Corea del Norte: La muerte de Kim Jong-Il

Posted by Nuestra publicación: on jueves, diciembre 22, 2011


La pesadilla estalinista continúa

Gerbrand Wisser, Ofensief (CIT en Holanda)

La muerte del, por largo tiempo, dictador estalinista de Corea del Norte no trae alivio a los trabajadores del país. Ellos sufrieron durante muchos años bajo la ocupación japonesa (1905-1945), luego durante la guerra de Corea (1953-1955) y durante muchos, muchos años, del más despiadado régimen estalinista. Después del colapso de la Unión Soviética, la economía de Corea del Norte sufrió retrocesos y se estima que más de dos millones de personas perdieron la vida durante las hambrunas a  finales de la década de 1990. Corea del Norte es ahora uno de los países más pobres del mundo, pero hasta bien entrada la década de 1970, el ingreso per cápita de la población fue mayor que en Corea del Sur.

El régimen estalinista de Corea del Norte adhiere a la ideología  "Juche" de la "autosuficiencia". El Norte no es apto para la producción de alimentos, porque es montañoso y frío. Tiene muchos minerales en su suelo, aunque muy raros. El gobierno chino prefiere el régimen actual, ya que les proporciona un acceso relativamente fácil a estos minerales, y Corea del Norte se lo proporciona con un tope. Si Corea del Norte dejara de existir, China sería frontera de un país que albergaría a un gran contingente de fuerzas militares estadounidenses.


Para Japón y Corea del Sur, la presencia del régimen estalinista es incómoda, pero que proporciona una excusa útil para obsceno gastos militares. Una de las cartas militares de triunfo de Corea del Norte es que posee una bomba nuclear. Esto parece ser una cosa bastante primitiva, al igual que las bombas americanas nucleares en sus primeras etapas de desarrollo. Probablemente es demasiado grande para caber en un misil, pero Corea del Norte llevó a cabo dos explosiones de prueba después de la invasión de EE.UU. a Irak, para mostrar al mundo que ellos también tenían la bomba. La gran fuerza terrestre de Corea del Norte tiene la intención de defender el país y reprimir a la población, pero no tienen fuerza aérea  o naval creíble.

La mayor parte de los gastos de Corea del Norte están en su aparato militar. Esto no va a cambiar. El nuevo líder, Kim Yong Un, es joven y no hay duda de que el consejo militar firmemente se aferra a las riendas del poder. Si ellos no caen presa de la discordia, podrían mantenerse en el poder por un tiempo - el régimen ha demostrado ser muy tenaz. El régimen ha efectivamente aislado al país y despiadadamente reprimido cualquier actividad independiente de la clase trabajadora.

La vida en Corea del Norte es una pesadilla para los trabajadores: una dura lucha por la supervivencia en un país que casi no tiene calefacción y las temperaturas son extremadamente bajas durante el invierno, poca comida y / o muy básica, y casi sin iluminación (a menudo un foco por apartamento). La vida es difícil para los trabajadores, incluso si no se toma en cuenta la horrible represión, los campos de concentración, los controles sobre la familia y los lugares de trabajo, la falta total de información (teléfonos móviles e Internet están prohibidos) y la policía secreta en todas partes.

La muerte de este tirano ha vuelto a proporcionar a los representantes del capitalismo de una excusa para manchar las ideas del socialismo, a pesar de la brutal realidad de este régimen, que está entre la banda más horrible y opresivo de déspotas que ha falsamente llevado el nombre de socialismo. El Comité por una Internacional de los Trabajadores (CIT) plantea la necesidad de una lucha para derrocar la brutal y corrupta dinastía estalinista, una parte integral de la lucha internacional para acabar con la pobreza, la represión, la dictadura y el conflicto que domina la región. Asia, a través de la lucha de masas. Una lucha para establecer una democracia obrera y el verdadero socialismo en Corea, basado en el control democrático del gobierno, y la planificación de la economía, puede parecer muy lejos en este punto del tiempo, pero al igual que el equipo de fútbol de Corea del Norte, los trabajadores coreanos siempre se las arreglan para sorprender.