Una nueva recesión global ad portas.
Para evitar la posibilidad de un cese de pagos de países como Grecia, España, Portugal, Irlanda, y la caída de los bancos en Francia y Alemania que son los más expuestos a estas nuevas ‘deudas tóxicas’, y en general del déficit fiscal que aflige a sus economías, la respuesta de los gobiernos europeos son políticas de austeridad dirigidas contra el grueso de la población; rebajas de salarios y pensiones, alargamiento de la edad para jubilar, reducción de la duración del seguro de desempleo y endurecimiento de las condiciones para acceder, recortes del gasto social, en educación y salud…todo lo cual significa disminución de la demanda. A ello hay que añadir los esfuerzos de las autoridades chinas para transformar la explosión inminente de la burbuja inmobiliaria en un aterrizaje controlado, con lo cual el papel dinamizador que jugó China en la economía global se reducirá, estamos en un nuevo capítulo de la crisis global del capitalismo.
El desempleo oficial de España llega a 20.5%, a pesar de todos los esfuerzos oficiales para modificar la metodología de medida y ‘maquillar’ los resultados. La banca española, que ya ha sido fuertemente golpeada en el sector de Cajas de Ahorro, la banca regional especializada en crédito hipotecario, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, ahora se encamina a una segunda ola de shock de la crisis hipotecaria. España y Portugal son los países de la Unión Europeo con mayor número de personas que llevan en paro un año o más, a medida que se les agoten las prestaciones por desempleo, aumentará la morosidad y los impagos de hipotecas y créditos.
La crisis de confianza de la banca europea, ha paralizado por momentos el crédito interbancario, un elemento adicional que anuncia una recesión ad portas.
“La situación es particularmente difícil para la banca francesa. Crédit Agricole tiene una división griega que se encuentra bajo presión y posee participaciones en entidades financieras españolas y portuguesas. Société Générale SA posee un banco griego que es deficitario. Otro gran prestamista francés, BNP Paribas SA, tiene un banco portugués y miles de millones de euros en deuda griega y española, que según muchos expertos se encuentra en riesgo de caer en cesación de pagos.
Crédit Agricole informó el martes que podría tener que provisionar 450 millones de euros (US$ 554,3 millones) para cubrir préstamos en mora en Grecia y que, probablemente, asumirá un cargo de 400 millones de euros (US$ 492,7 millones) en el segundo trimestre para reflejar el menguante valor de su subsidiaria Emporiki Bank of Greece SA. Las cifras, que se suman a los aproximadamente 2.600 millones de euros (US$ 3.200 millones) en pérdidas anteriores de Emporiki, no ponen en riesgo a Crédit Agricole, pero los analistas dijeron que reduciría considerablemente sus ganancias de 2010.
Los anuncios hicieron caer 4,7% las acciones de Crédit Agricole, que han retrocedido 30% desde mediados de abril, cuando se exacerbaron los temores sobre la crisis de deuda en la región. Además, contribuyeron a una venta masiva de acciones bancarias europeas.
En España, las pérdidas entre los bancos se agravaron después de que la agencia de calificación de crédito Standard & Poor's advirtiera que más empresas inmobiliarias del país podrían quebrar, lo que incrementaría las pérdidas crediticias en el sector. La acción de Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA cayó 1,7% y la de Banco Popular Español retrocedió 1,6%.”[1]
Las cifras macroeconómicas en los Estados Unidos refuerzan los temores de los analistas.
“Las cifras demostraron que los más pesimistas tenían la razón. La reactivación del mercado inmobiliario estadounidense, origen de la última crisis financiera global, parece haber sido sostenida en los últimos meses por el estímulo fiscal.
Desde que terminó la vigencia de los créditos tributarios y otros incentivos, las cifras han caído dramáticamente (…), el Departamento de Comercio informó que la venta de las viviendas nuevas en ese país cayeron 32,7% en mayo, el mayor descenso mensual registrado desde 1963. La cifra se compara con el alza de 15% registrada en abril.
Los analistas esperaban una caída en mayo, ya que era la respuesta más lógica al término del crédito tributario, pero no un descenso tan dramático.
"Esta caída no se va a convertir necesariamente en una tendencia, porque al retirar un estímulo lo inmediato es un re acomodo pero después se vuelve a normalizar", afirmó César Pérez, gerente de estudios de Celfin Capital. (…)
En tanto, la Reserva Federal redujo sus expectativas para la recuperación de Estados Unidos (sin dar nuevas cifras), advirtiendo que todavía hay sectores muy débiles.”[2]
La burbuja inmobiliaria China es una amenaza grave.
En un interesante artículo aparecido en el periódico chino de la oposición de izquierda, ‘El Socialista’ entre otras cosas se señala que: “ Uno de los rasgos del enorme auge de la vivienda impulsado por la afirmación de China en los últimos 18 meses ha sido la proliferación de instituciones financieras de los gobiernos locales - UDICs (inversiones de las empresas para el desarrollo urbano). Ahora hay 8000 empresas tales, en comparación con casi ninguno hace dos años. Los gobiernos locales están prohibidos por el derecho de entrar en la deuda, por lo que estos vehículos están fuera de balance - similares a los producidos por los bancos occidentales para eliminar préstamos de alto riesgo sus cuentas oficiales - se han creado para que puedan acceder al crédito bancario y el juego mercado de la vivienda. Se cree que el UDICs han causado el aumento de la deuda bancaria de entre 8 hasta 11 billón de yuanes para financiar proyectos de infraestructura patrocinados por los gobiernos locales, muchos de los cuales pueden volverse amargos, sobre todo en el caso de una caída en el sector inmobiliario.
De acuerdo con Victor Shih, de la Northwestern University en los EE.UU., la deuda combinada de dichas entidades asociadas con los gobiernos locales pueden alcanzar 24 billones de yuanes a finales de este año, lo que equivale a dos tercios del PIB. En Chongqing, la deuda pública de la ciudad más grande de China, se elevó locales el 200% de sus ingresos anuales - ¡un nivel que está en paralelo con los problemas del gobierno griego!”[3]
Chile: Un crecimiento futuro muy bajo en la perspectiva favorable.
Mientras continúan las declaraciones triunfalistas de la mayoría de los economistas y las autoridades chilenas, que señalan que el crecimiento de Chile llegará al 6% o 7% en 2011, lo que es poco creíble si se piensa que el promedio de crecimiento de la última década ha sido de 4%. El panorama de recesión internacional anuncia por el contrario un crecimiento muy bajo, si no francamente nuevamente la recesión, especialmente si cae el precio del cobre y otros minerales derivados que constituyen el principal ítem de las exportaciones desde Chile.
“(…) hay una inminente crisis financiera en Europa. Los spreads interbancarios se han duplicado; los spreads de los bonos bancarios, empresas y de gobiernos también han subido mucho. Esto habla de un riesgo muy grande de que haya una restricción muy fuerte del crédito. De ocurrir se repetiría el cuadro de fines de 2008, con lo cual la economía mundial se iría a una recesión y afectaría mucho a Chile, por cuanto está muy integrado con el mundo al exportar el 40% de su PIB y al ser inversión extranjera directa entre 30% y 40% de la inversión total”.[4]
El Banco Central entretanto ha enviado una señal en sentido contrario, ajustó las expectativas de inflación sobre el 3%, y en consecuencia inició la normalización de las tasas de las Tasas de Política Monetaria, que estaban en 0.5% anual, a un 1%, pero la inflación del IPC X1 en realidad es cero (deja fuera los servicios regulados (8,5% de la canasta), impuestos específicos (2,5%), poco afectados por la política monetaria, y combustibles (4,0%), y perecibles (3,8%); altamente volátiles). De acuerdo con el economista Gonzalo Sanhueza; “La inflación que vemos es básicamente el impuesto de timbres y estampillas, el aumento del impuesto especifico a los combustibles y la mayor tarifa del Transantiago. No viene de un exceso de demanda, es una inflación institucional. Ahora, el nivel de actividad económica es hoy inferior al que había en 2008, por lo tanto todavía hay una brecha de capacidad importante.”, y consultado sobre el incremento de 14.5% que tendría el gasto, prosigue, “La inversión tiene un componente importante del gasto en reconstrucción. Si hablamos de una inversión del orden de US$40.000 millones y el gobierno ha dicho que hay una destrucción de capital de US$20.000 millones, en un año se tiene que solo reconstruir, demanda el 50% de la inversión. Pero eso es solo gasto; no está aumentando la capacidad productiva del país. También, el 90% de la inversión en maquinaria y equipos son importaciones. El efecto es transitorio y no me preocupa. Ahora los números de consumo están creciendo a 10% - 20%. Si eso se extrapola, hay un tremendo aumento de la demanda, pues el consumo es el 70% de la demanda agregada. Pero la masa salarial, es decir, los salarios más el empleo, crecen al 5%; el crédito de consumo bancario crece al 4%; las expectativas del consumidor están empeorando, y la tasa de desempleo de la U. de Chile es cercana a 10%. Lo que explica entonces el aumento del consumo es el bono del gobierno a las familias, el gasto para reemplazar bienes tras el terremoto, el mundial… Pero son todos factores transitorios.”[5]
En este panorama poco alentador, desde la crisis, la banca en Chile ha obtenido los mejores resultados, gracias especialmente a las sobre ganancias con las tasas de interés, lo que disminuye el crecimiento potencial. .Los elevados spreads bancarios reducen la competitividad del país. Según el Informe de Competitividad Mundial 2010 elaborado por el Institute for Management Development (IMD) de Suiza, la baja en el ranking de Chile (lugar 28, el más bajo en 10 años), se explica en parte por un alto spread bancario, que ubica al país en el puesto 47 del listado. El informe precisa que Chile se ubica entre los países con el mayor spread bancario, en el Ranking de Competitividad, con un retroceso en este indicador de diez años.[6] Esto se explica por la alta y creciente concentración de la banca que opera en Chile que ha configurado un mercado de ‘competencia monopólico’.[7]
[1] La crisis griega causa estragos en los balances de los bancos europeos. David Enrich. 25 junio 2010. http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1277763
[2] El Mercurio, Jueves 24 de Junio del 2010 Economía y Negocios. Pag. 11.
[3] El Socialista - 08 de junio 2010.
http://revistasocialismorevolucionario.blogspot.com/2010/06/el-capitalismo-global-entra-en-la.html
[4] La Tercera, Domingo 20 de junio de 2010. Entrevista a Gonzalo Sanhueza. Pag 38-39
[5] Idem.
[6] Reporte del Institute for Management Development (IMD)
[7] Dos datos concretos hablan de concentración en la banca. En abril de 2010, los tres primeros bancos privados representan el 52,4% (31.3% en 1990) y los bancos son 25 (38% menos que en 1990).
En 1990, los tres bancos más grandes concentraban el 31,3% del negocio. En 2000, los tres bancos más grandes concentraban el 39,1% del negocio, es decir un aumento de la concentración en los tres principales de 7,8%, pero en Abril de 2010 los tres bancos más grandes habían pasado a controlar el 52,4% del negocio, o sea un aumento del 13,3% de la concentración en los tres más grandes bancos.
La concentración también se ve claramente por la evolución del número de bancos e instituciones financieras operando en Chile. En 1981 eran 62, en 2010 son 25.“… la competencia en Chile hoy es, en gran medida, proporcionada por proveedores de crédito no bancarios, y se debe tener en cuenta los retos que esto involucra en la supervisión de dichos actores.” http://www.estrategia.cl/detalle_noticia.php?cod=30461
Entrevista con Winfrid Blaschke, de la OCDE
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