Chile - Los trabajadores y jóvenes necesitamos nuestra propia herramienta política.

Posted by Nuestra publicación: on jueves, febrero 23, 2012


Socialismo Revolucionario
CIT en Chile

El Gobierno, los Partidos Políticos, y los políticos profesionales, están completamente desprestigiados.
De acuerdo con una encuesta del Centro de Estudios Públicos, divulgada a fines de 2011, Sebastián Piñera cerró su segundo año en el gobierno con una aprobación del 23%, y una desaprobación de 62%. Piñera es así el mandatario peor evaluado en los últimos 21 años desde el retorno de los gobiernos civiles. EL CEP es un centro de estudios vinculado a los más poderosos grupos empresariales chilenos, nada sospechoso de izquierdismo.

El gobierno y el conjunto de las instituciones han caído en el descrédito, cunde la desconfianza, el rechazo y el malestar ciudadano se está transformando de indignación en movilizaciones concretas.
En cuanto a los partidos políticos, el estudio del CEP mostró, que  la supuesta oposición, tiene niveles de adhesión, aún peores, con un apoyo de apenas 16% y la derecha solamente obtuvo una aprobación del 20%. Además,  un 60% de los consultados declaró que no adhiere ni a la Alianza ni a la Oposición, y todo esto cuando la nueva recesión económica que se extiende por el planeta, aún casi no llega a Chile.

Pero aunque estén desprestigiados el gobierno y los partidos políticos siguen gobernando y legislando en favor de los grandes empresarios. Los empresarios ricos hacen las leyes a su medida,  cuentan para ello con gran número de partidos políticos de derecha, centro e incluso de izquierda, que no cuestionan el capitalismo, y el sistema imperante en Chile. Con matices todos estos partidos están de acuerdo en lo fundamental. Las últimas décadas han demostrado que la Derecha y la Concertación son muy similares.
La gente está aburrida, con razón, de las promesas que se hacen en las campañas electorales, y luego no se cumplen, por eso hay que levantar un partido diferente, sin compromisos con el capitalismo y los intereses de los empresarios. Una herramienta política de gente honesta, dispuesta a hacer sacrificios, que diga realmente lo que quiere hacer, y haga lo que dice. 

El rechazo a los partidos y a la política, hoy tan extendido, no es suficiente. Nosotros necesitamos levantar nuestra propia herramienta política capaz de ofrecer un programa en favor de los trabajadores y sus familias, y de fortalecer las organizaciones y las luchas del pueblo trabajador.  El capitalismo depara creciente desigualdad, discriminación y  desastres medioambientales, pero no basta criticar y movilizarse, colectivamente necesitamos proyectar una nueva sociedad, basada en la igualdad social, el respeto por la diversidad y origen de toda la gente de trabajo, y el cuidado por el medioambiente, un sistema  en que la planificación democrática sustituya la lógica del lucro del mercado, para que vivamos mejor. Un país socialista, libre y democrático.