QUIEREN CAMBIAR EL BINOMINAL POR OTRA TRAMPA
Andrés Román
Socialismo Revolucionario
Los representantes del actual Parlamento chileno se quieren
aferrar a sus cargos, no quieren perder la escasa reputación que les queda y
para eso están dispuestos a cambiar la ley electoral, no para democratizar
verdaderamente el Parlamento, sino solo para ampliar el edificio y poner más
asientos ampliando el numero de cupos. Esta
es la solución que plantean para terminar con el binominal, sin embargo es una
burda trampa para seguir oponiéndose a los cambios que la mayoría demanda.
Después de las primarias donde se vio el límite electoral que
tienen los dos bloques de derecha, Alianza y Concertación, quedo de manifiesto
que un gran sector de los viejos votantes de la concertación se han
radicalizado. El voto a Bachelet está
compuesto no solo por un amplio sector de personas mayores empobrecidas
que echan de menos los bonos y que sigue manteniendo una resistencia, más
cercana a la resignación, hacia las políticas neoliberales de despojo de derechos
y una vida de escasez. Es notable que
uno de los sectores más golpeados por la experiencia neoliberal de los últimos
40 años, con pensiones paupérrimas del sistema de AFPs y con un sistema
de salud publico que se cae a pedazos, pueda seguir siendo el soporte social de
una candidatura presidencial, encarnada en Bachelet, que no ha sido
precisamente el remedio para una generación que hoy como ayer está siendo
humillada por los que han gobernado desde La Moneda y desde el Parlamento.
Por más que Bachelet intente levitar por sobre los
partidos de la Concertación o la “nueva mayoría” como se hacen llamar con el
favor del Partido Comunista, y crear la impresión de que su figura es superior
a todos ellos, será difícil mantener dicho invento.
Han pasado algunos días desde las primarias y ya las propuestas
sobre AFPs, Asamblea Constituyente o educación gratuita están siendo
modificadas y aunque nunca quedaron claras, una característica marcada en el
discurso de Bachelet (la ambigüedad), se están poniendo el parche antes de la
herida. Han dicho que la educación gratuita no puede ser universal
porque los ricos tienen que pagar porque ganan más, lo que suena muy sensato
pero al final de cuentas es una vulgar
excusa para no terminar con el negocio y perpetuar la educación clasista
que se imparte en este país. Luego
Bachelet plantea que la educación gratuita no será posible en el
corto plazo, que será posible según ellos en 6 años, como si la carrera
universitaria o técnica durara toda la vida.
Por otro lado la presidenta de la CUT, como si quisiera ser la
ministra del trabajo y previsión, viene y se larga diciendo que el fin de las
AFPs no se podrá hacer en el próximo gobierno. Todo un golpe bajo para la
principal demanda de los trabajadores que han jubilado como para los que
todavía están cotizando y tienen que hacerlo en el próximo periodo.
ALIANZA Y CONCERTACIÓN RECHAZAN UNA ASAMBLEA CONTITUYENTE.
Bachelet ha dicho que nunca ha planteado la Asamblea
Constituyente, cuestión que es verdad pero si se ha encargado de dejarnos claro
que el cambio de las reglas tiene que hacerse por los cauces institucionales
actuales, es decir, a través del Parlamento que resulte elegido después de noviembre. Y para saber cómo se viene la mano basta ver
los personajes que se están designando para integrar el Parlamento de la “nueva
mayoría” y de la Alianza, Escalona y Allamand son marcas registradas del poder
en chile y es justamente esta gente la empleada por la clase dominante y el
empresariado para defender sus intereses en Valparaiso.
Tal como Bachelet, Escalona y todos los candidatos al Parlamento
de la nueva y vieja Concertación, su rol será bloquear cualquier demanda,
ninguna confianza en ellos, el propio senador del PS se ha declarado un abierto
opositor a una Asamblea Constituyente, según él son fumadores de opio
quienes la plantean. Integrar y ganar el próximo Parlamento
es para la derecha política un asunto de primera importancia, su tarea será
seguir bloqueando cualquier cambio a las leyes que están hechas a la medida de
los poderosos, sin embargo el acuerdo con los partidos de la Concertación para
cambiar el binominal es una señal de que no saben lo qué puede pasar en
las elecciones parlamentarias y presidenciales. Se están blindando contra
cualquier amenaza, contra la amenaza de perder pan y pedazo y que
el binominal pueda ser derrotado por fuerzas políticas de fuera de los dos
bloques o incluso que no sea Bachelet o Longueira quienes ganen las
elecciones presidenciales.
No presentan un acuerdo para terminar con el binominal pero este
cambio solo significa ampliar el número de escaños y esto solo significara
soportar la presencia de parlamentarios “alternativos” e incluso opositores
pero que estarán en minoría, solo con el fin de seguir asegurando la
representación en el Parlamento. Lo han decidido ellos, no han respondido
a nada más que no sea mantener sus privilegios y para seguir defendiendo los
intereses económicos de las grandes empresas que controlan la minería, la
pesca, la energía, el agua, etc.
TODOS A LA MONEDA Y EL GOBIERNO QUE PODRA HACER LOS CAMBIOS
Necesitamos un gobierno que como primera medida convoque a un
proceso de Asamblea Constituyente para que los trabajadores se articulen, se
organicen y movilicen para cambiar las cosas, para terminar de una vez por
todas con el miserable sistema previsional que empobrece a la mayoría y
llena los bolsillos o las cuentas corrientes de una minoría. La candidatura de Marcel Claude y el
desarrollo del movimiento TODOS A LA MONEDA han ganado y tiene muchas
posibilidades de seguir ganando el apoyo de grandes sectores de la clase
trabajadora y desde ya está sumando a miles de jóvenes como los estudiantes que
han apoyado desde el principio la decisión de Marcel Claude para
presentarse.
El apoyo de los trabajadores es indispensable para ganar el
gobierno, pero más importante aún para luego darle la fuerza y el apoyo político
y social que se requiere para llevar adelante un proceso de cambios que
comience a terminar con el actual sistema que tanto defienden Longueira y Bachelet.
Una victoria de Marcel Claude en las urnas puede comenzar a romper con el
capitalismo mientras sea apoyado con movilización y organización, empezando
la ola democratizadora que solo los trabajadores y la juventud
pueden encabezar.
Las propuestas de terminar con las AFPs, recuperar el cobre, el
agua, el mar y todos los recursos que se están robando los grandes empresarios,
así como salud y educación gratuita son un oferton electoral en boca de quienes
se han coludido con los poderosos durante los últimos 40 años. Pero
cuando esto es defendido por la juventud y los trabajadores movilizados en las
calles, organizando, defendiendo y dándole un sentido de clase a las demandas
mayoritarias, el movimiento todos a la moneda no será un oferton electoral, ni
un fenómeno social, sino un serio golpe al capitalismo chileno.
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