Chile - SOBRE LOS NUNCA MAS

Posted by Nuestra publicación: on miércoles, septiembre 11, 2013



SOBRE LOS NUNCA MAS

Juan Varela Reyes

“Articular históricamente el pasado no significa
conocerlo “tal y como verdaderamente ha sido”.
Significa adueñarse de un recuerdo tal y como
relumbra en el instante de un peligro”

(Walter Benjamín: “Tesis de filosofía de la Historia”)

A cuarenta años del golpe militar   distintas voces y distintos actores emergen, se visibilizan y,  con todos los medios a su alcance, se proponen entregar sólo su versión y su visión de esos dos  acontecimientos que marcan nuestra historia reciente: el Gobierno Popular con Salvador Allende y los negros días de la dictadura militar.

A partir de un engañoso discurso de simbiosis y camuflaje político e ideológico  los poderosos, van trás el  propósito de hacer trizas la memoria colectiva de los trabajadores y los pueblos de Chile, e instalar el manto del olvido sobre lo que dicen y expresan las otras visiones, con un componente adicional que acompaña a todo acto que trata de imponer el olvido:  el poder.

No nos detendremos, por razones éticas, en las espurias muestras de perdón y llamados a la reconciliación de parte de aquellos que tienen esas cuotas de poder en sus manos, sólo decimos: allá ellos con sus muestras de arrepentimiento. Al fin y al cabo el perdón que algunos ofrecen cae dentro de la lógica neoliberal, tiene su precio: el olvido colectivo, y no tenemos ninguna intención de olvidar...

Queremos, eso sí,  reflexionar sobre dos situaciones que, según nuestra visión, son las importantes; de una parte, la invisibilización que se hace de los auténticos actores de esos procesos: los trabajadores, los pobladores, los estudiantes,  hombres y mujeres de este país que se la jugaron y se la juegan por tomar en sus manos sus propios destinos y a quienes se les obliga a asistir como meros espectadores a esta comedia canallesca, escrita por un grupo de locos, que buscan hacerse del pasado para controlar el futuro, escamotear la memoria para hacer de ella un mero valor de cambio.

De otra parte, nuestra reflexión quiere hacerse cargo de esa extraña frase que se empieza a imponer: “nunca más”. Y decimos  extraña, ya que si no se tienen en cuenta sus significados y, sobre todo, los contextos en los cuales se proclama, ella aparece sólo  como una manifestación más de ese pensamiento único, de ese discurso totalizador que persigue homogeneizar las visiones, controlarlas, porque a fin de cuentas, también quien controla el presente quiere controlar  el pasado.

Según nuestras cuentas, el llamado al “nunca más” no es un discurso híbrido, ni neutral depende de lo que se quiere decir y lo que se persigue, y sobre todo de los intereses que están en juego. En ese sentido, no es lo mismo el llamado al nunca más que esgrimen los poderosos, ya que  detrás de ello  esconden un propósito perverso. .

Son los trabajadores, los pobladores, los estudiantes, en fin los hombres y mujeres de este país que se la juegan por construir lo nuevo, entonces, conviene decir que durante el gobierno popular fueron ellos los principales actores, fueron ellos los que intentaron tomar el “cielo por asalto”, y el llamado al nunca más desde los poderosos, no tiene otra significación que amordazar, las legítimas e históricas aspiraciones, aquellas que señala Neruda:

“Queremos mirar las nubes
Queremos tomar el sol y oler la sal...”

Ese perverso nunca más que viene desde el poder no tiene otra intención que acallar las voces, invisibilizar los rostros, amarrar los pies, para que “nunca más” se nos ocurra empezar a caminar y querer tomar el sol y oler la sal.

Ciertamente para algunos de  aquellos ese llamado tiene, también, otra significación: nunca más la posibilidad de cruzar las alambradas y ponerse al lado de los que caminamos por la otra vía de la historia, y eso lo valoramos, ojalá nunca más tengamos a nuestro lado a aquellos que hoy día quieren calmar sus conciencias, pero sobre todo quieren seguir manteniendo sus intereses obtenidos a costa de los sueños truncados, las utopías desarmadas.

Pero, para nosotros también el nunca más tiene un significado. A 40 años del golpe militar y con toda el agua que ha corrido los puentes, seguimos pensando en serio que de lo que se trata es transformar radicalmente la sociedad y construir una vida digna, una vida nueva para todos. Seguimos pensando, al igual que el “viejo” Lenin: “el que no quiere cambiar todo, no quiere cambiar nada”, y ahi está nuestro primer nunca más, los caminos cortos de esta democracia, sólo han significado el camino largo de la conciliación y el entreguismo, mientras la posibilidad del cambio real han sido negociadas por mínimas cuotas de poder. 

No caben dudas que cuando se consiguen algunos triunfos, ellos se deben defender, y ahí está el segundo llamado al nunca más:  defender lo  conquistado, por mínimo que ello sea, siempre un triunfo es algo que eleva la moral, es algo que hace más claro el camino y ello no se debe entregar a nadie para que negocie a su costa.


A 40 años del golpe militar creemos que el mejor homenaje a los luchadores, a aquellos que cayeron luchando por una Vida Digna, que tomaron en serio la construcción de una Patria para todos es seguir luchando por hacer posible que su memoria ilumine los caminos que habrá que seguir haciendo.


Santiago, septiembre de 2013