Chile – Exitoso seminario “Por una nueva Previsión. No más AFP”, reunió cerca de 300 participantes.

Este miércoles 4 de abril, en el Salón de Honor del ex Congreso Nacional, se reunieron cerca de 300 participantes en su gran mayoría dirigentes sindicales, pero también universitarios y de otros movimientos sociales. Los expositores fueron Ricardo Hormazaval, ex Senador, abogado; Gonzalo Cid, economista, investigador de Cenda, y dirigente del movimiento de diversidad sexual, y Luis Mesina, Secretario General de la Confederación de Sindicatos de Trabajadores Bancarios y Afines, organizadora del seminario. A continuación reproducimos el saludo de apertura de la compañera Andrea Riquelme, presidenta de la Confederación.

Queridos amigos, amigas, compañeros y compañeras,

En nombre de la Confederación de Sindicatos de Trabajadores Bancarios y Afines, que presido, quiero darles las gracias por estar aquí en este seminario, y deseo agradecer a los expositores, todos ellos especialistas en temas de AFP y Seguridad Social por dedicarnos su tiempo, para compartir sus conocimientos con nosotros.

La Confederación de Sindicatos de Trabajadores Bancarios y Afines, ha venido denunciado el sistema de AFP sistemáticamente por más de una década, al principio éramos pocas las voces y organizaciones que entendíamos el daño enorme que este sistema causaba no solamente a los trabajadores pensionados, si no también al conjunto de la sociedad como columna vertebral de un modelo de acumulación capitalista, que ha impulsado un crecimiento concentrador de la riqueza y depredador del medio ambiente.

Hemos sido la primera organización sindical en impulsar una demanda contra las AFP por las pérdidas irresponsables de nuestros fondos previsionales.

Fue necesario el estallido de la Gran Recesión global de 2008, que causó la pérdida de un tercio de los fondos previsionales acumulados, para que cada vez más amplios sectores comprendieran que el sueño que nos vendieron en realidad era una pesadilla.

Los panelistas en este seminario, todos reconocidos conocedores de los temas de Seguridad y de las AFP, van a desmitificar muchas falsedades propaladas por los beneficiarios y defensores de las AFP y seguramente van a esclarecer que es y como funciona este sistema. Permítanme, sin embargo recalcar un par de puntos:

La Seguridad Social fue fruto de largas y dolorosas luchas de los movimientos de trabajadores, para asegurar un nivel mínimo de ingresos, salud, educación y vivienda a quienes por edad – porque son muy mayores o muy jóvenes -, enfermedad, accidentes del trabajo, o simplemente desempleo, quedaban en el desamparo ellos y sus familias. Los sistemas de Seguridad Social están basados en los principios de la solidaridad y la universalidad. Todos los trabajadores activos garantizan los ingresos de los trabajadores pasivos, los que no pueden trabajar por la causa que sea. Además los sistemas de Seguridad Social tienen financiamiento tripartito de trabajadores, empresarios y estado. En la Seguridad Social, comienza a llevarse a cabo un principio de justicia social mayor al que los sindicalistas aspiramos: “De cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad”.

Los principios en los que se sustentan las AFP son diametralmente opuestos. Es un sistema individualista de capitalización personal. Además, es el único en el mundo en que los empresarios no aportan nada para financiar las pensiones, e incluso pueden sustraer las cotizaciones de sus trabajadores declarándolas sin pagarlas a la AFP.

Como mujer trabajadora, uno de los aspectos que más me indigna de las AFP es su carácter discriminador contra nosotras las mujeres, que recibimos pensiones menores a las de los hombres, porque tenemos salarios inferiores, acumulamos más lagunas previsionales, o sea periodos sin cotización, y el cálculo final de las pensiones nos asigna una expectativa de vida mayor.

Cuando se creo el sistema bajo la dictadura militar, la propaganda prometía pensiones superiores al 75% de las últimas remuneraciones, hoy el promedio de las pensiones llega apenas a 174.000 pesos, que es apenas un tercio de los salarios de los trabajadores que cotizan en el sistema. Peor aún, todo apunta que esta situación empeorará en el futuro.

Hay muchos otros puntos que podría mencionar, pero prefiero dejar el análisis en boca de los especialistas, que nos honran hoy con su presencia.

Este tema ya no es el de una minoría esclarecida pero pequeña, hay un creciente clamor popular que exige poner fin a las AFP. La gran cantidad de dirigentes sindicales y líderes sociales que se han contactado con nuestra Confederación desde todas las regiones del país, y el número de los reunidos aquí en un seminario en un día laboral, para mi constituyen una alegría inmensa porque muestra que es posible aunar transversalmente voluntades, conocimiento y determinación para conseguir una verdadera seguridad social en Chile, cuyas características deben ser el producto de una discusión amplia de toda la sociedad.

Nada bueno nació nunca de la ignorancia, pero seríamos ingenuos si pensáramos que bastan razones sólidas y argumentos para terminar con un sistema que ha sido decisivo en la concentración de la riqueza, y que ha permitido al 1% de la población acumular fortunas enormes, al punto de situar a 4 familias entre las 100 más ricas del mundo. Aquí hay poderosos intereses en juego, que podremos derrotar solamente con la movilización masiva, y las campañas permanentes en todo el país. A esta tarea les convocamos, a levantar una gran red en todo Chile por el fin del actual sistema de las AFP y sus abusos, para levantar un sistema solidario de Seguridad Social, que cambie el rostro desigual de nuestro país.