Elecciones en Bolivia

Posted by Nuestra publicación: on sábado, noviembre 08, 2014

06/11/2014

El M.A.S consigue su tercer mandato
ASR (CWI in Bolvia)


Finalizado el cómputo oficial, el gobierno de Evo Morales alcanzó la cifra del 60% que le permitiría mantener los dos tercios de la asamblea Plurinacional. Lejos quedó la oposición donde Samuel Doria Medina (UN) logró un 24%, y Tuto Quiroga (PDC) un 9%. Las otras dos opciones restantes del MSM y el Partido Verde no habrían alcanzado el 3% exigido por la Ley electoral para mantener la personería jurídica de sus siglas partidarias. El voto nulo y blanco alcanzaron el (…) mientras que ausentismo fue del 11%.

El M.A.S se confirma como árbitro nacional

A pesar de una leve disminución porcentual con respecto a las elecciones generales del 2009 (60% frente al 64%) los resultados marcan un cuadro político de reforzamiento de la hegemonía masista en el país. Por primera vez el gobierno logró una mayoría en las regiones del oriente (exceptuando Beni) que eran bastiones de la derecha autonomista, demostrando que el empresariado cruceño y la burguesía agro-industrial están satisfechos con el rumbo que lleva la política económica del país. Este avance masista es el resultado de una política de profundo acercamiento con la oligarquía oriental, que data desde los inicios del proceso pero que se profundizó en la última gestión. Lo demuestra la incorporación de sectores de la unión juvenil crucenista, el acercamiento con el alcalde de Santa Cruz Percy Fernández y el acuerdo con militantes del ADN (Partido del Dictador Banzer)
En el caso del occidente los resultados mostraron que el M.A.S mantiene una fuerte mayoría a pesar de la disminución de votos en comparación con las elecciones anteriores. La baja se da por un desgaste natural en las perspectivas de sectores que no ven una mejora real en sus condiciones de vida, pero ante la falta de una alternativa, prefieren seguir sosteniendo al gobierno.
De esta forma el M.A.S logra romper la mentada polarización que se vivió hace unos años con la llamada “media luna” del oriente y ahora se consolida como el gran referente nacional que asegura estabilidad social y económica dejando tranquila a una burguesía que apuesta por el modelo impulsado por el gobierno. Incluso la primera oposición representada por Doria Medina ya expresó su lógica de ser una oposición constructiva que tienda a fortalecer el rumbo del país.
Este bonapartismo Evista es sostenible gracias a que Bolivia mantiene un crecimiento sostenido de un 5% anual que le permite fabulosas ganancias a los sectores empresariales (terratenientes y bancos) y al mismo tiempo le da la capacidad de percibir una renta estatal para aplicar medidas de inversión y gasto público, junto con el mantenimiento de los bonos sociales.

Alianzas con la derecha y la perspectiva sombría para la clase trabajadora

La política bonapartista en un país de capitalismo atrasado como el nuestro solo es sostenible bajo cierto margen de maniobra que asegura una estabilidad o bonanza económica. La burguesía trasnacional (financiera) y local ha experimentado un fenomenal crecimiento en los años de gobierno masista, hecho que junto a la estabilidad social que asegura el M.A.S en el país han consolidado un clima de seguridad en las inversiones alabados por los propios organismos internacionales del imperialismo. Esta política pro-burguesa del gobierno puede ser sostenida gracias al impacto que ha generado entre sectores importantes de las masas que han visto una mejora leve en sus condiciones de vida, merced a las políticas asistenciales y el gasto en obras públicas.
Pero el cierre de un ciclo de crecimiento económico, que ya es visible notoriamente en países de la región como Brasil, Argentina, y Venezuela, puede empezar a visibilizarse también en Bolivia1 pero con el agravante de que la recesión aquí implicaría un fuerte golpe para las masas que no tolerarán volver a una situación de extrema pobreza (la línea divisoria entre ser pobre y no serlo es demasiado angosta, lo que una pequeña crisis puede implicar que grandes sectores de las masas vuelvan a la situación de antes y en perores condiciones)
Esto naturalmente hará que importantes sectores populares, particularmente la clase trabajadora que será la más afectada, tengan que salir a luchar contra un ajuste patronal y del Estado. Los márgenes de maniobra del gobierno se achicarán, y su rol de defensor de los intereses burgueses se hará más visible para las masas. El gobierno percibe esto, por eso intenta una búsqueda constante de fortalecer el aparato del Estado y al mismo tiempo tratar de controlar a todos los sectores organizados de la clase trabajadora y los campesinos.

La necesidad de luchar por la independencia política de los trabajadores

Frente a esta perspectiva los trabajadores tenemos una tarea muy importante que es la reagrupación clasista para combatir las medidas anti-obreras y anti-populares que el gobierno necesariamente va a realizar como parte de un paquete de ajustes tendientes a intentar hacer pagar la crisis a los trabajadores. Por tanto la lucha contra el gobierno es la lucha contra sus agentes al interior de los sindicatos, federaciones y la COB, que no es otra cosa que la burocracia vendida al oficialismo. Sin recuperar la independencia política de nuestros entes matrices para ponerlos al servicio de la lucha obrera, el gobierno y la patronal podrán fácilmente atacar al conjunto de los trabajadores con despidos en las empresas, flexibilizando de manera más brutal las condiciones de trabajo, haciendo recortes salariales, pisoteando los derechos laborales, manteniendo una ley de pensiones que condena a una renta miserable, aplicando un nuevo gasolinazo, atacando el salario vía la inflación, etc.
Esta lucha contra la burocracia debe estar conectada con la necesidad de que los trabajadores pongan en pie un partido político de la clase obrera que represente y defienda los intereses de los trabajadores y oprimidos. Solo la lucha política de los trabajadores y su partido revolucionario pueden frenar el ataque que preparan los capitalistas y el gobierno. Solo un gobierno de trabajadores y campesino pobres puede asegurar una vida digna para las grandes mayorías.