Grecia - El Marxismo errático de Varoufakis no es la solución

Posted by Nuestra publicación: on lunes, abril 20, 2015

16/04/2015
Es necesario aclarar las ideas en las que se basarán las luchas exitosas de la clase obrera europea.
Peter Taaffe

El ministro de economía griego es una figura clave en el gobierno liderado por Syriza, votado por su programa radical de anti-austeridad. Él se describe como un marxista errático. ¿Entonces qué es lo que representa? ¿Y qué programa avanzará la lucha de la clase trabajadora griega?
Yanis Varoufakis, el extravagante ministro de economía, ha jugado un papel importante en el drama que se desarrolla entre el pueblo griego, ya devastado por la brutal austeridad, y las demandas crueles de la Unión Europea para que siga igual. La posición aparentemente desafiante del primer ministro, Alexis Tsipras, que demanda un alivio provisional, ha captado la imaginación de tanto la clase obrera europea como la griega. Tsipras ha sido apoyado por Varoufakis que ha volado por toda Europa en sus botas de motero y sin corbata para reunirse con sus equivalentes europeos como el rellena camisas que es George Osbourne.
Esto está reflejado en las encuestas. Un 36% votaron por Syriza en las generales y ahora según The Observer; “En una encuesta repentina (snap poll) del 25 de febrero apoyo para Syriza saltó a un 49.6%… la semana pasada, el ministro de economía Varoufakis, fue rodeado por numerosos votantes agradecidos mientras caminaba por la plaza Syntagma. Hasta la clase media y empresarios notables han alabado el gobierno por sus esfuerzos en impugnar las demandas imperialistas procedentes de la Troika y Europa. “Nos han devuelto la voz… por primera vez se percibe que tenemos un gobierno que defiende nuestros intereses”. (Observer, 1 de Marzo)
Esto refleja la resistencia empeñada del pueblo griego al estatus casi de neo-colonia que le ha sido designado por la Europa rica - los capitalistas, banqueros, etc. que dominan la Unión Europea. Pero la crisis no ha acabado y tampoco las demandas para austeridad aún más atroz. La realidad es que el gobierno está en el filo de la navaja. Y podrían encontrarse con demandas aun mas humillantes y finalmente derrota en tan solo unos meses. La otra opción es que haga un llamamiento al pueblo griego, y en el primer instante a la clase trabajadora, pero de igual importancia es solicitar la solidaridad y acción común de la clase obrera europea y mundial.
Reflejando esto, el diario Británico The Guardian ha reportado (9 de marzo): “El gobierno anti-austeridad de Grecia ha alzado el espectro de mas lucha política, en un país ya plagado de crisis, diciendo que consideraría llamar un referéndum o nuevas elecciones…”. También ha subido las apuestas, en una maniobra de propaganda, anunciando su intención de demandar el capitalismo alemán por crímenes nazis cometidos contra el pueblo griego. ¡Estas podrían alcanzar los €341 billones, mas que suficiente para cancelar la deuda griega!
El marxista errático
Enfrentados al chantaje de la Europa capitalista, buscar otro mandato es, sin duda, una opción. ¿Pero basado en qué y con qué programa? Esto propone otra pregunta. ¿Qué son los principios y perspectivas que guían el gobierno, y en particular, sus líderes? Si el discurso que dió Varoufakis en 2013, que luego se redactó en un artículo largo que publicó The Guardian el 18 de febrero de 2015, es una guía, la expectativa de un cambio fundamental para la gente trabajadora parece remota. Afortunadamente, no tomará la decisión ni él ni el gobierno si las masas intervienen por la fuerza, en lo que es una situación fluida y dinámica, para ordenar la nacionalización bajo control democrático de los bancos y casas financieras. Estas son la acciones mínimas necesarias para prevenir el sabotaje de los capitalistas, que ya está ocurriendo, reflejado en la salida diaria de billones de euros del país.
Ese proceso también serviría para acabar con las propuestas escandalosas de ventas y privatizaciones, prevenir desahucios, etc, todas las acciones que Tsipras y Syriza prometieron antes de las elecciones. Tampoco se niega la posibilidad de que a las masas, que ahora mismo están siendo generosos extendiendo el tiempo que tiene el gobierno para llevar a cabo su programa, se le acaba la paciencia y que decidan actuar a través de un nuevo movimiento ‘occupy’, ocupando esta vez no solo plazas pero también fábricas y sitios de trabajo.
Varoufakis se describe en su discurso como un marxista errático. Su análisis, desde luego, es errático y de ninguna manera consiente con las demandas de la clase trabajadora y movimiento obrero de Grecia. Hay trocitos de ‘marxismo’ es su análisis, de textos de economía marxista por ejemplo que no son del todo correctos. Pero más preocupante, debido a su elevada posición en el gobierno, es su conclusión de que es necesario rescatar al capitalismo, de ‘sigo mismo’.
Escribe: “en 2008, el capitalismo tuvo su segundo espasmo mundial”. Sin embargo, el 2008 marcó el comienzo de una crisis mundial del capitalismo; no fue un ‘espasmo’. Nosotros caracterizamos esto desde el comienzo - cuando la crisis del sector inmobiliario ‘sub-prime’ (alto riesgo) empezó a desintegrarse en 2007 - no como un evento episódico económico, del tipo que experienciamos ya anteriormente, sino como el comienzo de una duradera, devastadora y generalizada crisis económica mundial. Esta crisis fue preparada por todos los factores, incluyendo una serie de burbujas financieras, que analizamos y describimos a lo largo del boom desequilibrado. También advertimos que el capitalismo no podía desenredarse fácilmente de esta crisis devastadora. Esto, a su vez, requería que la clase trabajadora y movimiento obrero adoptara un claro programa de acción socialista para defender los niveles de vida y cambiar la sociedad.
Varoufakis sacó conclusiones totalmente diferentes de este evento seminal: “¿Deberíamos dar la bienvenida a esta crisis del capitalismo europeo como una oportunidad para reemplazarlo con otro sistema mejor? ¿O deberíamos estar tan preocupados que iniciamos una campaña de estabilización del capitalismo europeo? Para mí, la respuesta es clara. Es mucho menos probable que la crisis de Europa dé luz a una alternativa mejor que el capitalismo en vez de soltar fuerzas peligrosamente regresivas que tienen la capacidad de causar una matanza humanitaria, mientras extingue la esperanza de avances progresivas para las generaciones futuras”.
Pero si el capitalismo no está maduro - desde luego, casi pudriéndose - para ser reemplazado por un sistema más equitativo y humano durante una crisis devastadora, ¿cuándo sería oportuno presentar y luchar por una solución socialista?
Traición socialdemócrata
Al principio de la primera guerra mundial este tipo de filosofía política - nuevamente resucitado por Varoufakis - llevó directamente a la traición por parte de los socialdemócratas y al naufragio de la posterior ola revolucionaria. Los pérfidos socialdemócratas alemanes opinaron que la primera tarea era rescatar la civilización, que se lograría salvado al capitalismo - pero hasta estos no lo pusieron tan francamente y abiertamente como lo hace Varoufakis en su artículo. Ellos demostraron su posición votando a favor de la financiación de la guerra y entonces también del régimen del Kaiser, dejando así cambios en la sociedad y socialismo, en la medida en que seguían siendo metas para ellos, para un futuro mas ‘favorable’.
Varoufakis hace lo mismo: “me entristece que probablemente no sobreviva para ver que se adopta un programa mas radical”. ¿Cómo sabe el la rapidez o lentitud con la que se desarrollará la conciencia de la mayoría de la gente trabajadora griega, sobre todo bajo el látigo de lo que es objetivamente y económicamente una situación pre-revolucionaria? Hasta el gran marxista Lenin, en la víspera de la revolución rusa a finales de 1916, se preguntó si su generación vería la revolución socialista. Sin embargo tan solo un año mas tarde, en octubre de 1917, lideró la revolución obrera mas importante de todos los tiempos, el mayor evento de la historia humana hasta el día de hoy. Claro mientras especulaba sobre la posibilidades, Lenin, a la vez, preparaba sin descanso y estaba movilizando las fuerzas de la clase trabajadora, a través del partido bolchevique, para que serían capaces de tomar la iniciativa y el poder. Puede que la clase obrera griega tome la iniciativa en un proceso similar y que lo haga para Europa, desde luego el sur de Europa y quizás el mundo.
En contraste, el pronóstico de los socialdemócratas alemanes, y los que siguieron sus pasos, les llevó a intentar salvar al capitalismo entrando en gobiernos capitalistas manchadas de sangre. Luego, cuando estalló la revolución alemana en 1918, apoyaron abiertamente los partidos capitalistas. Cuando estos gobiernos fueron desacreditados, defendieron el capitalismo a través de gobiernos en los que tenían una mayoría. De esta manera actuaron como el principal obstáculo gubernamental a la toma de poder por parte de la clase obrera. En cambio Rosa Luxemburg, les dio la última elección a la clase obrera “Socialismo o barbaridad”.
La posición de Luxmeburg fue totalmente justificado. El fracaso de la revolución entre 1918 y 1923 y las oportunidades que no se aprovecharon entre 1929 y 1933 fueron a causa del papel criminal que jugaron los líderes de los grandes partidos obreros, los social demócratas y los comunistas, que se negaron a formar una alianza en contra de los nazis. Las consecuencias de esto se saben muy bien: Hitler subió al poder y en seguida destruyó el poder organizado de la clase trabajadora, que llevó al horror de la segunda guerra mundial y sus millones de víctimas. Es verdad que hoy no tenemos que enfrentarnos a la elección inmediata entre socialismo y barbaridad, ni en Grecia ni en el resto de Europa. Pero existen suficientes elementos de barbaridad en Grecia - hambre y sufrimiento extremo, el auge de los neofascistas del Amanecer Dorado, etc - para indicar que, si la clase obrera y sus organizaciones no están preparados para cambiar fundamentalmente la sociedad, estos elementos podrían empezar a ser la realidad dominadora.
Salvando al capitalismo europeo
La experiencia histórica como la comtemporánea de la socialdemocracia - para ser mas exactos, la ex-socialdemocracia - nos enseña que no puede prevenir esto. No puede completar ninguna reforma fundamental que perdura en este capitalismo europeo plagado de crisis. Reformas sostenidas, hoy en día, solo son posibles como un producto de luchas radicales y revolucionarias.
Esto se demuestra con el historial reciente de gobiernos socialdemócratas en Europa, y también según las experiencias del mismo Varoufakis. “Después de regresar a Grecia en el 2000, di mi apoyo al futuro primer ministro George Panpandreou, deseando ayudar a parar el retorno al poder de la derecha que quería empujar Grecia hacia la xenofobia tanto domésticamente como en su política de exterior… [pero] el partido de Papandreou no solo fracasó en sus intentos de parar la xenofobia sino, al final, realizaron políticas macroeconómicas virulentamente neoliberales, claves para los ‘rescates’ de la Eurozona, que causarían el retorno de los nazis a las calles de Atenas”.
Tenemos que recordar que, por lo menos según sus palabras, en el pasado Pasok no se comportaban tan cobardemente. Los reformistas no siempre eran traidores. Llevaron a cabo mejoras, a veces importantes, de las condiciones de las masas. Pasok también movió hacia la izquierda a veces, hasta el punto de adoptar demandas revolucionarias. Sin embargo el comienzo de la crisis griega, europea y mundial cambió todo eso, sobre todo cuando presidía en el poder. Como sus equivalentes en Gran Bretaña, Francia e Italia, etc, Pasok no tenía intención de romper con un capitalismo muy enfermo y acabó cumpliendo los deseos de la Troika. Entonces esto creó condiciones en las que Amanecer Dorado pudo prosperar. El mismo destino le esperaría a cualquier gobierno si siguiera las indicaciones de Varoufakis que al final tratan, como el mismo admite, de salvar al capitalismo.
Escribe Varoufkais: “Si esto significa que somos nosotros, los marxistas lo bastante erráticos, Que tienen que intentar salvar el capitalismo de si mismo, entonces que sea así. No por el amor al capitalismo europeo, a Bruselas, ni al BCE, pero porque queremos minimizar el daño humano innecesario que resulta de la crisis. Una salida griega, portuguesa o italiana de la zona euro significaría una fragmentación del capitalismo europeo”. Pero Europa, tanto dentro de la Eurozona como fuera ya esta fragmentada como consecuencia ya de crear el euro. En vez de fomentar un nuevo internacionalismo, como prometían los proponentes, ha dado lugar a divisiones mas profundas entre naciones, llevando a veces al crecimiento de nacionalismos virulentamente capitalistas.
Contradicciones de la Eurozona
Desde el comienzo, la creación del euro estaba repleto de contradicciones. Era un intento por el capitalismo - reflejando el crecimiento de las fuerzas productivas (ciencia, técnica, la organización laboral) que intentan organizarse a un nivel continental o mundial - para superar los limites del estado nación. Esto era, como hemos sostenido constantemente, una tarea imposible partiendo de una base capitalista, aunque se cubrieron las grietas entre naciones con el boom, la crisis de 2007-08 dejo todo en evidencia.
La formación de la Eurozona y de una moneda común generó ilusiones - entre el movimiento obrero y en general en la izquierda, hasta en círculos trotskistas como el secretariado unido de la cuarta internacional (United Secretariat of the Fourth International) - de que el capitalismo podía superar las contradicciones nacionales y que se podía dar luz a un tipo de ‘capitalismo europeo’. Especulaban que esto podía significar mayores posibilidades para unificar la clase trabajadora a nivel continental. Sin embargo, nosotros anticipábamos que las divisiones nacionales - estados y ejércitos, etc, particulares - que no habían desaparecido, se reafirmarían de una manera salvaje si sucediera una crisis económica. Y eso es lo que ha pasado. Desde luego, luchas entre naciones, y sus divisiones raciales y el resto del veneno que las acompaña, el auge de la derecha extrema, etc, son más comunes y amenazantes ahora que cuando se creó el euro.
¿Esto significa que tenemos que adoptar una perspectiva cerrada y nacionalista, y que cada país busque una solución a sus problemas económicas solamente dentro de sus limites nacionales? Todo lo contrario, las fuerzas productivas están pidiendo a gritos ser organizados a una escala europea o incluso mundial. Pero la única fuerza que puede cumplir con esta tarea histórica es la clase trabajadora. De ahí nuestro eslogan: ‘No a la Europa de los jefes: sí a una confederación europea socialista’. Luchas que ocurren a un nivel nacional están orgánicamente vinculadas al plano internacional - y en el primer instante, a Europa. Esto lo reconoce instintivamente la clase obrera griega, que está demostrado por su solidaridad con los trabajadores del sur de Europa, en particular con los de España, Portugal, e Italia y vice-versa. Toma como ejemplo la presencia de los líderes de Podemos en las concentraciones masivas en Grecia antes de las elecciones.
Malentendiendo Gran Bretaña
Varoufakis, en su análisis, toma mucho de las experiencias del movimiento obrero británico - residió allí durante los 80 - además del griego. Desafortunadamente, exhibe mas de una sugerencia del pesimismo orgánico de la parte eurocomunista del Communist party of Great Britain que se juntan alrededor de la publicación Marxism Today, que probablemente le influyó. Esta tendencia se rindió totalmente a las ideas del neoliberalismo y, como consecuencia, desaparecieron del todo como una tendencia importante. Se convirtió en la quinta rueda de una socialdemocracia en descomposición, apoyando al partido laborista de Neil Kinnock en su contrarrevolución política en contra de los marxistas - que llevó a la expulsión de los que apoyaban el Militant (predecesor de the Socialist Party) - Y el abandono oficial de la meta del socialismo por los laboristas.
Esto se hizo bajo el lema de ‘modernizar’ el marxismo, adaptando a la supuesta situación contemporánea. En realidad era un abandono del enfoque en políticas de clase. Varoufakis intenta algo similar en su artículo, hasta acusar falsamente a Karl Marx de errores por no anticipar como sus ideas podrían ser malusados en el futuro - por implicación, estalinismo. Sin embargo, Marx hizo su declaración célebre que trataba de sofistas (o charlatanes): “si esto es marxismo, Yo no soy marxista”.
Varoufakis también declara: “La determinación de tener la historia completa y cerrada, la última palabra, es algo que nunca le podré perdonar a Marx”. Pero el marxismo no es un sistema cerrado. Es un método flexible de análisis, comprobado y verificado con la experiencia. En las manos de un buen trabajador puede ser una herramienta útil y necesario, pero en las manos de un mal trabajador produce algo malo. Y además dogmáticos, que tienen poco que ver con marxistas auténticos, pueden interpretar ideas de una manera muy cerrada y no dialéctica. Nosotros hemos dicho claramente enSocialism Today que estamos en desacuerdo con los que intentan imponer mecánicamente algunos supuestos leyes en la realidad vivida - como por ejemplo la tendencia de la caída de ganancias, que no es la explicación de la actual crisis. Aunque defendemos la propuesta básica que Marx hace con esta idea, estamos en total desacuerdo con los que sostienen que esta es la única y exclusiva explicación de la actual crisis del capitalismo.
Dar la responsabilidad a Marx por el estalinismo, como Varoufakis claramente implica, es incorrecto. Stalin era originalmente el producto del aislamiento de la revolución rusa y su degradación pero su figura se ha usado para mal-representar y corromper las ideas auténticas del marxismo. Echar las culpas a Marx por el maluso criminal de sus métodos e ideas no es posible si atendemos a la historia. Marx si anticipó problemas con el tema de la burocracia y la adoptación de procedimientos antidemocráticos que podían aparecer en un movimiento obrero y hasta en un estado revolucionario (obrero). Por eso sus escritos y los de Engels sobre la comuna de Paris de 1871, donde el ejemplo vivo de democracia obrera fue utilizado por Marx para explicar como se construiría un estado democrático: la elección de oficiales, que ningún representante recibiría mas del salario medio, el derecho a llamar nuevas elecciones, etc.
Varoufakis escribe sobre sus experiencia en Gran Bretaña: “hasta cuando el desempleo se dobló y luego se triplicó bajo las intervenciones neoliberales radicales de Thatcher, Seguía con la esperanza de que Lenin acertó: “Las cosas tienen que empeorar antes de que mejoran”. Mientras la vida se hacia más asquerosa, más brutal y, para muchos, más corta, se me ocurrió que caía trágicamente en error: las cosas podían empeorar indefinidamente, sin mejorar nunca… con cada apretón del tornillo de la crisis la izquierda se hacia mas introvertida, menos capaz de de producir un plan convincente y progresivo y, de mientras, la clase obrera estaba siendo dividido entre los que preferían salirse de la sociedad y los que fueron convencidos de adoptar la actitud neoliberal. Mi esperanza de que Thatcher, sin saberlo, seria la causa de una nueva revolución política era totalmente equivocado. Lo único que salió de Thatcherismo fueron el incremento de la importancia de las finanzas, el triunfo del centro comercial sobre el negocio local, la fetichización de la vivienda y Tony Blair.
Declara también: “Si, me gustaría proponer un plan muy radical. Pero, no, No me permito cometer el mismo error dos veces. ¿Qué beneficio se obtuvo en Gran Bretaña a principios de los 80 debido a nuestra promoción de un plan de cambio socialista que la sociedad británica desdeño, a la vez que caían de cabezas en la trampa neoliberalista de Thatcher? precisamente ninguno. Que beneficio se sacará hoy si pedimos una desmontada de la Eurozona, de la Unión Europea, cuando el capitalismo europeo esta haciendo todo lo que puede para socavar la Eurozona, la Unión europea y, de hecho, si mismo?”
Varoufakis nos demuestra su falta de comprensión de lo que realmente ocurrió en Gran Bretaña. Thatcher no triunfó sin dificultades como parece sugerir. Ella provocó la huelga de mineros - una guerra sin pistolas - Que, desde luego, tuvo un impacto importante en Grecia también, dado sus propias luchas heroicas contra la derecha. También tuvimos una batalla épica en Liverpool, en la que nuestro predecesor, Militant, junto con el ayuntamiento de Liverpool y los 47 concejales inmortales vencieron a Thatcher. También fue derrotada en la lucha en contra del Poll Tax cuando Militant lideró 18 millones en la campaña masiva de no pagar que logró consignar ese impuesto a la historia igual que a la misma Thatcher, como admitió luego en su autobiografía.
Tampoco es que estaba predestinado que la victoria de Thatcher era inevitable. Habían oportunidades que, si se hubieran tomado, podrían haber llevado a la victoria al movimiento obrero. La traición de los mineros por los líderes de los sindicatos, junto con el liderazgo podrido del partido laborista de Kinnock, que también traicionó al ayuntamiento de Liverpool, eran esenciales para su éxito. Cree Varoufakis que, si los trabajadores Británicos hubieran evitado conclusiones socialistas y se hubieran restringidos a su programa mínimo progresivo, hubieran tenido mas éxito?
Intentando alargar el tiempo
El método de Varoufakis está sacada directamente de la opinión capitalista liberal, incluyendo tipos como Will Hutton y su fundación Resolution, y el líder de los laboristas, Ed Miliband. Los compañeros ideológicos españoles de Syriza, Podemos, están en el proceso de sustituir el PSOE como la mayor fuerza de la izquierda. Precisamente porque PSOE ha sido desacreditado por arrodillarse al capitalismo español. Esta rendición tuvo lugar durante el gran boom pero, sin embargo, PSOE fue echado a la calle. ¿Cuánto más seria desacreditado un gobierno socialdemócrata en una crisis?
Solo tenemos que fijarnos en Francia, donde el líder del Parti Socialiste, Francois Hollande, Subió al poder prometiendo impuestos severos para los más ricos y una serie de reformas que beneficiarían a los trabajadores, para luego rendirse y seguir llevando a cabo un programa neoliberal. Esto ha causado un choque entre el y sus seguidores y lo que queda de la izquierda en el partido, ademas de las fuerzas de la izquierda extra parlamentarias y la clase clase obrera. La consecuencia es que millones de trabajadores que votaron al Parti Socialiste están ahora en el proceso de estar severamente desilusionados, hasta algunos están siendo seducidos por la derecha extrema de la Front Nacional de Marine Le Pen.
Aunque no lo declaran tan explícitamente como Varoufakis, Hutton y Miliband son Críticos de los ‘austerians’ (proponentes de austeridad) como David Cameron y la presente coalición Con-Dem (conservador, liberal demócrata). Estos intentan formular, en cambio, un capitalismo ‘mejor’ (mas justo) y, en el caso de Miliband, menos depredador. Pero Miliband también aboga, al igual que los conservadores, recortar el gasto público, aunque promete hacerlo de una manera menos severa. partiendo de esto, ¿Qué es el resultado político más probable? Descontento político masivo y desilusión de antiguos seguidores laboristas. De todas maneras, si un gobierno liderado por Miliband subiera al poder de imprevisto, como fuerza minoritaria o parte de una coalición, no sería capaz de llevar a cabo su programa mínimo sin enfrentarse a los defensores feroces del sistema.
Para justificar lo que el cree que es un método nuevo, Varoufakis escribe sobre “un capitalismo europeo asqueroso, que aunque tiene muchos fallos, su implosión debería ser evitado a toda costa. esto es una confesión diseñado a convencer a gente radical que tenemos una misión contradictoria: Parar la caída rápida del capitalismo europeo y así alargar el tiempo que necesitamos para formular una alternativa”. ¿Pero por qué no fueron capaces, tanto él como otros marxistas ‘críticos’, de analizar los procesos del capitalismo antes del 2008 y predecir que iba a entrar en crisis? Esta fue la posición del CIT y su organización en Grecia, Xekinima, Que combinó este análisis con un programa para defender la clase trabajadora que se enfrentaba al catástrofe económico. Esto se vinculó con la idea de tomar la oportunidad que se presentaría al exponer la alternativa socialista como la única salida para gente trabajadora y sus aliados. ¿Para qué esperar que se produzca la crisis y luego pedir mas tiempo para formular una alternativa?
Engañandose
Desafortunadamente, la posición de Varoufakis es un reflejo de la que toma Syriza y sus líderes:
resistir a cometerse a un plan y demandas sistemáticas para preparar la clase obrera para el choque inevitable entre un gobierno de izquierdas y el capital, tanto domésticamente e internacionalmente. En cambio han producido frases sobre la justicia de la posición de Grecia y la sensatez de un gobierno de izquierdas, hechas para ‘convencer’ las fuerzas capitalistas, que se enfrentan a Syriza, y hacerles comprender la posición de Grecia, para que entonces hagan concesiones.
Los marxistas de Xekinima y otros han criticado esta posición como ingenuo y el resultado de engañarse con su propia ilusión - este fallo es muy peligroso en la política, sobre todo en una situación de crisis. En las circunstancias por las que pasa Grecia antes y durante las elecciones, y sobre todo en el presente, es necesario tener el análisis mas brutalmente realista posible. Este reconocerá la intención inevitable del capital internacional de sabotear un gobierno radical, da igual si es en Grecia, España o cualquier otro sitio, que presenta un riesgo existencial a los capitalistas.
Desde luego, en general, la posición de un gobierno de izquierdas, y sin duda uno con influencias marxistas, debería dictar que se utilicen las dificultades del capitalismo como oportunidades para afectar un proceso profundo de cambio socialista. Y las tareas mas fundamentales deberían ser la toma del control de los principales mecanismos económicos - los bancos y casas financieras - para prevenir el sabotaje y chantaje de los capitalistas a un gobierno liderado por Syriza.
Esto ha sido reflejado en la fuga diaria y asustada del capital privado de Grecia que empezó antes de las elecciones. Por eso, lo que es lo justo y necesario es tener el control de lo que sale y entra - si es lo que hace falta para alargar el tiempo para movilizar la clase obrera y convencerla de la necesidad de tomar medidas aún mas radicales. Estos incluirían la toma de posesión publica de la banca y sector financiero bajo el control y gestión democrático de los trabajadores.
Varoufakis no da un proceso totalmente distinto a este. Con sorprendente honestidad, escribe: “Dado todo esto, quizás estés confuso porque yo me clasificaría como marxista… aunque soy un marxista sin complejos, creo que es importante resistir a Marx con pasión en una variedad de maneras. Para ser, en otras palabras, errático en la practica del marxismo de uno”. La justificación para esta posición? pues básicamente esconder las opiniones marxistas de uno mismo, admite Varoufakis. Escribe: “un pensador radical puede tratar de construir teorías alternativas a las del establecimiento con la esperanza de que se tomen enserio”. Pero su posición es clara: “mi opinión sobre este dilema siempre ha sido que los que tienen el poder actualmente no se preocupan por teorías que parten de supuestos que son diferentes a los suyos.
Para justificar esto se apoya en el mismo Marx. Porque Marx recurrió a los grandes economistas burgueses, Adam Smith y David Ricardo, para demostrar que el capitalismo era un sistema contradictorio. Con esa base, Marx pudo comprender como funcionaba el capitalismo, que produciría crisis económicas y una clase obrera, los enterradores del mismo sistema. La audiencia que buscaba, entonces, no era la burguesía sino la clase trabajadora y sus organizaciones.
Parece que Varoufakis intenta algo diferente, trabajar dentro de la esquema de la economía burguesa para demostrar a los burgueses las contradicciones de su propio sistema. Su conclusión es buscar remedios a los problemas económicos por las que pasamos - La clase trabajadora y sus aliados - proponiendo soluciones sensatos que pueden ser aceptados por el capitalismo. La esencia de la situación del presente, sin embargo, es que reformas reales no son posibles ni pueden ser duraderos en un sistema devastado por la peor crisis desde 1930.

En este momento la clase trabajadora europea esta observando atentamente a Grecia. Si los obreros griegos consiguen imponerse a la situación, aunque sea solo parcialmente, eso animará y levantará la cabeza de todo el movimiento. Pero si en Grecia los trabajadores son derrotados, esto reducirá la posibilidad de una lucha a escala europea, por lo menos temporalmente. Nosotros esperamos con fervor que la primera perspectiva es la que tendrá lugar. Por esta razón es necesario aclarar las ideas centrales en las que se basarán las luchas exitosas de la clase trabajadora europea. Es con esta intención que ofrecemos nuestro análisis de la situación y animamos cualquier discusión que trate de cómo mejor ayudar las luchas de los obreros griegos en este momento.