Mario R.
Fernández
Corresponsal en Canadá
“En un poco más
me habré ido de entre ustedes, adonde no puedo saber. Venimos de ningún lugar y
a ningún lugar vamos. ¿Qué es la vida?, es como la luz de una luciérnaga en la
noche, es como el aliento del búfalo en tiempo de invierno. Es como una pequeña
sombra que corre através de la hierba y se pierde en la puesta del sol.”
Palabras del jefe Crowfoot o Isapo-Mixika, tribu Blackfoot, antes de morir
(Abril 25 de 1890)
La extensa
pradera del oeste de Canadá tiene un
atractivo que apreciamos al recorrer sus caminos, con su vista y un horizonte
que vemos lejano y nos hace sentir una sensación de descanso y reflexión. En estas praderas , a
finales del verano, resalta en muchos campos el trigo dorado y maduro, trigo
sembrado por descendientes de los colonizadores, y el pasto amarillo, símbolo del pasado. En estas
mismas hermosas tierras , hace poco más de un siglo, dejaron de existir
millones de bisontes o búfalos
americanos, recurso vital de toda la cultura de los pueblos aborígenes que han
habitado estas praderas por miles de años.
La colonización
del hombre blanco destruyó en sólo veinte años todo una forma de vida,
incluyendo a millones de búfalos, y confinó a los pueblos aborígenes a reservas
territoriales que contaban con mínimos recursos de supervivencia. Les quitaron
sus sueños y razón de vivir, y fue, no está demás decirlo, un verdadero
genocidio, uno más de los tantos causados por la “civilización occidental.”
Una de las
reservas de las que hoy existen al sur de la provincia de Alberta, a una hora
de la ciudad de Calgary, es la reserva de la
Nación Siksika que forma parte de la Confederación Blackfoot junto a las
tribus Piikani y Kainaiwa, y a los Blackfeet de Montana en los Estados Unidos.
En Siksika, luego
de varios años de planeamiento y construcción se inaguró en julio del año 2007
un monumento a su cultura, que se ha convertido en uno de los principales
centros históricos de los aborígenes de Norte América, el Blackfoot Crossing
Historical Park. Su magnífica edificación está enclavada en la orilla de una
cima que mira al valle del Bow River, valle usado por los Silsika en el pasado,
durante los meses de invierno, como asentamiento temporal de su vida nómade. El
edificio en forma de media luna, está construido de piedras trabajadas,
cemento, madera y hierro expuesto, su arquitecto fue Ron Goodfellow que ha
explicado que “fue diseñado como una reinterpretación de una gran parte de la cultura
Blackfoot, con sus símbolos sagrados y la vida cotidiana del pueblo Siksika.”
A la entrada del centro, dos murallas de piedra
simbolizan el caminom recorrido por sus jefes, al frente está representada el
águila sagrada de las creencias y ceremonias Silsika. Tiene dos pisos y se
entra por el nivel superior, con inmensos ventanales que lo iluminan
ampliamente y una hermosa vista del valle del río Bow, donde se aprecian las
ondulaciones de estas hermosas llanuras. Desde el techo sale otra nave en forma
de gigantesca tipi (carpa), cuyos postes metálicos se juntan en la altura en
una perfecta simetría, todo está rodeado de vidrios. También en este piso está
un moderno teatro, con capacidad para
unas cien personas, en donde diariamente se ejecutan sus danzas tradicionales.
Alli hay un espacio reservado a la venta de arte nativo y un restaurante.
En el nivel
inferior, al que se desciende por amplias escalinatas o ascensor, encontramos
un anfiteatro y una fascinante interpretación de la cultura Blackfoot y de su
encuentro con el invasor occidental. En esta área hay cuatro “tipis” que
representan la creación, la supervivencia, las ceremonias y elementos de la
comunicación oral de estos pueblos. En otros espacios están los significados de
la piedra los nacimientos de su cultura, su lenguaje, desmistificados sobre los
conceptos eurocentristas, elementos de la estructura social de estos pueblos,
información sobre sus líderes y guerreros, sobre su estructura familiar y de
clanes. Cuenta también con una área de investigación antropológica e histórica
conectada a la Universidad de Calgary. Se expone también información sobre el
tratado o pacto firmado con el Dominio de Canadá, el Tratado número siete,
tratado que los jefes de varias tribus no tuvieron alternativa más que aceptar
aunque ni siquiera pudieron entenderlo bien, pero que de todas formas el
gobierno y la sociedad canadiense no ha cumplido.
La edificación es
monumental y cada detalle tiene un significado para el pueblo Siksika, hasta en
los modernos baños los espejos son circulares y los decorados están de acuerdo
con los conceptos de vida y el círculo como elemento fundamental de estos
pueblos. Una señora amable y muy conocedora de su cultura, que sirve de guía,
explica sobre las injusticias que a ella misma le ha tocado vivr al ser parte
de los miles de niños y niñas aborígenes que en Canadá fueron enviados a
internados o escuelas residenciales anglicanos, católicos y otras iglesias
protestantes para “educarlos”, imponiéndole valores ajenos a los de su propia
cultura y prohibiéndoles hablar su lenguaje y ejercitar costumbres culturales
que praticaban desde siglos. Fue sólo hace unas décadas que el escándalo de
abusos físicos, sicológicos y sexuales en los internados o escuelas
residenciales para aborígenes salieron a luz.
En el área
cercana al edificio puede apreciarse las viviendas de la reservación, viviendas
en mal estado donde viven familias en su mayoría pobres, en casas sin arreglos,
donde no se ve un arbolito, separadas una de otra por media cuadra. Son hogares
que albergan problemas familiares y sociales, problemas de falta de estima, de
abuso, de desolación, de abandono, no diferentes a los que viven en lugares
urbanos, donde muchos de ellos vagan por las calles de pueblos y ciudades como
perdidos, hundidos en adicciones, violencia y angustia. Este escenario de
carencias contrasta con el monumento que ha costado millones de dólares
construir y también con el resto de la provincia de Alberta rica en petróleo y
gas pero mezquina con sus aborígenes.
Recorriendo un
sendero que comienza en el monumento se puede visitar la tumba de Crowfoot o
Isapo-Muxica, el último más importante jefe de las tribus Blackfoot, un líder
notable no sólo por sus características personales sino por la dificultad del
momento histórico que le tocó vivir. Crowfoot, parte de su mundo, que le había
dado soltura para vivir libre a él y a su pueblo, entendió que su forma de vida
estaba condenada a desaparecer. A él le corresponde estar a la cabeza de su
pueblo en este periodo crítico, periodo de catástrofe para su nación. Y,
enfrentando tan difícil tarea, se esfuerza para preservar la dignidad y el
orgullo de su pueblo, pensando que esta
sería la única forma en que su cultura sobreviviera y en que sus hijos tuvieran
un futuro en el mundo de los blancos que se avecinaba arrogante, dominador y
racista en el que el compromiso y el honor no aplicaban sino que eran solamente
palabras.
Junto a Crowfoot,
otros líderes de los aborígenes de la pradera canadiense, enfrentaron similares
circunstancias, tal fue el caso Piapot o Kisikawasan jefe de los Plain Cree,
The Big Bear o Mistahimusqua jefe de los Plain North Cree y de Pounmaker o
Pitikwahanapiwiyin también jefe de los Plain Cree. Todos ellos fueron líderes
valientes, inteligentes, generosos y muy vivsionarios. Poundmaker y Big Bear
fueron encarcelados, el primero murió dias después de quedar libre, a
consecuencia del confinamiento, las
nuevas autoridades lo liberaron solamente por que no querían que muriera en el
presidio.
Muchos pueblos
aborígenes del mundo elegían de líderes a quienes probaban ser los más capaces,
los mejores, de la misma manera elegían a sus líderes los pueblos del búfalo.
Historiadores
canadienses que se han dedicado a escribir sobre la historia de la gran pradera
(Western Canada) se han focalizado mayoritariamente en la historia del hombre
blanco, la colonización, la creación del nuevo orden y control del territorio,
la historia de la policía del noroeste, del pionero agrícola y ganadero, del
ranchero. Luego, con el desarrollo del ferrocarril que conecta a todo el Canadá
y facilita el desarrollo minero y forestal, esta ha sido la historia de
interés. Y, finalmente , otro foco ha sido la historia del descubrimiento y
explotación del petróleo y del gas y el florecimiento de las ciudades de la
pradera. Sólo algunos historiadores excepcionales como Hugh Dempsey, y trabajos
periodísticos como el de D’Arcy Jenish,
junto a muchos testimonios e historias orales de los mismos aborígenes de estas tierras y darle atención
a estos pueblos que por miles de años
recorrieron estas prederas, manteniendo un equilibrio hoy día envidiable con la
naturaleza.
Blackfoot
Crossing Historical Park es importante en cuanto que sintetiza, dentro de una
área, la historia y manifestaciones culturales de un pueblo aborigen. Seguramente seguirá siendo visitado por miles
de personas y ha de contribuir a la recuperación del orgullo y la dignidad de
este y otros pueblos aborígenes tan sólo por existir allí enclavado en la
pradera como un símbolo.
Canadá se
presenta como un país con procesos de colonización pacíficos, incluso justos,
pero los estudios históricos de quienes como Dempsey proveen documentación y
testimonios de los mismos aborígenmes sobre los abusos de los que fueron
víctimas, nos prueban lo contrario. Estos abusos no han necesariamente
terminado en nuestros días. Los cimientos mismos de la sociedad canadiense,
como en la mayoría de las sociedades occidentales, son racistas. Además, hay
contradicciones que contribuyen al menos precio de los valores aborígenes, como
ser el fuerte individualismo prevaleciente frente al comunitarismo nativo. La
sociedad canadiense en general por llevar el signo del opresor los culpa de su
situación diaria, entre los aborígenes (o Primera Nación como se llaman ellos
mismos) en Canadá más del 25 por ciento es muy pobre en una población de 1,2
millones, que además sufre altos índices de enfermedades serias (diabetes,
tuberculosis y cirrosis) El departamento de Salud de Canadá define el alcohol
como un problema que afecta al 72 por cientos de los aborígenes, las drogas que
afecta a un 59 por ciento (uno en cinco adolecentes usa solventes) y la
violencia familiar afecta al 50 por ciento de esposas o convivientes, muchos de
estos casos terminan en homicidio.
Entre toda esta
situación de los aborígenes en Canadá existen avances, con muchas dificultades
ya sea en la parte de reconocimiento del estado canadiense para la
reconciliación y firma en septiembre del 2007 de un Acuerdo sobre las Escuelas
Residenciales Indias y el futuro pago de reparaciones a las víctimas que
sufrieron cuendo eran niños y niñas vulnerables en esas instituciones
religiosas que representaban un verdadero infierno.También Canadá depués de
tres años decidió en noviembre del 2010 firmar una resolución aprobada el 2007 de
las Naciones Unidas sobre la Declaración Universal de Derechos Indígenas,
aunque esto no garantiza respeto en un mundo donde todo los dias incluyendo
Canadá que viola soberanias de paises y de personas en muchas partes del mundo
más pobre.
Los aborigenes
canadieses cuentan con su propia Universidad
en la provincia de Saskatchewan, algunos colegios de educación secundaria,
cupos en otras instituciones de
educación técnica, que los ha llevado a una minoría aborigen a mejor vida y
autoestima. También su propio canal de televisión el APTN que transmite desde
la ciudad de Winnipeg para todo el país, esta estación es notable por su
objetividad, imparcialidad en la información
y humanización en sus programas. Unos pocos grupos y tribus aborígenes
están involucrados en sus propias empresas ya sea en casinos, hoteles y
servicios entre otras, algunos administradores de estos negocios no han estado
exentos de corrupción y de ambiciones
personales como el resto de la sociedad.
En Canadá como en
Estados Unidos los aborígenes resistieron el exterminio pagando un alto precio
y encontraron estrategias para sobrevivir como nación, pero esto fue más
gracias a su capacidad de resistencia y supervivencia frente a los atropellos y
crimenes, que a la bondad de los estados en los que sobreviveron.
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