No al odio, la desconfianza y el
racismo: no dejemos que nos dividan!
Declaración de Gauche Revolutionnaire (CIT en Francia), 15
de julio 2016
Lo qué pasó en Niza el jueves 14 de julio fue un acto atroz.
El conductor del camión quería causar tantas muertes como fuera posible,
conducir y chocar con el número máximo de personas en el Paseo de los Ingleses
después del castillo de fuegos artificiales, y una vez más son los inocentes quienes
sufren. Condenamos estos ataques y la cobardía sin sentido, que los impulsa.
Estos son nuestros hermanos y hermanas que han muerto, los trabajadores de
vacaciones, turistas, visitantes extranjeros, familiares, jubilados,
independientemente de su origen o de su cultura.
¿Fue planeado o no? ¿Cuál era la estructura psicológica del
hombre al volante del camión? Hasta el momento no sabemos nada, pero todos sentimos
lo mismo: tristeza y rabia. Si se trataba de un individuo aislado, de
ISIS o algún otro grupo que va a reclamar el ataque, hay que dejar claro que
los métodos empleados son los mismos que los empleados por grupos fascistas,
por dictaduras, por los ejércitos de ocupación. La eliminación de personas
indefensas a sangre fría es una ideología de extrema derecha, aún si se ofrece
un pretexto religioso o algún otro.
Nada puede justificar estos ataques salvajes y bárbaros en
Niza, ni los de Bagdad la semana pasada en la que 292 personas perdieron la
vida, ni los ataques en Estambul el 29 de junio. Grupos como ISIS, o aquellos
que reclaman estos ataques, son incapaces de ganar el apoyo de ningún sector de
la población. No aquí, ciertamente no entre los musulmanes, y no en cualquier
otro lugar tampoco. Estos bárbaros no pueden afirmar que están luchando en una
guerra librada por Francia o Estados Unidos. En realidad en todo el mundo hay
mercenarios y mafiosos que dirigen estos grupos, ya sea en Francia, Bélgica,
Irak, Libia o Nigeria. Por otra parte sus métodos están destinados a prevenir
cualquier oposición organizada a los regímenes brutales, medievales que buscan
establecer. Y si las muertes de civiles causadas por estos ataques pueden hacer
que las personas lleguen a la desesperación esto también es cierto de las
muertes de civiles causadas por las bombas imperialistas. La política del
terror no hace sino reforzar las clases dominantes mediante la creación de un
clima de miedo, odio y sospecha.
Estado de emergencia
- la respuesta sigue siendo no!
Una vez más, la tristeza y la rabia que siguen a estas
atrocidades son explotados por el gobierno y los diversos partidos políticos
que apoyan a los capitalistas en su intento de dividirnos. Ni la extensión del
estado de emergencia, ni la movilización de 500 000 reservistas, pueden
garantizar nuestra seguridad. El estado de emergencia no ha sido nunca una
manera de prevenir los actos terroristas. Fue introducido en noviembre de 2015
y ahora se extendió por otros tres meses. Pero no evitó la muerte de otras 84
personas ayer. El estado de emergencia no nos puede ofrecer verdadera
seguridad.
En su lugar, se trata de un arma real en manos de Valls y
Hollande, lo que les permite cada vez desde diciembre de 2015 poner un freno a
la movilización de masas, en un principio en contra de las manifestaciones de COP
21, y más tarde contra el movimiento social de masas sobre la Ley del Trabajo,
intentando prohibir las manifestaciones y restringir a los que hacen campaña en
contra de sus políticas.
Nos negamos a aceptar lo que los que cometen estos ataques
quieren imponernos, a saber, una sensación de miedo. El terror es un arma
política que tiene por objeto la prevención de la unidad de los trabajadores,
obligando a la falta de acción a través del miedo y reforzando el racismo. No
vamos a permitir que nos intimiden o nos divididan!
Unidad de los
trabajadores y la juventud contra la barbarie y el racismo
Nos negamos a dejar nuestra seguridad en manos del gobierno
Valls Hollande o los políticos del FN. Su política consiste en imponer una
verdadera contra-revolución social, inseguridad social permanente, como lo
demuestra la Ley de empleo. Terminamos viviendo en el margen, con sueldo
pésimo, empleo precario y desempleo. Este es un verdadero caldo de cultivo para
todo tipo de ideas con violencia reaccionaria, que se alimentan de la pobreza y
la falta de esperanza en el futuro bajo el capitalismo.
Quienes se han atrevido a equiparar manifestantes en contra
de la ley de empleo, los sindicalistas y los terroristas harían bien en
disculparse inmediatamente. En realidad, ningún grupo gubernamental o
terrorista es más fuerte que la unidad de los trabajadores y de los jóvenes en
la lucha de masas. Cuando había un millón de nosotros en las calles, el 31 de
marzo y el 14 de junio, unidos en nuestra lucha contra la política de un
gobierno que ataca los derechos de todos los trabajadores en Francia - fuimos
fuertes. La lucha conjunta es la única manera de evitar que la gente caiga en
la desesperación. Así es como podemos luchar contra las raíces del terrorismo,
la división y el racismo.
Para una verdadera lucha contra el terrorismo y el odio hay
que unirse y luchar contra las políticas que los alimentan. Es sólo mediante la
lucha contra el capitalismo, un sistema en el que el conjunto de la sociedad
gira en torno a los beneficios de un puñado de personas que viven sobre las
espaldas de la mayoría, que podemos erradicar las fuentes de la barbarie y
garantizar un futuro seguro y digno para todos. Otra sociedad es posible y necesaria,
- el socialismo.
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