Chile – Perspectivas para la economía en 2010.

Posted by Nuestra publicación: on jueves, enero 21, 2010


Chile – Perspectivas para la economía en 2010.atricio Guzmán

Advertencias que se avecina un relanzamiento de la recesión
Varios economistas han advertido que la recesión en Chile, tendrá la forma de una W, es decir una recuperación después de un primer embate recesivo, para volver a caer en la recesión probablemente durante el año 2010. Por ejemplo, Tomas Flores en su artículo “Creo en la W”[1], en el que explica porqué en su opinión Chile se dirige hacia la desaceleración tras la recuperación de fin de año.
El año 2009 la economía de Chile experimentó una contracción del 1.9% del Producto Interno Bruto, pero en noviembre hubo una recuperación importante del 3.1% respecto al mismo mes del año anterior, que hay que recordar estaba plenamente impactado por la recesión. El comercio exterior cayó 24% durante 2009, las exportaciones en – 23% y las importaciones en – 32%. Pero incluso con la recuperación a finales del 2009, el desempleo oficial supera el 9%. Para el año 2010 las previsiones del Banco Central son optimistas, y pronostica un rango de crecimiento entre el 4.5 y el 5.5%. Nosotros estamos entre los que no creemos en que exista base sólida para tal optimismo.

Reacción ortodoxa inicial de las autoridades
A mitad del año 2008, Michelle Bachelet anunció a los medios una reducción del gasto fiscal para el 2009 a raíz de la crisis económica que el mundo vive. “Vamos a ser serios, cuidadosos, vamos a cuidar el gasto fiscal, pero vamos a mantener el gasto social“. Lo que era la reacción económica ortodoxa típica ante la caída brutal de los ingresos. La mayoría de los comentaristas económicos se felicitaron por el ‘buen juicio’ del gobierno. En realidad no fue hasta que por todos lados las autoridades y los principales economistas convencionales del capitalismo, comenzaron a echar por la borda los dogmas monetaristas y neo-liberales, especialmente con el pánico causado por la quiebra de Lehman Brothers en Estados Unidos, que el gobierno de Bachelet y Velasco dieron un giro total, y decidieron usar las reservas acumuladas, en los planes de estímulo para hacer frente a la recesión. El Banco Central no tuvo una reacción más oportuna. El instituto emisor reaccionó con un retardo de al menos un semestre, durante el cual se empecinó en ignorar la gravedad de la crisis económica global, y continúo preocupado del brote inflacionario que estaba afectando a la economía chilena, con anterioridad a la crisis financiera, pero luego dio un giro en 360º y llevó las tasas de política monetaria anuales a un rango cercano a cero.

Los expertos neoliberales formados en las mejores universidades de EE.UU., que dirigen la política económica en Chile, seguían en esto los pasos de sus maestros. “Desde el inicio de 2009 Ben Bernanke señalaba que antes del fin de ese año comenzarían a verse síntomas claros de superación de la crisis y hacia el mes de agosto anunció que “lo peor de la recesión ha quedado atrás”. Antes de que estallara la bomba financiera en septiembre de 2008 Bernanke pronosticaba que dicho estallido nunca iba a ocurrir, y cuando finalmente ocurrió su nuevo pronóstico era que en poco tiempo llegaría la recuperación, ahora el Presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos ha decidido no esperar más y le anuncia al mundo el comienzo del fin de la pesadilla.”[2]

El cuarto semestre del año 2008, la variación del crecimiento llegó a una variación negativa respecto al año anterior del -8%, y el desempleo comenzó a impactar fuertemente. Esta caída siguió en los trimestres posteriores con menos fuerza. El último trimestre del año 2009 la economía mostró señales de recuperación, pero solo marginales en el caso de la desocupación que se ha mantenido en niveles entre el 9% y el 10%.
Hay tres factores principales que incidieron en la recuperación; en primer lugar los precios de los minerales, el cobre, el hierro, el molibdeno, y de otros commoditties como la celulosa, que habían caído fuertemente en el 2008, en el 2009 se recuperaron agresivamente, por otro lado las políticas de estímulo aplicadas por las autoridades del gobierno y el Banco Central. A esto hay que agregar medidas especiales, en conjunto con el gobierno, para asegurar la liquidez del sistema financiero, a muy bajo costo para los bancos. (Estos hicieron un excelente negocio disfrutando de una brecha excepcional en el spread[3], ya que tardaron en traspasar a los clientes la baja de tasas, y acumularon los mejores resultados en medio de la recesión). Las medidas adoptadas por el Banco Central a principios de año tuvieron un efecto retardado, que se observó plenamente a fines del año 2009. Finalmente, tenemos el estímulo fiscal, en la discusión presupuestaria el gobierno había anunciado una expansión algo menor al 15%, lo que fue criticado en su momento porque el gobierno disponía de un amplio margen de maniobra debido a los excedentes acumulados especialmente de la minería. Pero en la realidad el crecimiento del gasto fue mayor, en el periodo enero – agosto creció alrededor del 20.3%, y este último mes llegó a un crecimiento de cerca de 35.2%. A esto hay que agregar una gran cantidad de programas contratados, deudas que el fisco deberá pagar este año 2010, bajo el gobierno de Piñera. El estímulo fiscal a la demanda, también ha tenido una componente ‘redistribuitiva’[4] como la mejora de las magras jubilaciones básicas, la entrega de pensiones a las mujeres que antes no tenían acceso, y los bonos extraordinarios entregados a los segmentos más pobres de la población. A estos estímulos hay que agregar otros transitorios como la rebaja a los impuestos al crédito y a los combustibles, y la disminución del pago provisional mensual de las empresas.

Tomás Flores, indicó en el artículo antes citado que “es de tal magnitud el estímulo fiscal y monetario, que se ha logrado impulsar una reactivación bastante rápida, en donde el consumo ha respondido con mayor celeridad, mientras que la inversión salvo la minera, sigue expectante y no ha mostrado señales sólidas de que vaya a retomar sus niveles pre crisis.
Así, una vez que se alcance el peak intermedio de la W, veremos que la economía vuelve a desacelerarse y el próximo Presidente deberá enfrentar crecientes críticas por el hecho que el crecimiento proyectado comienza a recortarse nuevamente. Situación similar ocurrió durante la crisis asiática y luego de la recuperación del año 2000 vino una reducción marcada en los años siguientes.”[5]

Para el año 2010, el crecimiento del gasto fiscal proyectado es sensiblemente menor, del orden del 4.3%, y además se acaban las medidas transitorias[6]. Todo lo cual en ausencia de reactivación de la inversión y de disminución del desempleo, tendrá un efecto contractivo sobre la economía, retirando el impulso reactivador que el estado inyectó durante 2009, en gran parte gracias el margen de maniobra por las reservas acumuladas por el precio excepcional del cobre y otros minerales, y en general de las commodities en que se basan las exportaciones chilenas. Este precio cayó bruscamente en 2008 pero se recuperó con la misma rapidez luego, lo que como hemos escrito en otras ocasiones tiene un doble componente; la demanda de las llamadas “economías emergentes”, China en primer lugar, que merced a gigantescos estímulos fiscales, ha producido sus propias ‘burbujas’ inmobiliarias, junto a enormes programas de obras públicas, y al efecto de las inversiones en títulos futuros especulativos sobre los minerales. Estos precios altos han permitido al estado chileno mantener y acumular reservas grandes nuevamente. Bachelet dejará Piñera 20.000 millones de dólares en dos fondos soberanos y en activos financieros. De manera, que ante una nueva ola recesiva, al menos inicialmente el gobierno Piñera tiene margen de maniobra, podría tomar nuevamente medidas de estímulo, y aumentar el gasto público.
Las políticas de mayor gastos fiscal implementadas por el gobierno Bachelet, apelando a las reservas, junto al alza del precio de los minerales provocaron el fortalecimiento del peso respecto al dólar de un 26%, los empresarios de las industrias exportadoras que no beneficiaron de los precios altos se han quejado y han apelado a una intervención del Banco Central. Un mayor gasto público del gobierno de Piñera financiado con dinero de los fondos soberanos aumentaría la oferta de dólares en el mercado, aumentaría el valor del peso y provocaría el enfrentamiento con intereses que están representados en su coalición.

Las expectativas de crecimiento de la economía chilena por sobre un 3% descanzan en supuestos de reactivación robusta de la economía mundial. Pero que la recuperación que se observó durante el 2009 es frágil, como ya hemos explicado en anteriores artículos.
Por su desempeño en estos años de crisis y recesión China ha pasado de representar del 3.7 al 8.3% de la economía mundial, mientras que los Estados Unidos han disminuido su porcentaje en la economía mundial del 31 al 24.9%. Pero una interrogante es cuanto podrá resistir la burbuja inmobiliaria en China, que ha sido decisiva – junto con la especulación – para el alza de los precios de las materias primas, y hasta donde podrá seguir inyectando recursos, no sólo en China si no también en otros países, para mantener dinámica la demanda y el crecimiento sobre el 8% que el gobierno chino estima que es el mínimo para absorber las contradicciones sociales de la restauración capitalista, y la migración campo ciudad, evitando el estallido social. El año 2009 lo lograron, pero para ello fue necesario que invirtieran en inversiones públicas más del 3% del PIB, y de aumentar la facilidad del crédito bancario, aumentando el riesgo de morosidad y no pago, e inflando la burbuja inmobiliaria, y de la bolsa. Además el exceso de liquidez puede aumentar la inflación. China tiene que poner freno (aumentando la tasa de intereses, o apreciando el valor de su moneda) a su crecimiento que se espera que el año 2010 de cuenta de la mitad del crecimiento mundial, eso tuviera repercusiones globales. Las autoridades ya elevaron la tasa de encaje[7] para los bancos, con objeto de evitar las presiones de la inflación, frenar el crecimiento del crédito y evitar las burbujas de los precios de los activos. Pero esto resultará en un freno a la velocidad del crecimiento.

En las economías desarrolladas el consumo privado, que tiene un peso decisivo sobre la demanda total, aún no se recupera. Los Estados Unidos siguen siendo de lejos el mayor mercado en el mundo, pero los datos que conocemos de diciembre y enero arrojan muchas dudas sobre la supuesta recuperación económica de la que nos hablaron insistentemente los grandes medios. Las ventas minoristas cayeron un 0.3% en diciembre, de acuerdo con el departamento de Comercio y los subsidios por desempleo aumentaron en 11.000 hasta totalizar 444.000, lo que está por encima de los 437.000 que pronosticaban los expertos.[8] Los últimos datos que conocemos, los de la semana del 16 de enero, mostraron un empeoramiento del desempleo, las inscripciones para subsidio de desempleo llegaron a 482.000. La tasa oficial de desempleo en el país se sitúa en10%. La caída de las ventas minoristas es consecuencia de las altas tasas de desocupación, el endeudamiento y las restricciones al crédito. Diversas informaciones como estas indican que la recuperación económica esta retrocediendo. Y está claro que el consumo no volverá a ser el mismo, hasta varios años después de producida la recuperación económica. Lo mismo vale para el empleo, los expertos han predecido que serían necesarios 5 años de crecimiento económico para que los niveles de desocupación lleguen a las cifras anteriores a la recesión.

Las promesas de Piñera
El presidente electo prometió un crecimiento del 6% anual, un millón de nuevos puestos de trabajo y supresión de la pobreza hacia fines de la década.
De acuerdo con sus expertos, para ello es necesario aumentar la productividad del trabajo que permanece estancada por años, y remover las “barreras que han frenado una mayor participación de jóvenes y mujeres en la fuerza de trabajo”. Las tasas de participación de la mujer en la fuerza laboral son menores en Chile que en otros países del continente.
Detrás de estas promesas tenemos una vez más políticas de flexibilización, desregulación y privatización. Con el clásico repertorio de dogmas neoliberales. Se suceden las voces del mundo patronal, presionando por desregular. El Presidente de la CNC, Carlos Eugenio Jorquera, dijo que se debe “ajustar” sueldo mínimo de los jóvenes.[9]

En una exposición en el Centro de Estudios Públicos (CEP), un ‘Think Tank’ neo liberal, el economista Vittorio Corbo, señaló que el escenario mundial es más favorable, lo que abre las posibilidades para que la economía chilena crezca al 6%. El ex presidente del Banco Central, sostuvo que si bien "hay que trabajar duro (...) sí es posible crecer al 6%", como lo ha propuesto el mandatario electo Sebastián Piñera.

Corbo estimó que se deben tomar ciertas medidas que permitan esta expansión. (…) precisó que se deben "mejorar las condiciones para emplear a trabajadores y así flexibilizar el acceso al mercado laboral". Demagógicamente defendió la flexibilización de la jornada para "permitir a las madres que se les haga más fácil ingresar al mercado laboral, sumado a una jornada de trabajo más flexible en el corto plazo".[10]


[1] Flores, Tomas. Creo en la W. Revista Poder360. Noviembre 2008.
[2] Beinstein Jorge. En el comienzo de un largo viaje.
http://www.socialismo-o-barbarie.org/economia/091227_crepusculodelcapitalismo.htm
[3] Spread es la diferencia entre la tasa de interés que cobran a quienes piden préstamos y la tasa de interés que pagan a las personas o instituciones que depositan su dinero en las instituciones financieras.http://www.bancafacil.cl/bancafacil/servlet/Contenido?indice=1.0&idCategoria=98&letra=S
[4] En parte la gran popularidad con que termina Bachelet su gobierno tiene que ver con estas medidas, que se bautizaron como ‘la red social de la presidenta Bachelet’. Popularidad que contrarresta el fenómeno anterior a la crisis, cuando sus índices de aprobación caían mes tras mes.
[5] Flores, Tomas. Creo en la W. Revista Poder360. Noviembre 2008.

[6] Aunque durante la campaña electoral Sebastián Piñera prometió que volvería a entregar el bono de $40.000 pesos en marzo, equivalentes aproximadamente a 80 dólares US.

[7] La tasa de encaje es el porcentaje de los depósitos que la banca está obligada a mantener en su poder. Los bancos reciben depósitos que luego prestan, una parte de estos préstamos vuelven a la banca y es vuelto a ser prestado, de esta manera los bancos crean dinero. Con la tasa de encaje se asegura una liquidez mínima al sistema para asegurar que los requerimientos de retiro de dinero de los depositantes sean satisfechos, y también se controla el incremento de la masa de dinero.
[8] http://www.eleconomista.es/flash/noticias/1832525/01/10/EEUU-b-las-peticiones-de-subsidios-al-desempleo-subieron-mas-de-lo-previsto.html

[9] www.lanacion.cl: Cámara Nacional de Comercio plantea rebajar sueldo mínimo

[10] Diario Financiero On Line. 21 de enero de 2009.