Cambio climatico ¿Podemos salvar al planeta?

Posted by Nuestra publicación: on miércoles, marzo 05, 2008

El gobierno esta hablando que tenemos que reducir el consumo eléctrico a raíz de la sequía, la sequía también es culpable de que nuevamente estén subiendo los precios de los alimentos.
La sequía además es la excusa que esta usando el gobierno para aprobar los proyectos de nuevas centrales hidroeléctricas en Aysen, que inevitablemente terminaran dañando el medioambiente de nuestro país.
Finalmente es el daño al medioambiente lo que esta provocando todos los cambios climáticos que hoy estamos viendo en la mayor parte del planeta.
El calentamiento global.
Chile no es el único país donde esta quedando en evidencia que la amenaza debido al calentamiento global está aumentando.
El calentamiento global es el aumento de las temperaturas de la tierra producto de la alta concentración de dióxido de carbono (CO2) y otros gases llamados de efecto invernadero en la atmósfera como resultado de la combustión de combustibles fósiles como carbón, petróleo y gas.
Basado en la actual producción de gases invernadero y en las proyecciones de emisión en el futuro inmediato, este tamaño de aumento ahora es inevitable. Incluso si los gases contaminantes fuesen reducidos ahora en el 60% necesario para que sea sustentable, probablemente tomaría 70 años, posiblemente más, antes de que una reducción de las temperaturas promedio fuera vista.
La temperatura superficial global media está actualmente en 0,7°C sobre el nivel de antes de que comenzara la revolución industrial en 1750. Está previsto que suba 1°C sobre el nivel preindustrial en los próximos 25 años, lo que provocará problemas de escasez de agua y la disminución de la producción de comida en los países pobres.
A mediados de este siglo, los efectos del calentamiento global serán más pronunciados cuando la temperatura de la tierra suba 2°C sobre el nivel de 1750. Para entonces habrán pérdidas sustanciales del hielo del océano ártico y las regiones del mediterráneo serán golpeadas por más incendios forestales. Plantas y especies animales también estarán amenazados de extinción.
El cinismo de los capitalistas.
La mayoría de los lideres capitalistas ahora reconocen que el calentamiento global es una seria amenaza a mediano plazo a la que hay que considerar. La principal excepción a esto es Bush, quien representa los intereses de las grandes compañías petroleras y de gas de Estados Unidos, y como tal se rehúsa a tomar parte en ninguna acción que trate de reducir las emisiones, dado que esto afectaría sus intereses.
El programa que otros lideres tienen está basado en el protocolo de Kioto firmado en 1997 que tiene la meta de reducir los gases del calentamiento global en 4,8% de sus niveles de los noventa, en el año 2012.Este objetivo es muy modesto ya que la mayoría de los expertos piensan que se necesita una reducción del 60%, y muchos activistas medioambientales ponen la cifra más alto.
Un examen en detalle a las previsiones del tratado de Kioto muestra que incluso sus modestos objetivos de reducir las emisiones en 4,8% son falsos. El nivel para el objetivo fue establecido deliberadamente en 1990, que fue antes del colapso de las economías de Europa del Este que provocó la reducción a la mitad de su producción de gases invernadero, lo que significa que grandes reducciones habían tenido lugar por adelantado para ayudar a alcanzar la "meta".
Más allá de dejar al descubierto el hipócrita doble discurso de las autoridades de los países avanzados. Muestra que para ellos, las necesidades de las grandes compañías tienen prioridad. Si las ganancias están amenazadas, tratar con una catástrofe probable futura es bajado de la agenda.
Los EE.UU. se niegan a unirse a Kioto por razones similares. Ya que Norteamérica produce 25% de los gases invernadero globales, sus corporaciones son las que tienen, de lejos, más que perder si un sistema de "hacer pagar al que contamina" es introducido. Incluso a pesar de que el tratado es ampliamente cosmético, Bush (y Clinton antes) lo vieron como la delgada punta de una cuña y por eso lo rehuyeron.
La rivalidad capitalista internacional complica el problema porque el país más poderoso, los EE.UU., es el que más tiene que perder y encabezará los intentos por bloquear cualquier acción significativa sobre el calentamiento global.
Otro factor que bloquea el progreso es que la anarquía del sistema de mercado hace imposible planificar siquiera unos cuantos años por anticipado, mientras que cualquier programa de sustentabilidad debe ser planificado por décadas.
El dilema de los principales países capitalistas es que ellos necesitan introducir un programa viable para reducir el calentamiento global pero no están dispuestos a pagar por él, especialmente si cualquier país debe perder significativamente más que un rival. Por supuesto todos perderán si hay una catástrofe medioambiental pero esta es una consideración secundaria en la lógica de corto plazo de su sistema basado en el lucro.
Como una salida de su impase las principales potencias industriales, algunas más abiertamente que otras, cada vez más se vuelven hacia la energía nuclear. La ventaja que ven es que la energía nuclear, por coincidencia, no produce gases invernadero y la tecnología es barata con relación a la inversión requerida en energías renovables como la eolítica, la de mareas o la energía solar.
Sin embargo el aumento de la energía nuclear produciría cada vez más basura nuclear, para la cual no se ha desarrollado ningún método de almacenamiento seguro. Esto aumentaría las posibilidades de otro desastre tipo Chernobyl.
La alternativa socialista.
Bajo el sistema capitalista de "libre mercado", el futuro medioambiental es insustentable, ya sea por el Calentamiento Global o por la proliferación de basura nuclear tóxica. El creciente fracaso del mercado hace que la gente pregunte: ¿Cuál es la aproximación socialista para hacer frente a la crisis medioambiental?
Cada vez esta más claro que el uso planificado de los recursos será la herramienta esencial para enfrentar el Calentamiento global y otras amenazas. Una economía planificada, si es controlada democráticamente, es una alternativa tanto al capitalismo como a la perversión del "socialismo" practicado por los burócratas de la ex Unión Soviética.
Un sistema social basado en la planificación democrática tendría enormes ventajas inherentes en el ahorro de energía. Por ejemplo, evitaría la duplicación de recursos, la obsolescencia planificada y la destrucción de fabricas y maquinaria en las depresiones, experimentadas por el sistema capitalista.Terminar con estas características tendrá un impacto significativo en el aumento del uso de la energía y por lo tanto en la reducción de la contaminación. Sin embargo, la mayor ventaja de una sociedad socialista donde la producción es motivada por la necesidad y no por la ganancia, será la capacidad de enfrentar las amenazas utilizando la planificación democrática, comparada con la degradación medioambiental inevitable vinculada con la anarquía de la producción capitalista.
Planificación democrática.
Un plan socialista para el medioambiente tendría en su centro un programa de inversión de largo plazo en fuentes de energía renovable, llevando al reemplazo progresivo de las plantas de energía de petróleo, gas y carbón, y de las plantas de energía nuclear. Los trabajadores en esas industrias tendrán que ser reentrenados y recapacitados para las diferentes tecnologías vinculadas con la generación energía eólica, de mareas y solar.
Asimismo, la investigación y desarrollo de nuevas técnicas de generación de energía se incrementarán masivamente. Se trabajaría para mejorar la capacidad y eficiencia de tecnologías de energías renovables que actualmente están disponibles tales como células de hidrogeno. Los expertos adicionales para hacer esto podrían ser destinados desde la industria armamentista, un sector que rápidamente se vendrá abajo.
Se necesitará desplegar recursos significativos para limpiar el desastre heredado del capitalismo. En especial, los trabajadores de las industrias nucleares estarán atareados en la organización de la recomisión de plantas nucleares y desarrollando formas seguras de almacenar y neutralizar deshechos tóxicos.
Para implementar este programa será necesario un plan medioambiental integrado el cual será afectivo solamente si las industrias de energía son nacionalizadas bajo el control y la gestión democrática de los trabajadores.
Aquí la planificación, involucrará la destinación directa de recursos destinados a mejoras que hayan sido democráticamente determinadas en todos los países, y acordadas internacionalmente.
Todo lo anterior sería imposible bajo el capitalismo debido a la amarga rivalidad que existe entre los principales países imperialistas.
Socialismo Revolucionario
Comité por una Internacional de Trabajadores, CIT.