La más encantadora de las parejas: nacionalismo e hipocresía

Posted by Nuestra publicación: on domingo, agosto 25, 2013

William Blum ,

The Anti Empire Report. 

No es fácil ser un patriota nacionalista. Además de tener que enfrentarse con el acostumbrado desencanto, rabia y desprecio de todo el mundo, provocado por el bombardeo sin fin y las guerras interminables de Washington, el nacionalista es asaltado por informantes como Bradley Manning y Edward Snowden, que han revelado un constante flujo de escándalos de derechos humanos y libertades civiles, atrocidades, mentiras vergonzosas y verdades vergonzosas. Los que creen en el "excepcionalismo estadounidense" y las "nobles intenciones" han resistido duras presiones para mantener flameando la bandera de la retórica desde las primeras luces del amanecer hasta el último destello del ocaso.

Esto puede explicar la historia del Washington Post de julio 20, titulada "Los que buscan asilo de EEUU, infelices en Rusia" ["U.S. asylum-seekers unhappy in Russia"], acerca de Edward Snowden y su plan de buscar asilo en Moscú. El artículo hace un recuento de los tiempos pretendidamente miserables que vivieron en la Unión Soviética expatriados y desertores como Lee Harvey Oswald, los dos empleados de la NSA de 1960 —William Martin y Bernon Mitchell— y algunos otros. La ecuación propagandística del Post parece ser: insatisfacción de estadounidenses con la vida en Rusia es igual a un punto en favor de los Estados Unidos: "con extraviadas esperanzas de una vida gloriosa en el paraíso de los trabajadores" ... Oswald "recibió un trabajo en una factoría de electrónica en el sombrío Minsk , donde el futuro brillante lo esquivó", se lee en la interpretación de cliché tipo Guerra Fría del Post. Nada por lo que alguien pudiera sentirse terriblemente impresionado, pero un estadounidense nacionalista a la defensiva tiene serias dificultades hoy en día para encontrar algo mejor.