La Crisis que hace Ricos a los más Ricos

Posted by Nuestra publicación: on sábado, julio 19, 2014


La Crisis que hace Ricos a los más Ricos
El día martes 10 de Junio, en la página 44 del diario Financiero, se lee lo siguiente: “Riqueza privada en Chile aumentó 6,5% a casi US$ 343 mil millones (de dólares) en 2013”, esta riqueza privada es definida como “activos líquidos invertibles que incluyen los fondos de pensión y excluyen activos inmobiliarios y participaciones controlantes en compañías[1]

Lo primero que debemos entender es que los “activos líquidos invertibles” son: “saldos mantenidos en cuentas bancarias, certificados de depósito, fondos mutuos, acciones y bonos. Los contratos de seguro con un valor en efectivo se consideran también como activos de inversión, como los fondos depositados en cuentas de jubilación[2]”, todo lo antes mencionado son formas de acumulación de riqueza que se pueden vender con mucha rapidez.

Pero estos famosos “activos líquidos invertibles”, como se expone NO consideran los “activos inmobiliarios y participaciones controlantes en compañías”, ya que si hubieran sido considerados, el aumento de la riqueza privada hubiera estado por sobre el 15%.

El mismo artículo, asegura que Chile ha sido uno de los países de la región (América) que ha tenido un crecimiento más consolidado de la riqueza, la que se ha traducido en que 7.700 familias chilenas tengan “activos líquidos invertibles” superiores a $1 millón de dólares, y que en conjunto estas familias concentren cerca de $90 mil millones de dólares, pero de estas 7.700 familias existen unas 60 familias que poseen una riqueza mayor a $100 millones de dólares, con un patrimonio acumulado nada despreciable de $60 mil millones de dólares.

Por el lado opuesto, encontramos que 4.249.995 (cuatro millones doscientas cuarenta y nueve mil novecientas noventa y cinco) familias chilenas tienen entre 0 y 0,1 “activos líquidos invertibles”, lo que quiere decir nada, también existen las familias de clase media que son 359.022, y que tienen “activos líquidos invertibles” por un valor de 0,1 y 0,25 millones, además en Chile, también tenemos a la clase media alta, las que son 39.314 familias que poseen “activos líquidos invertibles” de 0,25 a 1 millón.

El tema es que del total de 4.656.000 (cuatro millones seiscientos cincuenta y seis mil) familias que existentes en nuestro país, sólo 60 de ellas, que representan menos del 0,01% de la población se quedan con toda la riqueza que produce nuestro trabajo, y con la riqueza expresada en las materias primas que supuestamente son propiedad de la nación. Sí, podríamos decir que Chile es la nación de sólo 60 familias, y el resto somos el arroz, ya que servimos para puro acompañar al filete jejejeje.

Lo antes expuesto, lo podemos complementar con otra información, que hace referencia a uno de los negocios más lucrativos de Chile y el mundo, el negocio bancario. El mismo diario Financiero, en la página 20, presenta un cuadro resumen en que se lee: “Resumen de Utilidades de Bancos Bajo Cobertura[3]”, que muestra el nivel de ganancias comparativas entre el mes de abril de 2013 y el mismo mes de 2014, utilidades de un conjunto de bancos nacionales, es así como se establece que: el Banco de Chile al comparar las ganancias del mes de abril de 2013 y el de 2014, se observa que obtuvo una utilidad de un 8% más, algunos podrán asegurar que una ganancia de 8% al mes no es mucho, pero las utilidades del Banco BCI en el mismo periodo suman un 76,5%, por su parte CorpBanca en el mismo mes obtuvo utilidades por un 57,5% y el Banco Santander logró utilidades de 46,4% superiores para el mismo periodo.

Al constatar que la riqueza privada de las 60 familias más ricas del país  ha aumentado sistemáticamente, al igual que la ganancia de los Bancos, nos cabe la siguiente pregunta, ¿Dónde está la famosa crisis económica que ha desangrado al mundo y nuestro país?, o ¿A quién afecta directamente el proceso de desaceleración económica que hoy día está viviendo Chile?, incluso más ¿Quién pagará los platos rotos del bajo crecimiento económico del país? Los que pagan las consecuencias de las crisis mundiales, de la desaceleración económica y del bajo crecimiento del país, son siempre los mismos, nuestro pueblo y los trabajadores.

¿Cómo es que los trabajadores y el pueblo son siempre los que pagan los platos rotos?

La respuesta es muy sencilla, son los trabajadores y el pueblo, los que a pesar de las crisis, la desaceleración y la baja del crecimiento económico, siguen produciendo riqueza por medio de su trabajo, ejemplificado en la producción agrícola y marítima, en el trabajo industrial y el comercio, en la explotación y producción minera, en el transporte y la producción de energía etc., ya que a pesar de las crisis, la desaceleración y la baja del crecimiento económico, los obreros siguen produciendo. Por lo tanto, no debemos olvidar, que el capital y la riqueza no es nada más que el trabajo acumulado realizado por los trabajadores, el cual es apropiado por los empresarios, y en este caso por 60 familias chilenas y 36 grupos económicos.

La información, antes expuesta, sólo viene a confirmar que Chile, es el país con las mayores desigualdades respecto de los ingresos entre ricos y pobresdato confirmado por la OCDE.

Frente a esta información, se comenzarán a escuchar los gritos del descontento, contra el gobierno, contra la concertación, contra Piñera, contra el sistema capitalista, en definitiva contra todos. Frente a dichos gritos de descontento, debemos ser honestos y transparentes, por lo tanto, no podemos condenar a una persona en particular, en este caso a Piñera, ya que nuestro ex presidente no hizo más que administrar un modelo político económico y social instalado por los neoliberales o neoconservadores, quienes coaptaron y corrompieron a los que decían luchar por nuestro pueblo, por tanto, el modelo de acumulación estaba ya impuesto antes de que Piñera asumiera el cargo de presidente.

¿A quién debemos culpar entonces?

La respuesta es muy complicada, ya que por un lado, los procesos de acumulación de riqueza son realizados por los empresarios, quienes ven facilitado dicho proceso gracias a que son los propietarios del Estado, el que propone y promulga leyes destinadas a proteger, asegurar y aumentar la propiedad privada de la clase social dominante, en este caso la rancia oligarquía, por lo tanto, no podemos esperar que ellos, la clase dominante, esté al servicio del pueblo y los trabajadores, todo lo contrario, su función es dominarnos, controlarnos, explotarnos y apropiarse de la riqueza que genera nuestro trabajo.
          
Por otro lado, nos encontramos nosotros, las fuerzas políticas de izquierda, que decimos y postulamos querer cambiar todo, pero en la práctica no cambiamos nada. Nosotros, las fuerzas revolucionarias, a diferencia de la rancia oligarquía, postulamos la transformación de la sociedad, establecemos la consagración de los derechos, perseguimos la socialización de los medios de producción, luchamos por la justicia social, en definitiva proponemos la construcción del socialismo, por lo tanto, somos nosotros los responsables de motivar, generar, establecer y conducir los procesos de transformación social, políticos y económicos, y si en nuestro país ello no sucede, por ningún motivo es responsabilidad de la rancia oligarquía, por el contrario, es responsabilidad de la izquierda revolucionaria.

¿Por qué la izquierda no está haciendo la pega que le corresponde?

Las respuestas son múltiples, y una de ellas es que las fuerzas políticas revolucionarias han caído en el desamparo, que establece que es imposible cambiar radicalmente lo existente, por lo tanto, independientemente lo que haga, no obtendrá los resultados esperados. Este desamparo, ha generado una conciencia disociada de la responsabilidad, esto quiere decir, que las fuerza políticas de Izquierda no asumen la responsabilidad de sus actos, acción que se confirma en el momento en que estas mismas fuerzas responsabilizan a nuestro pueblo por la situación y el modelo político existente en nuestro país, olvidando el hecho básico que establece, que un simple poblador educado por el neoliberalismo, no se puede transformar en un revolucionario sólo por el hecho de ser pobre, es como esperar que un trabajador, sólo por el hecho de serlo, se transforme en un revolucionario que establezca la construcción del socialismo.

La conciencia disociada de la responsabilidad, nos lleva a culpar al modelo existente y a nuestro enemigo por la situación que estamos viviendo, por la riqueza que acumulan año a año y por el poder que hoy tiene. Finalmente terminamos culpando a sujetos particulares por lo que ocurre en el país y el mundo, por lo tanto, Piñera y Bachelet, son los responsables de todos los males que nos toca vivir. Esta posición está errada de forma y de fondo, por lo tanto, establecer a sujetos particulares como enemigos del proceso revolucionario y de transformación, es el mayor error político que podemos cometer, ya que esta postura deja de lado al verdadero enemigo de los trabajadores y el pueblo, es decir, el modelo de dominación impuesto a sangre y fuego por la tiranía, el neoliberalismo. El paso de Bachelet a Piñera, y de éste a Bachelet nuevamente, son sólo cambios de gobierno, y en ningún caso, son cambios de modelo y estructura.

Debemos comprender, que el desamparo, la disociación de la responsabilidad, el romanticismo, la generación espontánea, la ignorancia, la inmediatez y la confusión respecto del verdadero enemigo, son los reales enemigos del proceso de transformación social, en consecuencia son enemigos de la revolución.

Nuevamente, no podemos culpar a la derecha por realizar un excelente trabajo, ya que su pega es apropiarse de la riqueza de la nación y de la riqueza que produce el trabajo, por lo tanto, es absurdo exigir y demandar a los gobiernos de derecha que distribuyan la riqueza, o que ejecuten políticas destinadas a crear justicia social, asimismo, debemos reconocer que la derecha hace bien su pega, y no culparlos por eso, por el contrario, debemos aprender de ellos.

Es Necesario Comprender, que el Estado es propiedad absoluta de la derecha neoliberal, situación que tiene como consecuencia, que los empresarios se seguirán enriqueciendo y manteniendo el poder político y económico. Una vez comprendida y asumida dicha situación, estaremos en condiciones de dar la lucha contra la ignorancia, situación que permitirá minimizar el romanticismo político y revolucionario, por lo tanto, comprenderemos que los procesos revolucionarios no se generan espontáneamente. Una vez que comprendamos y asumamos lo antes expuesto, estaremos en condiciones de darnos los tiempo necesarios para trabajar en el proceso de crear conciencia de clase, que produzca nuevos cuadros y organizaciones que postulen la construcción del socialismo, de lo contrario, seguiremos parándonos al igual que Oliver Twist con un plato vacío en alto frente a los poderosos, diciendo ¡Tenemos Hambre! ¿Nos podrán dar más comida?

Claro, Oliver Twist no entendió la existencia de las clases sociales, por consiguiente,  nunca tuvo conciencia de clase, que nos lleva a asumir la lucha de clases, o la confrontación básica y necesaria que nos lleve a la conquista del poder y la transformación social.