Las perspectivas de la economía global.
Patricio Guzmán
Socialismo Revolucionario, CIT en Chile.
Un nuevo ciclo.
La recesión actual, calificada como
Tras
Al buscar a los culpables de la recesión mundial actual, se ha insistido sobre la responsabilidad del sistema financiero irresponsable y ávido de ganancia, los nuevos instrumentos financieros derivados y de futuro incomprensibles para el grueso de los inversores, y el desarrollo del mercado global, todo ello favorecido en los manejos especulativos por la falta de regulación y control. Pero ello da cuenta solamente de una parte de los fenómenos, a ello hay que agregar el fracaso del sistema financiero internacional, establecido por las grandes potencias capitalistas después de
A pesar del descenso en la tasa de inversión en capital fijo, que mencionamos antes, una masiva introducción de innovaciones tecnológicas se extendió por el mundo a partir de la década de los años 70, basada en la microelectrónica y las tecnologías de información y comunicación que se incorporaron a la producción, este desarrollo dio paso a un modelo de producción de la era digital más ágil, con la masificación de los computadores, de la automatización, de métodos gerenciales muy sofisticados, y finalmente con la ubicua presencia de
Conocimientos de computación y de la lengua inglesa han comenzado a ser considerados parte del bagaje básico del trabajador (la nueva alfabetización digital), a la vez que los nuevos procesos exigen trabajadores con capacidad de tomar muchas más decisiones que antaño, lo que se ha dado en llamar ‘empoderamiento’. Se ha extendido la tercerización de la economía, y el trabajo precario, sin respaldo de contrato laboral indefinido y con garantías en caso de despido. Incluso el trabajo a domicilio a reaparecido con fuerza en todos los segmentos socio-económicos de la clase trabajadora.
Esas fueron décadas de gran crecimiento, que aunque fueron salpicadas por cortos episodios recesivos, solo fueron interrumpidos seriamente por la recesión mundial de los años 70.
El relanzamiento del crecimiento capitalista después de la recesión internacional de los años 70, además también en gran medida estuvo basado en la reconquista para el mercado capitalista y su lógica de la maximización del lucro privado, de los sectores asumidos por el estado con una lógica distinta a la del mercado, la de los derechos fundamentales garantizados en ámbitos tan diversos como Seguridad Social con sus sistemas de pensiones y de salud solidarios, y seguros de desempleo, Educación pública, y Vivienda Social.
A lo que hay que agregar la restauración capitalista en la mayoría de los países del mal llamado ‘socialismo real’ de matriz estalinista. Todo lo anterior relacionado directa o indirectamente con la reducción de los costos salariales, (tanto directos e indirectos, presentes y diferidos) y la paralela reducción de la importancia de los sindicatos, y de los partidos políticos vinculadas con el mundo obrero y popular, muchos de los cuales sencillamente desaparecieron, o se convirtieron en formaciones vinculadas con las clases dominantes y la gestión gubernamental a favor de los intereses de las grandes empresas.
De esta manera los capitalistas pudieron reducir los costos laborales, y pusieron fin a muchas de las conquistas sociales y concesiones que se vieron obligados a hacer a la clase trabajadora tras el fin de
Uno de los resultados de estas mutaciones ha sido una aceleración de la concentración de la industria financiera y en general de las empresas capitalistas – con lo que ellas escapan parcialmente del mercado con practicas oligopólicas y monopólicas - que va de la mano con la concentración la riqueza en las sociedades. Un capítulo en el que junto con los capitalistas ‘inmensamente ricos’, destacan los miembros de la alta dirección y gerencia que han visto multiplicar sus ingresos varias decenas de veces, e incluso después de los quiebres de las empresas que gestionaban los hemos visto retirarse con fortunas como premio a su gestión.
Un periodo recesivo y de crecimiento lento.
Si estamos en lo cierto lo que nos depara las próximas décadas es un nuevo ciclo caracterizado por recesiones y crecimiento lento. El capitalismo no va a desmoronarse por si mismo, por lo mismo una cierta recuperación económica futura es posible, pero será una recuperación precaria, sin una base sana, que anticipará nuevas crisis y nuevas recesiones.
En el periodo reaccionario global que se extendió por el planeta especialmente en la década de los 90, junto con el debilitamiento de los sindicatos, y de la actividad en sus bases, se consolidó un cierto sindicalismo ‘de acompañamiento’ comprometidos con el sistema capitalista y los gobiernos, del cual
La actual recesión ha puesto sobre la agenda no solamente la necesidad de reconstruir partidos de masas de la clase trabajadora, sino también la urgencia de reforzar un sindicalismo genuino al servicio de los trabajadores, sin compromisos con la patronal. Se necesita un sindicalismo capaz de dar respuesta a las mutaciones de la composición de la fuerza laboral, y del nuevo mundo económico en el que actúa el sindicalismo, para reencantar a los trabajadores y cumplir realmente con las tareas y responsabilidades que se espera de los sindicatos, en todos sus niveles.
La recesión global acabará... ¿el próximo semestre?
Nuevamente en lo que ya parece un ritual desde el comienzo de la recesión, se han producido anuncios optimistas respecto al relanzamiento económico. Los grandes medios han hablado de la mejora en los indicadores económicos en los EE.UU. – y ello no sería un asunto menor porque la norteamericana por si sola representa cerca del 30% de producto mundial – pero por el momento es una verdad a medias. Hoy
Ataques contra las conquistas y las condiciones de vida de los trabajadores.
La recesión global ha dado paso a
Más allá del aumento de los desempleados, se vislumbra el empeoramiento de las condiciones de los que trabajan. Esto se venía produciendo junto con la concentración de la riqueza como resultado de la globalización capitalista, ahora se acelerará. Hay que recordar por ejemplo que en Chile, ya antes de la crisis, los trabajadores precarios de todo tipo que carecían de contrato laboral sumaban más del 50% de la fuerza laboral.
Todas las promesas de superación de la pobreza a comienzos del siglo XXI (el compromiso del milenio), se han venido abajo. A nivel planetario, de acuerdo con datos de
Renovadas amenazas al medio ambiente.
La identidad entre crecimiento y desarrollo, es una de las falacias propias del pensamiento económico convencional, heredero del positivismo que cree en el desarrollo lineal, y ve a la naturaleza como un bien libre apropiable por el ser humano, sin mayores consecuencias. Esta identidad entre crecimiento y desarrollo, no se limita solamente al pensamiento dominante de los países capitalistas, una de las características de los regimenes de matriz estalinista, con su acento en el crecimiento extensivo y la industria pesada, fue el desprecio por las consecuencias medioambientales de planes gigantescos, las consecuencias en la ex URSS, por ejemplo han sido catástrofes como la de Chernobyll, o la parcial desaparición y envenenamiento del Mar de Aral, el mayor lago de agua dulce el mundo.
Por supuesto, los seres humanos siempre han afectado el medio natural, pero desde la aparición de la producción industrial, y la multiplicación de la población humana que permitió el capitalismo, el daño ecológico aumento de manera exponencial, no dando lugar a la auto reparación de los sistemas. Los efectos de la civilización capitalista sobre el medio ambiente, han disparado todas las luces de alerta en el periodo de globalización. Ya no son nichos aislados aunque importantes los que están en peligro definitivo, si no el conjunto del planeta que nos cobija, por problemas como la contaminación, la deforestación, la sobreproducción de desechos tóxicos, la dependencia energética de los combustibles fósiles, que se están combinando todos en la aceleración del cambio climático conocido como ‘calentamiento global’, y que podría dar lugar a acontecimientos cataclísmicos.
La recesión no ha significado una mejoría para la situación del medio ambiente. Por el contrario los estados han relajado muchas regulaciones y prohibiciones para permitir el relanzamiento del crecimiento económico. Así zonas del mundo previamente protegidas, al menos en la ley, como mares, el subártico o la selva del Amazonas, son objeto ahora de desregulaciones lo que podría acelerar problemas con consecuencias potencialmente catastróficas como el calentamiento Global.
Como ya hemos señalado, la ideología dominante ha construido una identidad entre crecimiento económico medido por el PIB (que no distingue entre la producción de un millón de dólares por desechos tóxicos, armas de destrucción masivas o mantequilla) y el desarrollo social. Si no quedamos en esta trampa ideológica economicista no podemos proyectar una sociedad socialista y democrática alternativa, que resulte verdaderamente atractivo para los jóvenes, los y las trabajadores, los pobres, los pueblos indígenas y las minorías oprimidas, que como siempre en las crisis resultan el chivo expiatorio sobre los que las clases dominantes y los políticos fascistas intentan desviar la frustración y la ira de los que sufren la recesión. Pero la propia profundidad de la crisis nos permite dirigirnos a una audiencia mucho más receptiva y ganar nuevas capas para las ideas de transformación socialistas de la sociedad.
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