¡Por un IPT dirigido
democráticamente por los trabajadores y trabajadoras de base!
¡Por un IPT combativo, con
independencia de clase, sin alianzas con la derecha y el MAS!
Trabajadores y oprimidos: ¡Únanse
a su partido! ¡Únanse al IPT!
Por AZ
El Congreso de Fundación del IPT
El 7 y 8 de marzo,
en la ciudad de Huanuni, la Central Obrera Boliviana (COB) está convocando el 1er
Congreso para la fundación del Instrumento Político de los Trabajadores (IPT).
En otras palabras: ¡Los trabajadores y trabajadoras de Bolivia estamos formando
nuestro propio partido político! Es una iniciativa histórica que tiene el
potencial de cambiar el rumbo de la lucha boliviana y, junto con ello, la vida
de los trabajadores y oprimidos.
La propuesta de
formar el IPT viene madurándose desde el 2000 pero tomó saltos cualitativos
adelante cuando el XXXI Congreso de la Federación Sindical de Trabajadores
Mineros de Bolivia (FSTMB) el año pasado llamó por la construcción de un
Instrumento Político de los Trabajadores. Luego, el mismo llamado fue aprobado
por el XVI Congreso de la COB.
El IPT puede ganar las reivindicaciones concretas e
históricas de los trabajadores y oprimidos
Alternativa
Socialista Revolucionaria (ASR) considera que la construcción del IPT es de
suma importancia. En una coyuntura en la que el MAS está girando cada vez más
hacia la derecha y los trabajadores están entrando en lucha para combatir esta
derechización y exigir reivindicaciones concretas, el IPT puede y debe jugar un
rol fundamental en la reorganización y el fortalecimiento del movimiento de los
trabajadores y trabajadoras, y los demás sectores oprimidos.
El IPT tiene un
potencial enorme. Combinando la lucha en las calles con la lucha parlamentaria,
podría ganar mejoras importantes para los trabajadores, como un salario y
condiciones laborales, una Ley de Pensión, y sistemas de educación, vivienda y
salud que realmente respondan a las necesidades concretas de los trabajadores y
sus familias.
También, el IPT podría
avanzar la unidad entre la lucha de los trabajadores y trabajadoras, y las
luchas del campesinado pobre, indígenas originarios, sector informal, pequeños
comerciantes, jóvenes y estudiantes para mejorar la vida de estos sectores. Por
ejemplo, podría movilizar a los trabajadores a solidarizarse con la lucha para
erradicar el latifundio, formalizar el trabajo de los informales y
terciarizados, nacionalizar los bancos para poder dar préstamos con intereses
bajos a los pequeños comerciantes y usar el Estado para invertir masivamente en
la educación y crear cientos de miles de fuentes de trabajo.
Más allá de las
reivindicaciones inmediatas, el IPT tiene el potencial de dirigir una lucha
directa y consciente en contra del capitalismo, recuperando y profundizando la
Agenda de Octubre de la Guerras del Gas. Podría encabezar la lucha por la
nacionalización completa, sin indemnización, de los hidrocarburos y las minas y
la expropiación total del latifundio, cosas que son necesarias si vamos a financiar
los proyectos a favor de los sectores trabajadores y oprimidos, acabar con la
pobreza e industrializar a Bolivia.
Los trabajadores y trabajadoras de base tienen que
participar del IPT y dirigirlo democráticamente
Sin embargo, el IPT
no va a realizar todo su potencial automáticamente. Hay burócratas sindicales y
políticos oportunistas dentro del IPT que sólo quieren utilizar el partido para
llegar al Parlamento y enriquecerse. Hay gente completamente fiel al MAS que quiere
usar el IPT para contener las frustraciones y la rabia de los trabajadores y
trabajadoras, controlar sus movilizaciones y luego canalizarlo en un apoyo al
MAS a la hora de las elecciones.
La única forma de
realizar el potencial del IPT, ganar nuestras demandas concretas y eliminar la
influencia de los burócratas, oportunistas y Masistas, es mediante la
participación masiva de las bases de los trabajadores y trabajadoras. ¡Las
bases trabajadoras y oprimidas tienen que dirigir el IPT democráticamente desde
abajo!
Mediante este
control de base, los trabajadores y trabajadoras tienen que asegurar que el IPT
es su partido, que el IPT es un partido de los sectores trabajadores y
oprimidos, independiente de los capitalistas y cualquier partido que represente
a la burguesía, incluyendo al MAS.
ASR lucha por un IPT socialista
Por último, desde
ASR trabajaremos para que las bases del IPT, mediante la lucha por sus
reivindicaciones concretas, lleguen a la conclusión de que el IPT necesita un
programa socialista. Sólo con un programa socialista, el IPT podrá conseguir y
mantener las reivindicaciones de los sectores trabajadores y oprimidos. Sólo
con un programa socialista el IPT podrá acabar con la oposición capitalista y
latifundista con su economía de mercado basado en el lucro y reemplazarlo por
una economía planificada democráticamente por el pueblo para satisfacer las
necesidades del pueblo. Sólo una Bolivia socialista podrá solucionar los
problemas de pobreza y subdesarrollo desde la raíz.
En este documento,
dirigido al trabajador y trabajadora de base, al joven y a todos los sectores
oprimidos, ASR pretende analizar 1) ¿por qué el IPT ha surgido ahora?, 2) ¿cuál
es el potencial del IPT?, 3) ¿cómo se puede realizar el potencial del IPT y
cuáles son los obstáculos? y 4) ¿por qué el IPT necesita un programa socialista
para realizar todo su potencial y transformar la vida de los trabajadores y
trabajadoras oprimidos, y a Bolivia, que sigue siendo un Estado capitalista
neoliberal?
Mientras tanto
explicamos por qué todos los trabajadores y trabajadoras de base, jóvenes y
estudiantes, campesinado, indígenas, sector informal y comerciantes pequeños
deben unirse al IPT y participar en su construcción desde la base. Terminamos
invitando a estos sectores a unirse con ASR para trabajar en la construcción de
un IPT y una Bolivia socialista.
1) ¿Por qué surge el IPT ahora?
Cambios sin cambio
Si hacemos un repaso
y si escuchamos los discursos de Evo Morales, parece que ha habido muchos
cambios en Bolivia en los últimos diez años. En 2003 y 2005, sacamos a dos
presidentes neoliberales en las Guerras del Gas. En 2006, Evo Morales y el MAS
ascendieron al gobierno, prometiendo continuar la lucha en contra del
neoliberalismo y a favor del pueblo. En 2008, la extrema derecha del oriente intentó
separar Bolivia y los movimientos sociales la acorralaron. En 2009, el MAS
aprobó la Nueva Constitución. Llega el 2013
y Morales nos informa de que la economía boliviana es mejor que nunca; los ingresos
estatales y personales, exportaciones, inversiones, reservas nacionales, todo se
ha duplicado. Supuestamente todo en Bolivia ha cambiado.
Sin embargo, los
trabajadores y trabajadoras bolivianos sabemos que muchas cosas no han cambiado.
Seguimos siendo pobres. ¡Esto no ha cambiado!
Seguimos luchando
sin éxito por un salario que alcance para alimentar, vestir y albergar a
nuestras familias. Todavía combatimos contra la patronal (burguesía) que viola
la Ley General del Trabajo con toda impunidad
para enriquecerse a costa de los trabajadores y trabajadoras explotados y donde
los Ministerios del Trabajo se han convertido en instituciones que responden a
los intereses económicos y políticos de la clase social capitalista.
Aún no tenemos una jubilación
digna, nuestras huelgas casi siempre son ilegales, nuestros hijos e hijas no
reciben una educación buena y el servicio de salud no es de calidad ni público
ni universal. Para colmo, los trabajadores y trabajadoras seguimos peleando en
contra de un gobierno que defiende los intereses de la burguesía, es decir, de
las élites empresarias y latifundistas.
Ha habido tantos “cambios”,
pero en realidad, para los trabajadores, trabajadoras y la gran mayoría del
pueblo boliviano todo sigue siendo lo mismo.
Esta falta de
cambios reales, la falta de mejoras concretas, ha tenido un impacto profundo
sobre la conciencia de los trabajadores y masas oprimidas. Las esperanzas e
ilusiones que han tenido estos sectores en el MAS se han convertido en
frustraciones y desilusiones para un sector importante. Esto ha jugado un rol
importante, preparando el terreno fértil para el surgimiento de un partido,
como el IPT, con la posibilidad de hacer cambios reales y concretos para
mejorar la vida de los sectores trabajadores y oprimidos.
La derechización del MAS y el resurgimiento de la lucha
de los trabajadores y trabajadoras y de las masas
La frustración y
desilusión de los trabajadores y demás sectores oprimidos también se debe a la
derechización cada vez más agudizada del gobierno del MAS. Esto ha provocado
una seria de luchas que a su vez han convencido a más y más sectores de
trabajadores de la necesidad de formar su propio partido, el IPT.
La derechización
del MAS tiene una larga historia, pero un punto de inflexión que inició la
etapa actual que vive la coyuntura boliviana fueron las concesiones que dio en
2008 a la clase dominante. Modificó más de 100 artículos de la Nueva
Constitución, estableciendo uno de ellos que las limitaciones a la tierra no
iban a ser retroactivas. Esto efectivamente legalizó el latifundio, pacificando
a la extrema derecha del oriente y abriendo posibilidades de un acercamiento
entre el MAS y los partidos de derecha, representantes de los empresarios,
latifundistas y transnacionales.
Luego, vino una ola
de políticas gubernamentales de carácter neoliberal y pro-patronal, cada una
generando un ascenso gradual de las protestas de los trabajadores y masas
oprimidos. Primero, el MAS intentó crear un Código de trabajo, atacando el
derecho del sector público a entrar en huelga y prohibiendo el derecho de
sindicalización. En diciembre del 2010 el MAS lanzó lo que se ha denominado “gasolinazo”,
intentando retirar la subvención de los carburantes provocando una espiral de
inflación en la economía nacional que particularmente afectó a la clase
trabajadora. Esa política fue derrumbada por movilizaciones de masas en todo el
país.
Además cada año
vienen las luchas salariales donde los trabajadores han recibido ataques cada
vez más fuertes del gobierno sólo por exigir un aumento salarial acorde a la
canasta familiar. Después, se desarrollan los conflictos por la Ley de Pensiones
que obliga al trabajador a pagar el 97 % de la jubilación, a la patronal un
mísero 3 % y exime al Estado de toda responsabilidad, perpetuando rentas de
miseria para la gran mayoría de la
población.
Los trabajadores
han chocado con los Ministerios de Trabajo, totalmente parciales a favor de la
patronal. El campesinado y los indígenas han tenido que movilizarse en defensa
del TIPNIS, y últimamente, los mineros asalariados de Colquiri y las
comunidades de Mallku Qhuta han tenido que enfrentarse con el gobierno y los
mineros “cooperativistas” para luchar a favor de la nacionalización de algunas
minas. Los trabajadores y trabajadoras de salud salieron a las calles exigiendo
el reconocimiento dentro de la Ley General del Trabajo y rechazando el
incremento de su jornada laboral sin remuneración. Sin embargo el gobierno
ignoró la reivindicación legítima de este sector.
Somos pobres cuando hay auge, estaremos peor cuando
llegue la crisis económica mundial
Toda la
derechización del MAS y los ataques a los sectores trabajadores y oprimidos
ocurren dentro del mejor contexto económico desde hace muchos años, donde los
precios de materia prima se han disparado, aumentando (junto con las
nacionalizaciones parciales) los ingresos estatales de una manera masiva.
Aún así, el MAS no
ha chocado directamente con el neoliberalismo, con las transnacionales, los
empresarios y latifundistas. No ha cambiando la estructura de la economía.
Entonces seguimos siendo una economía netamente extractivista de materia prima,
seguimos permitiendo la explotación brutal de los trabajadores y trabajadoras y
el campesinado y, por lo tanto, la gran mayoría sigue siendo pobre. Y todo esto
en momentos de auge económico.
Hasta ahora, la
crisis económica todavía no ha llegado a Bolivia. China, Brasil y otros países
siguen comprando nuestra materia prima a precios que están en las nubes. Pero
los economistas avisan de que la economía china está muy susceptible de una desaceleración
brusca, la economía de Brasil sólo creció un 1% en 2012. Tarde o temprano, eso
afectará al precio de las materias primas, del petróleo en particular.
Cuando esto pase, si
no hay un partido de trabajadores y trabajadoras capaz de realizar
movilizaciones enormes en defensa de sus derechos, serán estos trabajadores y
trabajadoras, y los demás sectores más susceptibles los que pagarán los costos
de la crisis, igual que en Europa, EEUU y otras partes del mundo.
Es dentro de este
escenario que surge el llamado de los mineros en su XXXI Congreso para la
formación del IPT, ratificado en el XVI Congreso de la COB. El rol de los
mineros de Huanuni, como vanguardia de la clase trabajadora, obligando a la
burocracia de la COB a realizar el Congreso de fundación el 7 y 8 de marzo,
también ha sido fundamental.
2) ¿Cuál es el potencial del
IPT?
El IPT tiene el potencial de hacer cambios reales para
mejorar la vida de los trabajadores ahora
Nacido después de
un largo periodo de movilizaciones masivas (2000-2005) que derrumbaron a los
gobiernos neoliberales, hemos visto al MAS hacer cambios moderados y luego
desmovilizar a las masas, cooptar a sus direcciones y defender los mismos
intereses burgueses. El IPT tiene el potencial de frenar y revertir todo esto.
El IPT tiene el
potencial de reorganizar y movilizar a la clase trabajadora y los movimientos
sociales para luchar en las calles y en el parlamento, mediante la huelga y las
urnas, para mejorar la vida de los trabajadores. Un IPT combativo puede ganar
incrementos salarios sustanciales, puede cambiar la Ley de Pensiones para
garantizar una jubilación digna, puede luchar para conseguir una educación buena
para nuestros hijos e hijas y un servicio de salud público y de calidad. Puede
obligar a los empresarios a respetar nuestros derechos laborales y mucho más.
El IPT tiene el potencial de luchar contra el
neoliberalismo y unir a los sectores oprimidos
El IPT tiene el
potencial de luchar para realmente acabar con el modelo “neoliberal”
capitalista, movilizando a los trabajadores y trabajadoras y las masas por la
nacionalización completa de todos los hidrocarburos y minas, proponiendo que
los mayores ingresos sean utilizados para industrializar la economía boliviana.
Para hacer esto el
IPT tiene que unir a la clase trabajadora con los demás sectores oprimidos
mediante un programa de transición y luchas solidarias, respondiendo a las
demandas concretas e históricas de estos sectores. Aunque la clase trabajadora
puede iniciar y encabezar un proceso de transformación en Bolivia, no lo puede
llevar a cabo sin una alianza con el campesinado, sectores informales, pequeños
comerciantes y jóvenes radicales.
Tiene el potencial de
ganar al sector campesino, indígena, movilizando a los trabajadores y
trabajadoras en defensa de la demanda principal de erradicar el latifundio,
proponiendo que la tierra esté bajo el control democrático del campesinado. Así,
el IPT no sólo podría terminar de verdad con la pobreza del campo, sino que también
podría asegurar una alimentación adecuada a toda la población boliviana.
Para el sector
informal, el IPT podría encabezar una lucha para formalizar su trabajo, ganando
derechos laborales y un salario y condiciones dignos.
Para los pequeños
comerciantes, el IPT podría luchar por la creación de un banco estatal,
mediante la nacionalización de los bancos privados, que les otorgue créditos
con tasas de interés bajas. También, podría luchar por inversiones en el mejoramiento
de la infraestructura, la higiene y la seguridad básica de los mercados
populares.
A los jóvenes y
estudiantes, el IPT le podría ofrecer una lucha por una inversión masiva en el
sistema educativo y en la economía estatal para crear miles de trabajos
utilizando el talento de los y las universitarios egresados para satisfacer las
necesidades básicas y mejorar la vida de toda la población, en vez de
enriquecer a unos cuantos.
El IPT podría
luchar por erradicar la violencia hacia las mujeres y las discriminaciones que
reciben en el ámbito del trabajo, de la salud, de la educación y sobre todo,
del hogar. Trabajaría desde la base para garantizar iguales derechos y medidas concretas
para ellas en estos ámbitos, y terminaría con la impunidad legal que existe en
la violencia hacia las mujeres por parte del Estado.
3) ¿Cómo se puede realizar el potencial
del IPT y cuáles son los obstáculos?
Los trabajadores de base tienen que controlar
democráticamente al IPT
El IPT tiene el potencial
de movilizar a los trabajadores y trabajadoras, y ganar mejoras reales y
concretas. Podría dirigir la lucha contra el neoliberalismo y unir las fuerzas
de los sectores oprimidos para cambiar Bolivia y mejorar la vida de todos y
todas. Con el IPT, todo esto es posible. Pero no es automático.
Para que realice este
potencial, es necesario que el IPT tenga una fuerte participación directa de
las bases de trabajadores y trabajadoras. Más aún, es necesario que la clase
trabajadora dirija el IPT democráticamente desde las bases.
En lo concreto, ASR
propone que el órgano fundamental del IPT sea el Comité de Base. Cada centro de trabajo, sindicato, centro de
estudiantes, barrio, u organismo perteneciente al IPT debe organizarse en
Comités de Base que determinarán su vida orgánica de acuerdo con los principios
y estatutos del IPT. Se debe reunir por lo menos una vez al mes, tomar
decisiones y organizar actividades de acuerdo con la propuestas de la dirección
departamental y nacional del IPT.
El peligro fatal del burocratismo y el oportunismo
Sin la
participación directa y democrática de las bases trabajadoras es imposible que
el IPT sea un partido combativo de lucha. Al contrario, será un casco burocrático,
un vehículo para dirigentes que sólo quieren utilizar el partido para llegar al
parlamento o algún otro puesto político y gozar del salario y poder personal
que lo acompaña.
A esta burocracia
no le interesa la democracia de base. Tampoco le conviene concientizar a las
bases de trabajadores y trabajadoras para que se movilicen y para que luchen
por sus reivindicaciones. Mucho menos le interesa la unidad de la clase trabajadora
y los demás sectores oprimidos y definitivamente no le conviene poner en riesgo
su comodidad personal luchando por cambios fundamentales, por un sistema
socialista, que quiere acabar con todo tipo de corrupción, burocratismo y
privilegios de clase en Bolivia.
Por eso, llamamos a
todos los trabajadores y trabajadoras de base y todos los sectores oprimidos a
participar activamente en el IPT mediante la creación de los Comités de Base
que deben ser el órgano fundamental del IPT.
Reconociendo la
gravedad del peligro del oportunismo político dentro del IPT, ASR también
propone que cualquier miembro elegido que ocupe un cargo público, reciba el
salario promedio de un trabajador calificado. Debe ser obligatorio donar el
excedente directamente al partido para ayudar a financiar su construcción y
actividades. Esto evitará el ascenso de personas en el IPT que sólo lo quieren
utilizar para fines personales económicos. Los partidos capitalistas pueden funcionar
así, pero para un partido de trabajadores y trabajadoras significa la muerte.
Al mismo tiempo,
todos los representantes elegidos del IPT deben ser obligados a actuar de
acuerdo con las decisiones democráticas de las bases. Son sus representantes y
no tienen derecho a tomar decisiones políticas y actuar a nivel personal.
En torno a esto,
proponemos que todos los y las dirigentes y representantes políticos del IPT
sean sujetos a la revocatoria inmediata por parte de las bases y de acuerdo con
un reglamento establecido en los estatutos orgánicos. El IPT no puede tolerar
la corrupción y los miembros deben tener la capacidad de revocar dirigentes y
representantes corruptos.
El IPT tiene que ser un partido de la clase trabajadora,
independiente de los capitalistas y del MAS
Dentro del IPT
también existen fuerzas importantes que en verdad son fieles al MAS. Quieren
utilizar el IPT como una válvula de escape para que la frustración y rabia de
las masas hacia la falta de cambios y la derechización del MAS, se exprese de
una manera que pueda ser controlada. Este sector permitirá movilizaciones con
tal de que no pongan en riesgo la hegemonía del gobierno. Luchará para que el
IPT no tenga fuerza suficiente de postularse como una alternativa y cuando
venga la época electoral, lo utilizará para atraer a estos sectores
trabajadores y oprimidos al MAS.
Por lo tanto, es
necesario que la base luche para que el IPT sea un partido independiente de la
clase trabajadora. Por supuesto, el IPT tiene que estar en oposición a los
partidos de derecha, de “centro” y de las transnacionales, empresarios y
latifundistas. Pero asimismo, tiene que ser independiente del gobierno del MAS,
que también defiende los intereses capitalistas.
Las demandas
básicas de los trabajadores y trabajadoras como mejores salarios, bonos de
producción, derechos laborales, etc. chocan directamente con los intereses de
la burguesía. Alianzas con estos sectores y con partidos que defienden sus
intereses sólo puede servir a algunos burócratas que quieren cargos políticos.
Pero debilitarían el IPT y su capacidad de luchar a favor de los sectores trabajadores
y oprimidos.
Cada trabajador y
trabajadora de base tiene que entender que la fuerza del IPT se encuentra en el
poder de las masas de movilizarse y parar sus fábricas, sitios de trabajo y el
país para conseguir sus demandas, no en alianzas con clases y partidos opositores.
Si bien el IPT
quiere tener Senadores, Diputados, Alcaldes, Concejales, etc., los queremos
para que puedan utilizar su posición gubernamental para exponer el accionar
corrupto y perjudicial de los partidos capitalistas y para luchar directamente
por los intereses de la clase trabajadora. No podemos hacer esto si ocupamos
estos cargos gracias a una alianza con las misma fuerzas contra los cuales
tenemos que luchar.
4) Por qué el IPT necesita un
programa socialista
ASR trabajará
dentro del IPT para que esté dirigido por la base con una política de clase
independiente. Esto por si mismo sería un gran paso adelante para la lucha
boliviana.
Luego, si logra
unir y movilizar a la clase trabajadora con otros sectores oprimidos, el IPT
podría ganar muchas cosas inmediatamente: mejores salarios, derechos laborales,
una reforma agraria profunda y mejoras en los sistemas de salud y educación.
No obstante, en el
transcurso de esta lucha, ASR también trabajará para que las bases del IPT
lleguen a la conclusión de que el IPT también necesita un programa socialista. Sólo
con un programa socialista, el IPT tendrá la capacidad de ganar las luchas y
solucionar de una vez para siempre los problemas que sufren los sectores pobres
y oprimidos.
Si el IPT no concientiza
a los trabajadores y trabajadoras para movilizarse y romper directamente con el
neoliberalismo y el capitalismo, si no lucha por la nacionalización completa de
los hidrocarburos y las minas como un primer paso hacia la nacionalización de
los demás grandes sectores de la economía boliviana, los grandes bancos
privados y la erradicación total del latifundio, entonces existe el riesgo de
que cada logro sea parcial y temporal.
Sólo el socialismo puede acabar con la oposición
capitalista y solucionar la explotación y la pobreza
Por un lado, como
vimos claramente en el 2008, frente a un proceso de lucha de las masas
oprimidas, los capitalistas siempre utilizan su poder económico para atacar a
estos movimientos. La única manera de neutralizar la fuerza de los capitalistas
es quitando su poder económico – sus fábricas, minas, tierras, medios de
comunicación, etc. –poniéndolo bajo el control democrático de los trabajadores
y trabajadoras.
Por otro lado, la
gran mayoría de los trabajadores y trabajadoras, campesinado, indígenas y sector
informal son pobres precisamente porque la gran parte de la economía boliviana
- nuestra riqueza natural, fuerzas productivas y tierra- está en manos privadas.
La producción se basa en la explotación, la distribución está regida por el
mercado y el único fin es la ganancia.
Para el capitalismo
la necesidad humana y el bienestar de la población no tienen ningún interés. En
el capitalismo, la clase trabajadora y el campesinado siempre serán explotados
y pobres, particularmente en un país neocolonial como Bolivia donde la
explotación y la pobreza llegan a grados extremos.
En el socialismo,
la economía boliviana – nuestra riqueza - estaría bajo el control democrático
de la clase trabajadora, campesinado y el pueblo boliviano. Controlando nuestra
riqueza, podemos planificar la producción y distribución democráticamente y
orientar la economía hacia la satisfacción de todas las necesidades del pueblo
boliviano.
Por ejemplo, en vez
de dejar que una empresa de construcción se enriquezca utilizando nuestros
recursos para construir departamentos caros y venderlos a gente rica, en el socialismo
el pueblo boliviano construirá viviendas económicas o incluso gratuitas si es
posible para las personas que no tienen casa y escuelas y hospitales para
comunidades y barrios que carecen de estas necesidades.
En vez de dejar que
un latifundista se enriquezca usando millones de hectáreas de tierra para
producir y exportar soya a otros países, en el socialismo, la tierra será
cultivada primero para asegurar la alimentación necesaria de toda la población
boliviana. Luego, si hay excedente, lo podemos exportar para generar ingresos
para todo el pueblo boliviano.
Con la
participación masiva de la base trabajadora que dirige el partido democráticamente
y es consciente de la necesidad de luchar por mejoras inmediatas y al mismo
tiempo luchar por una Bolivia socialista, el IPT tendría el potencial de solucionar
los problemas concretos que enfrentan todos los sectores oprimidos, acabar con
la explotación y construir una Bolivia sin pobreza donde todos y todas tengamos
lo necesario para vivir como seres humanos libres.
Desde ASR, invitamos
a todos los trabajadores y trabajadoras, jóvenes, estudiantes, sector informal,
campesinado, indígenas y pequeños comerciantes a unirse con nosotros para
construir un IPT socialista capaz de construir una Bolivia y un mundo
socialista.
¡Por un IPT dirigido
democráticamente por los trabajadores y trabajadoras de base!
¡Por un IPT combativo, con
independencia de clase, sin alianzas con la derecha y el MAS!
Trabajadores y
oprimidos: ¡Únanse a su partido! ¡Únanse al IPT!
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