Brasil - ¿Fin del ciclo de poder del PT?

Posted by Nuestra publicación: on miércoles, septiembre 17, 2014

Al contrário de los últimos años, las elecciones brasileñas de octubre de 2014 estan marcadas por un fuerte elemento de incertidumbre. Esto resulta de la nueva situación política creada a partir de las movilizaciones de massas de junio de 2013, del agravamiento de la situación económica del país y del consecuente desgaste del Partido de los Trabajadores (PT) que va a completar 12 años en el gobierno federal.

André Ferrari (LSR, CIT-Brasil)

En este contexto, la muerte en accidente aéreo del candidato a presidente Eduardo Campos el dia 13 de agosto y la elección de Marina Silva como nueva candidata presidencial del PSB provocó un profundo reordenamiento en el  escenario electoral. Las posibilidades de una derrota del PT se volvieron mucho más concretas.

Campos fue ministro em el primer gobierno de Lula (PT) y gobernador del estado de Pernambuco. Fue también presidente del PSB (Partido Socialista Brasileiro), un partido burgués que apoyó a los gobiernos del PT, pero que también se coaligó con la derecha neoliberal en varios estados, como es el caso de São Paulo donde participa del gobierno derechista del PSDB (Partido de la Socialdemocracia Brasileña).

El año pasado, Campos y el PSB se separaron del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff (PT) y optaron por apostar por la construcción de una tercera vía electoral en relación con la tradicional polarización entre el PT y el PSDB que se repite desde 1994.

Sin embargo, frente al choque entre Rousseff (PT) y el ex gobernador del estado de Minas Gerais Aecio Neves (PSDB), el PSB tenía posibilidades remotas y se presentaba más como una inversión para el futuro. Con su muerte y el nombramiento de Marina Silva como candidata, el panorama cambia radicalmente.

¿Quién es Marina Silva?

Marina Silva tiene una historia de izquierda, con actuaciones en la CUT (Central Unitaria de Trabajadores) y el PT desde la década de 1980 en la región del Amazonas junto a  líderes ecologistas de izquierda internacionalmente reconocidos como Chico Mendes, asesinado a instancias de los propietarios de tierras en 1988.

Más recientemente, Marina fue ministro de Medio Ambiente en el gobierno de Lula desde 2003 hasta el 2008, cuando rompió con el gobierno y, finalmente, se unió al Partido Verde (PV) para competir en las elecciones presidenciales de 2010, en estas elecciones obtuvo el tercer lugar, pero con rendimiento óptimo, obteniendo 19,33%, casi 20 millones de votos.

Marina más tarde decidió construir su propio partido político, aglutinando políticos viniendo de derecha a izquierda, del PSDB al propio PSoL, y miembros de ONG. Bautizado "Red de Sostenibilidad",  esta nueva formación, sin embargo, fracasó en obtener el registro legal para competir en las elecciones de 2014.

Por lo tanto, Marina hizo un trato con Eduardo Campos y se unió con todo su grupo al PSB. Según el acuerdo, a pesar de su peso electoral mayor que el de  Campos, Marina solo sería candidata a vicepresidente en la fórmula encabezada por él.

Marina Silva rompió con el PT por la derecha, a pesar de mantener una imagen que conserva algo de su pasado izquierdista. Como candidato presidencial en 2010 hizo un discurso de reconciliación nacional, alegando aprovechar el lado bueno tanto del PT como del PSDB. Defendió la esencia de la política económica neoliberal (la estabilización monetaria, según ella), aprobada por el ex presidente Fernando Henrique Cardoso en 1990, Marina también defendió las políticas sociales de Lula. Sus críticas se centran  más en la gestión actual del PT con Dilma Rousseff.

Gran parte de los votos Marina no vienen  de su profesión de fe neoliberal, si no de su imagen de alguien de fuera del sistema político tradicional. Su preocupación ambiental y su pasado izquierdista ayudaron a construir este perfil. Otra parte sustancial de su apoyo, no obstante, vino de los sectores más conservadores de la sociedad brasileña. Siendo evangélica y contraria de muchas banderas de la lucha contra la opresión de las mujeres, LGBT, Marina canaliza gran parte del voto religioso más reaccionario.

Cuando estallaron las luchas de masas en junio de 2013, aumentó el espacio para una alternativa a la polarización entre el PT y el PSDB y el nombre de Marina fue ganando fuerza entre los sectores descontentos. Sin la candidatura de Marina, muchos de estos sectores tienden al voto nulo, abstenerse de votar en estas elecciones o incluso al voto de izquierda socialista, representado en estas elecciones en la candidatura de Luciana Genro del PSoL. Con la candidatura de Marina confirmada, la situación cambia. Ella puede canalizar gran parte de los votos de la oposición, sea por la derecha como también por la izquierda.

Las encuestas de opinión indican ahora, a principios de septiembre, la consolidación del crecimiento de Marina Silva que ya empata con Dilma Rousseff (35% a 34%). Aecio Neves, el candidato del PSDB y de la derecha tradicional, perdió apoyo, y llega ahora al 14% de los votos. Si se confirma, este escenario apunta a una segunda vuelta disputada entre Dilma y Marina. Sería la primera vez que el PSDB no gana una elección o disputa la segunda vuelta en 20 años. Si esta segunda vuelta fuera hoy la investigación indica que Marina Silva, derrota  a Dilma por un margen pequeño.

En el escenario, aunque aún no está definido, Dilma disputa la reelección y lleva ventaja por eso en un sistema político viciado y marcado por el abuso del poder económico, el intercambio de favores, etc. Además de detentar el control de la maquinaria estatal, el PT posee redes y estructuras de apoyo partidario estaduales más fuertes y tiene mucho más tiempo para la propaganda electoral obligatoria en la televisión. Sin embargo, es la primera vez que el PT se encuentra en grave peligro de perder la presidencia desde que en 2002 ganó las elecciones.

Crisis y agotamiento del ciclo del PT

¿Cómo se explica un cambio tan radical en um escenario antes visto por muchos como la reelección casi garantizada de Dilma Rousseff?

Tras el impacto inicial de la crisis internacional que hizo que el PIB de Brasil tuviera un crecimiento negativo del 0,3% en 2009, la economía brasileña ha logrado escapar de las consecuencias más agudas que azotaron Europa y los EE.UU.. A pesar de que en promedio más bajos que en otros países latinoamericanos y llamados emergentes, el PIB en 2010 alcanzó un crecimiento del 7,5%. Esto hizo que Lula pudiera transferir su apoyo popular para un candidato casi desconocido, su ministro Dilma Rousseff.

El gobierno de Dilma, sin embargo, estuvo marcado por un creciente deterioro de las bases económicas que garantizaban una cierta estabilidad y apoyo al PT en el gobierno. El crecimiento económico está ahora muy por debajo de los dos mandatos de Lula. De 2003 a 2010, Brasil creció en promedio un 4%. En la gestión de Dilma (a partir de 2011), el promedio debe ser de 1.8%, el más bajo desde el gobierno de Fernando Collor de Mello, con una crisis de gobierno que finalmente fue derrocado por un movimiento de masas en 1992.

El bajo crecimiento ocurre mientras que la inflación crece, alcanzando más a los trabajadores. En un primer momento, el gobierno de Dilma trató de adoptar políticas para estimular el crecimiento, incluyendo la reducción de los tipos de interés básicos y una política de exenciones fiscales a los sectores de la empresa.

Sin embargo, no logró revertir la tendencia de estancamiento económico en que los pilares del modelo económico de Lula ha llegado a su límite. La exportación de los productos primarios se ve afectada por la crisis mundial que esta vez también afecta al mercado asiático. El mercado interno ampliado con la política de crédito también llegó a su límite con los hogares más endeudados.

Ante el crecimiento inflacionario, la falta de las cuentas públicas y la presión del mercado financiero, el gobierno de Dilma cambió el rumbo de la política económica y allanaron el camino para las altas tasas de interés y los recortes de gastos difíciles. El resultado es que Brasil esta ahora técnicamente en recesión tras dos trimestres consecutivos de contracción del PIB.

Sin crecimiento en un año, las inversiones en la economía cayeron un 5,3% entre abril y junio de este año. Este índice representa la mayor caída desde el primer trimestre de 2009, en el apogeo de la crisis global. El cero en las perspectivas de crecimiento para el 2014, se hace cada vez más concreto.

 La Copa del Mundo en sí, por el contrario al caso de la movilización social, se presentaba  como un factor importante para estimular el crecimiento de la economía, no ha tenido ese papel y ahora comenzó a ser utilizado por el gobierno como una excusa para el bajo crecimiento en 2014.

La industria, en particular la industria del automóvil, es la más afectado por la crisis del sector. Esto se debe tanto por la disminución del mercado interior, como también debido a la crisis en países como Argentina, un gran importador de automóviles fabricados en Brasil. Los fabricantes de automóviles en Brasil pronostican una caída del 10% en la producción de este año. Esto ocurre después de nueve años de crecimiento ininterrumpido. Este escenario está empezando a causar despidos. Llegan a seis mil puestos de trabajo cerrados desde el comienzo del año y siete mil trabajadores colocados en suspensión temporal (layoffs) o parados.

El fin del pacto social "Lulista"

Incluso  respondiendo a las demandas del mercado financiero, elevando las tasas de interés y promoviendo más recortes, la inflexión en la línea económica no impidió el empeoramiento de las fisuras entre las fracciones de la clase dominante que han apoyado el gobierno Dilma.

Parte de las empresas y los bancos perdieron el entusiasmo que tenían con los gobiernos del PT en la última década. Estos sectores saben que el año 2015 tendrá que ser, desde su punto de vista de clase, el de un brutal ajuste de la economía con recortes y ataques a los trabajadores y comienzan a cuestionar la capacidad del PT en la implementación de esta política.

La clase dominante ve agotarse cada vez más el gran éxito del "lulismo" en los años anteriores que fue la capacidad de forma temporal y en un contexto nacional e internacional muy específico, de implementar un verdadero pacto social en el país entre la gran burguesía y los sectores más pobres de la población.

Las condiciones para que eso se mantiviera se acabaron definitivamente como quedó claro en las jornadas de lucha de 2013. Esta es la gran explicación detrás de esta impresionante movilización de masas.

No se trata solo del empeoramiento de la situación económica y la incertidumbre sobre el futuro, sino también la manifestación de insatisfacción en relación con las contradicciones por el modelo "Lulista".

El llamado pleno empleo es en realidad subempleo ultra-precario y mal pagado. El consumo a crédito de electrodomésticos y automóviles conviven con la ausencia de saneamiento básico y centros de salud y escuelas públicas minimamente adecuados para atender a la población. El colapso de las condiciones de vida en las grandes ciudades se manifiesta en la crisis de la movilidad urbana, en la cuestión de la vivienda y la violencia cotidiana.

La incapacidad del sistema político para absorber las demandas populares creó un rechazo masivo hacia los políticos y los partidos tradicionales. Todo esto en un momento en que las alternativas de izquierda auténticas todavía no se mostraron a la altura de canalizar este descontento.

Estos factores llevaron a la movilización del pasado año y explican las contradicciones del propio movimiento. En este contexto post-jornadas de junio de 2013, las encuestas ahora indican que alrededor del 80% del electorado quiere cambios, un número solo comparable a 2002, cuando Lula ganó las elecciones derrotando al candidato apoyado por el presidente Fernando Henrique Cardoso del PSDB. Gran parte de la juventud y los trabajadores, especialmente en las grandes ciudades, buscan una alternativa o simplemente reaccionan con escepticismo al proceso electoral.

A pesar de esto, el PT aún mantiene uma base electoral importante especialmente entre los sectores de más edad, que viven en las ciudades menores del interior y los más pobres que experimentaron una cierta mejora en años anteriores a partir de los programas de bienestar, incluso aunque estos programas fueron adoptados a partir de una concepción neoliberal.

El programa Bolsa Familia, por ejemplo, es una política asistencial focalizada y no se revierte en una política estructural de puestos de trabajo e ingresos decentes. El programa  de acceso a las universidades pagadas (PROUNI) se dio repartiendo dinero público a empresas privadas de muy baja calidad educativa. El programa de vivienda "Mi Casa Mi Vida", según ha informado MTST (Movimiento de los Trabajadores Sin Techo) está al servicio de las grandes empresas constructoras y está muy lejos de satisfacer la demanda popular por una vivienda digna.

Aún así, existe el temor de que una victoria de la derecha tradicional represente un retroceso incluso de estas políticas muy limitadas y contradictorias. Es en este miedo que se basa la campaña de Dilma Rousseff.

El verdadero significado de Marina Silva

En la lucha por debilitar a Marina Silva, el candidato del PSDB Aecio Neves intenta diferenciarse por la derecha. Resalta las criticas de Marina al agronegocio en nombre de la defensa del medio ambiente y su antigua relación con los gobiernos del PT, incluyendo su omisión ante los casos de corrupción.

Dilma, a su vez, repite la costumbre del PT de usar retórica de izquierda unos pocos meses en la víspera de las elecciones para después gobernar durante cuatro años con políticas derechistas. La campaña del PT ataca cínicamente a Marina cuestionando su relación con ex ministros y economistas vinculados a los gobiernos del PSDB y sus posiciones contrarias a los derechos de las personas LGTB y las mujeres.

Marina Silva, a su vez, se presenta como representante de la lucha contra la "vieja política" y volvió a abrazar algunas de las consignas planteadas en protestas en junio de 2013 es el caso de la bandera de "pase libre" en el transporte, pero sólo para los estudiantes de escuelas públicas.

También dicen que ellos son los únicos capaces de colocar en la oposición, como un ejemplo, el ex presidente José Sarney, político oligárquico reaccionario que apoyó y participó en todos los gobiernos desde el golpe de 1964 y en la actualidad apoya al gobierno del PT.

Al mismo tiempo, Marina tiene una prioridad hoy: ganar la plena confianza del gran capital. Para ello, se rodeó de economistas neoliberales y una heredera del mayor banco del sector privado como asesor especial y adoptó un programa económico en algunos aspectos incluso más a la derecha que Aecio Neves.

Su programa defiende explícitamente la independencia institucional del Banco Central y el llamado "trípode macroeconómico" (estrictas metas de inflación, una tasa de cambio flotante y el rigor fiscal) que se convirtió en el mantra del mercado financiero. En cuanto a la privatización, dice que implementará sin limitaciones la política de colaboración público-privada (PPP), que también implementa el PT, pero lo hace con vergüenza.

Se negaron cualquier resquicio de duda antes planteadas por Marina con respecto a las nuevas centrales hidroeléctricas que estan siendo construídas en la región amazónica (Belo Monte, Jirau, Santo Antonio) y que destruyen el medio ambiente y atacan las poblaciones originarias. Del mismo modo, Marina pasó a defender explícitamente la agroindustria.

De hecho, ella repite la postura adoptada por el PT en el pasado buscando "ser más realista que el rey" para apaciguar a las grandes empresas. Y está teniendo éxito. Los mercados de valores se recuperaron en las últimas semanas con el "efecto de Marina", y varios representantes de los bancos ya asumen "el mercado Marina" y ven su candidatura con total comodidad.

Esto no quiere decir que el gran capital no trabaja con la hipótesis de la reelección de Dilma. De hecho, los bancos y las grandes empresas estan relativamente tranquilos en relación com los tres primeros situados en las encuestas. Su principal preocupación se relaciona con la nueva relación de fuerzas creada a partir de junio 2013, que coloca obstáculos a la política de ajuste duro que cualquiera de los tres tendrá que poner en práctica en el próximo período.

Las empresas de consultoría en el mercado financiero han analizado que la votación por la oposición no significa necesariamente un voto por la salida de derecha. Incluso votar Aecio Neves sería en parte un voto contra Dilma y no por las políticas neoliberales identificadas con el PSDB. Lo mismo ocurre con Marina. Esto les suscita la preocupación que cualquier gobierno que se elegirá tendrá mucha dificultad para adoptar medidas difíciles necesarias para atender a los intereses del gran capital.

Alternativa de izquierda

El socialismo brasileño salió de las movilizaciones de junio con más fuerza y  base social. Esto refleja la tendencia de crecimiento del PsoL en estas elecciones a pesar de toda su crisis interna y los errores cometidos por su dirección mayoritaria.

En Río de Janeiro el PSol es hoy un partido con influencia de masas, presente en las luchas sociales y con el peso electoral correspondiente. En otros estados, de forma desigual, el partido es también un factor y debe tener un cierto crecimiento.

Pero, en general, la izquierda militante y los movimientos sociales no aprovecharon a fondo las oportunidades creadas con las protestas en junio de 2013 A pesar de la enorme ola de huelgas que siguió a las jornadas de junio y marcó la segunda mitad de 2013 y los meses antes de la Copa del Mundo, celebrada en junio de 2014; no hubo una unificación consciente de las luchas y la construcción política de un espacio unitario de acción para la unión y lucha del movimiento popular.

Las huelgas de maestros en varios estados, de los trabajadores públicos de saneamiento en Rio y varias ciudades, de la carretera en Río y Sao Paulo y otras regiones, de las universidades estatales de São Paulo y, especialmente, las luchas de los sin techo y la huelga histórica del metro en Sao Paulo, podrían haber creado las condiciones para la participación de otros sectores y la construcción de una huelga general de 24 horas.

Pero la falta de un centro de coordinación de las luchas dio paso a la fragmentación y esto, junto con la Copa Mundial, abrió el camino para una reacción de los gobiernos y los empleadores. La represión fue particularmente intensa durante los días de la Copa, con ataques a las manifestaciones, el acoso y el despido de dirigentes sindicales, la intervención judicial de sindicatos y la detención arbitraria de activistas como no se veía desde la dictadura militar. Para reprimir, el gobierno federal actuó de la mano con los gobiernos estatales del PSDB, como en el caso de São Paulo.

Aún así, los gobiernos y los patrones no han logrado revertir el clima general de insatisfacción y la voluntad de luchar. Más temprano que tarde, se mostrará de nuevo en las calles.

En el proceso electoral, este ambiente se podría reflejar con mayor intensidad si la izquierda se hubiera presentado unificada en las elecciones. Para la elección presidencial, cada uno de los tres partidos que formaron el Frente de Izquierda en 2006 (PSoL, PSTU  y PCB) presentó su propio candidato.

En PSol, el nombre elegido para ser candidato, seriamente cuestionado por la base del partido, fue  el senador Randolfe Rodrigues, del ala más derechista del partido. Randolfe, sin embargo, renunció a su candidatura y está con un pie fuera del PSoL y puede salir en cualquier momento. Esto abre una crisis interna en el sector mayoritario del partido y cambia la relación de fuerzas interna abriendo espacio a la izquierda del partido, a pesar de sus contradicciones.

Con la renuncia de Randolfe, el nombre elegido fue la ex diputado Luciana Genro, pre-candidato que se presentó contra Randolfe internamente con el apoyo del Bloque de Izquierdas de PSoL.

La campaña de Luciana Genro del PSoL

La campaña de Luciana Genro ha asumido el método de lucha y las banderas levantadas en junio de 2013 y está claramente identificada con esas movilizaciones y las que han seguido, convocando la participación de los trabajadores, los sin casa, estudiantes, etc

El programa electoral de Luciana y el PSoL plantea la necesidad de una auditoría y la suspensión de pagos de la deuda pública, com objeto de invertir masivamente, junto con una "revolución tributaria" que haga tributar a las grandes fortunas. Plantea además el control público sobre las áreas estratégicas de la economía, como el sector de la energía y también la reversión de la privatización hechas por los gobiernos anteriores.

El programa aboga por una reforma política, por mecanismos de democracia directa, la revocabilidad de los mandatos y el fin de la financiación de las campañas por las grandes empresas.

El programa también plantea la necesidad de una reforma agraria, cero aranceles sobre el transporte, una mayor inversión en la educación y la salud pública y la vivienda asequible. Por otra parte, asume el combate contra la homofobia y el racismo, los derechos de las mujeres, incluyendo la legalización del aborto, rompiendo el monopolio de los medios de comunicación y el control social sobre ellos. También habla en contra de la criminalización de la pobreza y los movimientos sociales, la desmilitarización de la policía y el final de la guerra sobre la política de drogas con medidas que incluyen la despenalización de la marihuana.

Incluso, lamentablemente, sin hacer hincapié en puntos como la nacionalización de los bancos con control de trabajadores y explícitamente señalar el socialismo como una alternativa, el programa asume gran parte de las banderas de los movimientos sociales militantes y juega un papel progresista.

Un punto negativo importante en la campaña fue el hecho de que el actual candidato a gobernador de Rio Grande do Sul, Roberto Robaina, con el apoyo del sector mayoritario del partido, decidió aceptar una contribución financiera de una gran empresa minorista con ramificaciones en el negocio agroindustrial y financiero. Esto causó un gran rechazo y protesta de los sectores de las bases del partido, incluido la LSR.

Sin embargo, la campaña sigue una ruta será mucho más a la izquierda de lo que sería con Randolfe y ha jugado un papel importante en el proceso electoral. En los debates en la televisión y en la campaña general, Luciana Genro demuestra el papel de Marina Silva como "duplicadora del PSDB" y presenta a los candidatos PT, PSDB, y los tres PSB como gemelos siameses.

No obstante, el boicot de los medios de comunicación a la campaña de PSoL y limitaciones de la estructura en una disputa electoral que moverá miles de millones de dólares - se estima que se gasta en las campañas el equivalentes a tres Copas del Mundo - dificulta la tarea del PSOL. Las ilusiones en Marina Silva también dificultan el desempeño del partido que, aún así, debería duplicar o incluso triplicar el número de diputados, que ahora son sólo tres.

LSR y las luchas en la campaña electoral

LSR intervino sistemáticamente en las manifestaciones de junio de 2013 y en las luchas y huelgas que siguieron, siempre defendiendo la unidad de los movimientos en la lucha, proponiendo la celebración de una reunión nacional y la preparación desde la base de una huelga general de 24 horas.

En la situación posterior al Mundial de la Copa, con mucha más represión, nuestra propuesta de una jornada nacional de lucha por el derecho a pelear por más derechos se aprobó en varias áreas de la organización del movimiento, como la central combativa CSP-Conlutas, el congreso de metalúrgicos de Minas Gerais y el Encuentro Nacional de Educación que reunió más de tres mil educadores y estudiantes en Río. La expectativa es que ese día de la movilizaciones unificadas suceda en la segunda quincena de octubre.

En las elecciones, aunque presentando candidatos en seis estados, la LSR está priorizando la actuación en dos estados. En Rio Grande do Norte, un estado en el noreste de Brasil fuertemente marcado por las movilizaciones populares y de la juventud, el candidato a gobernador del PSoL es el compañero Robério Paulino, militante de LSR y veterano militante de la izquierda socialista de Brasil desde finales de los años 1970.

A pesar de todos los obstáculos con una campaña militante y sin recursos y que está en contra de todas las oligarquías regionales que por décadas tienen el poder en el estado, hay espacio para una alternativa de izquierda consecuente. Esto ha sido claro en el apoyo manifestado entre la juventud y los sectores más organizados de los trabajadores. Todo esto a pesar de la confusión generada por la división de la izquierda en el estado, en el que el PSTU también decidió presentar una candidatura propia.

En Río de Janeiro, la LSR centra el fuego de la campaña PSoL en dos de nuestros aliados dentro de la organización, el compañero Paulo Eduardo Gomes, candidato a diputado federal, y Renato, candidato a diputado estatal. Ambos son los concejales más votados en Niterói y tienen una verdadera oportunidad de ser elegidos. Además de trabajar con su colectivo "Reacciona Socialista", junto con LSR en Brasil, Paulo Eduardo estrechó la relación con el CIT desde el año pasado, cuando participó en varias actividades de nuestros camaradas en Gran Bretaña, Irlanda y Bélgica y hoy reivindica el trabajo internacional realizado por el CIT.

El logro de estos escaños parlamentarios en Río de Janeiro puede ser un gran paso para la lucha de los trabajadores y el fortalecimiento de la alternativa marxista revolucionaria que la LSR busca construir en Brasil.