Con Daniel Zamudio en nuestro recuerdo.

Posted by Nuestra publicación: on domingo, abril 01, 2012


Patricio Guzmán
Socialismo Revolucionario, CIT en Chile.
 

Con Daniel Zamudio en nuestro recuerdo.

No deseamos nunca más otro asesinato brutal como el de Daniel, y para eso es necesario poner fin a las causas de fondo que han permitido que la hiedra venenosa se reproduzca en nuestro país.

Queremos una sociedad en que pongamos fin a todas las opresiones. En primer lugar a la explotación capitalista y los abusos de las grandes empresas que vuelven a estrujar a las familias trabajadoras con colusiones para obtener sobreprecios y endeudamiento usurero, lo que está en la base de una distribución cada vez más desigualdad de la riqueza, entre el 1% que concentra las ganancia, y el grueso de la sociedad que llena a fines de mes en medio de las deudas y el empleo mayoriamente precario, o por "cuenta propia", este último un eufemismo que oculta el subcontrato "en negro" o estrategias desesperadas de supervivencia.

Pero la "estabilidad" de la sociedad capitalista está basada en otras opresiones, que permiten asegurar una masa disponible para salarios bajos, mantener a la población dividida y competiendo entre ella, y llegado el caso contar con algún chivo expiatorio sobre quien descargar la ira por el fracaso del sistema capitalista.

La opresión de las mujeres, que reciben salarios un 30% inferiores a los de los hombres, pensiones menores al jubilarse, y que además tienen que hacerse cargo del grueso del trabajo domestico y de los niños, o sea de la reproducción de la fuerza de trabajo sin compensación monetaria a cargo, por lo que este trabajo decisivo en la sociedad aparece oculto como “un no trabajo”.

La opresión de la minorías sexuales, hostigados, maltratados, marginados de muchos trabajos y de la vida social, objetos del prejuicio, de las burlas y chistes de mal gusto. Muchas veces los y las homosexuales son medicalizados como si fueran enfermos, condenados por las iglesias como pecadores, ejecutados en los estados teocraticos, como en Irán, pero no hay que olvidar que fue en el civilizado occidente donde por siglos la iglesia católica asusó el fanatismo de las masas incultas, y los persiguió para llevarlos a la hoguera junto a brujas y judios, y la culminación fue el régimen nazi donde perseguidos y exterminados.

Las discriminaciones étnicas y raciales, en nuestro continente tradicionalmente contra los indígenas, los negros, los gitanos, los “moros”(musulmanes) y los judíos, y contra los “extranjeros”, esa familias de trabajadores pobres que emigran de sus países buscando algún lugar donde vivir algo mejor. Estas opresiones sirven para que las clases dominantes desvíen la atención de los problemas de fondo, hacia chivos expiatorios y teorías de la conspiración.

Tambien hay que agregar las discriminaciones contra los enfermos, y los discapacitados. Las primeras victimas de los recortes de presupuestos en las políticas de austeridad para salvar a los grandes banqueros y capitalistas. Hay gente que ignora que en la Alemania Nazi, antes de comenzar con el asesinato industrial en masa de los judíos y los gitanos, exterminaron a enfermos siquiátricos y discapacitados severos.

La sociedad capitalista es un mundo en descomposición, y entre los desechos que el propio sistema produce encontramos jóvenes marginalizados, llenos de odio y resentimiento, que vuelcan contra las minorías, pandillas de muchachos “neo nazis” como la que torturó y asesinó brutalmente a Daniel Zamudio, simplemente por ser un adolecente gay. Jóvenes faltos de identidad, de proyecto y toda perspectiva, nuestros neo nazis locales casi dan pena, probablemente en la maquinaria racista de asesinato en masas del Tercer Reich esta gente hubiera encontrado un lugar en los campos de exterminio, como mestizos “sudacas”. Sin embargo, no son despreciables, porque son un síntoma de lago mucho más serio, de esos medios salieron los torturadores y psicópatas que utilizó la dictadura, y la burguesía chilena para quebrar al movimiento de trabajadores y a la izquierda, aterrorizando a la población.

La única salvación para nuestro planeta, y para la especie humana, es un nuevo sistema que deje atrás el lucro como finalidad para remplazarlo por otro que tenga el centro en la satisfacción de las necesidades humanas, y la sustentabilidad en el largo plazo del medioambiente en el que vivimos y convivimos. Y para eso necesitamos poner fin a la propiedad privada de las grandes empresas que controlan la economía, e introducir la planificación económica y social con la participación democrática, la gestión y el control de la gente.

No existen acorta caminos para evitar de manera segura el desastre de nuevos genocidios étnicos, de asesinatos por odio contra las minorías, de guerras y destrucción medioambiental que se traducirá en hambrunas, masacres y guerras. Los equilibrios militares multipolares soñados por nostálgicos de la guerra fría, los acuerdos internacionales de las potencias, las legislaciones, no garantizan nada en el largo plazo. Tenemos que cambiar el mundo de base, terminar con las condiciones materiales y culturales que hacen posible la explotación y la opresión, es la única manera de asegurar una vida buena para todos.

Esa es la revolución socialista y democrática por la que luchamos, y no habrá socialismo sin el fin del racismo, el sexismo y la homofobia.