Honduras: ¡Sólo las Masas Hondureñas Pueden Derrumbar al Golpe Militar!

Posted by Nuestra publicación: on lunes, noviembre 23, 2009


Los golpes no son cosa del pasado, hay que estar preparados


Artículo de la 7ma edición de La Chispa, periódico de Alternativa Socialista Revolucionaria (CIT-Bolivia)


Meses ya han pasado desde la noche del 28 de junio cuando el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, fue secuestrado y deportado en un golpe militar organizado y apoyado por los partidos de la derecha, el poder judicial y la iglesia católica del país.

Sólo diez familias en Honduras controlan el 90% de la economía, mientras 59% de la población vive con menos de $2/día. Zelaya, originalmente del partido liberal (¡que apoya el golpe!), enojó a estos capitalistas y a los políticos derechistas cuando, bajó la presión de las masas empobrecidas, empezó a girar hacia la izquierda en el 2007.

Aumentó el salario mínimo y comenzó a adoptar una posición más cercana al presidente Hugo Chávez de Venezuela. Quería entrar en la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA) y reducir el precio de los combustibles formando una alianza con el Petrocaribe de Venezuela. Pero el colmo era la intención de llevar a cabo una encuesta que iba a plantear la posibilidad de convocar una Asamblea Constituyente para cambiar la constitución. Sabiendo que el pueblo lo apoyaría, la derecha optó por un golpe militar.

A pesar de las protestas constantes, numerosas rondas de diálogo y la condenación general de todas las organizaciones internacionales, el gobierno golpista encabezado por el presidente del Congreso, Roberto Micheletti, se mantiene.

ASR en Bolivia y el CIT a nivel mundial rechaza totalmente la dictadura y se solidariza con el pueblo hondureño, en particular, con los miles de trabajadores, campesinos y jóvenes revolucionarios que han luchado en contra de la dictadura, sufriendo la represión brutal y hasta la muerte en varios casos.

Sin embargo, queda claro que simples protestas y condenaciones internacionales no son suficientes para derrumbar a la dictadura de Micheletti. La clase trabajadora junto con los campesinos rurales necesitan hacer una huelga general y bloqueos para parar la economía hondureña y atacar a los capitalistas donde más les duele, en sus bolsillos.

Los movimientos sociales deben exigir la restauración inmediata del presidente Zelaya pero no debe limitarse a su programa liberal. Después de derrumbar la dictadura, se debe luchar por la convocación de una Asamblea Constituyente Revolucionaria, constituida por representantes de los movimientos sociales, los sindicatos, organizaciones de campesinos y otros sectores de la izquierda para escribir una nueva constitución y avanzar la lucha por un sistema verdaderamente democrático, anti-capitalista y socialista.

Al mismo tiempo, los movimientos sociales en Bolivia y toda América Latina deben sacar las lecciones del golpe y verlo como un gran aviso: los golpes militares no son una cosa del pasado sino de la clase capitalista desesperada por mantener su control y privilegio económico. Si caímos en el sueño bonito pero utópico e imposible de la “revolución pacífica y democrática”, eventualmente caeremos bajo el mando de un golpe militar. Todas las luchas del pasado, especialmente en Bolivia y América Latina nos enseñan esto.

Por eso, mientras somos la gran mayoría y tenemos el poder, debemos aplastar a la oposición neoliberal, derrumbar el capitalismo y construir el socialismo. Si no lo hacemos, tarde o temprano el balance de fuerza cambiará y cuando los capitalistas tengan el poder, no esperarán ni un segundo para aplastar a los movimientos y recuperar su control político. De una cosa se puede estar seguro: no lo harán de una manera “pacífica y democrática”.