A Cinco años del estallido de la crisis global. Pulso Económico.

Posted by Nuestra publicación: on miércoles, septiembre 25, 2013


Patricio Guzmán S.

Hace cinco años, el 15 de septiembre de 2008, quebró Lehman Brothers, un gigante de la banca norteamericana y global.
La bancarrota de Lehman Brothers con un pasivo de $613.000 millones fue la mayor que se ha producido en el mundo hasta ahora. La institución financiera era una compañía con presencia mundial, destacaba en los negocios de banca de inversión, gestión de activos financieros e inversiones en renta fija, banca comercial, gestión de inversiones y servicios bancarios en general. La Corporación tenía su sede social en la ciudad de Nueva York, con sedes regionales para Europa en Londres y para Asia en Tokio, así como oficinas ubicadas en todo el mundo. La quiebra marcó un antes y un después de la crisis abierta por la masa de deuda impaga a partir de las inversiones especulativas en títulos derivados, que luego fueron conocidos como “deuda toxica”.
Ningún país integrado a la economía capitalista global se salvó del rápido contagio. Desde entonces una ola de crisis y recesiones se abatió sobre el planeta, la mayor desde la Gran Recesión de fines de los años 20 y comienzos de los 30, no hubo “desacoplamiento”. Sin embargo, tras su primera manifestación recesiva que afecto todo el planeta, y en medio de recuperaciones fallidas, la persistente crisis se desarrolló de manera aparentemente paradójica, combinando estancamiento, recesión, crisis de la deuda,  conflictos monetarios  y alto desempleo en las economías capitalistas más desarrolladas –Estados Unidos, Europa Occidental, y Japón–; Situación especialmente grave en las economías periféricas de Europa con severas crisis fiscales y cambiarias en las economías –Portugal, Italia, Irlanda, España y, particularmente, Grecia–; y por otra parte, pasado el primer año de impacto global de la recesión entre 2008 y 2009, vimos un crecimiento dinámico en los países llamados “emergentes”  – China, India, Rusia y Brasil – estos países fueron los que más se beneficiaron con la recuperación del comercio internacional, la elevación de precios de los commodities y la gran afluencia de capitales internacionales. Capitales que con la caída cerca de cero de las tasas de interés y la contracción de la demanda agregada, en las naciones capitalistas desarrolladas, se vieron sin destinos de inversión y especulación en ellos.

Se anuncia un cambio importante que afectará nuestra economía.
Esta situación anuncia un cambio con el fin anunciado del dinero dulce, inyectado por la FED, el banco central de EE.UU.,  mediante la compra masiva de bonos para aumentar la liquidez del sistema financiero, que esta institución inició en noviembre de 2008 para impedir el colapso de los flujos de crédito.
Algunas cifras dan una idea de la amplitud de la producción de masa monetaria en Estados Unidos. La Reserva Federal de EE.UU. mantenía  entre $ 700 mil millones y $ 800 mil millones de dólares en bonos del Tesoro en su balance antes de la gran  recesión de 2008-2009. A finales de noviembre de 2008, la Reserva Federal comenzó a comprar 600 mil millones en valores respaldados por hipotecas. En marzo de 2009 adquirió 1.750 mil millones dólares de la deuda bancaria, de valores respaldados por hipotecas y bonos del Tesoro, y ya en junio de 2010, alcanzó $ 2.100 mil millones de dólares.
El 19 de junio de 2013, Ben Bernanke, el presidente de la  FED anunció una desaceleración  de algunas de sus políticas de QE (flexibilización cuantitativa) fundamentada en los datos económicos positivos.  En concreto, anunció la reducción del programa de compra de bonos de $ 85 mil millones hasta $ 65 millones de dólares al mes durante la próxima reunión de política de septiembre de 2013.  También sugirió que el programa de compra de bonos podría concluir a mediados de 2014. Además Bernanke sugirió un alza en las tasas de interés, dependiendo de que la inflación siga una tasa objetivo del 2% y el desempleo se reduzca al 6,5 %. Bastó  está sugerencia para que las bolsas cayeran cerca de un 4,3 % en  tres días hábiles después del anuncio. El índice Dow Jones  cayó 659 puntos entre el 19 y 24 de junio. Estamos frente a la paradoja que si mejoran los índices de empleo en Estados Unidos, caen los valores bursátiles.  El 18 de septiembre de 2013, ante las cifras contradictorias sobre la recuperación de la economía norteamericana, y el impacto contractivo del solo anuncio de Bernanke, la  Fed decidió esperar antes de poner fin a su programa de compra de bonos.  

El doble impacto de la desaceleración del crecimiento en China y el alza de las tasas de interés en Estados Unidos.
La economía China se está desacelerando. Las autoridades intentan pasar de un crecimiento basado en las inversiones a uno basado en el consumo interno. El modelo que descansa en la inversión ha topado techo, con sobre endeudamiento, sobre inversión y peligrosas burbujas especulativas en grandes sectores de la economía, lo cual es una amenaza de colapso. Algunos economistas piensan que China se va a transformar en uno de los grandes enfermos de la economía global en los próximos años.
De allí el esfuerzo de las autoridades chinas para rebalancear la composición de su crecimiento. Pero el cambio de la composición del crecimiento, un rebalanceo desde la inversión al consumo, significa que la demanda de commoditties, como los minerales, se reducirá. Lo cual afectará inmediatamente a economías que se beneficiaron del crecimiento anual del Producto Interno del gigante asiático de dos dígitos en el pasado como Chile, Perú y Australia.

Perspectivas para Chile. Conflicto Social.
El llamado ciclo de súper precio del cobre ha terminado. La tendencia es a la baja, pero el mineral rojo sigue teniendo un precio espectacular respecto a los promedios históricos. Esto es muy importante para economías como la chilena, con una fuerte composición en sus exportaciones de minerales, especialmente cobre.
Los altos precios del cobre, permitieron aumentar los gastos sociales, sin tocar las ganancias de las empresas aumentando los impuestos, y sin acabar con mecanismos de elusión, como el FUT. Se acelerará también la crisis del sistema de pensiones chileno. Actualmente es el estado el que financia alrededor del 60% del, pago de pensiones, los resultados esperados del sistema de AFP en los próximos años, implican el aumento de la carga financiera sobre el estado. Esto se traducirá en crecientes conflictos de intereses para asegurar el presupuesto  nacional, y los gastos sociales, en los próximos años. 
Al reducirse el aporte de la exportaciones mineras, junto con compromisos futuros de aumento del gasto, para mantener el equilibrio de las cuentas macroeconómicas el estado se verá en la obligación de buscar recursos y reducir la presión  en un mayor gravamen sobre la población trabajadora, vía aumento del IVA por ejemplo, y en el caso de las pensiones alargando la edad de jubilación, y aumentando las cotizaciones,  o adoptar el curso opuesto tocando los intereses de las clases dominantes gravando las utilidades de las empresas.