Brasil - Destitución de Cunha – La burguesía sacrifica a su cordero

Posted by Nuestra publicación: on sábado, septiembre 17, 2016

Por Antonio Soler, SoB Brasil, 15/9/16

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Eduardo Cunha, principal entusiasta y responsable de la apertura del proceso que culminó en el impeachment de Dilma, acaba de ser destituido de la presidencia de la Cámara de Diputados, meses después de haber sido presentada la denuncia por corrupción.
Aunque esto es más bien una victoria para el movimiento y también para el PSOL, que a través de su bancada desde las primer medidas ultra reaccionarias de Cunha, como la baja de la inimputabilidad, la prohibición de la venta de la píldora del día después y otros intentos de retrocesos en el campo las mujeres y los grupos LGBT, pidieron la cabeza del diputado, esta noticia en el actual momento, no se ha recibido como una sorpresa.
Debido a que de lo que se trata también es que la burguesía tuvo que sacrificar a su cordero para justificar todas sus maniobras. Antes Cunha  hubiese cumplido su palabra de caer a tiro, es decir, exponiendo a todos sus correligionarios y aliados, también corruptos, pero ya dijo que no va a hacer la denuncia anunciada, lo que significa que lo que hizo hoy en la Cámara es puro teatro. Llegó al acuerdo de que de todos los males era el menor para todos ellos. Pero con el pueblo no ha acordado y exigimos condena y devolución de todos los dineros públicos y privados inmediatamente para las arcas públicas.

Brasil: destituyen a Eduardo Cunha

“Roma no paga traidores”

En el año 139 antes de Cristo, el cónsul Escipión, autoridad de Roma en Lusitania, hoy Portugal, hizo asesinar al líder rebelde Viriato gracias a la ayuda de tres aliados de éste. Cuando los ex aliados fueron a pedirle a Escipión la recompensa por su acción, el cónsul les respondió con la frase del título.
El ex presidente de la Cámara de Diputados de Brasil Eduardo Cunha parece no haber asimilado la moraleja política de esta antigua anécdota. En efecto, Cunha fue uno de los hombres clave para lograr que comenzara el proceso de impeachment a Dilma Rousseff, una maniobra burda e ilegal del establishment brasileño. Aunque Dilma no fue destituida por corrupción, Cunha sí, pese a que creía que el ahora presidente Michel Temer retribuiría sus servicios con protección legal. Ahora Cunha amenaza con salpicar a Temer, ambos del PMDB, bajo la figura legal de “delación premiada”. Si la consigna de Escipión sigue vigente, nos tememos que ninguno de los “jueces” de Dilma va a terminar cobrando nada.
M.Y.