Chile - Carta Abierta de Francisco Villa a la Izquierda Chilena

Posted by Nuestra publicación: on martes, junio 07, 2016

A MIS COMPAÑEROS DE LA IZQUIERDA CHILENA
Espero que puedan leer estas palabras hasta el final, gracias…un abrazo.
Francisco Villa
Compañeros, amigos… hermanos queridos del alma del alma mía. Les escribo confundido, me he enterado de la presentación de los nuevos referentes, que una vez más, a propósito de las próximas elecciones, están levantando y veo con gran decepción y rabia, por qué no decirlo… que irían nuevamente divididos…
No saben la impotencia que esto me produce… y no lo digo desde el activista cultural, social y político solamente, lo manifiesto también, desde lo que al menos, entre nosotros, podríamos llamar el “sentido común…”.  

Tenía la esperanza de que ahora, por fin… y aprendiendo de nuestros errores, pudiéramos  levantar una gran alianza, con un proyecto con identidad de izquierda, amplio, generoso  y cariñoso, que sin eludir la participación electoral, se fijara un objetivo de verdadera trascendencia, de actividad y aprendizaje colectivo permanente, más allá de cada periodo de elecciones.

No puede ser que lo “urgente” no nos deje hacer lo importante. Y nos lleve permanentemente a desestimar proyectos estratégicos con identidad clara… para terminar perdiendo el tiempo en alianzas cortoplacistas, pasajeras, de puro contexto y con quienes no comparten nuestra propuesta de vida, volviendo en la práctica, a validar algo parecido al argumento indigno, de terminar soportando o votando por el mal menor…
Por qué gastarnos en esterilidades comprobadas  ¿O será que el tiempo nos sobra o nos aflige poco…? ¿Porque al fin y al cabo, nosotros… los “lúcidos activistas y líderes…”, no llevamos una vida “tan pior…?”  Sin embargo, les informo… hay tanta gente, tanto pueblo que consciente o no, están queriendo, necesitando un país justo ahora, sin más postergación, porque ya están que revientan… y a ellos nos debemos, de ellos somos, con ellos somos.

Ni la Nueva Mayoría, ni Chile Primero, ni los poderes fácticos de siempre, son los llamados a transformar este país en una tierra justa, ellos están contentos con el Chile de hoy, entre todos ellos lo han construido y lo defienden… Los llamados a sembrar y cosechar con el pueblo y como pueblo la justicia, somos nosotros: La Izquierda, por lo tanto, si la justicia no existe en Chile, es por pura culpa nuestra, es por nuestra negligencia, por nuestra incapacidad de juntarnos en torno a un proyecto verdaderamente colectivo, popular y liberador, en el que nadie esté pensando “en llevarla…”.  Resultan indignantes nuestras autocomplacencias, tanta pequeñez, vanidad y arrogancia.

Disculpen… ya lo sé… ¿Quién soy yo para dirigirme a ustedes con esta “prepotencia…”?  Sólo soy un cantor… pero lo hago… porque apuesto al hecho de que los conozco a casi todos ustedes y soy su compañero de tantas luchas y en el caso de la mayoría… su amigo de capítulos vitales, por lo tanto… sé de la buena fe y la porfía maravillosa que los determina a todos, sé de la buena fe de sus actos y pensamientos…

Disculpen,  pero créanme, que hago esto con desesperación y una impotencia crónica, que no es mía nomás, es de tantos… Mi oficio de “trovactivista…”, me ha dado la posibilidad de estar en contacto con numerosos seres humanos con sentido crítico y son muchos los que se sienten a la deriva como yo… Andamos buscando un barco amplio… grandote… con una tripulación sabia que nos rescate a todos y en el que en la cubierta, nos reconozcamos como los hermanos que somos… ¿O es que acaso no lo somos…?

Somos una cultura, es decir… un forma de vida, en general nuestra ética, nuestra estética, nuestras referencias, historia y nuestros sueños son los mismos, entonces, somos parte de la misma familia…. Ahora bien, dentro de esta familia nutriente, no tenemos por qué dejar de tener una identidad propia también… por lo tanto dentro de su regazo, no podemos caer en la “tontera” de exigir que todos uniformemos nuestra vidas. Unidad no es sinónimo de uniformidad, no se puede exigir renuncias que atenten contra nuestras maneras de ser… No todos los hijos son calcos unos de otros, así… no todos los tíos y primos, en fin… Los propios padres  y abuelos son afortunadamente distintos entre ellos y habrá parientes más extrovertidos y locos, otros, más seriotes y algo aburridos, estarán los buenos para la  chacota, unos con habilidades manuales, otros más intelectuales, uno más hippies, otros más lanas, más deportistas, otros más esotéricos, más científicos, en fin… como en una familia, somos de formas distintas pero con un mismo fondo…

Ya lo he manifestado en otros momentos, pero bien vale repetirlo, más… si seguimos “pecando…”: No podemos seguir siendo una suma dispersa de pichintunes autorreferentes, preocupados de defender mezquinamente nuestras organizaciones o colectivos, convertidos en una suerte de “PIMES...” temerosos de disolvernos en un proyecto mayor, donde pudiera ser que tuviéramos que compartir las redes que hemos logrado, quizás perder liderazgo… y hasta algunos recursos productos del activismo profesionalizado que hemos terminado practicando...

Siempre estamos dando pasitos cortos e inseguros… por si aca… Eso nos ha tenido por generaciones entre la sobrevivencia y el retroceso, en vez de levantar una nueva arquitectura, distinta de verdad de aquella que nos arrincona. Hay que proponerse grandes objetivos y hacerlos nuestra carta de navegación, la menudencia habrá de pulirse en el camino, con voluntad y cariño, pero hay que llegar al puerto final y no distraerse con las tentaciones inmediatas de los puertos intermedios, porque pueden terminar por desviarnos y así volver a fallarle como alternativa a nuestro pueblo.

Estos últimos años han sido un momento propicio para golpear a los opresores, están llenos de problemas y debilidades… y nosotros estamos tan famélicos, que no hemos sido capaces ni de soplar su cara, porque estando entre las cuerdas como lo están, habría bastado sólo con eso para derribarlos.

Una vez más, disculpen mi atrevimiento… hace rato que tenía guardado esto… y porque creo que son ustedes los protagonistas de esta historia y tengo la fortuna de conocerlos, es que les hago llegar estas líneas... con la esperanza de remecerlos, como lo hace un hermano desesperado con otro, cuando cree ver que va por mal camino, con ese cariño y esa rabia a la vez, quiero pedirles ¡¡Unidad… unidad por la cresta!!

¡¡Atinen!! Atinemos…
Los abrazo, como siempre, desde hace tanto de tanto…

Francisco Villa