LOS TRABAJADORES NO TENEMOS POR QUE RESPETAR EL ACTUAL ESTADO DE DERECHO

Posted by Nuestra publicación: on sábado, mayo 10, 2008


Celso Calfullan

Socialismo Revolucionario, CIT Chile. 10 de Mayo 2008.

Este es un año de elecciones y eso ya se nota. El gobierno de la Concertación presento una ley para "reformar" el sistema electoral binominal y como se sabía de antemano, esto fue rechazado por la derecha en su conjunto.

A esta altura pensar que realmente la Concertación quiere cambiar las cosas en este país es una verdadera tontera, hasta ahora la Concertación lleva más tiempo que la dictadura en el poder y a pesar que tuvieron mayoría en el parlamento, en ambas cámaras, no lo realizaron.


La Concertación no ha hecho cambios, no por que no ha podido, sino por que no ha querido. Los diputados concertacionistas se veían patéticos con las poleras que decían "Yo voto contra la exclusión", ellos han sido los principales herederos y profundizadores del modelo de la dictadura, en lo económico, las leyes e instituciones que Pinochet y la derecha ideo, para excluir a la mayoría de los trabajadores de este país.

Cada vez que hay movilización por parte de los trabajadores, los estudiantes, los deudores habitacionales o pobladores defendiendo sus derechos, de lo primero que se nos acusa es de violar el "estado de derecho" y nos recuerdan que nadie esta por sobre el estado de derecho. Pero tenemos que recordar que toda la legislación actual y sus leyes, partiendo por la Constitución política del Estado, son totalmente ilegítimas y en las que la mayoría de la población trabajadora no tuvo ninguna participación, ni fueron tomados en cuenta.

El actual estado de derecho, viola los derechos de los trabajadores en forma permanente e incluso permite el asesinato de trabajadores en huelga.


La constitución es totalmente ilegítima.

La Constitución que nos rige es totalmente ilegítima desde su origen. Esta fue elaborada entre cuatro paredes, por unos cuantos personeros de derecha por el estilo de, Jorge Alessandri o Jaime Guzmán (un filo fascista, fundador de la UDI) y luego aprobada en un plebiscito que no contó con las mínimas garantías democráticas y con una campaña previa de amedrentamiento, donde se le decía a los trabajadores que perderían su trabajo sino la aprobaban, entre otras cosas.

Por supuesto los personeros de derecha y los empresarios que idearon esta constitución, la hicieron pensando en sus intereses y en como defenderlos y no precisamente pensando en los trabajadores o pobladores de este país.

La actual constitución en lo central es inmodificable, salvo por los cambios cosméticos que se le han realizado hasta ahora, pero cualquier modificación de verdad requiere quórum tan elevados que en la práctica lo hace imposible, como es el caso de la reforma al sistema binominal, donde se requieren dos tercios de los parlamentarios para modificarlo.


Los actuales integrantes del parlamento chileno, no representan genuinamente a los trabajadores, los estudiantes o los pobladores de este país. Desde el sistema electoral para abajo todo esta viciado, esto es lo que hace que los diputados y senadores no sean realmente representativos.

Al aberrante sistema electoral binominal debemos agregarle que en Chile sólo votan los viejos, por que la mayoría de los jóvenes no están inscritos en los padrones electorales, y los jóvenes se resisten a participar en un sistema anti-democrático ¿Entonces de que representatividad estamos hablando?


La concentración del poder económico en cada vez menos manos.

A todo lo anterior tenemos que agregarle, que la dictadura además traspaso de manera fraudulenta a la derecha y los empresarios la mayor parte de las empresas que antes eran del Estado.

El enorme poder económico que adquirieron bajo la dictadura, lo han aprovechado para tomar control de una manera mucho más asfixiante que antes de la dictadura, de los medios de comunicación, televisión, periódicos, radios. Precisamente uno de los principales empresarios que se enriqueció con las "privatizaciones" de la dictadura, Sebastián Piñera, (hermano de unos de los ministros del trabajo de Pinochet y autor intelectual del actual Código Laboral) es el dueño de uno de los pocos canales de televisión que existen en este país, el señor Piñera es además el candidato presidencial de la derecha. Por esto hablar de libertad de expresión en este país es un chiste de mal gusto. Las demandas y peticiones de los trabajadores y jóvenes, simplemente no existen para los medios de comunicación.


Solo los trabajadores pueden terminar con la corrupción.

La corrupción es otro elemento que la Concertación hereda de la dictadura de Pinochet, un sistema político que es totalmente anti-democrático, tiene muy pocas posibilidades de ser controlado. En el parlamento los que no son familiares son socios de alguna empresa y obviamente no están dispuestos a denunciar los hechos de corrupción de sus compadres o familiares, menos cuando muchos de ellos tienen tejado de vidrio.

La oposición acusa al gobierno por las "irregularidades" en el Ministerio de Educación y el Registro civil o las malversaciones en Ferrocarriles y la Concertación entonces le recuerda a la oposición sobre los hechos "irregulares" que se están investigando en las municipalidades de Huechuraba, Recoleta o Colina, todas bajo control de la derecha. Mientras los trabajadores, los jóvenes y pobladores no tengan verdadera participación democrática y podamos controlar los diferentes órganos del Estado, la corrupción no se va a terminar, solo cambiara de coalición.


El Tribunal Constitucional, es la catedral de la anti-democracia.

Pero sin lugar a dudas la existencia del Tribunal Constitucional, viene a ser como la guinda de la torta. Este tribunal esta por sobre todas las demás instituciones del Estado y ninguno de sus integrantes es elegido, son designados a dedo por instituciones ilegítimas o muy poco representativas, como el Parlamento, la Corte Suprema (jueces que tampoco son elegidos). Este órgano constitucional, claramente fue pensado y colocado ahí para justificar futuros golpes de estado. Una institución como esta fue la que les hizo falta a la derecha y los demócratas cristianos en 1973, para que justificara un golpe de estado en contra de Allende o por lo menos tratar de darle un barniz de "legalidad".

El fallo sobre la píldora del día después es el mejor ejemplo de lo que pueden llegar a representar para los trabajadores instancias como estas. La resolución no toma en cuenta para nada la opinión de la mayoría de los chilenos, menos todavía la opinión de las mujeres ¿De qué democracia están hablando? Aquí las únicas opiniones que valen son las de la derecha o como algunos han planteado en Chile no existe estado de derecho, sino un "estado de derecha".


Sólo los trabajadores movilizados, pueden realizar los cambios.

La Concertación nunca ha querido cambiar la actual institucionalidad, de hecho la han usado en su directo beneficio. La coalición de gobierno lleva en el poder más tiempo de lo que duro el régimen de Pinochet y los trabajadores no hemos recuperado ninguno de los derechos que nos fueron conculcados por la dictadura.

Los trabajadores subcontratistas de Codelco, de las forestales, los jóvenes secundarios, entre otros, han mostrado el único camino posible que tenemos los trabajadores; nosotros no tenemos por que respetar un estado de derecho que pisotea nuestras demandas por mínimas que sean, tenemos que sobrepasar la legalidad vigente si queremos que se haga justicia, en nuestros salarios, en el derecho a educación, salud y vivienda dignas.


Las negociaciones con la Concertación y la derecha no conducen a ningún parte, sólo basta mirar que paso con la lucha de los jóvenes secundarios, el gobierno bajo la presión de los jóvenes prometió que se cambiaria la LOCE y ¿Qué paso realmente? La ley quedo prácticamente igual, pero ahora tiene otro nombre, es como la constitución de la dictadura, que ahora no lleva la firma de Pinochet, sino de Lagos, pero en su esencia sigue siendo la misma constitución.


El legítimo derecho a rebelión.

La movilización de los trabajadores, jóvenes y pobladores hoy es más justa y legítima que nunca, a pesar de lo que digan los representantes de instituciones totalmente desprestigiadas e ilegitimas. El derecho a rebelarse esta legitimado incluso por naciones unidas, cuando los que tienen el poder lo usan en su directo beneficio.

Cuando las leyes y las instituciones son opresivas, tenemos el legítimo derecho y el deber de rebelarnos, lamentablemente no existe otro camino.

Necesitamos luchar por una sociedad más justa, más solidaria e igualitaria. Hoy es más necesario que nunca luchar por una sociedad socialista.


Celso Calfullan

Socialismo Revolucionario. Comité Por una Internacional de Trabajadores.