Luis Mesina*
Empresarios y sindicatos rechazan la propuesta de reforma
que impulsa el gobierno. ¿Cuáles son las razones? Desde estas páginas
intentaremos responder las dudas que surgen sobre esta materia.
1. Antes de la promulgación del Plan Laboral
(1979) se encontraban sindicalizados 943.335 trabajadores. Existían 6.502
sindicatos. Las Federaciones y Confederaciones podían celebrar contratos
colectivos de trabajo y representar a sus asociados en las instancias de
conciliación y arbitraje. En ese entonces la población era de 8.884.200 y la
fuerza de trabajo de 2.564.000. Es decir, más del 36% de los trabajadores
estaba organizado y participaban directamente en la negociación colectiva, la
cual se celebraba todos los años (pliegos de peticiones).
Los despidos que involucraran a
más de 10 trabajadores requerían autorización conjunta de los ministerios de
Trabajo y Economía. Todos los trabajadores tenían garantizado el domingo y
feriado como derecho irrenunciable. Los empleados del comercio tenían una
jornada laboral de 44 horas semanales. No existía el tope de 11 años para
indemnización. Las panaderías no podían trabajar entre las 22 y las 5,00 horas.
El feriado no podía ser fraccionado ni se limitaban los días progresivos. No se
podía pagar menos del ingreso mínimo,
independiente de las horas trabajadas. Todos los empleadores debían aportar
mensualmente a la previsión de los trabajadores.
Miles de trabajadores, entre
ellos, los del sistema financiero, contaban con cajas de previsión, como los
empleados Particulares, Públicos, etc. La Caja Bancaria pertenecía a los
bancarios, entregaba múltiples beneficios, como salud integral pues era dueña
de la Clínica Dávila y de financiamiento para extraordinarias viviendas, que
hoy resultarían inalcanzables para cualquier trabajador.
2 En plena dictadura, José Piñera Echeñique, Ministro
del Trabajo promulga en 1979 el Plan Laboral y un año después el D.L. 3.500 que
acaba con las Cajas de Previsión, incluida la Caja Bancaria. ¿Cuáles han sido
los resultados de estas decisiones que afectaron gravemente a los trabajadores?
Hoy existen 940.222 sindicalizados
y 10.634 sindicatos, o sea, una fragmentación impresionante, que ubica a Chile
como el país con más sindicatos y con las organizaciones más pequeñas (88
personas por sindicato) del mundo. La población, según el INE, a octubre de
2015 es 18.070.590 y la fuerza de trabajo 8.579.270 lo que indica que el 10,9%
está sindicalizado y, el porcentaje que accede de verdad a la negociación
colectiva, es mucho menor.
Con el Plan Laboral se acabaron
los derechos irrenunciables. Los feriados se pueden fraccionar y negociar. Se
acabó la jornada laboral de 8 horas diarias. El empleador puede contratar con
la más absoluta libertad y flexibilidad y, pagando menos del ingreso mínimo.
Existen múltiples formas de contrato, parciales, por horas, a domicilio,
temporales, por media jornada, etc. La Negociación Colectiva, hoy puede durar
hasta 4 años con el consiguiente deterioro para el trabajador. El sindicato no
es el único que puede negociar, se crearon los grupos negociadores que en su
mayoría son formados por el empleador para debilitar las fuerzas de los
sindicalizados. Las personas de las micro y pequeñas empresas suman más de 2,8
millones y resulta casi imposible que puedan organizarse y por tanto, muy
difícil que puedan defender sus derechos. Se instauro la causal “necesidades de
la empresa” que permite a los
empleadores, sin imputación de causa real, despedir a cuanto trabajador se le
ocurra. Se estableció un tope de 11 años por indemnización. El empleador puede
objetar a trabajadores en una negociación colectiva privándoles de ese derecho.
Y por último, hoy los trabajadores no cuentan con un sistema previsional que
les permita al fin de su vida laboral vivir con dignidad.
3. Por qué se oponen los
empresarios?. Porque necesitan mantener todo tal cual está. Incluso, usan sus
medios de prensa, para engañar y presionar al gobierno, pues lo que buscan es
más flexibilidad de la que hay y, la guinda de la torta, quieren instalar los
“pactos de adaptabilidad” que de aceptarse, implicará poner en riesgos derechos
fundamentales de los trabajadores, como ser, jornadas de trabajo de no más de
45 horas semanales y/o descanso los domingo y festivos.
4. Por qué nos oponemos los
trabajadores? Porque la propuesta del gobierno responde satisfactoriamente al
empresario en dos dimensiones: mantiene en lo sustantivo, intacto el Plan
Laboral de la dictadura en materia de negociación colectiva, negando la
posibilidad, como ocurre en la mayoría de los países desarrollados, avanzar
hacia la negociación colectiva por rama, en segundo lugar, con los pactos de
adaptabilidad, que es una petición del empresariado, arranca una conquista de
años al establecer condiciones para el abuso y la explotación como pueden ser
las jornadas laborales por sobre lo actualmente convenido; no reconoce al
sindicato como único sujeto de derechos; establece una nueva fórmula de los
reemplazos en huelga, llamados servicios mínimos que deberán ser designados por
los propios sindicatos, algo irónico y absurdo, es decir los sindicatos deberá
proveer en caso de huelga trabajadores del sindicato para que den continuidad a
la empresa en su funcionamiento.
5. Cuál ha sido la demanda de los
trabajadores y del sindicalismo independiente y de clase en estos años:
Desregular las normas sobre negociación colectiva, de manera que sean las
partes, empleadores y trabajadores quienes resuelvan los medios para arribara
acuerdos. Avanzar hacia la Negociación Colectiva por rama, no existen razones para
no hacerlo, inclusive hemos planteado que sea gradual, los sectores económicos
de mayor rentabilidad debieran comenzar, en este caso, por ejemplo, el sistema
financiero; no hay razones para no hacerlo, ello, además ayuda a corregir la
tasa negativa que muestra Chile de distribución del ingreso. Evita que la
riqueza se concentre en pocos grupos económicos como ocurre en el país. Otra
demanda sentida, dice relación con la jornada laboral de 45 horas que es
demasiado extensa, una de las más largas del mundo, debiéramos avanzar hacia 40
horas como máximo; pero la reforma va en sentido contrario, al favorecer la
adaptabilidad, atenta contra ello.
Las leyes actuales se han
convertido en una camisa de fuerza para los trabajadores, el único que ha
ganado en estos 36 años ha sido el empresario, además, lo ha hecho vulnerando
otras leyes y eso explica la grosera concentración del ingreso de nuestro país.
En definitiva, los dueños de las
grandes empresas chilenas, no temen perder un poco de dinero, temen perder el
poder que les otorgó la dictadura mediante el Plan Laboral y el sistema
previsional y, para defenderlo, están dispuestos a recurrir a todos los medios.
Incluso, al del terror amenazando con las penas del infierno si se producen
cambios en beneficio de los más débiles.
Los trabajadores tenemos un solo
camino, organizarnos, unirnos y pelear por lo que consideramos justo, si no,
nadie lo hará por nosotros.
* Secretario General de la Confederación de Sindicatos de Trabajadores Bancarios y Afines (CSTEBA), y vocero del movimiento NO + AFP.
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