin duda, una
opción. ¿Pero basado en qué y con qué programa? Esto propone otra pregunta.
¿Qué son los principios y perspectivas que guían el gobierno, y en particular,
sus líderes? Si el discurso que dió Varoufakis en 2013, que luego se redactó en
un artículo largo que publicó The Guardian el 18 de febrero de 2015, es una
guía, la expectativa de un cambio fundamental para la gente trabajadora parece
remota. Afortunadamente, no tomará la decisión ni él ni el gobierno si las
masas intervienen por la fuerza, en lo que es una situación fluida y dinámica,
para ordenar la nacionalización bajo control democrático de los bancos y casas
financieras. Estas son la acciones mínimas necesarias para prevenir el sabotaje
de los capitalistas, que ya está ocurriendo, reflejado en la salida diaria de
billones de euros del país.
Ese proceso también
serviría para acabar con las propuestas escandalosas de ventas y
privatizaciones, prevenir desahucios, etc, todas las acciones que Tsipras y
Syriza prometieron antes de las elecciones. Tampoco se niega la posibilidad de
que a las masas, que ahora mismo están siendo generosos extendiendo el tiempo
que tiene el gobierno para llevar a cabo su programa, se le acaba la paciencia
y que decidan actuar a través de un nuevo movimiento ‘occupy’, ocupando esta
vez no solo plazas pero también fábricas y sitios de trabajo.
Varoufakis se
describe en su discurso como un marxista errático. Su análisis, desde luego, es
errático y de ninguna manera consiente con las demandas de la clase trabajadora
y movimiento obrero de Grecia. Hay trocitos de ‘marxismo’ es su análisis, de
textos de economía marxista por ejemplo que no son del todo correctos. Pero más
preocupante, debido a su elevada posición en el gobierno, es su conclusión de
que es necesario rescatar al capitalismo, de ‘sigo mismo’.
Escribe: “en 2008, el
capitalismo tuvo su segundo espasmo mundial”. Sin embargo, el 2008 marcó el
comienzo de una crisis mundial del capitalismo; no fue un ‘espasmo’. Nosotros
caracterizamos esto desde el comienzo - cuando la crisis del sector
inmobiliario ‘sub-prime’ (alto riesgo) empezó a desintegrarse en 2007 - no como
un evento episódico económico, del tipo que experienciamos ya anteriormente,
sino como el comienzo de una duradera, devastadora y generalizada crisis
económica mundial. Esta crisis fue preparada por todos los factores, incluyendo
una serie de burbujas financieras, que analizamos y describimos a lo largo del
boom desequilibrado. También advertimos que el capitalismo no podía
desenredarse fácilmente de esta crisis devastadora. Esto, a su vez, requería
que la clase trabajadora y movimiento obrero adoptara un claro programa de
acción socialista para defender los niveles de vida y cambiar la sociedad.
Varoufakis sacó
conclusiones totalmente diferentes de este evento seminal: “¿Deberíamos dar la
bienvenida a esta crisis del capitalismo europeo como una oportunidad para
reemplazarlo con otro sistema mejor? ¿O deberíamos estar tan preocupados que
iniciamos una campaña de estabilización del capitalismo europeo? Para mí, la
respuesta es clara. Es mucho menos probable que la crisis de Europa dé luz a
una alternativa mejor que el capitalismo en vez de soltar fuerzas
peligrosamente regresivas que tienen la capacidad de causar una matanza
humanitaria, mientras extingue la esperanza de avances progresivas para las
generaciones futuras”.
Pero si el
capitalismo no está maduro - desde luego, casi pudriéndose - para ser
reemplazado por un sistema más equitativo y humano durante una crisis
devastadora, ¿cuándo sería oportuno presentar y luchar por una solución
socialista?
Traición socialdemócrata
Al principio de la
primera guerra mundial este tipo de filosofía política - nuevamente resucitado
por Varoufakis - llevó directamente a la traición por parte de los
socialdemócratas y al naufragio de la posterior ola revolucionaria. Los
pérfidos socialdemócratas alemanes opinaron que la primera tarea era rescatar
la civilización, que se lograría salvado al capitalismo - pero hasta estos no
lo pusieron tan francamente y abiertamente como lo hace Varoufakis en su
artículo. Ellos demostraron su posición votando a favor de la financiación de la
guerra y entonces también del régimen del Kaiser, dejando así cambios en la
sociedad y socialismo, en la medida en que seguían siendo metas para ellos,
para un futuro mas ‘favorable’.
Varoufakis hace lo
mismo: “me entristece que probablemente no sobreviva para ver que se adopta un
programa mas radical”. ¿Cómo sabe el la rapidez o lentitud con la que se
desarrollará la conciencia de la mayoría de la gente trabajadora griega, sobre
todo bajo el látigo de lo que es objetivamente y económicamente una situación
pre-revolucionaria? Hasta el gran marxista Lenin, en la víspera de la
revolución rusa a finales de 1916, se preguntó si su generación vería la
revolución socialista. Sin embargo tan solo un año mas tarde, en octubre de
1917, lideró la revolución obrera mas importante de todos los tiempos, el mayor
evento de la historia humana hasta el día de hoy. Claro mientras especulaba
sobre la posibilidades, Lenin, a la vez, preparaba sin descanso y estaba
movilizando las fuerzas de la clase trabajadora, a través del partido
bolchevique, para que serían capaces de tomar la iniciativa y el poder. Puede
que la clase obrera griega tome la iniciativa en un proceso similar y que lo
haga para Europa, desde luego el sur de Europa y quizás el mundo.
En contraste, el
pronóstico de los socialdemócratas alemanes, y los que siguieron sus pasos, les
llevó a intentar salvar al capitalismo entrando en gobiernos capitalistas
manchadas de sangre. Luego, cuando estalló la revolución alemana en 1918,
apoyaron abiertamente los partidos capitalistas. Cuando estos gobiernos fueron
desacreditados, defendieron el capitalismo a través de gobiernos en los que
tenían una mayoría. De esta manera actuaron como el principal obstáculo
gubernamental a la toma de poder por parte de la clase obrera. En cambio Rosa
Luxemburg, les dio la última elección a la clase obrera “Socialismo o
barbaridad”.
La posición de
Luxmeburg fue totalmente justificado. El fracaso de la revolución entre 1918 y
1923 y las oportunidades que no se aprovecharon entre 1929 y 1933 fueron a
causa del papel criminal que jugaron los líderes de los grandes partidos
obreros, los social demócratas y los comunistas, que se negaron a formar una
alianza en contra de los nazis. Las consecuencias de esto se saben muy bien:
Hitler subió al poder y en seguida destruyó el poder organizado de la clase
trabajadora, que llevó al horror de la segunda guerra mundial y sus millones de
víctimas. Es verdad que hoy no tenemos que enfrentarnos a la elección inmediata
entre socialismo y barbaridad, ni en Grecia ni en el resto de Europa. Pero
existen suficientes elementos de barbaridad en Grecia - hambre y sufrimiento
extremo, el auge de los neofascistas del Amanecer Dorado, etc - para indicar
que, si la clase obrera y sus organizaciones no están preparados para cambiar
fundamentalmente la sociedad, estos elementos podrían empezar a ser la realidad
dominadora.
Salvando al capitalismo europeo
La experiencia
histórica como la comtemporánea de la socialdemocracia - para ser mas exactos,
la ex-socialdemocracia - nos enseña que no puede prevenir esto. No puede
completar ninguna reforma fundamental que perdura en este capitalismo europeo
plagado de crisis. Reformas sostenidas, hoy en día, solo son posibles como un
producto de luchas radicales y revolucionarias.
Esto se demuestra con
el historial reciente de gobiernos socialdemócratas en Europa, y también según
las experiencias del mismo Varoufakis. “Después de regresar a Grecia en el
2000, di mi apoyo al futuro primer ministro George Panpandreou, deseando ayudar
a parar el retorno al poder de la derecha que quería empujar Grecia hacia la
xenofobia tanto domésticamente como en su política de exterior… [pero] el
partido de Papandreou no solo fracasó en sus intentos de parar la xenofobia
sino, al final, realizaron políticas macroeconómicas virulentamente
neoliberales, claves para los ‘rescates’ de la Eurozona, que causarían el
retorno de los nazis a las calles de Atenas”.
Tenemos que recordar
que, por lo menos según sus palabras, en el pasado Pasok no se comportaban tan
cobardemente. Los reformistas no siempre eran traidores. Llevaron a cabo
mejoras, a veces importantes, de las condiciones de las masas. Pasok también
movió hacia la izquierda a veces, hasta el punto de adoptar demandas
revolucionarias. Sin embargo el comienzo de la crisis griega, europea y mundial
cambió todo eso, sobre todo cuando presidía en el poder. Como sus equivalentes
en Gran Bretaña, Francia e Italia, etc, Pasok no tenía intención de romper con
un capitalismo muy enfermo y acabó cumpliendo los deseos de la Troika. Entonces
esto creó condiciones en las que Amanecer Dorado pudo prosperar. El mismo
destino le esperaría a cualquier gobierno si siguiera las indicaciones de
Varoufakis que al final tratan, como el mismo admite, de salvar al capitalismo.
Escribe Varoufkais:
“Si esto significa que somos nosotros, los marxistas lo bastante erráticos, Que
tienen que intentar salvar el capitalismo de si mismo, entonces que sea así. No
por el amor al capitalismo europeo, a Bruselas, ni al BCE, pero porque queremos
minimizar el daño humano innecesario que resulta de la crisis. Una salida
griega, portuguesa o italiana de la zona euro significaría una fragmentación del
capitalismo europeo”. Pero Europa, tanto dentro de la Eurozona como fuera ya
esta fragmentada como consecuencia ya de crear el euro. En vez de fomentar un
nuevo internacionalismo, como prometían los proponentes, ha dado lugar a
divisiones mas profundas entre naciones, llevando a veces al crecimiento de
nacionalismos virulentamente capitalistas.
Contradicciones de la Eurozona
Desde el comienzo, la
creación del euro estaba repleto de contradicciones. Era un intento por el
capitalismo - reflejando el crecimiento de las fuerzas productivas (ciencia,
técnica, la organización laboral) que intentan organizarse a un nivel
continental o mundial - para superar los limites del estado nación. Esto era,
como hemos sostenido constantemente, una tarea imposible partiendo de una base
capitalista, aunque se cubrieron las grietas entre naciones con el boom, la
crisis de 2007-08 dejo todo en evidencia.
La formación de la
Eurozona y de una moneda común generó ilusiones - entre el movimiento obrero y
en general en la izquierda, hasta en círculos trotskistas como el secretariado
unido de la cuarta internacional (United Secretariat of the Fourth
International) - de que el capitalismo podía superar las contradicciones
nacionales y que se podía dar luz a un tipo de ‘capitalismo europeo’.
Especulaban que esto podía significar mayores posibilidades para unificar la
clase trabajadora a nivel continental. Sin embargo, nosotros anticipábamos que
las divisiones nacionales - estados y ejércitos, etc, particulares - que no
habían desaparecido, se reafirmarían de una manera salvaje si sucediera una
crisis económica. Y eso es lo que ha pasado. Desde luego, luchas entre
naciones, y sus divisiones raciales y el resto del veneno que las acompaña, el
auge de la derecha extrema, etc, son más comunes y amenazantes ahora que cuando
se creó el euro.
¿Esto significa que
tenemos que adoptar una perspectiva cerrada y nacionalista, y que cada país
busque una solución a sus problemas económicas solamente dentro de sus limites
nacionales? Todo lo contrario, las fuerzas productivas están pidiendo a gritos
ser organizados a una escala europea o incluso mundial. Pero la única fuerza
que puede cumplir con esta tarea histórica es la clase trabajadora. De ahí
nuestro eslogan: ‘No a la Europa de los jefes: sí a una confederación europea
socialista’. Luchas que ocurren a un nivel nacional están orgánicamente
vinculadas al plano internacional - y en el primer instante, a Europa. Esto lo
reconoce instintivamente la clase obrera griega, que está demostrado por su
solidaridad con los trabajadores del sur de Europa, en particular con los de
España, Portugal, e Italia y vice-versa. Toma como ejemplo la presencia de los
líderes de Podemos en las concentraciones masivas en Grecia antes de las
elecciones.
Malentendiendo Gran Bretaña
Varoufakis, en su
análisis, toma mucho de las experiencias del movimiento obrero británico -
residió allí durante los 80 - además del griego. Desafortunadamente, exhibe mas
de una sugerencia del pesimismo orgánico de la parte eurocomunista del
Communist party of Great Britain que se juntan alrededor de la publicación
Marxism Today, que probablemente le influyó. Esta tendencia se rindió
totalmente a las ideas del neoliberalismo y, como consecuencia, desaparecieron
del todo como una tendencia importante. Se convirtió en la quinta rueda de una
socialdemocracia en descomposición, apoyando al partido laborista de Neil
Kinnock en su contrarrevolución política en contra de los marxistas - que llevó
a la expulsión de los que apoyaban el Militant (predecesor de the Socialist
Party) - Y el abandono oficial de la meta del socialismo por los laboristas.
Esto se hizo bajo el
lema de ‘modernizar’ el marxismo, adaptando a la supuesta situación
contemporánea. En realidad era un abandono del enfoque en políticas de clase. Varoufakis
intenta algo similar en su artículo, hasta acusar falsamente a Karl Marx de
errores por no anticipar como sus ideas podrían ser malusados en el futuro -
por implicación, estalinismo. Sin embargo, Marx hizo su declaración célebre que
trataba de sofistas (o charlatanes): “si esto es marxismo, Yo no soy marxista”.
Varoufakis también
declara: “La determinación de tener la historia completa y cerrada, la última
palabra, es algo que nunca le podré perdonar a Marx”. Pero el marxismo no es un
sistema cerrado. Es un método flexible de análisis, comprobado y verificado con
la experiencia. En las manos de un buen trabajador puede ser una herramienta
útil y necesario, pero en las manos de un mal trabajador produce algo malo. Y
además dogmáticos, que tienen poco que ver con marxistas auténticos, pueden
interpretar ideas de una manera muy cerrada y no dialéctica. Nosotros hemos
dicho claramente enSocialism Today que
estamos en desacuerdo con los que intentan imponer mecánicamente algunos
supuestos leyes en la realidad vivida - como por ejemplo la tendencia de la
caída de ganancias, que no es la explicación de la actual crisis. Aunque
defendemos la propuesta básica que Marx hace con esta idea, estamos en total
desacuerdo con los que sostienen que esta es la única y exclusiva explicación
de la actual crisis del capitalismo.
Dar la
responsabilidad a Marx por el estalinismo, como Varoufakis claramente implica,
es incorrecto. Stalin era originalmente el producto del aislamiento de la
revolución rusa y su degradación pero su figura se ha usado para
mal-representar y corromper las ideas auténticas del marxismo. Echar las culpas
a Marx por el maluso criminal de sus métodos e ideas no es posible si atendemos
a la historia. Marx si anticipó problemas con el tema de la burocracia y la
adoptación de procedimientos antidemocráticos que podían aparecer en un
movimiento obrero y hasta en un estado revolucionario (obrero). Por eso sus
escritos y los de Engels sobre la comuna de Paris de 1871, donde el ejemplo
vivo de democracia obrera fue utilizado por Marx para explicar como se
construiría un estado democrático: la elección de oficiales, que ningún
representante recibiría mas del salario medio, el derecho a llamar nuevas
elecciones, etc.
Varoufakis escribe
sobre sus experiencia en Gran Bretaña: “hasta cuando el desempleo se dobló y
luego se triplicó bajo las intervenciones neoliberales radicales de Thatcher,
Seguía con la esperanza de que Lenin acertó: “Las cosas tienen que empeorar
antes de que mejoran”. Mientras la vida se hacia más asquerosa, más brutal y,
para muchos, más corta, se me ocurrió que caía trágicamente en error: las cosas
podían empeorar indefinidamente, sin mejorar nunca… con cada apretón del
tornillo de la crisis la izquierda se hacia mas introvertida, menos capaz de de
producir un plan convincente y progresivo y, de mientras, la clase obrera
estaba siendo dividido entre los que preferían salirse de la sociedad y los que
fueron convencidos de adoptar la actitud neoliberal. Mi esperanza de que
Thatcher, sin saberlo, seria la causa de una nueva revolución política era
totalmente equivocado. Lo único que salió de Thatcherismo fueron el incremento
de la importancia de las finanzas, el triunfo del centro comercial sobre el
negocio local, la fetichización de la vivienda y Tony Blair.
Declara también: “Si,
me gustaría proponer un plan muy radical. Pero, no, No me permito cometer el
mismo error dos veces. ¿Qué beneficio se obtuvo en Gran Bretaña a principios de
los 80 debido a nuestra promoción de un plan de cambio socialista que la
sociedad británica desdeño, a la vez que caían de cabezas en la trampa
neoliberalista de Thatcher? precisamente ninguno. Que beneficio se sacará hoy
si pedimos una desmontada de la Eurozona, de la Unión Europea, cuando el
capitalismo europeo esta haciendo todo lo que puede para socavar la Eurozona,
la Unión europea y, de hecho, si mismo?”
Varoufakis nos
demuestra su falta de comprensión de lo que realmente ocurrió en Gran Bretaña.
Thatcher no triunfó sin dificultades como parece sugerir. Ella provocó la
huelga de mineros - una guerra sin pistolas - Que, desde luego, tuvo un impacto
importante en Grecia también, dado sus propias luchas heroicas contra la
derecha. También tuvimos una batalla épica en Liverpool, en la que nuestro
predecesor, Militant, junto con el ayuntamiento de Liverpool y los 47
concejales inmortales vencieron a Thatcher. También fue derrotada en la lucha
en contra del Poll Tax cuando Militant lideró 18 millones en la campaña masiva
de no pagar que logró consignar ese impuesto a la historia igual que a la misma
Thatcher, como admitió luego en su autobiografía.
Tampoco es que estaba
predestinado que la victoria de Thatcher era inevitable. Habían oportunidades
que, si se hubieran tomado, podrían haber llevado a la victoria al movimiento
obrero. La traición de los mineros por los líderes de los sindicatos, junto con
el liderazgo podrido del partido laborista de Kinnock, que también traicionó al
ayuntamiento de Liverpool, eran esenciales para su éxito. Cree Varoufakis que,
si los trabajadores Británicos hubieran evitado conclusiones socialistas y se
hubieran restringidos a su programa mínimo progresivo, hubieran tenido mas
éxito?
Intentando alargar el tiempo
El método de
Varoufakis está sacada directamente de la opinión capitalista liberal,
incluyendo tipos como Will Hutton y su fundación Resolution, y el líder de los
laboristas, Ed Miliband. Los compañeros ideológicos españoles de Syriza, Podemos,
están en el proceso de sustituir el PSOE como la mayor fuerza de la izquierda.
Precisamente porque PSOE ha sido desacreditado por arrodillarse al capitalismo
español. Esta rendición tuvo lugar durante el gran boom pero, sin embargo, PSOE
fue echado a la calle. ¿Cuánto más seria desacreditado un gobierno
socialdemócrata en una crisis?
Solo tenemos que
fijarnos en Francia, donde el líder del Parti Socialiste, Francois Hollande,
Subió al poder prometiendo impuestos severos para los más ricos y una serie de
reformas que beneficiarían a los trabajadores, para luego rendirse y seguir
llevando a cabo un programa neoliberal. Esto ha causado un choque entre el y
sus seguidores y lo que queda de la izquierda en el partido, ademas de las
fuerzas de la izquierda extra parlamentarias y la clase clase obrera. La
consecuencia es que millones de trabajadores que votaron al Parti Socialiste
están ahora en el proceso de estar severamente desilusionados, hasta algunos
están siendo seducidos por la derecha extrema de la Front Nacional de Marine Le
Pen.
Aunque no lo declaran
tan explícitamente como Varoufakis, Hutton y Miliband son Críticos de los
‘austerians’ (proponentes de austeridad) como David Cameron y la presente
coalición Con-Dem (conservador, liberal demócrata). Estos intentan formular, en
cambio, un capitalismo ‘mejor’ (mas justo) y, en el caso de Miliband, menos
depredador. Pero Miliband también aboga, al igual que los conservadores,
recortar el gasto público, aunque promete hacerlo de una manera menos severa.
partiendo de esto, ¿Qué es el resultado político más probable? Descontento
político masivo y desilusión de antiguos seguidores laboristas. De todas
maneras, si un gobierno liderado por Miliband subiera al poder de imprevisto,
como fuerza minoritaria o parte de una coalición, no sería capaz de llevar a
cabo su programa mínimo sin enfrentarse a los defensores feroces del sistema.
Para justificar lo
que el cree que es un método nuevo, Varoufakis escribe sobre “un capitalismo
europeo asqueroso, que aunque tiene muchos fallos, su implosión debería ser
evitado a toda costa. esto es una confesión diseñado a convencer a gente
radical que tenemos una misión contradictoria: Parar la caída rápida del
capitalismo europeo y así alargar el tiempo que necesitamos para formular una
alternativa”. ¿Pero por qué no fueron capaces, tanto él como otros marxistas
‘críticos’, de analizar los procesos del capitalismo antes del 2008 y predecir
que iba a entrar en crisis? Esta fue la posición del CIT y su organización en
Grecia, Xekinima, Que combinó este análisis con un programa para
defender la clase trabajadora que se enfrentaba al catástrofe económico. Esto
se vinculó con la idea de tomar la oportunidad que se presentaría al exponer la
alternativa socialista como la única salida para gente trabajadora y sus
aliados. ¿Para qué esperar que se produzca la crisis y luego pedir mas tiempo
para formular una alternativa?
Engañandose
Desafortunadamente,
la posición de Varoufakis es un reflejo de la que toma Syriza y sus líderes:
resistir a cometerse
a un plan y demandas sistemáticas para preparar la clase obrera para el choque
inevitable entre un gobierno de izquierdas y el capital, tanto domésticamente e
internacionalmente. En cambio han producido frases sobre la justicia de la
posición de Grecia y la sensatez de un gobierno de izquierdas, hechas para
‘convencer’ las fuerzas capitalistas, que se enfrentan a Syriza, y hacerles
comprender la posición de Grecia, para que entonces hagan concesiones.
Los marxistas de Xekinima y
otros han criticado esta posición como ingenuo y el resultado de engañarse con
su propia ilusión - este fallo es muy peligroso en la política, sobre todo en
una situación de crisis. En las circunstancias por las que pasa Grecia antes y
durante las elecciones, y sobre todo en el presente, es necesario tener el
análisis mas brutalmente realista posible. Este reconocerá la intención
inevitable del capital internacional de sabotear un gobierno radical, da igual
si es en Grecia, España o cualquier otro sitio, que presenta un riesgo
existencial a los capitalistas.
Desde luego, en
general, la posición de un gobierno de izquierdas, y sin duda uno con
influencias marxistas, debería dictar que se utilicen las dificultades del
capitalismo como oportunidades para afectar un proceso profundo de cambio
socialista. Y las tareas mas fundamentales deberían ser la toma del control de
los principales mecanismos económicos - los bancos y casas financieras - para
prevenir el sabotaje y chantaje de los capitalistas a un gobierno liderado por
Syriza.
Esto ha sido
reflejado en la fuga diaria y asustada del capital privado de Grecia que empezó
antes de las elecciones. Por eso, lo que es lo justo y necesario es tener el
control de lo que sale y entra - si es lo que hace falta para alargar el tiempo
para movilizar la clase obrera y convencerla de la necesidad de tomar medidas
aún mas radicales. Estos incluirían la toma de posesión publica de la banca y
sector financiero bajo el control y gestión democrático de los trabajadores.
Varoufakis no da un
proceso totalmente distinto a este. Con sorprendente honestidad, escribe: “Dado
todo esto, quizás estés confuso porque yo me clasificaría como marxista… aunque
soy un marxista sin complejos, creo que es importante resistir a Marx con pasión
en una variedad de maneras. Para ser, en otras palabras, errático en la
practica del marxismo de uno”. La justificación para esta posición? pues
básicamente esconder las opiniones marxistas de uno mismo, admite Varoufakis.
Escribe: “un pensador radical puede tratar de construir teorías alternativas a
las del establecimiento con la esperanza de que se tomen enserio”. Pero su
posición es clara: “mi opinión sobre este dilema siempre ha sido que los que
tienen el poder actualmente no se preocupan por teorías que parten de supuestos
que son diferentes a los suyos.
Para justificar esto
se apoya en el mismo Marx. Porque Marx recurrió a los grandes economistas
burgueses, Adam Smith y David Ricardo, para demostrar que el capitalismo era un
sistema contradictorio. Con esa base, Marx pudo comprender como funcionaba el
capitalismo, que produciría crisis económicas y una clase obrera, los
enterradores del mismo sistema. La audiencia que buscaba, entonces, no era la
burguesía sino la clase trabajadora y sus organizaciones.
Parece que Varoufakis
intenta algo diferente, trabajar dentro de la esquema de la economía burguesa
para demostrar a los burgueses las contradicciones de su propio sistema. Su
conclusión es buscar remedios a los problemas económicos por las que pasamos -
La clase trabajadora y sus aliados - proponiendo soluciones sensatos que pueden
ser aceptados por el capitalismo. La esencia de la situación del presente, sin
embargo, es que reformas reales no son posibles ni pueden ser duraderos en un
sistema devastado por la peor crisis desde 1930.
En este momento la
clase trabajadora europea esta observando atentamente a Grecia. Si los obreros
griegos consiguen imponerse a la situación, aunque sea solo parcialmente, eso
animará y levantará la cabeza de todo el movimiento. Pero si en Grecia los
trabajadores son derrotados, esto reducirá la posibilidad de una lucha a escala
europea, por lo menos temporalmente. Nosotros esperamos con fervor que la
primera perspectiva es la que tendrá lugar. Por esta razón es necesario aclarar
las ideas centrales en las que se basarán las luchas exitosas de la clase
trabajadora europea. Es con esta intención que ofrecemos nuestro análisis de la
situación y animamos cualquier discusión que trate de cómo mejor ayudar las
luchas de los obreros griegos en este momento.
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