Chile - RELEER A BAKUNIN. Lanzamiento del libro Textos Anarquistas de Mijail Bakunin

Posted by Nuestra publicación: on viernes, junio 06, 2014


Mijail Bakunin 

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Textos anarquistas
El patriotismo
La comuna de París y la noción de Estado

Mijail Bakunin fue un crítico acérrimo de la noción de patriotismo.
La comuna de París y la noción del Estado, constituye una de las más interesantes obras del anarquista ruso. Aquí se explaya sobre las dos instituciones que, en su opinión, deben desaparecer para dejar libre el camino al desarrollo social: la Iglesia y el Estado.
En venta a $3.000 en quioscos y librerías


MARTES 10 de junio presentación del libro Textos anarquistas de Bakunin 
Felipe Ramirez, Gabriel Rivas y Patricio Guzmán S. presentan el libro TEXTOS ANARQUISTAS que incluye dos textos: Sobre el patriotismo - La Comuna de París y la noción de Estado. 
Martes 10 de junio a las 18.00 horas en la librería Le Monde Diplomatique San Antonio 434 local 14 Santiago. (Entrada liberada) 
El libro de Bakunin, publicado por Ediciones ESPARTACO se vende a $3.000 en quioscos, librerías y Le Monde Diplomatique

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RELEER A BAKUNIN
Patricio Guzmán S.

La presentación del libro de Bakunin, Textos anarquistas; El patriotismo
La comuna de París y la noción de Estado, que está dentro de una colección de clásicos del pensamiento socialista de la nueva Editorial Espartaco, es una oportunidad  para debatir y reflexionar con ocasión de su lanzamiento.

A pesar de las luchas de concepciones y fraccionales muy duras entre Marx y Bakunin, especialmente al interior de la primera internacional, en la que abundaron insultos y duras descalificaciones,  hasta el fin de sus vidas ambos se guardaron bastante respeto intelectual. Bakunin fue el primer traductor al ruso de El Capital, que consideraba una obra imprescindible para entender y derrocar el capitalismo, y Marx tomaba en serio las obras de Bakunin, y reflexionaba sobre sus ideas, lo que está reflejado en notas de lectura de Marx que quedaron  en los margenes de la obra de Bakunin "Estatismo y anar­quía". A pesar que habían dejado de hablarse Marx siguió leyendo y reflexionando hasta el final de sus días las críticas del ruso al Estado y al autorita­rismo.

Después de la Comuna de París, El siglo XX vio nuevas tentativas de "asalto de los cielos", ciclo de revoluciones y contrarrevoluciones que abrió la revolución de Octubre encabezada por los Bolcheviques. El siglo pasado que se abrió con la carnicería ínter imperialista, conocida como la Gran Guerra en Europa, dió paso luego a una gran esperanza emancipadora, y una forma de estado basada en la ampliación de la Democracia Directa, ejercida por obreros, campesinos y soldados auto organizados en los Concejos (los Soviets).

Sin embargo, la terribles condiciones de guerra, contrarrevolución interna e intervención imperialista contra la joven república soviética, la 
desorganización general de la economía, la hambruna, y los fracasos de los intentos revolucionarios en Europa Central, crearon las condiciones para que desde el interior del partido y el estado revolucionario, como un cáncer, se desarrollara una burocracia que se hizo con el poder totalitario, ahogando con la represión y la muerte las disidencias. Así en las purgas de los años 30, fue liquidada la vieja guardia que había hecho la revolución, lo que incluyó el asesinato, tras procesos fraudulentos de todos los miembros del CC Bolchevique del año 17, excepto Stalin y Molotov. Y del 20% de los altos oficiales del  Ejército Rojo, incluyendo al brillante teórico militar, el mariscal Tujachevski, precursor de la Blitzkrieg que harían suya con gran éxito al inicio de la II Guerra Mundial los nazis. El régimen totalitario estalinista tuvo consecuencias desastrosas para la Unión Soviética, y el "campo socialista" en el largo plazo, la consecuencias de la colectivización forzosa, el dogmatismo y el conservadurismo burocratico en las artes, las ciencias y la tecnología, terminaron por acabar con las innovaciones fruto de la liberación de las ataduras del pasado por efecto de la revolución y de la planificación económica. Al punto que finalmente la URSS y el Bloque del Este colapsaron implosionando, por obra de la propia burocracia conservadora, que restauró el capitalismo.

Pero el fin de los regímenes estalinistas, no puso término a las crisis sistémicas del capitalismo, ni significó el "fin de la historia" con la victoria definitiva de un nuevo orden neo liberal bajo la hegemonía de los Estados Unidos, como anunciaron entusiastas algunos pensadores pro capitalistas como Francis Fukujama.  La crisis de 2008-2009 y sus trágicas consecuencia que se siguen sintiendo aún hoy, por el contrario develó un mundo globalizado enfrentado a la crisis económica, financiera y medioambiental.  Nuestra civilización está abocada a la barbarie, si no somos capaces de encontrar la salida hacia una civilización basada en una sociedad humana sin clases, y sin depredación del ser humano y la naturaleza que nos alberga. El socialismo, y en esto estarían de acuerdo Bakunin y Marx es el transito hacia ese objetivo. La discusión pertinente hoy día como ayer, es que ocurrirá con el aparato de estado en esta transición. Deberá, como pensaba Marx, el estado reducir progresivamente su peso, pasando de ser una maquinaria de administración de los seres humanos, a una de administración de las cosas, o simplemente hay que liquidar desde el comienzo un aparato de represión que sólo tiene sentido, como pensaba Bakunin, cuando está al servicio de clases dominantes.

Tras el fracaso de los totalitarismos estalinianos, la cuestión de la Libertad, me parece especialmente contingente, libertad por la que siempre se jugó apasionadamente Bakunin. No habrá construcción de una sociedad postcapitalista en el  siglo XXI, sin libertad de pensar, decidir y crear. Ninguna sociedad post capitalista podrá superar el dinamismo innovador - ciertamente pavimentado de miseria, guerras, barbarie ecológica y opresión, del capitalismo desarrollado, si no permite el máximo desarrollo del pensamiento, las ciencias y las fuerzas productivas liberadas por el derrocamiento de las clases dominantes, para ello es imprescindible la libertad. En su famoso escrito "Porqué el Socialismo", Albert Einstein termina su defensa del socialismo planteando que "es necesario recordar que una economía planificada no es todavía socialismo. Una economía planificada puede estar acompañada de la completa esclavitud del individuo. La realización del socialismo requiere solucionar algunos problemas sociopolíticos extremadamente difíciles: ¿cómo es posible, con una centralización de gran envergadura del poder político y económico, evitar que la burocracia llegue a ser todopoderosa y arrogante? ¿Cómo pueden estar protegidos los derechos del individuo y cómo asegurar un contrapeso democrático al poder de la burocracia?"

Releer a Mijail Bakunin, con la perspectiva que nos da el tiempo y la historia, es un imperativo para los revolucionarios del siglo XXI.