La Recuperación de la Economía Capitalista Global No Llega

Posted by Nuestra publicación: on martes, julio 02, 2013

Patricio Guzmán S.

A 5 años del estallido de la crisis bancaria en los Estados Unidos, que dio origen a la Gran Recesión, las economía capitalistas desarrolladas no consiguen recuperarse, las economías de países emergentes como China, o Brasil, que tras la recesión de 2009, retomaron el crecimiento, muestran señales de agotamiento. El mundo sigue en una fase recesiva o de bajo crecimiento, y las soluciones económicas tradicionales, así como las no convencionales no han aportado soluciones duraderas, e incluso han agravado algunos de los desequilibrios.  Ninguna de las políticas económicas aplicadas por los técnicos al servicio del capitalismo han funcionado, han fracasado por igual la austeridad,  el aumento de la masa monetaria (la flexibilización cuantitativa), y las tasas de interés cercanas al cero por ciento.
“Desde el estallido de la crisis financiera el año 2008, Estados Unidos ha multiplicado por cuatro su base monetaria (de 870 mil millones de dólares a 3,04 billones de dólares) en lo que ha sido la mayor burbuja de activos para reactivar la economía de los últimos 100 años. (…)  este fenómeno adquiere dimensiones monstruosas y pese al descomunal volumen de dinero inyectado a la vena del sistema financiero, la economía no logra un despegue significativo y el desempleo aún orbita en los niveles del 7,8 por ciento.
Si consideramos que Japón y el Banco Central Europeo han desarrollado despliegues monetarios de intensidad muy similar a los de la Reserva Federal, podemos concluir el absoluto fracaso de las políticas monetarias y de toda la doctrina monetarista que se arrojaba el dominio del ciclo económico. Esto también refleja el fracaso de los planes de austeridad, cuya receta planteaba que la reducción del gasto público incentivaría la inversión y el consumo privados. Nada de eso ocurrió.”[1]

En un reciente artículo publicado en EconoMonitor[2], el economista Richard Wood, explica que tanto las política de austeridad como de flexibilidad cuantitativa, las opciones convencionales y no convencionales de política económica,  han fracasado.  Estas políticas se han aplicado en Europa, el artículo se centra principalmente en Europa, Japón y los Estadios Unidos, así como otros países que sufren de demanda privada inadecuada, alto desempleo, tendencias deflacionarias, una trampa de liquidez y altos niveles de deuda pública. En su esxrito el autor concluye que “existe una necesidad urgente de abandonar tanto las políticas de "flexibilización cuantitativa", "austeridad" que no están logrando sus objetivos.”
Richard Wood destaca cuatro problemas macroeconómicos actuales:
La demanda agregada privada es completamente inadecuada en relación con los recursos de trabajo y capital, y la capacidad potencial en la mayoría de los países.
Aunque se ha producido una deflación principalmente en Japón y en algunos países del sur de Europa, al parecer hay, tendencias deflacionarias de precios de consumo en general.
Aunque se puede sostener  que la deuda pública es sin duda excesiva en muchos países, un alto nivel de deuda pública dado es más grave en países que no tienen control sobre su propia política monetaria, no tiene su propia moneda nacional, y tienen un valor de moneda determinada por su pertenencia a una unión monetaria europea.
Desde la perspectiva de la formulación de políticas, donde las tasas de desempleo ya son intolerablemente altas y donde las crisis financieras amenazan, hay necesidad de resolver los problemas de la “demanda inadecuada' '' y el ''alto endeudamiento” más o menos simultáneamente. Para el autor esta es la situación más difícil y desafiante, y en la que se concentra el artículo.
Según Richard Wood, la política monetaria,  reducciones de las tasas de política monetaria y la política fiscal ,  los altos déficit  fiscales, adoptados al extenderse como mancha de aceite la crisis inicial consiguieron evitar la caída en la depresión. Sin embargo, también tuvieron consecuencias negativas, y agravaron los problemas macroeconómicos iníciales, a la par de los problemas de la banca y la  debilidad estructural. El financiamiento con bonos para financiar el déficit público y dar estímulo al PIB que caía, contribuyó al aumento de la deuda pública. El resultado de esto, especialmente en Europa, es que el estímulo inicial de los programas de estímulo a través de bonos, terminó mientras se incrementaba la deuda pública. Nosotros agregamos, a medida que se convertían las pérdidas privadas en deuda pública, por los esfuerzos para salvar a la banca privada a costa de transferir el gigantesco agujero producto de su festín especulativo al estado y la la gente común.
La respuesta económica convencional, desde entonces, han sido planes de austeridad y recorte de los gastos públicos.  Esta “austeridad fiscal”, ha fracasado en conseguir sus objetivos y ha sido contraproductiva. Los déficit  fiscales y la deuda pública son presionados al aumento, al disminuir la demanda agregada y reducirse la base de tributación fiscal.  el PIB ha caído, y el desempleo ha continuado creciendo hasta niveles intolerables.

Un aspecto que casi no se aborda en el texto de Richard Wood, es el de la crisis monetaria, un componente importante de la actual situación económica global, que se expresa tanto en la guerra de divisas, como en los problemas que enfrentan los países de la zona euro. El artículo deja fuera explícitamente la política de interés para el intercambio de divisas, asumiendo que las divisas permanecen en valoración adecuada, aunque el autor reconoce que “Obviamente este es un supuesto artificial en el mundo volátil actual, donde los conflictos de divisas son evidentes”. El artículo no discute la política de tasas de intercambio de divisas, lo que el autor asume explícitamente, indicando luego que “las devaluaciones competitivas, son totalmente inapropiadas y, llevadas adelante por  un número de países simultanea o secuencialmente, en el mejor de los casos resultan en un juego de suma cero, con un gran potencial de relanzar y distorsionar la inflación relativa, el comercio mundial, y los flujos internacionales de capital.” El punto anterior no es menor, ya está teniendo un gran impacto en la profundización de conflictos globales y regionales, y futuros escenarios de enfrentamientos probables, poco imaginables hasta hace poco.

Las políticas monetaristas; de austeridad , de tasa de interés cero y de flexibilidad cuantitativa han fracasado.
Los fracasos de las políticas de austeridad, junto con la debilidad estructural del sistema financiero, tienen al mundo en la difícil situación económica actual. Como ya decíamos antes las políticas de estímulo a través de los bonos fiscales, que pretendían salvar a la banca y relanzar el consumo, han terminado provocando una fuerte alza de la deuda pública, al tiempo que se trasladaba la pérdida privada de la gran banca al erario público. La austeridad fiscal impuesta para remediar el aumento de la deuda público, ha tenido efectos recesivos, y al disminuir la base tributaria de las economías ha agravado el problema del déficit fiscal.
Pero el otro camino elegido , al menos inicialmente, por las economías de Estados Unidos, Japón y Gran Bretaña, el de la “Flexibilidad Cuantitativa”, aumentando ampliamente la masa monetaria en circulación, con el objeto de reducir la tasa de interés a largo plazo, y estimular el consumo y la inversión tampoco ha funcionado, cada vez se necesita mas liquidez, más endeudamiento para producir una unidad de crecimiento del PIB. La inversiones tienen carácter especulativo, o buscan reducir costos ahorrando mano de obra, el desempleo se mantiene alto en los países capitalistas desarrollados.
El fracaso la “flexibilización cuantitativa y el desastre que amenaza.
El artículo de Richard Wood, sostiene que la flexibilización cuantitativa no relanzó la economía global porqué el dinero no llega a la economía real, la ampliación de la masa monetaria “está destinada a dar "precios de los activos'', en beneficio de la economía financiera - bancos, inversionistas, comerciantes, los fondos de cobertura y los especuladores: tienen una propensión marginal muy bajo para consumir los bienes y servicios comunes incluidos en los índices de precios de consumo . El nuevo dinero no llega a la economía real.” Y advierte, el desastre que amenaza: “Cuando la flexibilización cuantitativa se retire, las burbujas de bonos, precios de acciones y otras burbujas de precios de activos se derrumbarán, anulando los beneficios que posiblemente ha entregado, creando pérdidas de capital e inestabilidad financiera. Cuanto más rápida sea la salida, mayores serán los riesgos, incertidumbres y costos, incluyendo a los balances de los bancos centrales.”
En el artículo del Blog Salmón que hemos mencionado antes, el economista Marco Antonio Moreno advierte que “Las políticas monetarias no han logrado contrarrestrar la virulencia de esta crisis y atendiendo a las magnitudes de sus volúmenes (y a que no ha habido un correlato paralelo en términos de inflación) podemos advertir que nos hallamos en un estancamiento profundo y que la recesión que sufre Europa muy bien se puede propagar a China, Estados Unidos y el resto del mundo, por la vía de la desaceleración económica. Ya China ha experimentado un declive, al igual que Brasil y el conjunto de países latinoamericanos.” 





[1] Marco Antonio Moreno. La economía mundial se tambalea sobre la cabeza de un alfiler. El Blog Salmón. 4 de junio de 2013.
[2] Richard Wood. Conventional and Unconventional Fiscal and Monetary Policy Options.  June 20th, 2013. EconoMonitor.