Teoría: Una nueva introducción del Programa de Transición
Peter Taaffe, secretario general del Partido Socialista (CIT en Inglaterra y Gales)
mundosocialista.net
En el aniversario de los 70 años desde la muerte de León Trotsky el 21 de Agosto de 1940, Peter Taaffe examina uno de lo textos revolucionarios más importantes, “La agonía del capitalismo y la tarea de la IV Internacional”, también conocido como “El Programa de Transición”, y la relevancia que tiene hoy en día.
En el Programa de Transición uno ve en toda su grandeza la aplicación del método del Marxismo con respecto a las tareas históricas del movimiento de los trabajadores. Fue escrito en 1938 en preparación para la Segunda Guerra Mundial y las consecuencias revolucionarias para la clase trabajadora a nivel mundial. Pero el método que utilizó – a pesar de que algunas de las reivindicaciones ahora no son completamente aplicables en todas las situaciones – es muy ´moderno´ y relevante para las luchas de los movimientos de trabajadores en el mundo de hoy.
Aunque está caracterizado como un “programa”, no es estrictamente esto. De hecho, combina las demandas programáticas más importantes con los comentarios necesarios, perspectivas para el capitalismo y el movimiento laboral que podían haber sido escrito hoy en día. Toma la caracterización de Trotsky de los capitalistas de 1938 que estaban “volando hacia un desastre con los ojos cerrados”. ¿No es una descripción adecuada de los capitalistas, sus portavoces y comentaristas que se lanzaron hacia la crisis económica actual “con los ojos cerrados”?
Unos cuantos comentaristas capitalistas, como Nouriel Roubini, llegaron empíricamente a las mismas conclusiones que el Partido Socialista y el Comité por una Internacional de los Trabajadores (CIT) avisando que una crisis seria se avecinaba. Pero ellos, junto con los Marxistas, fueron considerados “anacrónicos” en la época del neoliberalismo. Según ellos el capitalismo – que se basa sobre la producción para la ganancia y no para las necesidades – fue el mejor sistema posible, explicado por el economista capitalista, Francis Fukuyama, como el “fin de la historia”. Ahora, nos enfrentamos a la crisis económica más grande desde hace 70 años – el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, dice que es la peor desde la Primera Guerra Mundial – y los capitalistas saltan de manera brusca desde una “solución” a corto plazo inefectiva a otra.
Temiendo la repetición de la “Gran Depresión” de los años 30, los gobiernos capitalistas rescataron a los bancos y al sistema financiero en una intervención colosal de ´capitalismo del estado´. Esto significó la nacionalización de facto de grandes partes del sector bancario en los EEUU, Gran Bretaña y otros lugares. Fue un rescate estatal de las deudas de los magnates financieros privados que fracasaron. Luego, esto se convirtió en una carga enorme para el estado e, indirectamente para las masas, que ahora está siendo pagado con cortes masivos, congelamientos salariales y el aumento del desempleo, con la tendencia de que esto sea permanente. En los EEUU, ya hay 30 millones de personas desempleadas. Oficialmente, 10% de la fuerza laboral carece de trabajo pero tomando en cuenta las personas sin empleo que han dejado de buscar trabajo y las que han sido forzadas a un empleo de medio tiempo en vez de tiempo completo, la cifra es casi el doble de esto. Europea exhibe la misma tendencia con un promedio de desempleo de 9-10% por todo el continente. El porcentaje es el doble en España, 35% de la juventud no tiene empleo y la situación está destinada a empeorarse.
Eventos explosivos se desarrollan en contra de los cortes
Pero junto con implementar la política salvaje de deflación y el corte de los déficits estatales, otras voces dentro del campo capitalista avisan de las consecuencias negativas que emergerán de esta política. Por ejemplo, David Blanchflower, ex – miembro del Comité de la Política Monetaria del Banco de Inglaterra, dice que las medidas adoptadas por el nuevo gobierno de coalición en Inglaterra llevan el riesgo de aumentar por 750.000 la cantidad de los desempleados. Obama, de parte del capitalismo estadounidense, tomó la posición sin precedente de diferenciarse públicamente de la política de ´corte, corte, corte´ de los capitalistas europeos. ´A quienes los dioses quieren destruir, primero los enojan´. En Gran Bretaña y en el mundo donde hay una carencia de ´demanda´, la ´solución´ preferida de los capitalistas y sus gobiernos es de cortar los ingresos de la clase trabajadora. La coalición ´ConDem’ (Conservadores y Demócratas Liberales) en Gran Bretaña ha introducido aumentos de impuestos – un incremento del Impuesto del Valor Agredido y los impuestos directos – un congelamiento de los salarios del sector público, el pillaje del estado de bienestar, etc. Esto sin duda profundizará la crisis.
Las diferencias entre los Keynesianos y los especuladores financieros
La historia del Programa de Transición
No hubo pocos, en este entonces y hoy en día, que descartaron este pronóstico, junto con el Programa de Transición, como un ejemplo de la “exageración revolucionaria” de Trotsky. Pero a pesar de esto, la perspectiva de Trotsky fue hasta cierto punto realizada a un grado aún más amplio que incluso él podía haber previsto. Desde 1943 hasta 1947, una ola revolucionaria que amenazó el dominio del capital se extendió por toda Europa. La mera declaración de que Mussolini había sido reemplazado por Badoglio – Lúcifer por Satán – por el Gran Consejo Fascista en 1943 fue suficiente para sacar a millones de trabajadores italianos a las calles. Esto abrió las compuertas de la revolución en Italia. Similarmente, los trabajadores franceses se levantaron en Paris en 1944 para aplastar las fuerzas de ocupación de los Nazis cuando las tropas del imperialismo americano y los “Franceses Libres” de de Gaulle estaban todavía a 80 kilómetros de Paris. Temiendo una nueva versión de la Comuna de Paris, de Gaulle fue llevado rápidamente a Paris para ser filmado por las cámaras de noticias, creando,así, el mito de que fue el ´liberador´ de la ciudad. En Gran Bretaña también, la convicción de los trabajadores, particularmente de las tropas, de nunca volver jamás al desempleo y miseria en masa de los años 30 llevó al gobierno laborista al poder en 1945.
El capitalismo fue salvado en Europa del Oeste por los dirigentes social demócratas y estalinistas quienes entraron en gobiernos capitalistas y se encargaron de rescatar el sistema del colapso. En Italia, los estalinistas y socialistas entraron en una serie de gobiernos de ´frente popular´, incluso intentando de proteger al Rey Victor Emmanuel, el benefactor de Mussolini, de la rabia de las masas. Sus primos franceses hicieron lo mismo, con ministros ´Comunistas´ como Maurice Thorez participando del gobierno que bombardeó a Madagascar y re-ocupó a Indo-China (luego Vietnam), lo cual empezó el horror de 30 años de la guerra de Vietnam.
La crisis de hoy y la conciencia
Pero hoy en día, incluso en Francia, que junto con Grecia todavía está en la vanguardia política del movimiento de trabajadores en Europa, hay diferencias importantes en cuanto al pensamiento de la clase trabajadora francés entre el año 1968 y ahora. Paradójicamente, la situación económica es mucho peor para el capitalismo hoy en día en comparación al 1968 cuando la huelga general más grande en toda la historia tomó lugar en el contexto de un auge creciente. En ese entonces, hubo una conciencia socialista amplia y hasta revolucionaria entre los trabajadores y estudiantes. Dado lo que ha transcurrido durante las últimos tres décadas, combinado con la capitulación de los dirigentes de las organizaciones de trabajadores hacia el capitalismo, la conciencia al inicio inevitablemente se quedará atrás de la del año 1968. Hay una conciencia mezclada y confusión política.
Hay, sin duda, una rabia amarga generalizada en todos los países capitalistas avanzados hacia los que son vistos como los autores principales de la catástrofe económica actual, en particular, en contra de los financieros y banqueros. Juicios semi-públicos han ocurrido en el parlamento británico y el congreso estadounidense. Por eso, es necesario levantar las demandas parciales de la clase trabajadora sobre el nivel de los salarios y las condiciones básicas, pero también tratando con la acción o inacción gubernamental. Los capitalistas han dejado que el estado intervenga para rescatarles mediante los paquetes de rescate masivos. Pueden aceptar el rescate estatal, por tanto que sea dirigido según líneas completamente capitalistas y con la perspectiva de devolver las industrias ´nacionalizadas´ en el futuro a los mismos intereses privados que las arruinaron en primer lugar.
Por lo tanto, hasta la demanda por la nacionalización no es tan popular como en periodos anteriores. Sin embargo, a través de la experiencia, esta idea ha ganado apoyo en Grecia mientras que los bancos, financieros y mercados de bonos son culpados por haber arrodillado al país. Pero, la experiencia de la nacionalización parcial en Gran Bretaña y de facto en los EEUU quizás ha temporalmente alienado la opinión pública de las masas. Las directivas de estas empresas parcialmente nacionalizadas siguen siendo de un carácter completamente capitalista, lo cual se ve claramente en los bonos enormes que recibieron los banqueros dirigentes que siguen manejando los bancos. Esta vez, cuando el estado intervino, no hubo ninguna celebración similar a las celebraciones que abrazaron la toma de las minas en 1948 por el gobierno laborista del momento, con la bandera roja volando y las esperanzas grandes de un futuro mejor para la clase trabajadora. La toma estatal de Northern Rock fue ´celebrada´ con más reposesiones de casas, el despido de miles de trabajadores y los bonos de lujo para los directores capitalistas que siguen en control de esto y otros bancos. Esto es una forma del capitalismo de estado, no en la dirección hacia el socialismo, como fue propuesto incluso por los socialistas reformistas en el Partido Laborista en el pasado.
La necesidad de la planificación democrática
Sin embargo, el ´mercado´ no ofrece ninguna alternativa real al sector estatal como la actual coalición ConDem, según el presupuesto cruel de ´emergencia´ de 2010 parece indicar. En Gran Bretaña en 1999, por ejemplo, dos tercios de los trabajos creados no estaban en el sector privado muy glorificado, sino que en el sector estatal. Esto sigue siendo el caso hoy en día. Es una expresión de la bancarrota del capitalismo. Además, las estructuras de la industria privada no son para nada un ejemplo de la meritocracia muy amada por los defensores del mercado. Tan convulsivo han sido los efectos de la crisis que más y más escritores capitalistas han revelado el carácter real del ´sector privado´, de las condiciones y el manejo que son partes tan intrínsecas del neoliberalismo. Un autor del Observer comparó la estructura de los grandes empresas – incluyendo el Telecom Británico, que en el gobierno Nuevo Laborista anterior, ha sido relevado que tuvo un plan de emergencia para renacionalizarlo en caso de su colapso eventual – a un reflejo perfecto del Estalinismo en vez de la imagen bonita de una empresa capitalista ideal. Son “como Zombies y tuvieron una estrategia similar” al estalinismo. (´Dentro de cada dirigente ejecutivo hay un planificador soviético´, Simon Caulkin, The Observer, 15 Febrero 2009.)
Cerrando la brecha
La necesidad de un programa de transición en esta época surge de la conciencia mezclada de la gente de la clase trabajadora. Esta conciencia será estremecida y cambiada en el transcurso de los eventos. Pero el desarrollo de una conciencia socialista balanceada, primero entre las capas más políticamente desarrolladas y luego dentro de la masa de la clase trabajadora, puede ser facilitado de manera enorme por un método y programa de transición. Esto provee el puente entre la conciencia de la gente trabajadora hoy en día hacia la idea del cambio socialista. Los sectarios no necesitan este puente porque no tienen ninguna intención de pasar del estudio, de la silla de oficina, a la interacción real con la clase trabajadora y, junto con ella, de ayudar a cambiar la conciencia y facilitar que las masas se identifiquen con el socialismo.
Hemos entrado en un periodo totalmente nuevo para la clase trabajadora de Gran Bretaña, Europa y el mundo. Obama en los EEUU y el gobierno de Brown de Nuevo Labor lograron poner un colchón parcial bajo el capitalismo mediante los programas de estimulación de la economía. Pero esto en cambio, como ahora hemos visto, ha creado un nuevo problema: ´la deuda soberana´. La economía mundial experimentará, como consecuencia, un crecimiento anémico con la persistencia terca del desempleo de masas. Esto, como la grasa de un cuerpo, es un síntoma de un organismo en degeneración. El capitalismo, sin embargo, no desaparecerá del escenario de la historia de una manera automática. Es necesario forjar el arma poderosa de masas que puede ayudar a que este sistema se vaya del camino y el socialismo pueda avanzar.
Sin un método de transición, existe el peligro de que no sea inmediatamente evidente a la clase trabajadora, a pesar de que está enfrentada con la catástrofe económica del capitalismo, de que el socialismo es la alternativa. De hecho, debido a la falta de una alternativa y un partido socialista de masas, la extrema derecha ha podido ocupar el vacio político en varios países de Europa. Es necesario combatir la extrema derecha pero también utilizar los eventos para abogar por el socialismo entre la gente de la clase trabajadora.
La brecha entre la situación objetiva que es cada vez peor y la conciencia de la clase trabajadora se va a cerrar en el próximo periodo. Los eventos – muy explosivos – van a asegurar esto. Al borde del abismo, la masa de trabajadores afrontarán al sistema capitalista – a veces sin tener una idea clara de lo que lo puede reemplazar. El camino hacia una conciencia socialista y revolucionaria, sin embargo, será mucho más corto si la clase trabajadora abraza el método de transición y un programa de transición ligando las luchas cotidianas con la idea del socialismo.
Trotsky anticipó el argumento de que las demandas que presentó fueran ´utópicas´ cuando escribió: “La ´posibilidad´ o ´imposibilidad´ de realizar las reivindicaciones es, en el caso presente, una cuestión de relación de fuerzas que sólo puede ser resuelta por la lucha.” Continuó diciendo, “Los revolucionarios siempre reconocen que las reformas y concesiones sólo son consecuencias de la lucha revolucionaria. Si decimos que solo exigiremos lo que nos pueden dar…entonces la clase dominante nos dará solamente un décimo o nada de lo que exigimos. Lo más extenso y militante que es el espíritu de los trabajadores, lo más que se exigen y ganan.”
Esto es el método que utilizó el Militante (ahora el Partido Socialista) durante la batalla exitosa en Liverpool entre 1983 y 1987, y también en la batalla épica en contra del impuesto ´polltax´. En ambas luchas, el gobierno de Thatcher fue vencido. En la lucha en contra del impuesto ´poll´, 18 millones de personas se negaron a pagar el impuesto, que lo derrumbó y relegó a la misma Thatcher al basurero de la historia.
Es posible que bajo ciertas condiciones algunas demandas de transición puedan ser logradas por la clase trabajadora. Así, en Alemania en 1918 y en España en 1936, el proletariado ganó, por un tiempo, la jornada laboral de ocho horas. Hoy en día, es posible que la clase trabajadora de Gran Bretaña y Europa gane una semana laboral de 35 horas sin un recorte salarial si lucha con todo el peso que tiene. Bajo estas condiciones, la burguesía puede retroceder frente a las luchas de las masas y dar concesiones. Pero estos logros inevitablemente serían de un carácter temporal a menos que la clase trabajadora utilice su poder para realizar un cambio socialista. Los trabajadores franceses ganaron la semana laboral de 35 horas y sin embargo el gobierno de Sarkozy efectivamente la ha quitado en los últimos años. Las demandas de transición no contradicen la lucha cotidiana de la clase trabajadora. Al contrario, nosotros somos los mejores luchadores a favor de estas reivindicaciones. Pero a diferencia de los reformistas, nosotros explicamos las limitaciones de estos logros dentro del capitalismo. Como explica Trotsky, “Sobre la base de esta lucha, cualesquiera que sean los éxitos prácticos inmediatos, los obreros comprenderán, en mejor forma, la necesidad de liquidar la esclavitud capitalista.”
Analizamos la demanda por un incremento masivo de inversiones estatales para eliminar el desempleo mediante obras públicas. En el pasado, esto fue uno de los pilares del programa de la corriente de reformistas de izquierda dentro del movimiento laborista en Gran Bretaña. Los Marxistas también incluyen bajo su bandera la demanda por un programa de obras públicas para construir hospitales, viviendas, escuelas, etc. Los gobiernos capitalistas se están moviendo en la dirección opuesta hoy en día. Todos los logros del pasado del ´estado de bienestar´ se enfrentan a la mayor amenaza en 60 a 70 años. Pero los reformistas crearon la ilusión de que este programa fue totalmente posible dentro del marco del capitalismo. Los Marxistas, al contrario, mientras que luchamos con toda nuestra energía por esta demanda, enfatizamos a la clase trabajadora que ésta no puede ser realizada de manera completa y sostenida en un sistema plagado por crisis constantes. El incremento de los gastos estatales puede ser financiado por impuestos a los capitalistas o a los trabajadores y la clase media. Si es el anterior, entonces los capitalistas no tendrán lo suficiente para invertir e iniciarán una ´huelga de capital´ lo cual resultará en el cierre de fábricas y un aumento consecuente del desempleo. Si escogen el segundo método, entonces resultará en un corte del mercado con los mismos resultados. Por otro lado, si el gobierno lo resuelva mediante la creación de dinero – lo cual hizo al principio de la crisis – sin respaldarlo con un incremento en la producción de bienes, entonces esto eventualmente se dirigirá a un mayor inflación que tendrá el mismo efecto que los demás métodos. Lo que nos da con una mano, nos quita con la otra. Trotsky tenía razón cuando dijo, “Todos las demandas serias del proletariado e incluso cada demanda seria de la pequeña burguesía inevitablemente se extiende más allá que los límites de las relaciones capitalistas de la propiedad y el estado burgués.”
Demandas democráticas
Los Marxistas luchan incluso por las demandas más parciales y reformistas de la clase trabajadora, entre ellas los de un carácter democrático. Un ejemplo de esto surgió alrededor de la repugnancia en masa de los gastos de los parlamentarios en Gran Bretaña el 2009. El Partido Socialista intervino en el debate feroz que emergió con las demandas claras por más democracia, incluyendo por un parlamento del pueblo británico. Escribimos:
“El Partido Socialista lucha por la creación de una sociedad socialista democrática y un estado democrático de trabajadores manejado y controlado en todos los niveles por gente de la clase trabajadora.” Pero reconocimos que la masa del pueblo británico acepta y apoya el concepto de la democracia, incluyendo el parlamento, en un sentido general. “Tenemos en Gran Bretaña una democracia capitalista, en la cual la clase trabajadora puede decir lo que quiere – aunque incluso esto está siendo atacado por la ´sociedad de vigilancia´ – con la condición de que los grandes capitalistas y sus representantes políticos toman las decisiones reales.”
Nosotros argumentamos: “La respuesta a la situación antidemocrática actual no es de eliminar las instituciones representativas como el parlamento sino que introducir una democracia más amplia, la expansión de la manera en que las masas de gente están involucradas en la formulación e implementación de las decisiones con el control directo de sus representativos. Esto significaría como primer paso en Gran Bretaña la abolición de la Cámara de Lourdes (lease ´corruptos´) y la monarquía. Estas instituciones han sido preservadas no por razones decorativas o históricas sino que como un arma potencial que se puede utilizar en contra de un parlamento y gobierno radical en el futuro si amenaza el poder de las grandes empresas.
Nosotros llamamos por “una asamblea unicameral…que combinaría los poderes legislativos y ejecutivos. Esto debe ser elegido por un electorado más amplio, particularmente mediante la participación de los jóvenes, dándoles el derecho de votar a la edad de 16 años. Eligiendo representantes por 4 o 5 años con salarios hinchados se dirige inevitablemente a la situación que actualmente ha escandalizado al pueblo británico. Elecciones conducidas cada dos años sería una ventaja en comparación al presente periodo de cinco años. Sin embargo un periodo aún más corto, hasta de un año – como los Chartistas exigieron en el siglo XVIIII – no superaría la ausencia obvia de control cotidiano de los representativos parlamentarios que la crisis ha revelado. Un gran paso adelante sería que los representativos sean elegidos por asambleas locales democráticas, constantemente sujetos a la vigilancia con la revocatoria inmediata por los constituyentes quienes los eligiero.
“Los representativos no deben recibir más que el salario promedio de un trabajador cualificado. Es importante que esta demanda, que ha sido uno de los pilares del programa del Partido Socialista (hasta ahora en el movimiento laboral, pero ahora es relevante para todos los representativos) ahora está siendo aceptada por algunas secciones de la prensa capitalista.”
La demanda por una ´huelga general´
Los comités de fábrica y el movimiento de delegados sindicales
Para formular este programa, Trotsky prestó especial atención al asunto fundamental de los sindicatos y su conexión con los ´comités de fábrica´. Trotsky notó el desarrollo posible de comités de fábrica como los órganos de lucha que podrían atraer a los trabajadores, particularmente de los sectores más oprimidos, que los sindicatos no fueron capaces de atraer. Pero es incorrecto simplemente repetir las frases de Trotsky de memoria sin comprender el método y sin reconocer además los cambios en cada etapa que han tomado lugar desde que el Programa de Transición fue escrito. Trotsky escribió, “Los sindicatos, aún los más poderosos, no abarcan más del 20 al 25% de la clase obrera y por otra parte, sus capas más calificadas y mejor pagadas.” Sin embargo, la membrecía de los sindicatos en Gran Bretaña durante el auge pos-guerra alcanzó más de 12 millones, que fue más de 50% de la fuerza laboral.
Junto con el fortalecimiento del aparato oficial de los sindicatos, se desarrollaron los delegados sindicales, contando con 250.000 en Gran Bretaña, y los comités uniéndo todos. ¿Qué fueron estos si no fueron los ´comités de fábrica´ mencionado por Trotsky en el programa de transición? Trostky escribió: “A partir del momento de la aparición del comité de fábrica, se establece de hecho una dualidad de poder.” El desarrollo del movimiento de los delegados sindicales en Gran Bretaña y en otros países capitalistas avanzados sin duda se dirigió, si no a la ´dualidad de poderes de hecho´ de que Trotsky habló, entonces a elementos de la dualidad de poder en las fábricas. Los trabajadores, a través de estas organizaciones ejercieron el derecho de vetar las decisiones de los gerentes, a veces controlando el derecho de contratar y despedir, la cantidad de horas extras trabajadas, servicios en la fábrica, etc. Y sin embargo, los grupitos sectarios contrapusieron sus ´comités de fábrica´ míticos a los comités de los delegados sindicales que ya existieron. Con la debilidad de los sindicatos durante los últimos 20 años – la membrecía es de 27% en este momento en Gran Bretaña – los ´comités de fábrica´ podrían aparecer, particularmente cuando hay eventos explosivos. En la ocupación de Vestas en la Isla de Wright, la mayoría de los trabajadores al principio no formaron parte de ningún sindicato. Por eso, improvisaron su propio ´comité de fábrica´. Si la lucha hubiera tenido éxito de mantener la fábrica abierta, entonces esto probablemente hubiera sido un paso hacia el fortalecimiento de los sindicatos dentro de la fábrica.
El control y manejo de los trabajadores
Desafortunadamente, algunos vieron este asunto desde un lado muy desequilibrado en el pasado. Lanzaron una o dos demandas de transición – con respecto al control de los trabajadores por ejemplo – y dijeron que esto era todo lo necesario en esta etapa del movimiento de los trabajadores. Cualquier intento de lanzar demandas generales para la sociedad y la economía entera – como la nacionalización – fue denunciado como ´abstracto´. Olvidada fue la sencilla verdad apoyada por Trotsky en el Programa de Transición, que las demandas son un ´puente´ hacia el programa general del socialismo. Este programa últimamente se dirige a la idea de que la clase trabajadora debe tomar control sobre los grandes monopolios, expropiando a los capitalistas, sin indemnización a menos que puedan comprobar que tiene necesidades básicas no cumplidas.
De lo que se trata es la necesidad de saber el pulso y comprender los sentimientos de la clase trabajadora en cada etapa y levantar las consignas adecuadas en el momento correcto. Consideremos el ejemplo de Alemania en el periodo antes del ascenso de Hitler al poder. Un grupo de izquierda que se llamó los ´Brandlerites´, acusó a la Oposición de Izquierda, los partidarios de Trotsky, de haber robado la consigna del control sobre la producción. Esto fue después de que los Marxistas habían criticado a los Brandlerites por haber lanzado esta demanda mucho antes cuando la situación no lo mereció.
La consigna del control sobre la industria primeramente fue lanzada a nivel amplio por el partido bolchevique en 1917. En Petrogrado, la responsabilidad por este tema, junto con otros, fue puesta en las manos de los soviets. Varios años despues, en Alemania en un periodo de tensión de clase intensa, Trotsky y sus partidarios lanzaron esta consigna, y ¡fueron acusados de haber robado la consigna de los Bandlerites! Él respondió dando el ejemplo de un pajaro carpointero que picotea un árbol año tras año. Luego viene un leñador y tala el árbol con un hacha. ¡Y el pajaro carpintero le acusa de haber robado su método! Ligado con la idea del control de los trabajadores es la demanda por ´abrir los libros de contabilidad y contratos´ de los capitalistas para ser inspeccionados por los comités de trabajadores con la participación de los consumidores también. Efectivamente, el control de los trabajadores se relaciona con el periodo del poder dual en la industria lo cual normalmente está ligado con el periodo de transición desde el régimen capitalista hasta la toma de poder de la clase trabajadora. Sin duda, es una etapa clave en el desarrollo del movimiento de los trabajadores y es un periodo a través del cual los trabajadores pasarán en un cierto momento.
La nacionalización
Una tarea esencial de los Marxistas es de generalizar la experiencia de la clase trabajadora. Esto se pone más factible debido a la concentración enorme, la centralización del capital en monopolios inmensos y su fusión con el aparato estatal, y todos estos han llegado a alturas increíbles. Esto da un carácter general a casi todas las luchas particulares y sectoriales de los trabajadores. La lucha por el incremento salarial choca con la resistencia del gobierno como las acciones de la coalición Conservador / Demócrata Liberal, ´ConDem´, que se muestra cuando congelaron los salarios del sector público por dos años. Esto en cambio, levanta la necesidad de encontrar una solución general a los problemas de la clase trabajadora y luego plantea la necesidad de una reorganización socialista de la sociedad.
Su método sensible a las secciones diferentes de la clase trabajador, a veces en otros países, fue demostrado en el debate con los partidarios americanos. Notó que – incluso en los años 30 – debido al retraso político de los trabajadores americanos, directamente proclamar la necesidad del ´socialismo´ sería considerado por la mayoría como algo ´extraterrestre´, importado desde Europa. La idea, sin embargo, de una escala móvil de los salarios – tomando en cuenta la inflación – y una escala móvil de horarios – para terminar con el desempleo – fueron considerados como algo razonable e incluso ´Americano´. Podría ser aceptado con más facilidad por los trabajadores americanos a pesar de que propone un método socialista de organizar el trabajo y la sociedad. El sectarismo doctrinario en las ideas y el lenguaje es totalmente extraño al Marxismo. Es por lo tanto necesario expresar las demandas de transición de tal forma para que puedan ser entendidas y defendidas por la clase trabajadora.
Las demandas para defender el medioambiente
Crisis sin precedente
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