“…el día que el pueblo dijo basta y reclamo por un cambio…”
Breve resumen histórico de estos importantes acontecimientos que marcaron para siempre la historia política de Venezuela.
William Prieto,
Socialismo Revolucionario, CIT Venezuela.
Se cumplen 23 años del 27 y 28 de febrero de 1989, día de la dignidad, cuando los cerros bajaron y el espejismo de democracia de la cuarta república sufrió su primer revés luego de muchos años de engaño al pueblo, éste despertó y luego de esta fecha nada fue igual. Carlos Andrés Pérez ganó la presidencia con el 52% unos 3.859.000 votos con una abstención del 18% al candidato del partido social cristiano Eduardo Fernández; ya Acción Democrática que era el partido de Carlos Andrés había gobernado en el periodo 1983-1988 un gobierno signado por la corrupción que en sus 3 últimos años de gobierno tuvo el 89% de inflación. Por otro lado, el proceso electoral de 1988 había generado ciertas expectativas de superación socioeconómica y política del país, sobretodo en torno a la figura de Carlos Andrés Pérez quien de alguna manera prometió durante la campaña electoral la posibilidad de la vuelta a la bonanza económica experimentada en su primer mandato (1974-1979). Sin embargo, el anunció del programa económico liquidó las ilusiones de la población tenía como en los años de la Venezuela saudita de los años 70 y de la influencia que mantenía el bipartidismo en la población dada la crisis que venía desde el viernes negro y una inflación del 89% en los 3 últimos años del gobierno de Jaime Lusinchi y acentuó el desencanto no sólo hacia el gobierno de Pérez sino hacia un sistema político que evidenciaba la carencia de canales adecuados para la participación política y social. A pocos días de la toma de posesión el día 16 de febrero el entonces presidente Carlos Andrés Pérez en cadena nacional al país anuncia un programa de ajustes macroeconómicos llamado popularmente "paquete económico", concebido para generar cambios sustanciales en la economía nacional una serie de medidas de corte neoliberal. En términos generales, el paquete comprendía decisiones sobre política cambiaria, deuda externa, comercio exterior, sistema financiero, política fiscal, servicios públicos y política social. Entre las principales medidas anunciadas figuraban:
· La decisión de acudir al Fondo Monetario Internacional y someterse a un programa bajo supervisión de ese organismo con el fin de obtener aproximadamente US $ 4.500.000.000.000 en los 3 años siguientes.
· La liberación de las tasas de interés activas y pasivas en todo el sistema financiero hasta un tope temporal fijado en alrededor del 30%; unificación cambiaria con la eliminación de la tasa de cambio preferencial
· Determinación de la tasa de cambio en el mercado libre de divisas y realización de todas las transacciones con el exterior a la nueva tasa flotante.
· Liberación de los precios de todos los productos a excepción de 18 reglones de la cesta básica.
· Incremento gradual de las tarifas de servicios públicos como teléfono, agua, electricidad y gas doméstico.
· Aumento anual en el mercado nacional durante 3 años de los precios de productos derivados del petróleo, con un primer aumento promedio del 100% en el precio de la gasolina; aumento inicial de las tarifas del transporte público en un 30%.
· Aumento de sueldos en la administración pública central entre el 5 y el 30% e incremento del salario mínimo a Bs. 4.000 en el área urbana y a Bs. 2.500 en el área rural.
· Racionalización y eliminación progresiva de los aranceles a la importación; reducción del déficit fiscal a no más del 4% del producto territorial bruto (PTB) y
· Congelación de cargos en la administración pública.
Todas las medidas mencionadas anteriormente excepto la última eran de aplicación inmediata. En tal sentido, el alza de la gasolina debía efectuarse a partir del 26 de febrero de 1989 y las tarifas del transporte público urbano en un 30% a partir del 27 de febrero y desconociendo el pasaje estudiantil y muchas veces hasta no transportar estudiantes para no perder la ganancia esto fue también un detonante en algunas ciudades como Mérida
Ante tales circunstancias los usuarios reaccionaron con un alto grado de violencia contra las unidades de transporte, muchas de las cuales fueron destruidas y quemadas. Asimismo, en poco tiempo la violencia se desbordó al comenzar el saqueo y destrucción de locales comerciales, desde pequeños abastos hasta supermercados; también fueron atacados diversos tipos de locales comerciales, talleres y pequeñas fábricas.
Los actos de violencia del 27 de febrero de 1989 se iniciaron en Guarenas (Edo. Miranda) y en algunas zonas del área metropolitana de Caracas como Caricuao, los alrededores del Nuevo Circo y La Guaira hacia el mediodía del día 28 el presidente Pérez, reunido con el Consejo de Ministros, ordenó a la Guardia Nacional y al Ejército reprimir los disturbios. Igualmente decretó el estado de emergencia, previsto en el artículo 240 de la Constitución de 1961, con lo que quedaron suspendidas un grupo de garantías constitucionales durante los 10 días siguientes.
Las Fuerzas Armadas asumieron el control del orden público y se estableció un toque de queda a lo largo del territorio nacional. Pasados los 10 días, el presidente Pérez solicitó la autorización del Congreso para mantener el estado de emergencia, la cual fue concedida aun cuando se restituyeron algunas garantías y se suprimió el toque de queda.
Como consecuencia de los actos de saqueo que siguieron durante la suspensión de las garantías y la paralización del país, se produjeron enormes pérdidas para los dueños de los locales comerciales y de los transportes urbanos. El balance de pérdidas humanas dejado por los hechos del 27 de febrero de 1989 fue según cifras oficiales de 300 muertos y más de un millar de heridos. Sin embargo, de acuerdo con algunos reportes extraoficiales el número de muertos llegó al millar.
La mayor porción de las víctimas de este estallido resultó a consecuencia de la intervención de la Guardia Nacional y del Ejército en el control del orden público, lo sería repudiado y serviría de justificación para los militares que se alzaron el 4 de febrero de 1992.
Por tal motivo, a raíz de los sucesos del 27 y 28 de febrero de 1989, fueron severamente cuestionados los partidos y organizaciones políticas (sobretodo AD y COPEI), al ser presentados como factores contrarios al cambio y sordos a las necesidades de la población, lo cual se evidenciaría en la situación crítica que se experimentó en los años venideros.
Hoy cuando se cumple un año más esos muertos claman por justicia ya que mucho de los asesinos siguen suelto y llaman ahora al gobierno de Chávez de dictatorial y algunos de ellos estuvieron involucrados al golpe del 11 de abril 2002.
Es posible otro 27 F.
Las condiciones económicas en Venezuela presionan para un nuevo caracazo, por ejemplo la escasez de algunos rubros de la cesta básica. El pensar si va suceder otro 27 de febrero está en la mente de todo los venezolanos(as), algunos piensan que es poco probable pensar que con la popularidad que goza hoy el gobierno de Chávez y su discurso-retórica revolucionario no llegue a pasar. Pero en algunas medidas del gobierno en materia económica son parecidas al paquetazo del gobierno de Pérez, la diferencia es la ayuda social que de una u otra forma minimiza el impacto en los más pobres. ¿Pero cuanto puede soportar el estado burgués venezolano este muro de contención y no llegar a una revuelta popular?; es hora de dejar el discurso-retórica y pasar a la acción, debemos de una vez derribar este sistema capitalista que se come todo el salario de la clase menos pudiente y llena los bolsillos de los grandes burgueses sean cuarto republicanos o la nueva boliburguesía, no debemos dar toda la confianza en los militares y mucho menos en la burocracia enquistada en el poder.
Para Evitar un 27 F
Es necesario completar la revolución democrática burguesa en socialismo, revolucionario y democrático; esto es la nacionalización de todas las palancas fundamentales de la economía, los grandes medios de producción debe estar bajo el control democrático de los trabajadores y el pueblo en comités de base organizados con delegados electos en asambleas populares revolucionarios, este control debe ser bajo un esquema de economía planificada centralizada desde estos comité; de esta manera destruiríamos todo vestigio del sistema capitalista y estarían en manos del pueblo y no de los burgueses los medios que generan la riqueza, la cual siempre han sido desarrollada y explotada por los trabajadores pero administrada y controladas por ellos, de igual forma la producción y desarrollo de la economía seria en función de las necesidades del pueblo y no del lucro individual del capital.
De igual forma establecer un autentico Poder Popular no instrumentalizado e institucionalizado por el estado actual burgués y capitalista, sino con autonomía e independencia política, que subordine el aparato de estado y no a la inversa, es desde la organización de base de las comunidades que se debe construir las políticas públicas y no al revés, solo así tendremos democracia autentica.
Igual debe ser el ejercito, no podemos tener ejércitos con armas controlado por la burguesía, es una amenaza para los intereses del pueblo, hoy vemos eso en los acontecimiento se de África del norte donde las mas el pueblo ha salido a las calles a pedir cambios y reformas democráticas u ha sido el ejercito el principal brazo represor del estado.
Por estas demandas y programa de lucha es que luchamos desde socialismo revolucionario, organicémonos, unámonos entorno a estas demandas si las compartes y construyamos juntos el socialismo revolucionario y democrático.
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