¿Cómo evitar un “formulismo ” en la reforma educacional?

Posted by Nuestra publicación: on jueves, agosto 21, 2014

Carlos Ilich


Durante julio, el Gobierno mantuvo, aunque con creciente dificultad, la iniciativa, lo que desfavorece la posibilidad de que se cumplan las demandas del movimiento estudiantil, los trabajadores, los pueblos castigados de las Regiones.
Mantiene entonces la iniciativa, como puede verse con el avance de las reformas anunciadas; con una intensa discusión, pero en las alturas del régimen, aunque tensionándose el ambiente político; con la embestida de la derecha que realizó una movilización en defensa del negocio de la educación particular subvencionada iniciando una divisoria en sectores de las capas medias y populares; con el  ritual de la reforma tributaria firmado entre la Nueva Mayoría y la derecha, aunque mostrando su camino de moderar las ya moderadas reformas. Lo que comenzó a hacer una  experiencia práctica y a la vez para millones, de los límites de las prometidas reformas, abriendo la posibilidad de un giro abrupto: de volver a retomar los métodos de la lucha de clases para conquistar las demandas.
Como límite a esta posibilidad que se vuelve a abrir, está el hecho de que, a la vez que hubo movilizaciones impulsadas por la derecha, y anuncios de que con estas ya lograron sin “café con galletas” en ningún “living” impugnar la reforma educacional, las dirigencias del movimiento estudiantil no convocaron a ninguna movilización, y sí anunciaron su participación en los Diálogos Ciudadanos del Gobierno.
Ahora anunciaron movilizaciones para el mes de agosto. El Gobierno, pretende cerrar filas tras sus reformas, aunque está carcomido por divisiones, con los “matices” de la DC y además con el PPD que habló de “retroexcavadoras” pero que fue su senador el que firmó el “protocolo” tributario con la derecha, y con el PC que realiza el esfuerzo para que entre los trabajadores y los estudiantes no surjan luchas por sus demandas sino que se apoye al Gobierno. Todos caminos que llevan a un nuevo “protocolo”, esta vez en la educación. Entonces, si se anuncian nuevas movilizaciones, hay que retomarlas armados de algunas lecciones inmediatas. 
No estamos de nuevo en los ’90: la prueba de fuerza es en las calles
Las “galletas” del Ministro de Hacienda Arenas con la derecha que culminaron en el “ ritual” tributario que mantuvo los privilegios de los empresarios, encendió las alarmas: parece que se vuelve a la democracia de los consensos con la derecha vetando todo, aunque hayan pedido, y obtenido, un “Parlamento para Bachelet”. Pero no hay vuelta a los ’90: la lucha de clases es el mar de fondo y un giro abrupto puede producirse en forma repentina en cualquier momento; cuándo, con qué formas, con qué ritmos, está abierto.
El problema, es que a quien se ve ofensiva es a la derecha. Hicieron su movilización en 7 comunas. No importa si movieron menos (¡mucho menos!) que los casi 100.000 que movieron los estudiantes el 8-5 y el 10-6, o los profesores el 25-6. Lo que importa es que la derecha proclama que así forzará la imposición de su defensa de los privilegios de los empresarios de la educación y la Iglesia. No hay que subestimarlo: se comienzan a dividir sectores de las capas medias y populares, por derecha, y a activarse. Movidos con engaños, como las cartas amenazantes de “sostenedores” avisando que o cerrarán o aumentarán aranceles.
¿Quieren ir a un choque en las calles? No, quieren presionar para imponer otro “ formulismo”. ¿Cómo evitarlo?
Una fase de discusiones y definiciones
En lo inmediato, se abre una fase de discusiones y definiciones de los temas donde se juega mucho del Gobierno y de toda la situación: la reforma educacional, y la reforma laboral. Sentar posiciones, re-afirmar las demandas, agrupar nuevamente las fuerzas y ponerlas en movimiento, está planteado.
Las discusiones serán primeramente en el Parlamento. Intentarán que de allí no salga. Difícilmente sea posible.
Lecciones para retomar las movilizaciones
Para evitar un nuevo protocolo, hay que frenar la embestida de la derecha. Desde el Gobierno buscan cerrar filas detrás suyo. Los diputados de la llamada “bancada estudiantil” (Izquierda Autonoma, JJCC, Revolución Democrática) hacen de consejeros de Eyzaguirre: que busque aliados en “los movimientos sociales”, no en los defensores de lo establecido. Para agrupar las fuerzas detrás del Gobierno, se abrieron los Diálogos Ciudadanos, con promesas irrelevantes que la dirigencia mayoritaria del CONFECH (Nueva Acción Universitaria/NAU, Frente de Estudiantes Libertarios/UNE, Unión Nacional Estudiantil/UNE), aceptó; además de anunciar “mesas de diálogo pre-legislativas” que también aceptaron. ¿Se puede frenar la embestida de la derecha encolumnándose detrás del Gobierno? Ya mostró en el “ceremonial ” tributario hasta donde está dispuesto a llegar. Hablan, eso sí, de nuevas movilizaciones.
Pero hay que sacar lecciones, para retomar las movilizaciones. De mínima y en forma inmediata: que los acuerdos moderadores no responden a las demandas; que nuevas alianzas de clase se están formando y se preparan para el choque; que las dirigencias burocráticas son una traba. Hay que reunir las fuerzas, unitariamente, de todos quienes están dispuestos a ir hasta el final en la lucha por las justas demandas puestas por la lucha de clases de terminar con todas las calamidades heredadas de la dictadura: la educación de mercado, la salud de mercado, el Código laboral de la dictadura, la Constitución de la dictadura.
Para esto, es necesario avanzar en los caminos de unidad en la lucha, la unidad obrero-estudiantil, y con la izquierda, de lucha y combativa. Se debe dar un paso más: llamar a poner en pie organismos de democracia directa para la lucha. Para que no dicten treguas a su antojo, para que no firmen nuevos protocolos a nuestras espaldas.

Para conquistar algo, tenemos que volver a ir por todo
Las demandas las impondremos con los métodos de la lucha de clases
Por la unidad de trabajadores y estudiantes

Hay que evitar las trampas del Parlamento binominal, de las leyes anti-obreras y anti-populares, de los parlamentarios millonarios, de los consensos y los matices. Hay que frenar el avance de la derecha en las calles. Hay que prepararse para las próximas batallas.
Sólo con los métodos de la lucha de clases podremos imponerle nuestras demandas al Gobierno que retrocede moderando sus ya moderadas reformas.
El movimiento estudiantil, debe luchar por la unidad con las fuerzas de la clase trabajadora. Romper la tregua, ir por todo, con sus pisos mínimos intransables.
Para conquistar algo, tenemos que volver a ir por todo.