Escuela de Verano del CIT-2009: “1989, las consecuencias y lecciones de la caída del muro de Berlín”

Posted by Nuestra publicación: on lunes, julio 27, 2009


El triunfalismo del capitalismo se convierte en desesperación



Leah Ganley, CIT-Escocia.


Lucy Redler de SAV (CIT-Alemania) inició el acto público del CIT, con cientos de personas asistentes, diciendo que los eventos de la revolución y contrarrevolución de 1989 tuvieron un impacto profundo en la conciencia de la clase trabajadora alrededor de todo el mundo.


Rene Henze, SAV, quien vivió en la Alemania del Este estalinista (República Democrática Alemana, RDA) hace 20 años, y que participó en el movimiento de la oposición, que involucró muchos jóvenes, fue el próximo en hablar. El describió el mal manejo autoritario de la sociedad y la economía y la destrucción medioambiental, hablando de sus experiencias de ese tiempo. En 1986/1987, Gorbachev, el dirigente de la ex-Unión Soviética empezó el proceso de Glasnost y Perestroika, introduciendo reformas y rompiendo con el centralismo de la economía soviética. Esto causó esperanzas de que un proceso similar ocurriera en la RDA. Sin embargo, el régimen de la RDA declaró que no tenía ninguna intención de seguir este camino.


Al inicio de 1989, hubo un descontento creciente, con debates ocurriendo en todos los lugares, en sitios de trabajo, universidades y bares. El 7 de Mayo, las elecciones municipales fueron manipuladas y el día siguiente el partido dominante, SED (Partido Socialista Unificado de Alemania), declaró la victoria con una mayoría del 98%! También, cientos de miles de personas empezaron a salir de la RDA cuando la burocracia justificó la masacre de la plaza de Tiananmen.


Sin embargo, los activistas de la oposición se quedaron para construir un movimiento que empezó con una pancarta en Leipzig, con la consigna, “¡Nos estamos quedando aquí; no dejaremos que los estalinistas arruinen nuestras casas!” Varios activistas fueron arrestados pero el movimiento se hizo más y más grande cada semana.

Las protestas se expandieron por todo el país y el 20 de octubre docenas de miles de personas se reunieron en Berlín. La policía reaccionó con cañones de agua pero pronto fueron rodeados por los manifestantes. El aparato del estado empezó a caerse. Todos miraban hacia Leipzig, donde el 16 de octubre hubo rumores que el ejército abriría fuego en contra de los manifestantes. Pero el 16 de octubre pasó sin represión del ejército para proteger el estado. Honecker, dirigente de la RDA, fue forzado a resignarse, mientras un millón de personas salieron a las calles.


Comités aparecieron en la RDA

En todos los lugares, comités fueron establecidos, en sitios de trabajo, fábricas, escuelas y hasta en los zoológicos. Hubo consejos estudiantiles y aprendices, y también consejos dentro de los órganos del estado. La policía de Berlín del Este formó un consejo y un consejo de ´soldados´ de toda la RDA se formó en enero del 1990. Incluso la fuerza elite de la policía secreta formó un comité.


Rene explicó: “El poder estaba echado en la calle esperando que alguien lo tomara”. Las fuerzas del CIT argumentaron que todos los consejos debían unirse a un nivel local, regional y nacional para implementar un plan democrático socialista. Lamentablemente, las fuerzas del genuino socialismo, fueron demasiado pequeñas para tener un efecto sobre los movimientos.


El 9 de noviembre, el muro de Berlín cayó y los alemanes del Este vieron los bienes en las tiendas de Berlín Occidental, comprobando las mentiras del régimen de la RDA, el cual había sido incapaz de satisfacer consistentemente las necesidades de la gente. Esto reforzó las ilusiones a cerca de la restauración del ´libre mercado´.


La clase capitalista en la Alemania del Oeste tomó control de la economía e industria de la Alemania del Este. Esto tuvo un costo enorme. En Alemania del Este, 75% de la industria fue destruida.


Igor, de Rusia, subrayó los resultados desastrosos de la restauración del capitalismo en la ex-Unión Soviética. Las masas han sufrido 20 años de guerras civiles, conflictos étnicos, pobreza, problemas económicos profundos y una reducción dramática de la expectativa de vida.


Hasta el otoño de 2008, hubo un crecimiento en la economía rusa, lo cual alimentó las esperanzas e ilusiones de muchas personas en salarios más altos y un nivel de vida mejor. Sin embargo, la crisis económica mundial ha aplastado estas esperanzas y es una gran amenaza a las ilusiones del capitalismo. La tradición de las luchas de los trabajadores necesita ser recuperada en Rusia y este proceso se está iniciando.


Hace unos meses, varios sindicatos militantes declararon que los trabajadores necesitaban estar organizados en organizaciones políticas para defender sus derechos. En esta etapa, es solamente una idea, pero tal idea viniendo de los sindicatos militantes muestra un desarrollo entre los trabajadores avanzados.


Igor también, se refirió a Kazajstán y Ucrania, dónde la situación económica es aun peor que en Rusia. Hay una rabia creciente. Esta ha sido expresada por la ocupación de una fábrica y la huelga de los trabajadores de los buses en Ucrania. Kazajstán recientemente ha tenido una huelga de 2.000 trabajadores chóferes también. Los miembros del CIT jugaron papeles importantes en estos eventos, en algunos casos ayudando a organizar y desarrollar estas luchas.


Igor concluyó diciendo que debido a las consecuencias de la restauración capitalista, una nueva generación está más abierta a las ideas socialistas y marxistas y que esto podría desarrollarse rápidamente si las luchas aparecen.


La Masacre de la plaza de Tiananmen

Los eventos de la plaza de Tiananmen el 1989 fueron tocados en el acto también. China se mudó hacia el mercado capitalista a fines de los años 70 y 80. El régimen disolvió las granjas colectivas, privatizó industrias estatales y levantó los controles de los precios. En 1988, la inflación (lo cual antes no ocurrió) se disparó al 32%, mientras la gente sufrió una perdida de ingresos y hubo un pánico de compras.


Hubo una división entre la elite dominante y una lucha se abrió dentro del partido comunista con respeto a la velocidad de las reformas. Una sección de la burocracia dominante, que aseguró que quería reformas políticas, fue marginada. Esto provocó un movimiento, inicialmente de los estudiantes y la inteligencia, exigiendo demandas democráticas generales. A partir de abril, las manifestaciones crecieron a cientos de miles y los trabajadores se involucraron.


Antes del 18/19 de mayo, medio millón a un millón de personas marcharon en Beijing. El gobierno reconoció la potencia revolucionaria del movimiento y envió al ejército para aplastar el movimiento. Por diez días, los trabajadores, estudiantes y jóvenes se quedaron en las calles, como una barricada humana parando el ejército.


La situación tuvo elementos del poder dual. Los trabajadores y estudiantes dirigieron el tráfico, la policía no estaba en vista, el crimen bajó e incluso algunos criminales estaban “en huelga”. Los estudiantes y trabajadores controlaron algunas áreas de Beijing y el gobierno se vio paralizado. Pero no hubo ninguna fuerza presente con una estrategia de organizar los comités de acciones y sindicatos independientes en un movimiento político, democrático y socialista que se podía haber dirigido a una revolución política. Esto tuvo consecuencias brutales. El 3 y 4 de Junio, el mal llamado Ejército para la Liberación del Pueblo, brutalmente despejó las calles y cientos, posiblemente miles fueron asesinados, principalmente trabajadores. Miles fueron arrestados y encarcelados y cientos ejecutados.


Para citar a Joe Hill, “¡No llores, organízate!” Después de veinte años, necesitamos aprender las lecciones de la plaza de Tiananmen; por un partido socialista de las masas para derrumbar la elite en China.


Peter Taaffe del Secretariado Internacional del CIT señaló que, al igual que 1917, 1989 fue un momento decisivo en la historia. Sin embargo, 1917 abrió un periodo de revolución mundial después de que la clase trabajadora tomó el poder en Rusia y empezó a construir una sociedad socialista. Por su parte, 1989 vio el inicio de la catástrofe económica y social de la restauración del capitalismo en los países de Europa.


Ningún comentarista pro capitalista fue capaz de prever los movimientos de masas que explotaron. Tres meses antes de que cayera el muro de Berlín, el Financial Times de Londres aseguraba que la situación a través de Europa del Este estaba tranquila. Pero décadas antes, León Trotsky, cuando analizaba la ex-Unión Soviética de los años 30´, notó que el desarrollo de la burocracia estalinista se estaba convirtiendo en una obstrucción absoluta para la economía planificada y la sociedad se estaba estancando. En este caso, o una revolución política hacia el socialismo democrático o el regreso barbárico del capitalismo eran las dos posibilidades.


Los movimientos masivos de 1989 vieron manifestaciones enormes, huelgas generales y reuniones masivas. Desde el inicio, hubo elementos de estos movimientos que estaban abogando por una democracia de los trabajadores dentro de la economía planificada en vez de un regreso al mercado. Pero la falta de una fuerza política capaz de plantear estas demandas y organizar acciones de las masas significó que estas ideas fueran relegadas al rincón del movimiento por otras fuerzas que difundieron las ilusiones en el mal llamado mercado ´libre´. Si estos movimientos hubieran tomado lugar en los años 30´, cuando la memoria de la revolución rusa todavía era fuerte, una revolución política hubiera sido más probable. Pero 70 años de estalinismo en Rusia, en particular, tuvo un impacto negativo inmenso para la conciencia de la clase trabajadora en los estados ex-soviéticos.


Lecciones para hoy día

Las economías planificadas de la Unión Soviética y los regimenes estalinistas de Europa del Este sobrepasaron a las economías capitalistas hacia los años 70´. La Unión Soviética, y China después de la revolución del 1949, vieron un crecimiento económico y desarrollo sin paralelo en la historia humana. No obstante, todas las ventajas de la economía planificada se enfrentaron con el bloque que fue la roca burocrática, que eventualmente estranguló la economía y se dirigió al estancamiento de la sociedad.


Peter explicó que hay lecciones importantes para hoy día. En Venezuela, el gobierno de Chávez ha introducido reformas a favor de los pobres que son muy bienvenidas. Pero hay señales de una burocracia en desarrollo. Incluso si la economía entera fuese nacionalizada, esto no representa un paso hacia el socialismo verdadero sin una democracia de los trabajadores, que es la única forma de satisfacer las demandas de la gente trabajadora.


El CIT correctamente analizó el impacto del colapso del estalinismo, a diferencia de otros de la izquierda quienes subestimaron, cuando se enfrentaron con la realidad, el impacto negativo para la conciencia de la clase trabajadora, debido a la ofensiva ideológica de la clase dominante. Esto fue reflejado en el título principal en 1989 del Wall Street Journal que dijo: “¡Ganamos!”. Este periodo también vio el giro hacia la derecha de los partidos que antes fueron partidos de los trabajadores y de la dirección sindical.


Después del colapso del estalinismo, la clase capitalista tuvo su oportunidad más favorable, para mostrar los méritos de su sistema. La crisis económica profunda hoy en día, con la parálisis de la producción, el desempleo masivo y billones sumergidos en la hambruna, mientras una pequeña minoría goza de una riqueza obscena, muestra que el sistema de mercado ha fracasado espectacularmente.


Hace veinte años, vimos la caída no del socialismo, sino del estalinismo. La lucha de la clase trabajadora por el socialismo democrático sigue. Hoy en día, el CIT levanta la tarea de construir las fuerzas del socialismo a través de todo el mundo.