4 Años después: ¿A dónde va Honduras?

Posted by Nuestra publicación: on domingo, junio 30, 2013


Años después: ¿A dónde va Honduras?
El pasado 28 de junio del 2013, se cumplió cuatro años del golpe de Estado en contra del Presidente Manuel Zelaya Rosales. Bajo el pretexto de combatir la consulta de la Cuarta Urna, la oligarquía del bipartidismo, junto a la Iglesia y los sectores más reaccionarios, se confabularon para propinar un golpe de Estado, de naturaleza preventiva, con el objetivo de frenar la dinámica de las luchas sociales que ponían en peligro el antidemocrático régimen bipartidista.

Antes del golpe de Estado del año 2009, las luchas sociales en Honduras venían en ascenso. Pero el golpe de Estado, en vez de paralizar esa dinámica, generalizó la lucha en defensa de las libertades democráticas. La unidad de acción democrática contra el golpe de Estado, dio origen al Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), la herramienta de lucha más importante desde la huelga bananera de 1954. El sector más beligerante de la Resistencia fue, sin lugar a dudas, el magisterio.
Se produjeron enormes marchas y expresiones de descontento popular. El golpe de Estado, contradictoriamente, abrió una situación revolucionaria en Honduras. A pesar de las movilizaciones, el gobierno de Micheletti no fue derrotado por las vacilaciones de la conducción del FNRP y del propio expresidente Zelaya, quienes priorizaron las negociaciones políticas por encima de la movilización. El resultado fueron las engañosas e inútiles negociaciones del Dialogo Guaymuras, que terminaron oxigenando al gobierno golpista.
Después, el ilegitimo gobierno de Porfirio Lobo vino a rematar la tarea que comenzaron los golpistas. Desde entonces, mucha agua ha corrido por el río. La represión, abierta y encubierta, ha ido acompañada de la abolición de enormes conquistas laborales y sociales, por parte del régimen heredero del golpe de Estado. Se registran más de 300 asesinatos de activistas del FNRP.
Los golpistas aprovecharon el momento para saquear el bolsillo de los trabajadores y de la clase media. La devaluación paulatina del lempira y varios paquetes fiscales vinieron a mermar la ya raquítica economía de la familia hondureña, produciendo cansancio y abatimiento en el movimiento de masas de la Resistencia. Para finales del año 2010 se produjo una situación de retroceso en las luchas. Esta situación adversa fue aprovechada por el gobierno de Lobo para imponer una negociación tramposa y en Mayo del 2011 se firmaron los Acuerdos de Cartagena.
Entre el Acuerdo de Guaymuras y los Acuerdos de Cartagena se produjo un proceso de degeneración política del FNRP, que se reflejaba en decisiones burocráticas y asambleas en que se imponía las decisiones del expresidente Manuel Zelaya. Con la dirigencia sindical a su favor y el prestigio obtenido internacionalmente, éste terminó imponiendo su política conciliadora que le permitió regresar al país y convertir al FNRP en la base del partido Libertad y Refundación (Libre).
La firma de los Acuerdos de Cartagena fue el punto de inflexión de la lucha revolucionaria. El descontento social ha sido canalizado hacia la lucha electoral. LIBRE ha generado expectativas e ilusiones democráticas en el pueblo hondureño, se ha convertido en una formidable fuerza electoral de masas que, según las encuestas, puede ganar las próximas elecciones generales. El problema es que LIBRE se fortaleció a costa de enterrar la revolución, y de abandonar la idea de imponer la Asamblea Nacional Constituyente desde la movilización popular. Ganancia doble para los golpistas.
El Socialista Centroamericano.