Estimados
amigos, compañeros y compañeras, trabajadores, activistas,
dirigentes de colectivos.
Estamos
reunidos aquí para proclamar la candidatura del “Movimiento Todos
a la Moneda”. Para reafirmar nuestro férreo compromiso con su
Programa y con quien debe cumplir el mandato fidedigno de
representarlo: compañero MARCEL CLAUDE.
Nos
encontramos en este emblemático recinto que cobijo en los años
oscuros de la tiranía a centenares de sindicalistas que intentábamos
rearmar al movimiento sindical. Fue en junio de 1983, en este mismo
teatro y con la presencia de uno de los más grandes líderes de los
trabajadores, Don Clotario Blest, que decidimos convocar a las
protestas nacionales luego de la histórica jornada del 11 de mayo de
ese año, y que marcó el inicio de un largo camino de
enfrentamiento con la dictadura. Los más añosos, recordaran esa
etapa de nuestra historia; y es bueno que los jóvenes también
conozcan parte de esa historia reciente, 30 años atrás solamente. Y
reitero que es bueno que recordemos, tenemos derecho a no perder la
memoria, especialmente la que recuerda aquellos sucesos que le dieron
sentido a nuestra existencia en un periodo de alta represión. ¡Qué
increíble! En ese periodo de represión y mucha hambruna en el país,
se resaltaron muchos valores que hoy están ausentes en nuestra
sociedad: el más importante quizás, y sin el cual hubiéremos
perecido, la
solidaridad. Que
no sólo era un aliciente para no morir en la desesperanza, sino que,
implicaba tendernos la mano, apoyar al más desvalido, cooperar con
las ollas comunes, concurrir masivamente a las huelgas y a las
asambleas, apoyando con alimentos, con dinero, organizándonos,
reuniendo implementos y materiales para las protestas que de día, y
especialmente de noche, y durante tres intensos años, tuvieron a
nuestro pueblo luchando por zafarse de la tiranía; pero por sobre
todo, luchábamos con algo que no pudo arrancarnos la dictadura y que
creció con la lucha, con la movilización, fue nuestra moral,
si,
nuestra moral y cuando hablamos de ello nos referimos a ese conjunto
de creencias, de hábitos, de costumbres que fuimos construyendo
entre los oprimidos y explotados, contra la tiranía militar y civil,
y que nos hizo ser lo que éramos, seres totalmente diferente a
ellos, su moral era criminal, despiadada, despreciativa de la persona
humana, la nuestra, era humana, demasiada humana, al punto que no
teníamos reparos en unirnos trabajadores, con pobladores y
estudiantes, sin sectarismos para preparar las grandes jornadas de
protestas que hicieron tambalear el régimen político en varias
ocasiones.
Esa
etapa de nuestra historia, plagada de contradicciones nos interpela
permanentemente hoy, cuando observamos un abandono casi total de los
principios emblemáticos que por años sustento el movimiento de los
trabajadores, y es que habitualmente tenemos la tendencia a comparar
el tiempo de ayer, con el tiempo presente. Y los trabajadores no
filosofamos en la dimensión espacio temporalidad; somos concretos,
prácticos, y vemos cómo toda la arquitectura política, jurídica y
económica, construida por civiles amparados por la tiranía en los
setenta y ochenta, se mantiene intacta, inclusive, perfeccionada para
no provocar fracturas. Ratificada y legitimada por Ricardo Lagos
¿Cuál
es el sentido de recordar estos hechos, en esta proclamación?
Para quienes continuamos creyendo que el sujeto de derechos más
importante en la sociedad capitalista son los trabajadores, resulta
fundamental recordarlo. ¿Por qué? Porque si vemos nuestra historia
reciente y la no tan reciente, observaremos, justamente la relevancia
y determinación que este actor social ha tenido y continúa
teniendo y, en la medida, que siga postrado como está en la
actualidad, seguiremos imposibilitados de provocar cambios
estructurales, cambios radicales como dice nuestro candidato.
Sabemos
que no todos comparten esta visión, inclusive, en nuestro propio
Movimiento Todos a la Moneda, existen compañeros con una visión
diferente. Qué
bien que así sea,
ello muestra que este movimiento es diverso; es amplio; bebe, de
diferentes fuentes del pensamiento, aquí hay quienes se reivindican
del marxismo, del anarquismo, del cristianismo, del humanismo, libre
pensadores, etc. qué bien.
En
1864, en Inglaterra, y siempre recuerdo esta fecha, se fundó la
Asociación Internacional de Trabajadores AIT. Participaron
marxistas, anarquistas, republicanos italianos, algunos cristianos y
muchas otras tendencias de la época. Su único fin, su único
objetivo era acabar con las injusticias del régimen político
existente que oprimía sus derechos fundamentales. De esa fecha reza
la consigna: “la
emancipación será obra de los trabajadores mismos, o no será”.
Que certera y maciza conclusión. La sociedad actual, basada en la
expoliación de una clase contra otra, no nos deja mucho espacio a la
especulación. Nos dicen que el mundo ha cambiado, qué duda cabe. Ha
involucionado. Los derechos conquistados tras largas luchas del
movimiento obrero a nivel mundial, especialmente en el Siglo XX son
objeto de una profunda arremetida por el sistema capitalista.
Podemos
hacer la analogía de las demandas de esa época, guardando las
proporciones con el desarrollo de la ciencia y la técnica, y podemos
llegar a concluir que hay demandas, dentro del sistema capitalista
que para los trabajadores continúan siendo totalmente vigentes.
Hoy
en día, muchos se obnubilan, son los que continúan con la tarea
emprendida por los difamadores del pensamiento revolucionario que se
agrupó en la primera internacional. Después de tantos años, no
logran entender la omnipotencia de la estructura económica sobre las
esferas políticas, jurídicas y culturales en las que descansa el
actual sistema. El desarrollo histórico continúa dándose como
producto de estas contradicciones brutales, entre quienes compran
trabajo, y quienes vendemos nuestra fuerza de trabajo.
Las
formas de organización del trabajo han cambiado no dicen, qué duda
cabe; pero qué es lo que ha cambiado y qué es lo que se mantiene
constante.
En
esta era que algunos denominan postfordistas, el capitalismo reajustó
sus piezas, acabo con la época industrial, y reorganizó la manera,
la forma de organización del trabajo. Lo fragmentó y con ello
dividió, en espacio y en tiempo, las relaciones de producción del
trabajo. Se acabo la concentración de grandes conglomerados obreros
en un solo lugar. Hoy, la dispersión es la característica, es la
apariencia. La fragmentación es física; pero también ideológica,
y ello, tiene repercusiones. NO NOS CONOCEMOS LOS TRABAJADORES PORQUE
ESTAMOS DISPERSOS. Y SI NO NOS CONOCEMOS, COMO PODEMOS TENERNOS
CONFIANZA, COMO PODEMOS DISCUTIR UNA ESTRATEGIA, SI NO NOS VEMOS, SI
NO NOS SENTIMOS.
¿Cómo
podemos sentirnos parte de una misma clase, si somos ajenos a
nuestros compañeros de trabajo? Los grados de alienación a los que
nos somete el actual sistema son brutales
y exigen de nuestra parte una respuesta contundente para superar este
estado, la que sólo podrá venir desde nuestra propia clase, con
nuestros propios intelectuales. Ya Gramschi advirtió a los
trabajadores respecto de cuidar la intromisión de sujetos ajenos a
nuestra clase, que lejos de ayudar a su liberación, harían todo
por perpetuar su estado de miseria, deben los trabajadores dotarse de
su propia intelectualidad. Esta iniciativa del FRENTE DE TRABAJADORES
es ambiciosa, aspira a eso, a preparar los futuros cuadros de nuestra
clase, capaces de conducir a los trabajadores a estados reales de
bienestar y felicidad.
En
el siglo XIX el capitalismo se desarrolló y fue capaz de superar la
crisis inherente que le sustenta mediante la extensión y el
crecimiento de los mercados. A comienzos del Siglo XX, el capitalismo
alcanzó otra fase. La fusión del capital bancario y del capital
industrial. Bajo los auspicios del capital bancario formó, lo que
hoy denominamos "capital
financiero".
Este capital financiero espera que la inversión dé
ganancias iguales en todos los campos. La dominación del capital
financiero trajo consigo el desarrollo de fuerzas
destructivas
del capital. Esta época, es la época de las guerras, de las
hambrunas, de la barbarie, de la destrucción generalizada. El
crecimiento de los gastos militares mundiales explica esta situación.
¿Y
"el dinero que brota sin cesar", que Marx designó como la
otra gran "fuerza destructiva"? Es un hecho de la causa que
en los últimos decenios se han sucedido burbujas especulativas. La
masa de miles de millones de capitales que busca invertirse a toda
costa, tiende a transformarse en bloque en una fuerza destructiva de
las fuerzas de producción. En su forma más visible, es la fuerza
destructiva del propio capital excedente: las destrucciones de valor
en los mercados bursátiles, las reducciones brutales de inversión,
la desindustrialización, el cierre de fábricas en todos los
sectores clave de la economía mundial y, lo más grave para
nosotros, la utilización de nuestros siderales recursos
previsionales, dispuestos para ser utilizados por el capital en
nuestra propia destrucción.
Por
ello, nuestro programa de “Todos a la Moneda” es revolucionario.
Porque plantea derechamente situar al ser humano y, en especial al
trabajador como el protagonista central de su historia.
Así
lo hizo don Luis Emilio Recabarren al mando de la Federación Obrera
de Chile, cuando en 1920 se postulo a la presidencia de la República
con un programa radicalmente revolucionario que planteaba sin
eufemismos la superación de la sociedad capitalista y en su
reemplazo un gobierno de los trabajadores asumido por la FOCH.
Luego,
en 1953, Don Clotario constituyo la Central Única de Trabajadores
CUT. Levanto un programa totalmente revolucionario, que entre otros
señalaba:”
Que el Estado Capitalista es una expresión de la lucha de clases, y
por lo tanto, mientras subsista el capitalismo en cualquiera de sus
formas, éste será su instrumento de explotación”.
Hoy,
la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores CUT ha
participado en la junta anual de ENADE, refugio de los más
recalcitrantes explotadores de Chile. Ha sido ovacionada por los
empresarios, quienes no se han limitado en todo uso de adjetivos para
calificarla como una verdadera dirigente. Que en verdad, ella si que
entiende de relaciones laborales modernas y, que da lo mismo que sea
del Partido Comunista, total, lo que importa es el rol que ella
juega. Bárbara Figueroa, por supuesto que nada ha dicho de nuestros
compañeros de Monserrat que llevan 52 días en huelga, nada de
Integra, del Call Center Outside y de las más de 200 huelgas
llevadas adelante este año.
Los
trabajadores en consecuencia estamos obligados a dotarnos de una
herramienta política para liberarnos. Nuestras vidas no puede estar
condicionada a la mera condición de explotado y enajenado, donde el
sistema capitalista nos libera de tanto en tanto para no reventar,
otorgándonos grados controlados de enajenación a través de la
borrachera y el fútbol para que la caldera social no explote.
Los
dirigentes estudiantiles y sus movimientos han comenzado a romper el
cerco de la realidad, primero, rescatando nuestro lenguaje. La Red
Libertaria y los compañeros de la UNE han incorporado en sus
propuestas, en sus cánticos la lucha por el socialismo. Algunos de
los colectivos que en el Movimiento Todos a la Moneda participan, le
han agregado adjetivos como; Socialismo Libertario, Socialismo
Ecológico; pero, socialismo al fin de cuentas.
Este
Frente de Trabajadores que recién comienza a constituirse, a
conformarse. No lo hace en abstracto, lo hace recogiendo lo mejor de
nuestra clase, lo mejor de nuestra historia, lo mejor de nuestros
líderes, Recabarren y Clotario, y, entendiendo que el mundo ha
evolucionado, lo hace bebiendo de las doctrinas cuyo norte se han
concentrado en colocar al hombre y a la mujer como los verdaderos
sujetos históricos de la sociedad, en tanto logran adquirir
conciencia de su potencialidad transformadora y revolucionaria. Somos
en consecuencia un Frente de Trabajadores que nace para aportar a la
construcción de una verdadera fuerza transformadora, sin formatos,
sin esquemas, sólo con la claridad de saber que estamos ante un
imperativo ético, luchar por acabar con las injusticias.
Hoy,
consecuentemente con ello, queremos proclamar a quien deberá
encarnar la gran tarea histórica de los trabajadores y su pueblo, A
quien, será el verdadero mandatario de los designios de sus
mandantes. Queremos acabar con esa forma espuria de los candidatos
tradicionales que gobiernan de espaldas al pueblo y arrodillados a
los poderosos. Marcel Claude, está puesto en un trance histórico,
asumir, la tarea inconclusa que soñara Salvador Allende y que fuera
traicionada por quienes hoy conforman la Nueva Mayoría. El desafío
es inmenso, es gigante. Implica derribar toda la arquitectura de los
grupos económicos, nacionales y transnacionales. De eso se trata, de
cambiar el mundo. Y los que estamos aquí tenemos las ganas y tenemos
la fuerza moral para hacerlo, parafraseando al poeta:
Eso
yo si lo sé, yo sé hacia donde vamos, y esta la palabra; no sufras;
porque ganaremos, ganaremos nosotros, los más sencillos, ganaremos,
aunque tu no lo creas, ganaremos. con: Todos a la Moneda y ganaremos
con Marcel Claude a la Presidencia.
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Vídeo del Discurso de Luis Mesina, el día
jueves 17 en el Teatro Cariola.
Para ver el video del discurso:
Arriba los que luchan!
! Nunca más solos !
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