Economía: Recesión Mundial, disminución del ritmo de la caída
The Economist, 20 de agosto de 2009.
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Patricio Guzmán.
Socialismo Revolucionario, SR.
Comité por una Internacional de Trabajadores, CIT.
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Hay consenso entre los analistas que la velocidad de la recesión y de la crisis financiera se ha desacelerado, y que en lo inmediato no hay riesgo que un país o un sector económico completo colapse.
Aunque el PIB de la Euro zona ha vuelto a caer un 4.7% en el segundo trimestre, comparado con el primer trimestre la caída es de solo un 0.1%. Cuando hablamos que la crisis se ha desacelerado hay que tomar en consideración que las cifras de referencia con las que comparamos del año anterior ya están fuertemente impactadas por la recesión mundial. Por lo mismo el mundo está muy lejos de volver a los niveles de empleo y producción anteriores a la recesión global. En el mismo sentido hay que tomar las informaciones que Francia y Alemania salieron de la recesión el segundo trimestre, con crecimientos iguales de 0.3%, lo cual si bien indica detención de la caída, también muestra que no se ha producido recuperación.
La mejora que se puede observar a dos años de que estallara la burbuja de las hipotecas ‘subprime’, se debe a las inyecciones gigantescas de recursos estatales, programas especiales de subsidio y rescate como el cambio de ‘chatarra’ por automóviles nuevos, a la expansión de la liquidez y a tasas de interés de los principales bancos centrales cercanas a 0% anual. El impacto del programa de subsidios a la compra de vehículos en Estados Unidos explica que las ventas de autos registraron su primer alza mensual del 1% desde 2007 en EE.UU., lo que significa 1,26 millones de unidades vendidas. Por su parte Alemania agotó en 8 meses los 7.150 millones de dólares de su programa similar, lo que explica que esta industria muestre que salió de la crisis.
Las ventas de viviendas pendientes en EE.UU. alcanzaron un máximo en dos años en julio, sin embargo al finalizar agosto cayeron las solicitudes de hipotecas un 2.2%, a pesar de la rebaja de las tasas de interés del sector.
Otro dato de reactivación que los medios han destacado es que los pedidos a la industria en Estados Unidos aumentaron, luego de 3 trimestres consecutivos de caídas, sin embargo subieron menos de lo previsto, en un 1.3% en julio por debajo de lo esperado por los analistas que era 2.2%.
La productividad anual de EE.UU. aumentó un espectacular 6.6% en el segundo trimestre de 2009, pero esto está vinculado con la mayor disminución del costo de la mano de obra en nueve años (cayó en una tasa anual de 5.9%), y al aumento de la desocupación. La empresa privada suprimió 295.000 puestos de trabajo en agosto, y en julio había recortado 360.000 empleos. En los próximos días se conocerán las cifras oficiales de desempleo en Estados Unidos que los analistas suponen que llegaran al 9.5%. En otras palabras, las empresas buscan mantener ganancias recortando costos de personal y aumentando los ritmos de trabajo. Esto está en línea con lo que ocurre en todo el mundo, a pesar de las metodologías de medición de la desocupación muy ‘maquilladas’. En la Eurozona, la desocupación en julio fue la mayor en una década, llegando al 9.5% ( 15 millones de personas). La falta de trabajo golpea duramente a los jóvenes, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, el desempleo juvenil representa alrededor de 44% de los desocupados en el mundo, a pesar que su participación en la población en edad activa es sólo del 25%. El desempleo todavía sigue aumentando en el planeta, en España hubo tres meses de mejora en el empleo, este país es el que tiene los peores índices europeos, la desocupación llegó al 18.5% en julio.
En los próximos años las altas tasas de paro forzoso seguirán siendo parte de la realidad, incluso si se reiniciará ahora un crecimiento sostenido de la economía mundial, los analistas sostienen que el empleo no se va a recuperar a la misma velocidad, y que probablemente serian necesarios de tres a cinco años, antes de volver a los niveles de empleo anteriores a la recesión global.
Si no hay una recuperación económica basada en la demanda y la inversión de la economía real, el rescate a partir de grandes transferencias permanentes de recursos públicos no es sostenible en el tiempo. Los efectos estimuladores de las transferencias se acabaran a principios del año 2010, o incluso antes. En el ciclo de crecimiento anterior a la crisis, la demanda interna norteamericana estimulada por el crédito fácil constituyo la ‘locomotora’ de la economía capitalista global. La caída de los salarios, el alza del desempleo, el exceso de capacidad productiva instalada, la contracción del mercado inmobiliario, conspiran contra el relanzamiento de la inversión privada y de la demanda.
La consecuencia de esto que la fuerte recuperación de la economía de China, no podrá sostenerse indefinidamente sobre la base del estimulo fiscal. Sin duda las gigantescas inversiones en infraestructura no pueden desdeñarse. China no se limita a ser una simple ‘maquiladora’, pero en última instancia el crecimiento sostenible de su economía exigen que se recuperen y reinicien el crecimiento de los mercados de Estados Unidos y Europa Occidental, los principales destinos de las exportaciones del país asiático. Si ello no ocurre, China no podrá mantener el crecimiento actual, y las contradicciones sociales potencialmente explosivas acumuladas se manifestaran.
El déficit norteamericano es insostenible en el tiempo
Durante la administración de Bush el déficit público comenzó a escapar de control, los gastos crecieron cada vez más, y los ingresos muy poco. Las guerras en Irak y Afganistán agravaron las cosas, y a esto se ha venido a sumar los paquetes de estímulo fiscal y rescate. La Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca estima que el déficit fiscal del año 2009 será de 11.2%, y eso es menos que una estimación previa de 12.9%. Uno de los mecanismos utilizados para equilibrar el déficit es la deuda pública, la deuda federal que era el 41% del presupuesto en 2008, llegará a 41% en 2019. El aumento de la deuda, implica que aumenta el riego país, lo que provoca mayores intereses por la deuda, y finalmente mayor gasto destinado a su pago. El incremento de las tasas de interés además desincentiva el consumo y la inversión.
La situación no es sostenible. En 2008 uno de cada doce dólares del presupuesto federal se destinaba a pagar intereses, en 2009 uno de cada seis dólares se destinará a pagar intereses.
Llegará el momento en que los acreedores no compraran los bonos del gobierno ya que la deuda excesiva hará dicha inversión demasiado riesgosa. EE.UU. recibirá un poco de la que era la tradicional medicina contractiva del FMI y no podrá gastar más de lo que logre recaudar con sus ingresos. Para 2040 la predicción de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO por su sigla en ingles) es que los intereses de la deuda absorberán el 30% de los ingresos y el pago de los derechos el restante 70%, alcanzando el colapso fiscal. Para evitar esto los Estados Unidos necesitan aumentar sustancialmente sus ingresos fiscales, aumentar las tasas impositivas, incrementar los precios de los bienes y servicios percibidos por los ciudadanos y disminuir gastos. Pero todo esto es incompatible con el relanzamiento sostenible de la economía, sobretodo de la demanda interna, vía un gran estimulo fiscal permanente.
El papel del dólar como moneda dura ahora es cuestionable
Según el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, el papel del dólar como buen almacenamiento de valor es “cuestionable” y la divisa tiene un alto nivel de riesgo.
Con todo esto, no debe sorprendernos que Joseph Stiglitz, mire con pesimismo la recuperación, y diga que aunque lo peor de la recesión puede haber pasado, la probabilidad de que el desempleo se mantendrá más alto de lo que ha sido, en los próximos uno a tres años. Es muy grande.
Los mercados bursátiles pasan alternativamente de la euforia al pánico.
En la actualidad una parte de las transferencias estatales de estímulo económico, terminan alimentando nuevas burbujas especulativas. Los especialistas discuten sobre cual es la amplitud de estas transferencias, pero incluso sosteniendo la tesis conservadora, que en el caso Chino sería de menos del 10% de esos recursos alimentando compras especulativas de títulos y minerales, eso ya es suficiente para alimentar nuevas burbujas especulativas, y alzas de precios en las bolsas, y las materias primas.
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