Chile: La recesión y el papel de la banca en Chile

Posted by Nuestra publicación: on sábado, agosto 22, 2009


Patricio Guzmán -

Socialismo Revolucionario, CIT en Chile.



- Aunque el cobre, la principal exportación y fuente de divisas de Chile, continua el curso ascendente de su precio, que en el mes promedia 2.76 dólares la libra, y en el año 1.99 dólares. La economía chilena se contrajo un 3,4 por ciento en el primer semestre de este año, tras anotar una caída del 4,5 por ciento en el segundo trimestre el año pasado, la demanda interna cayó en el segundo trimestre un 10,6 por ciento, debido principalmente a una brusca caída de la inversión, el desempleo permanece sobre los dos dígitos, en resumen la economía de Chile sigue hundida en la recesión.


Los analistas coinciden al señalar que el papel de la banca privada en esta coyuntura ha sido contractivo de la actividad económica, el grueso de los créditos que ha otorgado se concentra en 2.000 grandes deudores, mientras restringe el crédito a los clientes particulares y a las pequeñas y medianas empresas, y demora el traspaso de la rebaja de tasas a los clientes. De esta manera la diferencia entre lo que le cuesta tomar dinero y lo que cobra en intereses por prestarlo (el spreed) explica en gran medida las ganancias del sistema bancario. Se ha hablado mucho en los últimos días sobre la necesidad de que se introduzca competencia en la industria de la banca en Chile


Los bancos están haciendo excelentes ganancias en los últimos meses, ya durante el año 2008 cerraron con grandes utilidades, ello en medio de una recesión global que ha afectado a nuestro país junto al resto del mundo.

Las enormes ganancias del sistema financiero se explican si se observa que las fuentes de financiamiento de los bancos en Chile, que provienen básicamente de los depósitos de sus clientes y del Banco Central, están en tasas cercana a 0%, mientras las tasas que cobran a sus clientes se mantienen altas, llegando a cerca del 50% anual en créditos de consumo.


Pero en medio de un escenario económico deprimido las ganancias de los bancos, significan que están restando liquidez y beneficios a otras industrias, y disminuyendo vía intereses el poder de compra de los consumidores.

Cuando la autoridad económica busca relanzar la alicaída demanda interna, la demora de los bancos en traspasar la rebaja de las tasas de interés a sus clientes, y las restricciones en los créditos a particulares y a las empresas juegan un papel contractivo que tiende a agravar la recesión, y a alargar la salida de esta.


Se supone que lo que justifica el negocio bancario es su intermediación en el financiamiento del consumo de las empresas y las personas, sin embargo más que tener un papel dinamizador de la economía, los bancos hoy se han transformado en parte del problema.


La competencia


La economía capitalista convencional u ortodoxa postula que el mercado de competencia perfecta, es el que ofrece la distribución más eficiente entre los distintos factores de producción de bienes y servicios. De acuerdo con esta visión en un mercado de competencia perfecta se maximiza el bienestar de los agentes que participan, ya que llegan a un precio de equilibrio que es el mejor que pueden esperar vendedores y compradores.


La competencia perfecta implica un mercado en que existen numerosos oferentes y demandantes de los mismos productos de manera que ningún consumidor individual puede poner condiciones restrictivas sobre precios y cantidades, y que los demandantes conocen perfectamente las condiciones (precios y cantidades ofertadas) de todo el mercado. No deben existir barreras de entrada al negocio y además el producto de cada empresa tiene que ser un sustituto perfecto del que ofrecen otras empresas del sector (lo que significa que no existen marcas).


Lógicamente este es un modelo ideal que nunca ha existido. La evidencia empírica muestra que la tendencia naturales de todo empresario es tratar de evitar la competencia hasta donde pueda, y que el desarrollo natural de la economía capitalista lleva a la concentración y barreras de entrada crecientes a los negocios. Sin embargo, los economistas convencionales sostienen que mientras más cerca de esas condiciones ideales de competencia perfecta esté un mercado, o sea mientras más competitivo sea, los resultados serán más cercanos al máximo beneficio para todos los participantes. Estos postulados de la economía conocida como ‘neo clásica’, a lo que se aferran los economistas neo liberales, han sido duramente criticados por numerosos economistas desde diferentes perspectivas[1].



Concentración Oligopólica


La realidad es que los empresarios buscan maximizar la ganancia, y para ello tratan por todos los medios de reducir las ‘incertidumbres’ propias del mercado, por ello los acuerdos para tratar de fijar precios, las combinaciones para establecer monopolios o oligopolios, las colusiones para aumentar los precios… Si esto se cruza con la tendencia a la concentración de la riqueza y de las empresas, que se ha acelerado con la globalización mundial, y las políticas de desregulación y privatización sistemáticas, de las que Chile fue un adelantado en el mundo ya desde mediados de los años 70, entonces lo que tenemos es una economía crecientemente concentrada, de oligopolios y monopolios.


En general en Chile las leyes anti-monopolios, y contra la colusión, con un estado que fiscaliza poco y mal, se han mostrado impotentes para impedir este tipo de conductas. Más aún durante el gobierno de Lagos, se legisló modificando la ley contra la colusión y se quitó la pena de cárcel para el delito.

La banca es una buena muestra del estado de ‘competencia’ la economía chilena.

Cinco grandes bancos (Santander, Chile, Estado, BCI y BBVA) concentran el 74.1% de las colocaciones, Los mismos bancos acumulan el 75% de los depósitos. demanda interna. Además la propiedad de la banca que opera en Chile, hoy es mayoritariamente de propiedad de capitales extranjeros. Entre los bancos solamente el Banco Estado es de propiedad pública, y aunque habitualmente la autoridad económica le exige el mismo comportamiento que un banco privado, en esta coyuntura ha tenido una actividad anticiclica, positiva para impulsar inversión y la demanda de los consumidores.



Las tasas de interés


Después de mantener altas las tasas de interés, preocupado ante todo por el peligro de la inflación, y de hecho con un atraso de al meno seis meses, el Banco Central debió reconocer el estado recesivo de la economía chilena, de enero a esta parte, las Tasas de Política Monetaria con las que los bancos toman dinero del Banco Central, está ahora prácticamente en interés 0%.


En Chile el límite para el interés que recibe el nombre de interés máximo convencional, de alguna manera es determinada por los propios bancos, ya que este interés no puede exceder en más de un 50% el interés corriente que rige al momento de la convención, ya sea que se pacte una tasa fija o variable.


El gobierno ha solicitado en varias oportunidades que los bancos traspasen con celeridad la baja de tasas a los clientes, pero con su lógica ideológica ‘pro-mercado’ no introduce nuevas regulaciones, si no que espera que esto ocurra por la buena voluntad de los bancos. Entretanto el Sr, Somerville en nombre de la Asociación de Bancos ha declarado públicamente que la conducta de la banca que opera en Chile, respecto al traspaso de rebajas de tasas, es la misma que en otros países y que en tres o cuatro meses la rebaja de tasas llegaría a los clientes. El Sr. Sommerville también ha sido claro al declarar que la primera responsabilidad de los bancos es hacia sus accionistas; léase bien: esto significa que los bancos deben buscar la maximización de la utilidad de los propietarios antes que el bien social común, la reactivación económica o cualquier otra consideración. No se trata pues de mala voluntad, ambición desmedida o tacañería, si no de las consecuencias de una lógica económica orientada al lucro. Planteadas así las cosas, ¿que ganancia reportaría a los accionistas de las instituciones financieras apurar el traspaso de la rebaja de tasas de interés?


Las consecuencias es que el gobierno en realidad no consigue que la rebaja de Tasas de Política Monetaria del Banco Central, tenga el efecto de para reactivar la economía.[2]

Aunque el sentido común neoliberal, introducido machaconamente en la sociedad en las últimas tres décadas ha convencido a amplias franjas de que el estado debe reducir su tamaño y sobretodo retirarse de la actividad económica a favor de los empresarios capitalistas, en el mundo, la crisis financiera y la recesión global han vuelto a poner en debate la necesidad de la nacionalización de la banca.


La banca privada global y sus negocios especulativos estuvieron en el origen de la larga crisis que ya cumplió dos años y desembocó primero en una crisis financiera en los centros económicos más desarrollados del capitalismo, y se transformó luego en una recesión global, en la que todos los países resultaron afectados con más o menos profundidad.


El mundo se hundió en la recesión arrastrado por el comportamiento calificado de “irresponsable” de la gran banca, que especuló ampliamente disfrutando del ‘dinero dulce’ de la FED. En Chile la banca puede reclamar que es sólida, rentable y sin problemas de liquidez, sin embargo también aquí la banca es parte del problema, porque con su comportamiento agrava la recesión. Así la cosas, la reivindicación de nacionalización de la banca, bajo control de sus funcionarios, clientes y ciudadanos, abandonada incluso por los ‘sectores progresistas’ en medio de la marea neoliberal, vuelve a recuperar toda su vigencia.



[1] Por ejemplo el economista italiano Piero Sraffa que en su obra “The Laws of Returns Under Competitive Conditions” (Las leyes de los rendimientos en condiciones competitivas) critica el realismo de los modelos neoclásicos que analizan el comportamiento de la firma en competencia perfecta o monopolio. Joan Robinson “The Economics of Imperfect Competition” (“La Economía de la Competencia Imperfecta”) y por Edward Chamberlin, “The Theory of Monopolistic Competition” (“La Teoría de la Competencia Monopólica”).

[2] Lo que demuestra en la práctica que los monetaristas se equivocan cuando sostienen que un buen manejo de la política económica puede tener resultados anti cíclicos y reactivar la economía.