LOS LÍMITES DE LA GLOBALIZACIÓN

Posted by Nuestra publicación: on martes, enero 15, 2008

Federico García Morales
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Desde el principio de la actual fase globalizante del capital, estaban implícitas sus limitaciones. Hoy estas limitaciones son más visibles y llegan a tener rebordes catastróficos.
En primer lugar, se dejó notar que se trató de una intensa fase de sobreacumulación de capital que trataba de sostener su desarrollo sobre bases extremadamente debilitadas. Gran parte de la estampida financiera y concentradora fue como consecuencia de la fuerte crisis que siguió al crecimiento real de la segunda posguerra, y que se extendió hasta los 1970.
Después vinieron las súbitas contracciones, la crisis de los petrodólares, el descubrimiento del rentismo de los endeudamientos masivos. ..la crisis "asiática" y los numerosos "efectos":tequila,samba, tango,etc.
La inflación globalizante del capital tenía también otros soportes que se revelarían pasajeros:
La inusitada expansiòn de la masa laboral, cambios acelerados en la estructura de la fuerza de trabajo y ampliación explosiva de las tasas de ganancia.
El crecimiento del ahorro y de la inversión en zonas periféricas y su posterior canibalización por el capital transnacional.
La recuperación de Europa y de Japón.
El desarrollo de las economías burbuja (el propio Japón, el Sud Este Asiático).
La fase final de la Guerra Fría con su intensa carrera armamentista, que catapultó a los EEUU a su situación de hegemon en la posguerra fría.
Las ventajas obtenidas por los nuevos centros imperiales en el despojo de las zonas coloniales nuevas y viejas (Medio Oriente, Asia Central, Africa, América Latina).
La expansión de las nuevas tecnologías (informática y biotecnologías)
La explotación irrestricta y acelerada de los recursos naturales.
Las reformas en los corredores alimenticios.
La plena mercantilización del consumo de masas y su creciente concentración.
La acelerada concentración del capital industrial y del capital financiero tanto en centros como en periferias.
La hegemonía transnacional a lo largo de todo lo que lleva este proceso.
La creación de amplios aparatos supranacionales de vigilancia del comportamiento económico y financiero.
Examinemos que ha pasado en cada caso:
1. LA EXPANSIÒN DEL TRABAJO...
El crecimiento económico de la segunda posguerra origina una fuerte expansión de la masa laboral, en un mundo que se industrializa y urbaniza. El nacimiento de la fase globalizante se conduce entre fuertes y sucesivas reformas en la organización y estructura de los procesos del trabajo. Hasta un momento, parece darse una tendencia a traspasar empleos de sectores primarios a secundarios y terciarios y a considerar el crecimiento en función de ascensos sociales y educativos. Coincidiendo con esa fase de expansión que crea la base de la globalización, se dan desplazamientos masivos del campo a la ciudad, migraciones de trabajadores de las periferias a los centros, la gigantesca entrada de la mujer en trabajos industriales y profesionales...
Sin embargo, la economía capitalista, a nivel mundial no se vio interesada en esos desarrollos per se, sino en la defensa, en condiciones críticas, de su tasa ganancias, una persecución con caracteres obsesivos que de pronto se tornó antagónica con el pleno empleo, y de la explotación del trabajo se entró en una fase de destrucción del trabajo "en nombre de la productividad".
Una fase que hoy vemos acelerada por la crisis, y acelerando la crisis. La retirada del trabajo, nos separa de las economías de bienestar. Y es entonces cuando la continuidad de esta nueva lógica que se apodera del proceso globalizante, empuja a formas antisociales y genocidas.
La consecuencia es la baja del empleo en los centros y en las periferias. Y la creación de una situación en donde "el consumerismo" de la etapa expansiva cede el lugar a una época de inventarios no realizables, a la que sigue el paro. Hoy economías como las europeas no muestran crecimientos en la creación de plazas, y esta es una situación que no puede cargarse a los efectos de "la crisis asiática" u otras manifestaciones del ciclo depresivo. Es algo que viene de más adentro de la dinámica capitalista reciente. Otro tanto ocurre en EEUU y Japón, y debemos agregar a la lista a los "mercados emergentes" en donde se da también esta lucha que va desplazando humanidades de la esfera productiva al desempleo, el semiempleo, la marginalidad. En el mundo "excolonial" ahora se observan los efectos de un nuevo retorno colonial, que distorcionó lineas de producción (introducción de la maquila y de políticas de crecimiento hacia fuera) ) y de mercado que empuja reestructuraciones, reingenierías, que junto con "la inversión directa" no trae nuevo empleo, sino sólo formas selectivas de explotación que van acompañadas en la "competencia"de una destrucción de los entornos que pudieran empujar "odiosos" crecimientos internos.
Es notable el deterioro en el crecimiento de Africa o de América Latina en este período globalizante. Baste observar la situación en que se debaten paises como Argentina, Brasil o México. Todos bajo diferentes signos destructivos, en donde la destrucción del trabajo es lo primero.
Este es un camino tomado por el capitalismo globalizante, un camino que posiblemente carezca de salida.
Es un cuadro muy diferente el que se presenta cuando vamos de los indices de "crecimiento del PIB" (siempre tan mal distribuido) a los índices de crecimiento del desempleo.
El estrechamiento del mercado de trabajo, da su contribución a un estrechamiento del mercado en general, pero también contribuye a dejar atrás la era de la globalización.
2. CRECIMIENTO DEL AHORRO Y DE LA INVERSIÓN ---
Con respecto a (2) el ciclo completo se realiza, desde la creación de las industrializaciones aceleradas substitutivas durante y con posterioridad a la Segunda Guerra, las reformas agrarias, ascensos de la participación social en estados de bienestar (al menos en proyecto) y de una economía internacional signada por la presencia de mercados tutoreados por estados nacionales, que permitió una amplia y repartida capitalización, a la absorción y subsunción de estos pujos industrializadores a las necesidades de las economías centrales y sus extensiones tentaculares transnacionales y sus necesidades acumulativas. En esta acumulación se define ahora la importancia central de las transnacionales en la nueva economía mundial globalizada, marcada por la plena mercantilización de la fuerza de trabajo y de sus productos, y el extremo restroceso de los proyectos de bienestar, la nueva concentración de la riqueza (de la tierra, de la industria, de la banca ) y el crecimiento del desempleo y el endeudamiento de la periferia.
El desarrollo del punto (2) transfiere ahorro e inversión hacia las TNCs, y de éstas a las llamadas economías centrales. La búsqueda reciente de mayores franquicias para el movimiento del capital en las zonas periféricas sólo tiene como objeto acelerar la explotación de sus recursos y ha venido a generar el despuntar de una inmensa crisis social, los atisbos de una guerra social permanente en estas zonas.
En este proceso, hasta muy recientemente, el capital TNC se ha beneficiado de la colaboración de elites dirigentes, que han ido perdiendo su articulación con bases sociales propias, generando así un inmenso vacío de poder de fuertes consecuencias, que difícilmente los medios, la propaganda y el marketing corporativo lograrán llenar, sobre todo cuando el sistema descubre la llegada de una fase depresiva. A amplios sectores sociales, que han debido cargar con la nueva expansión del capital, ya les cuesta creer en sus bondades , y entonces los testaferros del sistema se ponen rígidos. Es este otro espacio en donde comienza a hacer crisis la promesa democratizante de la globalización.
El punto (2) indica también la llegada de una época en donde el ahorro se ve principalmente bajo el prisma del aumento de la tasa de ganancias de las corporaciones, que pasado el período de las "privatizaciones" y llegado un tiempo de depresión de mercados, lanza urbi et orbi las nuevas consignas para la recuperación, proclamando la llegada de una nueva fase en la extorsión del trabajo, mediante rígidas reformas laborales y extensos programas de "flexibilización" y de ampliación del desempleo. Aquí hacen crisis y se hunden las promesas de bienestar, de abundancia y de homogenización de la globalización.
3. LA RECUPERACIÓN DE EUROPA Y DE JAPÓN
La Recuperación de Europa y de Japón , trajo aparejada un crecimiento del capital a nivel mundial. Pero esta recuperación bajo la égida de la concentración capitalista, dio lugar al fortalecimiento de sus propias CTNs en diversos niveles de colaboración /competencia con las de los EEUU, durante la guerra fría, y en una competencia más abierta en tiempos recientes.
Esta recuperación tuvo como consecuencia, el establecimiento de limitaciones en el proyecto hegemónico de los EEUU y de su economía, que empiezó a experimentar una fuerte declinación frente a estas presencias de antiguos derrotados. Sin embargo, esta recuperación ha encontrado también otras fronteras, a) en su incapacidad (más en Japón que en Europa) para remontar el ciclo depresivo posterior a los 1990s. b) la carga permanente que le ha venido a significar el hundimiento de la economía en la Europa Oriental, Rusia incluída, y el avance de la propia depresión norteamericana. d) La incapacidad de todos los gobiernos europeos para reducir los niveles de desempleo.
De Japón hoy puede decirse que allí fracasan las propuestas neoliberales de reanimación tras las crisis más recientes, entre las que destaca el fiasco de imaginar soluciones monetarias, o a nivel de tasas de interés, para una crisis que es estructural, así como también, la incapacidad de los organismos supranacionales como el FMI y el Banco Mundial para concurrir al reflotamiento de este Gotzilla. Pero el problema está situado más allá: en la quiebra de las economías satélites del Sud Este Asiático, a donde en sus dificultades solía fluir el capital japonés, y en la tenebrosa situación financiera que une como siameses, sobre todo en casos como la presente crisis, a Japón con los EEUU.
Se sabe que estas economías centrales han buscado a través de la OMC y de la negociación del AMI, y de las reuniones de Davos y otras, alguna solución para sus problemas. Pero hasta el momento no la han encontrado. En algún momento hasta han tenido la tentación de abandonar algunos de los lastres, como cuando han formulado los proyectos más bien retóricos de "la tercera vía" y de la "globalización con rostro humano", seguidas , de rebote, por proclamas, como recientemente en Québec, en el sentido de un endurecimiento neoliberal, que arrasa con las soberanías latinoamericanas y los "prejuicios laborales y ambientalistas".
Actualmente el tema de "la recuperación", tanto en Europa como en Japón y los EEUU, y con diversas urgencias, ha tomado la forma de "la recuperación de la crisis", lo que involucra buscarle alguna salida a la situación del sistema corporativo transnacional.
El tema de "la recuperación" ya no entrega fuerzas nuevas a la Globalización, más bien, problemas. "More troubles".
4. DESARROLLO DE LAS ECONOMÍAS BURBUJA...
El desarrollo de las "economías burbuja", que sobre una inmensa expansión del capital especulativo, una suma de "nueva economía" , de deudas y de hipotecas, había mantenido el nervio de la inversión , se ha ido demostrando como el lugar poco firme para sostener construcciones que miraran hacia la eternidad. El sucesivo estallido de las burbujas ha caracterizado el desarrollo de la crisis contractiva actual de la economía mundial. Su escenario natural han sido las bolsas de valores en donde en los años recientes las bajas han ido señalando los avances de la descapitalización . En el año reciente, por ejemplo, las bolsas de valores de América Latina, se han contraído en un 30%. Y la situación de los valores de la "nueva economía" ha concentrado la atención en las bolsas de Asia, Europa y los propios EEUU.
La solución de manual que ha utilizado Greenspan y todos los otros dómines en este asunto, ha sido el de las alzas, y luego, la rebaja escalonada de tasas de interés a fin de originar cierta paz en los mercados y lo que se llama, "un aterrizaje suave" que presagie un rápido "despegue".
Un despegue que, por supuesto, supone una gran confianza en el lema "la Globalización ha venido para quedarse"—o lo que Bourdieu llama "la economía de la explotación infinita".
En esto de las tasas a la baja, Japón va a la cabeza, con cero y tanto—situación que hace muy difícil pensar en la continuidad del negocio bancario, a menos que se tenga en la trastienda algún rápido recurso más o menos brutal de recapitalización y salvataje, como ya ocurrió hasta la extenuación en el propio país del Sol naciente o como fue el caso del Fobaproa en México, que de la noche a la mañana endeudó a todo el pueblo mexicano para muchos años por delante en un programa más o menos oculto de "recuperación bancaria".
Hay que cavilar sobre las características propias de las "burbujas" en América Latina, en donde gran parte del negocio tiene pies de barro, ilegalidades y fraudes y profundos endeudamientos. Aquí el sector bancario ha sido enajenado a corporaciones extranjeras, y en ese singular sistema el ahorro popular es ya un servicio gratuito del ahorrante a la banca, sin contrapartida. Los más jugosos "ingresos" responden en una alta proporción a expropiaciones privatizadoras de recursos sociales y a grandes esquemas especulativos. De todos modos, con el esfuerzo por "adelgazar al estado" muchos países van encontrando también una pérdida del soporte "providencial" a sus burbujas, como está pasando en Argentina, en donde, para empeorar las cosas, se viene a ser cargo un Cavallo, armado de fórmulas de la época en donde la economía mundial no estaba sometida al estrés de estos tiempos.
Se ha definido con cierta claridad el carácter de las economías burbuja en los casos de Japón y del Sud Este Asiático o de Rusia y Turquía—un poco porque las propias crisis han desmantelado los biombos que cubrían la operación. El problema es que muchos analistas se han estado preguntando si el propio sistema norteamericano no oculta una situación de "burbuja".
5. ASCENSO NORTEAMERICANO...
Al llegar a su final la guerra fría, en los tiempos de Reagan y de Bush padre, EEUU se aventó hacia una situación de única potencia mundial a la que quiso darle un equivalente en el plano económico.- Sobrevive como potencia militar, con una capacidad para destruir muchas URSS, pero con una capacidad restringida frente al conflicto menudo que origina el crecimiento de la pobreza a nivel de masas. En cuanto a su economía, está claro que perdió la carrera y su ritmo de crecimiento. Actualmente se arrastra con sus diferentes napas cayendo en la recesión.
Todo hacía suponer en los comienzos de los 1990s, que la economía norteamericana mantendría fuertes niveles de crecimiento. Para servirla estaba el hecho de que en el nuevo acomodo mundial, las más grandes transnacionales tenían su base en los EEUU:
Y fue asi en los primeros años de la última década se veía al mundo pagando el servicio al sostenimiento del derroche americano, y también el volumen creciente de operaciones y "ventures" transnacionales que se embarcaron en grandes proyectos aprovechando el desbalance de las economías marcadas por una mayor intervención estatal.
Los 80s- 90s fue la época de oro de las privatizaciones a nivel mundial. También les interesó dar golpes para controlar en su favor la energía del planeta, hacia donde se dirigieron proyectos/guerra en Africa, en el Golfo, en Afganistán, en los Balcanes. América Latina ha ido siendo absorbida a través de una serie de "Tratados de Libre Comercio" ampliamente favorables para la extorsión transnacional norteamericana. Al punto que ya diversos países "emergentes" suelen poner como puntos favorables en los índices de sus PIBs el crecimiento de los negocios corporativos. Fue la edad de Oro.
Puede considerarse como parte de esa Edad de Oro, la liquidación de la autonomía alimenticia de vastas zonas del planeta que quedaron bajo el dictat de la condena a muerte por hambre, a medida que las grandes empresas conductoras del negocio alimenticio se venían a hacer cargo, destruyendo incluso las formas internas de mercadeo características del Tercer mundo, a favor de las cadenas de supermercados y proveedoras de alimentos. El golpe final ha sido la concentración y la apropiación privada del saber en torno a los germoplasmas.
Durante la Edad de Oro, es indudable que se viene a dar el completo sometimiento del movimiento científico a los intereses del capital, situación que en los EEUU se ve favorecida por la organización universitaria lograda durante la segunda guerra y la guerra fría. Esto hizo pensar que los monopolios del conocimiento en materia biotecnológica y de informática serían el sustento previsible de la continuidad en el crecimiento globalizante y hasta la vacuna frente a la llegada de una crisis, si es que no, la base para el despegue futuro.
Al contrario, esta área vino a mostrarse como uno más de los puntos débiles, y una de las primeras en ser arrastradas al derrumbe.
El fin de la guerra fría, sólo trajo consigo la evidencia de que el mundo regresaba a situaciones de fines del siglo XIX en materia de competencia interempresarial, y hasta de competencias interimperialistas. Una competencia en donde se fue desgastando el capital social en rápidas obsolescencias y en el agotamiento consumerista. La característica de la crisis, y la búsqueda desbocada de ventajas, logró por un momento trasladar esta competencia al nivel social, haciendo cargar con su costo a las clases trabajadoras, que son las que vienen a sostener "los estados de competencia", "de calidad total", de salarios flexibilizados. De este modo los trabajadores, según el pensamiento único, "se ingresan exitosamente a la globalización".
Este motor de la expansión , como se figuró EEUU, no tuvo sin embargo, una alta capacidad competitiva, y debió entrar a compartir mercados y esferas de influencia con sus socios de la Trilateral—al mismo tiempo, algunos de sus propios espacios corporativos internos se beneficiaban de la oinversión japonesa o europea. En apariencia, hasta hace poco, podía manejar grandes ofertas en materia agrícola, pero su agricultura había sido abollada por el agrobusiness. Daba abrigo a grandes empresas informáticas con características de monopolios mundiales, pero los negocios computacionales comenzaban a migrar, con la nueva estructura del mercado y de los pujos financieros, situándose en el Asia del Este y hasta en China. En el negocio bancario, con las grandes fusiones en Asia y en Europa se asomaban serios competidores.
Quedaba el negocio armamentista.
Y entonces, asomó la crisis mundial y todo lo que propulsaba a la economía norteamericana empezó a verse de otra manera. Por un instante, la fortaleza americana recibió el "blindaje" de miles de millones de dólares que llegaron buscando refugio del derrumbe en Asia y otros lugares. Fue un momento de esperanza que duró poco, y en este último año se viene registrando un inexorable descenso. Esos capitales van ahora en busca de otros santuarios, China, por ejemplo. Y es parte de la querida "nueva Economía" la que inicia un apresurado paseo hacia el Oriente: Motorola, Internet, Yahoo,etc., siguiendo el ejemplo de Lucent Tech. Pero de atrás hay hasta empresas de más arraigada prosapia americana como Du Pont.
http://dawning.iist.unu.edu/china/bjreview/98May/98-18-25.html
(vease también: http://www.lucent.com/press/0597/970506.blc.htm
Al fin y al cabo, el Mercado de Shangai ha mostrado una gran estabilidad en estos tiempos confusos.
Los pilares centrales de la economía están erosionados: el comercio, la tecnología, la innovación, y lo que es peor, el sistema financiero que tan elaboradamente había llegado a construir, pero sobre todo el estadounidense está perdiendo confianza, junto con sus ahorros y sus empleos. Para agravar las cosas, el 25% del pueblo norteamericano logró poner en el poder a un granado grupo conservador que con su limitada visión capitanea su propia crisis, que puede ser su naufragio, si es que no el naufragio del mundo.
6. VENTAJAS DE LOS CENTROS Y EL DESPOJO DE LA PERIFERIA
Las ventajas en el despojo de las periferias y antiguos círculos coloniales, también ofrecieron bases para sostener que estaba asegurada la expansión del capital al menos por un largo trecho. Toda clase de relaciones asimétricas aseguraban sus ventajas, toda clase de reconquistas. Africa fue de nuevo sometida al colonialismo explotador de grandes empresas americanas, europeas y canadienses. Arabia ,Asia Central, y América Latina entregaban sin reparos, y casi con alborozo sus recursos naturales y su energía. La fuerza de trabajo de la periferia del Pacífico, de India, del Sudeste Asiático y de Africa comenzaba a mutarse, organizada esta vez por las transnacionales maquileras. El nuevo sistema de ensamblajes definía la nueva "industrialización de vanguardia", que no dejaba más rastros en los países y regiones que explotaba, que salarios míseros y la caradura de los capataces criollos. Las corporaciones financiaban en las "nuevas democracias" a los candidatos de todos los pelajes que llamaban a estimular "la entrada del capital internacional que trae trabajo". A cambio, por supuesto, de pequeños y grandes sacrificios "que nos abren las puertas del futuro", "nuestra participación en la globalización", como aceptar reglas para una mayor productividad y las condiciones para salarios "verdaderamente competitivos". La economía política oficial divagó también sobre "las ventajas competitivas", sin mencionar que la mayor era siempre el salario rebajado y la ecología desvastada. Todo daba a imaginar el progreso de la globalización.
Sin embargo, a parejas con esta situación , se pudo apreciar que en el duro reparto de la "nueva Africa" vendrían a sobresalir vastos esquemas genocidas, y que en el redescubierto programa financiero, América Latina debía abandonar sus previos proyectos de desarrollo a favor del recto y puntual pago de la deuda. (Cuando en medio de la reciente crisis Argentina, el presidente De la Rúa visita Chile para participar en una ceremonia oficial, los huéspedes chilenos no escatiman la ocasión para desearle que cumpla con sus compromisos con la deuda externa!!!!). El manejo de "las ventajas comparativas" y "el servicio de la deuda" indujo la cerrada entrega de todos los recursos naturales a diversos esquemas privatizados y transnacionalizantes. Y hay un trasiego de minas y de selvas. Cuando ya no hubo más que entregar se acordaron de los servicios públicos y de las alcantarillas. Cuando llegó la crisis, y no hubo postores para alguna privatización, en el mejor espíritu de un neoliberalismo consecuente, pues "se concesionó", y esto se aplaudió como un triunfo de la "economía social".
Obviamente que hay muchos puntillos éticos en estos asuntos, pero vale la pena ver de qué modo esta fuente de "crecimiento" ha comenzado a ser un problema, un límite en la globalización.
las privatizaciones, que llegaron a un climax, no están dando ventajas, que sea mínimas a estas regiones. Funcionaron cuando estaban asegurando grandes remesas de capital hacia los centros corporativos (y algunas mafias gobernantes locales), pero como todo el sistema, estas empresas se encuentran con problemas de rentabilidad en una época de crisis, tanto más cuando se sitúan en estados exhaustos.
El intento, en estas condiciones, de extraer mayores tasas de ganancia de una fuerza de trabajo en el límite, sólo acelera el conflicto y la disolución del sistema u origina el surgimiento de opciones político sociales que acentúan las desventajas del proyecto globalizante.
Al buscar, en su desesperada carrera de ganancias, la mayor explotación del trabajo a través del aumento del ejército de reserva, y su rechazo a políticas de pleno empleo, da el sistema su contribución a una mayor contracción del mercado.
La explotación sin techo de los recursos de las zonas coloniales y periféricas, viene a dar un rudo golpe a sus reservas ecológicas y se pone así otro límite, ya no al capital sino a toda forma de economía.
La preferencia por los modelos de trabajo y de consumo propuesto por las empresas trasnacionales, origina una descomposición de otras formas sociales de producción y polariza al extremo riqueza y pobreza.
A la crisis financiera internacional, los países tercermunistas agregan la crisis de su deuda ,su crisis monetaria y su crisis social y política, lo que viene a ser una mezcla bastante explosiva.
Las reformas globalizantes no indujeron el flujo de tecnología y empleo en el sector privado que prometían. En India, antes de las reformas, entre 1983-4, el empleo en el sector privado era de 7.55 millones, después, entre 1999-1, fue sólo de 7.67 millones. ( Véase artículo de Acharya Krtashivananda: http://mai.flora.org/library/india.html
7. EXPANSIÓN DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS..
La expansión de nuevas tecnologías, hasta donde se repetía, está en la base de nuevos ciclos de expansión económica. El avance del capital obtuvo ventajas de una serie de revoluciones tecnológicas: la introducción de los molinos de agua, de tecnologías náuticas, de la maquina a vapor, de la electricidad, de la química, de la siderúrgica, el motor a explosión, la energía nuclear, ahora venían a sumarse, también para dar confianza, "las revoluciones" en la informática y en la biotecnología. El futuro se veía venir en un encuentro de las tecnologías de avanzada. Por eso también, muchas veces se repetía la visión "pop" de la Globalización como "consecuencia" de estos avances tecnológicos.
Pero había un desface: parecía ser como que estas tecnologías si se avenían bien con la continuidad del sistema capitalista, sólo prohijaban monstruosidades. Utopías de control, de elitismo exacerbado y de aniquilación. Si se avenían mal, traían consigo vastas posibilidades sociales que no permitían la apropiación privada de estos recursos. En el Internet se advierte una fuerte tendencia a la gratuidad. Se da una resistencia masiva a entrar en lugares que exigen un precio y se ha advertido el rápido derrumbe de los punto com y de los portales de negocios. En la reciente discusión sobre los descubrimientos en torno al genoma humano, ha surgido con fuerza la corriente que se opone a su privatización.
Con todo, las nuevas tecnologías en si mismas fueron un inmenso negocio. De hecho, el 90% de las patentes tecnológicas son propiedad de multinacionales. Sin embargo, con la llegada de la crisis, los problemas vinieron desde otro lado, y en un solo año (2000), Nasdaq vio evaporarse la mitad de sus valores, una suma que se estima en 3.33 trillones de dólares. (Véasre artículo de W.T.Tabb:.
New Economy…Same irrational Economy http://www.monthlyreview.org/0401tabb.htm
El negocio había estado atrayendo fuertes capitales de "la vieja economía"—de la que vive la gente,- a estos nuevos espacios repletos de promesas y faltos de mercado, capitales que se catapultaron masivamente en busca de rápidas ganancias en los años anteriores a la crisis del 97, propulsados por la intensa puja especulativa de ese tiempo. Después todo fue evaporación de papeles y cierre de proyectos…y de fábricas. Hoy día, en medio de intensas rebajas en las expectativas de colocación de los nuevos juguetes, suena casi trágica la campaña llamando a los países del tercer mundo "a cerrar la brecha digital" mediante la compra masiva, por parte de los empobrecidos gobiernos de turno, de las máquinas de la "modernización"., una forma postrera de mercadeo.
La "Nueva economía" no está dando aliento a la globalización desfalleciente. Ella misma se constituye en un límite.
8. EXPLOTACIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES...
La explotación irrestricta y acelerada de los recursos naturales se ha constituido en la obsesión de un sistema hambriento de conversiones monetarias. Nunca antes la naturaleza encontró un enemigo más brutal que el engendro globalizante de esta última etapa capitalista.
En la práctica, una acerada combinación de proyectos, reuniones, acciones y reglamentaciones aperturistas de las fronteras ecológicas muy débiles ha ido construyendo la actual situación de contaminación, destrucción ambiental y calentamiento global.
Las campañas de privatización abandonaron la naturaleza al criterio contable, a la administración de negocios, a la farándula de la ignorancia y del apetito, que en algunos instantes logró opacar la propia percepción de muchos ecologistas, que culparon al "hombre" del desastre, y no al sistema corporativo en expansión.
Las empresas en las décadas anteriores no dejaron de percibir el riesgo que les representaba una visión ajustada de la destrucción ambiental. Así como las compañías tabacaleras pagaban a científicos para exaltar los beneficios del tabaco, también el sistema globalizante negó su participación en el calentamiento terrestre, y hasta llegó a negar que éste estuviera ocurriendo. Después se sumaron las evidencias, pero continúa habiendo una férrea disposición para seguir sosteniendo proyectos destructivos. Un ejemplo es lo que pasó con el protocolo de Kyoto, donde ha faltado el apoyo de los EEUU. O la conducta de gobiernos hambrientos del sostén corporativo que no suscriben limitaciones a la contaminación ambiental, ya que eso limita "sus ventajas comparativas". O la reciente buena disposición del gobierno de Cardoso para terminar con la selva brasileña.
Es evidente que la plena apertura de mares y bosques a su conversión en capitales, sigue generando grandes ganancias, y da por tanto su contribución suicida al avance de la Globalización. Pero ya no es esta una carretera libre de obstáculos: hay ya un límite bien visible a la vieja idea de una naturaleza inagotable. Crece además la alarma frente a los resultados. Y más que alarma crece la conciencia, como se ha demostrado en Seattle y de ahi en adelante en cuanta reunión realizan los depredadores.
Pero más grave, y acelerador de tomas de conciencia, son los resultados objetivos de a dónde se está llegando. Ya hasta la revista Time debe reconocer que el mundo puede enfrentarse, por estos caminos, a una catástrofe.
(véase: Life In the greenhouse (Time) http://www.time.com/time/magazine/article/0,9171,104617,00.html
Pero estas advertencias no tienen rumbos sin un cambio drástico en la gestión de los recursos. Desde el ángulo Globalización/ Ecología , solamente siquiera desde ese ángulo, se reclama una gran revolución social. Mientras eso ocurre, la destrucción ambiental podrá continuar siendo una de las bases "sanas" de la Globalización.
9. REFORMAS DE LOS CORREDORES ALIMENTICIOS
La reforma en los corredores alimenticios, que concentró la producción de alimentos en manos de las transnacionales, se demostró también un gran negocio que dio su contribución a la Globalización.
Ese proceso comenzó con "la revolución verde" que trajo aparejada la elevación de los grandes consorcios tecno-agrícolas y de distribución alimentaria. Su elevanción va a la par con una profunda oleada contaminante que conjuntó la extensión en el uso de químicos, la creación de híbridos, la expropiación del germoplasma , la extensión de los monocultivos. El proceso siguió con la fundación del" nuevo ruralismo" que ha tenido como ejes la destrucción de las reformas agrarias, de la pequeña propiedad campesina, y la refundación del latifundio sino la creación del megalatifundio en manos corporativas.
La gran reserva alimenticia del mundo fue transferida a los EEUU, que manejó esa ventaja tanto económicamente como en la conducción de sus esquemas estratégicos de dominio mundial.
El riesgo de estos avances para la alimentación del planeta reside en su fuerte tendencia destructora de las agriculturas tradicionales que han continuado dando un apoyo sustancial al sostenimiento de la población mundial. Apuntando hacia esa destrucción está la campaña privatizadora y concentradora de tierras y bosques, el desplazamiento de los pequeños productores pesqueros y marisqueros por las flotas de arrastre y la instalación da fábricas que procesan indiscriminadamente los productos del mar, la penetración de líneas de distribución alimenticia encabezada por supermercados que privilegian las exportaciones centrales, la nueva situación propietaria que expulsa a los campesinos de sus tierras, el control de su producción mediante la imposición de tasas, obligaciones semilleras y en materia de fertilizantes y pesticidas, etc. El impulso de una línea de "desarrollo" que privilegia la urbanización y el control corporativo de la alimentación en las zonas urbanas, ampliamente controlado por el marketing y su manera de proponer y apreciar necesidades.
La nueva dirección de las líneas de alimentación, privilegian pues la alimentación de la corporación, pero en el tirado de esas líneas se ha ido también reforzando una serie de otros procesos entre los que destaca por su peligrosidad, la sustitución de la selección natural, por una selección escogida a partir de intereses empresariales, que en este caso se llama, "criterio de productividad". Y allí se ingresa una de las tendencias centrales de la biotecnología del agrobusiness con sus manejos en la genética de plantas y animales.
Se pueden apreciar las vastas contradicciones sociales sobre las que se ha ido construyendo este modelo alimenticio:
1) Al priviligiar la concentración del poder (propietario, inversionista, financista) impuso al sistema financiero frente al productor y al consumidor. El agro-business es controlado por la banca. Entonces, los criterios que vienen a ser válidos en la alimentación de la población del planeta, al final, son sólo criterios monetarios. La consecuencia ha sido la aceptación impávida del hambre en vastas zonas. Incluída la aceptación de su extinción. Un negocio alimentario es bueno si produce ganancias, aunque extinga a poblaciones y especies completas. Y sobre todo si es bueno para los centros corporativos. Es ya regla general "la pérdida de la soberanía alimenticia" en países otrora sustentables, como México, que en la competencia pierde hoy su azúcar, su café, su arroz y su maíz.
2) Esta búsqueda de concentración del poder económico ha derivado inevitablemente, por primera vez en la historia, en una guerra total en contra del campesino, que venía siendo el sostenedor de la civilización humana desde la Revolución Neolítica. La producción campesina y sus alternativas alimenticias se ven como contrarias al interés corporativo. La pequeña y mediana propiedad, como entidades anti-económicas.
3) la percepción anti-económica se adjudica también a un incontable número de plantas , de animales, insectos, hongos y bacterias, la búsqueda de cuya extinción origina otra guerra paralela.
4) El establecimiento del monocultivo y la extensión de tierras planeadas para la ganadería corporativa y el bosque artificial dan su contribución maciza a la destrucción del nicho ecológico y al calentamiento global.
5) Se origina otro conflicto, también irreconciliable, entre los intereses de las grandes corporaciones distribuidoras, de fuerza avasalladora, y los intereses menudos de los pequeños comerciantes y feriantes. Este conflicto se traslada a políticas fiscales y de estado, y conduce a una cierta remodelación del orden social en donde comienza a calibrarse una eliminación de las clases medias. El aparecimiento masivo del desempleado y del hambriento plantea otra dimensión del problema alimenticio, pero esta vez como "el alimento que existe pero que no llega a quienes más lo necesitan." En el planeta ya hay más de 1000 millones de gentes que padecen hambre. Otro éxito de la globalización.
Estos conflictos no existirían si todo fuera implantar un modelo de alimentación, y esto fuera seguido por su aceptación irrestricta e inmediata. No cabe duda que los gobiernos del planeta, aliados a la campaña globalizantes y sometidos al FMI, han hecho todo lo posible para realizar esa implantación ajustada. Sin embargo, un extenso sistema de resistencias sociales ha comenzado a surgir: rebeliones indígenas, un activismo campesino y agrarista que ya era impensable para las corporaciones. Pero además se ha dado, las astutas resistencia de la naturaleza. De estas últimas se señalan: la llegada del punto de agotamiento, la desertificación, el impulso de nuevas plagas vinculadas a las nuevas formas de explotación de la tierra (hanta, fiebre aftosa ) o a los resultados del calentamiento (dengue, paludismo, TBC). O todo lo vinculado, en relación directa con la salud humana, a raíz del montaje de estos nuevos rumbos alimenticios y la alimentación chatarra que los acompaña: obesidad, enfermedades cardiovasculares, depresión, alcoholismo,etc.
¿Puede ser así, el control alimentario de tipo corporativo, el fundamento firme para una expansión globalizante indefinida? Claramente tiene un límite y ese límite lo hemos alcanzado.
10. MERCANTILIZACIÓN DEL CONSUMO DE MASAS.
La plena mercantilización del consumo de masas, es la contrapartida de la "plena mercantilización de las masas". Y desde este par de proposiciones invertidas, se puede apreciar su falacia. Coincidiendo con el llamado a la apertura de los mercados, se viene a dar una fuerte contracción en la oferta de trabajo: no serán todos pues y ni siquiera muchos los que participen ofreciendo su fuerza de trabajo en el mercado, ni constituyendo demanda efectiva en el mercado de bienes. Son más los que quedan al margen del mercado, los que nunca tendrán trabajo. El consumo de esta gente se torna exiguo. Compárese el consumo (de cualquier cosa: desde coches y casas a proteinas y grasas) en los países centrales, donde habita una minoría de la población mundial, y los países periféricos, semicoloniales.
La gente que vive con un dólar al dia ha aumentado desde 1983 en adelante. Entonces eran 1.3 mil millones, ahora son 1.5 mil millones y serán 2 mil millones en el 2010. (véase Facing the Challenges of Globalisation http://www.thealliancefordemocracy.org/campaigns/2000/Globalization/challenges.htm
Y miremos el panorama en cualquiera de estos países inmersos en el paraíso del capitalismo globalizante: en México sobre el 60% de la población está bajo los niveles de pobreza, y de ahí un 20% en la extrema pobreza. De la población, un 20% consume satisfactoriamente. Las políticas claramente se hacen para un 10%.
Con lo que se puede decir que el 10% de la población mexicana vive con satisfacción la economía de mercado y hace uso de todas las facultades que esa economía ofrece. ( La maravilla es que hasta ahora ningún político se aventura a proponer un proyecto válido para 100 millones de mexicanos!!!) En otros milagros de la globalización en América Latina, como Argentina, Chile, Perú y Brasil, la mayor parte de la gente tiene alguna carencia alimenticia, si es que no hambre en directo. Y ahora lo más interesante: ese diez por ciento, representativo de muchos lugares, a que aludíamos màs arriba, probablemente està integrado en su mayor parte por gente que no trabaja. Para ellos sería de mal gusto, rebajar su condición social.
Los campeones de la globalización continúan sin embargo su lucha para que el mercado de trabajo les quede plenamente "abierto", sobre todo en esta época de crisis, cuando las corporaciones están tan inhibidas para pagar un salario decente.
La mercantilización del consumo, o más bien la concentración económica en el mercado de consumo, se ha hecho cargo, sin embargo de diversas franjas de la población. El marketing ha creado hasta consumidores compulsivos de productos innecesarios o hasta dañinos. La no necesidad ofrece a las clases altas el ultimo alarde de la tecnología, y a las bajas el consuelo de la comida chatarra y a las medias, los consuelos virtuales, el jeans y el casual, el último CD, las diversas homologaciones con el sueño del superdesarrollo a bajo precio.
La mercantilización corporativa del consumo se ha adaptado a las desigualdades del mercado de trabajo y de sus resultados monetarios, y a partir de esa adaptación ha construido imperios: cadenas de supermercados donde cada producto es un reino aparte de marketing y ofertas, que a veces se confedera con otros en gigantescos conglomerados textileros, jaboneros, aceiteros, higiénicos y carniceros. De donde también asoman vastos tentáculos publicitarios y financieros.
Para este sistema, son paraísos los momentos de expansión económica, que garantizan amplios movimientos consumeristas, o también la apertura de nuevas fronteras, cuando sus conglomerados pueden traspasar proteccionismos derribados y explotar nuevas franjas de población con sus novedades, como cuando K-mart entró a México o MacDonald se estableció en Shangai o en Moscú.
En esos tiempos la mercantilización del consumo crea también un lugar para otras expansiones fuertemente ligadas a las cadenas de distribución: las industrias maquileras, que se constituyen en la base de la oferta masiva de productos de consumo popular y que han arrasado con otros modelos de crecimiento en los países menos desarrollados. Desde las maquilas, la industria del consumo, conforma también a una masa sustantiva de obreros-consumidores que les ofrecen posibilidades para la plusvalía relativa que resulta de la compra de los propios productos que ellos producen. El trabajador maquilero, por una retribución minúscula ofrece una gran cantidad de producción –y altas tasas de ganancia-- que da su contribución al fortalecimiento del capital corporativo.
Sin embargo, con la llegada de la crisis y la congelación de las economías centrales, por esencia consumidoras, se han vuelto débiles estas bases. " Hay una propensión a no consumir", dicen los analistas de las bolsas," que está deprimiendo al mercado". Una noticia que toman en cuenta quienes almacenan inventarios, y que deben forzosamente disminuirlos. Sigue a eso el cierre inevitable de maquilas.
En la contracción del consumo, esta línea de alimentación de la Globalización viene a encontrar su crisis.
11. LA CONCENTRACIÓN DEL CAPITAL...
La acelerada concentración del capital, fue durante un período el síntoma de un fuerte proceso de competencia, en donde importaba contar con capacidad para grandes inversiones y también sostener la capacidad crediticia de las compañías.
Pero después, la concentración fue el síntoma de las dificultades en otro ambiente, el de la crisis, en donde las fusiones deban un respiro frente a competencias que podían resultar recíprocamente destructivas. Ambos procesos contribuyeron a generar el pesado gigantismo que se ha posesionado de la economía global, que en su conjunto, facilita su desmoronamiento. Ya no es lo mismo la quiebra de uno o dos bancos de moderado tamaño, que la quiebra de un conglomerado gigante. Eso se ha venido demostrando muy claramente en los casos de Japón y de los EEUU. En estos días en donde todo se ha vuelto tan delicado en la Bolsa de Nueva York, los quebrantos de gigantes como Microsoft, Intel y Cisco han bastado para sacudir todo el orden de cosas.
Por otra parte, no debe olvidarse que esta tendencia propia del capital a ir hacia mayores concentraciones, una tendencia que viene desde sus orígenes, y que no ha sido abolida por la Globalización, sino exacerbada al extremo, se ha constituido en este extremismo su base. Son grandes conglomerados los que conforman el aparato transnacional dominante. De ahí que lo que esté ocurriendo en el proceso de concentración viene a definir el destino del sistema.
Aquí el tema deriva hacia el análisis de las tasas de ganancia, que es el espacio en donde se da la lucha por la supervivencia de estos monstruos económicos.
Y la crisis actual no es otra cosa que una fuerte incapacidad, de niveles mundiales, pero con mayor dificultad en algunos centros –todavía este es un desarrollo desigual y combinado—para alcanzar tasas de supervivencia. Es notable, a este respecto, cómo esas tasas de ganancia mínimas (mínimas desde el punto de vista de los inversionistas) han venido siendo aseguradas mediante el recurso a métodos artificiales (no naturales al esquema económico de manos invisibles del mercado) y externos (más bien políticos). Metodologías hacia donde también ha llegado la crisis.
Para sostener los mercados, y sostener la concentración, han debido intervenir los estados mediante políticas proteccionistas vedadas por el dogma. En Japón el sistema capitalista y sus conglomerados habría dejado de existir en los 90s de no ser por el cuantioso endeudamiento fiscal a favor de las empresas quebradas;
En Chile, el capitalismo pudo desaparecer en tiempos de Pinochet, sin pena ni gloria, a no ser por el concurso del estado (y naturalmente, de los sacrificios de la población), y seguramente los sacrificios del pueblo y las políticas de la Concertación, lo seguirán salvando. En México, el país debió contraer deudas incalculables hacia fuera y hacia adentro, para salvar a la banca, y la sigue salvando actualmente mediante una apresurada "reforma fiscal". En Argentina, ha asomado de nuevo Cavallo y ha dicho "aquí vengo a salvarlos", con nuevas represiones sobre los salarios. Después del comienzo de la crisis en 1994 y 1997, tenemos un inusitado activismo del FMI, ofreciendo préstamos para sostener los negocios en América, en Asia, en Rusia, etc.
EEUU se ha defendido, a la par que otros países, consumiendo las capacidades de la Banca central, la Reserva Federal, en este caso. Y es así como se ha generado la creencia de que cuando llega este aplastamiento en las tasas de ganancia, estos momentos de inventarios que no se colocan y de desempleo creciente, todo se puede solucionar bajando las tasas de interés. Pero lo que se evapora, como los 3.33 trillones de la Nasdaq, no regresa. Son oportunidades del capital destruídas. Fuerza productiva que se deshace.
La concentración ha hecho mucho daño a las economías periféricas , a los países como tales, a su orden social y político, a sus perspectivas de desarrollo.
La concentración corporativa es concentración de la riqueza en todas partes, con mayor razón en los países periféricos. Y aquí ha originado un abismo entre los pocos ricos y los muchos pobres. Todavía más, la concentración aquí, tiene la tendencia a ser concentración trasnacional, construída para acarrear valor hacia fuera, con lo que se viene a configurar una nueva situación colonial. Las consecuencias en el orden político no se dejan esperar: se instala un nuevo estado colonial sui géneris, administrado por agentes del sistema transnacional, plenamente influidos por los focos concentrados del capital operantes en el país.
En estos momentos, por ejemplo, los grupos que extorsionan al Perú, tienen sus cartas puestas en el funcionario transnacional Alejandro Toledo, que les ofrece las mismas garantías que Fujimori.
En el terreno social y político, las nuevas tendencias hacia la concentración, han creado en las periferias una atmósfera enrarecida, producto de desarraigos, expansiones marginales, y de despolitización, que han afectado incluso a los movimientos que les son proclives. Aunque por algún momento también sorprendió y desarticuló a las izquierdas. Esto hace que la evolución de la situación sea en el mundo periférico extremadamente insegura e imprevisible. Sobre todo, en momentos que estarán dinamizados por esta profunda crisis del sistema.
La capacidad para acceder a más altas tasas de ganancia se encuentra muy reducida, reducida casi a la batalla por el recorte salarial, el aumento de la jornada de trabajo, y el despido. Situaciones que política y socialmente no se avienen con el progreso democrático e ilusiones en torno al empleo, sino más bien con involuciones colonialistas, militaristas y autoritarias. Hay que advertir en este terreno, que el programa más ambicioso de los EEUU con respecto a América Latina, es el Plan Colombia, y que en la negociación en curso para un Tratado de Libre Comercio con Chile, se intenta establecer una cláusula intervensionista "democrática"...
La fuerza del sistema concentrado es muy grande, y ha distorsionado completamente los procesos de democratización en el continente. Es un dicho común en América Latina que un holding pesa más que una Comisión parlamentaria o un partido político. Cuanto más cuando los holdings (una mezcla de grandes intereses locales y transnacionales) modulan su política en las cámaras patronales, de donde luego derivan a sus representantes en los Gabinetes y en las comisiones en donde se negocian países enteros. Pero esa fuerza se desvanece cuando el Dow Jones, allá lejos, se queja.
12. LA HEGEMONÍA TRANSNACIONAL
La hegemonía transnacional, vino a ser hace algunos años algo así como un golpe de estado global: de pronto desde el interior de la ronda del GATT, vino a surgir la voz bronca de un sistema corporativo transnacionalizado y extenso que pesaba más que los estados reunidos. De ahí en adelante, menudearon las presentaciones a telón abierto del poder corporativo que comenzaba a dictar las normas de uso planetario. El sistema se avenía bien, además con los desarrollos paralelos del "pensamiento único". Uno para el otro. Y la comparsa hegemoniza las relaciones económicas mundiales. Su movimiento en conjunto, entronizó a la Globalización y la dogmatizó como destino manifiesto y con las características que ellos le daban.
En la medida en que se extendiera la hegemonía del capital transnacional, la Globalización estaba asegurada. En todas sus dimensiones, también, debía expresar a ese núcleo capitalista y facilitar su desarrollo. Por eso, para los gentiles, globalizarse era inscribir a su región en la lista de preferencias de la inversión salvadora.
Es en función de esta hegemonía que Ricardo Lagos viaja a Syllicon Valley y Zedillo asume funciones de director de transnacionales tras dejar su cargo pasajero como Presidente de México.
Como aparato hegemónico seguramente el sistema corporativo transnacional ha aportado a las mezclas políticas locales una "nueva cultura"...que puede estarse manifestando tanto en la dislocación política mexicana como en el discurso "renovado" de la Concertación chilena o en las adaptaciones pseudo- post- fujimorianas de Toledo, pero también a través de las fuertes polarizaciones sociales, que entre transnacionalistas de elite y transnacionalistas de bases rara vez encuentran algún punto en común. Ni siquiera a nivel de la estética: la elite odia al graffiti. Quizás la cultura de la transnacional, instalada en la súbita postura de un usurpador, sea una cultura de lo transitorio. Eso se nota hasta en el súbito apoyo que recibió de partes importantes de la intelectualidad, seguido de un súbito abandono. En el mundo, los intelectuales marchan hacia la globalofobia. Al respecto, cabe recordar que Foucault percibió con claridad la llegada del "intelectual específico"—que se apartaba del orgánico—pero hoy vemos otra mutación a este respecto, hacia un intelectual crítico. Que no existiría de no estar surgiendo un movimiento de masas que se percibe como opuesto a las hegemonías del sistema corporativo.
La deseada (por ellos) e incumplida hegemonía corporativa tropieza con inusitados movimientos de "la sociedad civil", que se afirma cada vez más como un amplio frente único proletario, que va sumando reivindicaciones particulares en contra de la globalización corporativa, y tiende a transformarlas en un proyecto alternativo.
Ya se precisan, saliendo de la penumbra, no sólo llamadas a detener la contaminación, ya no sólo letreros esporádicos pidiendo el fin de las privatizaciones y concesiones, sino también movilizaciones exigiendo la des-privatización de los recursos, el regreso de la tierra a los campesinos, y la consagración de todos los derechos que el sistema de explotación quería ver bien abolidos: el derecho al trabajo, el derecho a la remuneración justa, el derecho a la huelga, el derecho a organizarse sindicalmente, el derecho a no ser discriminado por condición étnica o de género, el derecho de los pueblos a establecer formas autogestionarias de gobierno y en la administración de las empresas.
En cuanto a la Globalización, la gente empieza a pensar que no está del todo mal, una globalización de las demandas y de las promesas que se han hecho a si mismos los de abajo de todo el mundo. Y promesas con las que se nos vino la Globalización corporativa: como la del equilibrio de los mercados (de hecho ha prohijado un tremendo desequilibrio a favor del centro) y mayor equidad en materia de inversiones (que se vuelcan masivamente hacia los paises desarrollados y emergentes).
13. LOS APARATOS SUPRANACIONALES DE VIGILANCIA ...
La creación de amplios aparatos de vigilancia supranacionales (y no tanto) de los procesos económicos y financieros (y de los políticos), por un tiempo pareció dar con la garantía necesaria para sostener el empuje de la Globalización. Hoy ve sus limites.
Estos aparatos fueron adaptaciones de las organizaciones creadas con fines más inocentes en Bretón Woods. Principalmente el FMI y el Banco Mundial. Pero luego se agregó una plétora que obedecían a diversas dificultades en el desarrollo capitalista que precisaban de foros de solución para sus controversias. Por ejemplo, en la época más reciente han destacado la OMC, el Grupo de los 7 y el foro de Davos, para no mencionar a otros.
El factor de vigilancia ha tenido sin embargo dos niveles: uno financiero y otro político y militar. Este último casi siempre a cargo del hegemón norteamericano.
En el ámbito financiero últimamente han sobresalido el FMI y el Banco Mundial en sus afanes muy extensos de contenedores de la crisis, hasta que demostraron su ineficiencia. Ahora, el juego en ese campo está el sitiado lugar de Mr. Greenspan.
Para estos grupos, que en algún momento pusieron las bases para la entrada en vigor de la Globalización con la liberación de los mercados, que llegaron a todas partes con su recetario de remoción de subsidios a la agricultura, a los alimentos, a las medicinas, etc. Que prohijaron las privatizaciones y el libre comercio, el pago de las deudas, etc., ya su función práctica es la de operar como simples mecanismos anti-crisis, con un restringido recetario de austeridades, reformas fiscales y recortes salariales. La limitación de su operación es obvia. Después de un período en que estas instituciones trataban sólo con los Gobiernos proclives, ahora tienen que vérselas con una montante oposición de masas.
Mientras, al trasladarse la crisis hacia el interior de las mayores economías, tanto el FMI como el Banco Mundial, se desvanecen.
Pero el límite no es la extinción. Los aparatos de la Globalización pueden estar siendo atacados en sus resortes más sensibles, y esto sólo abre un período de peligrosas convulsiones cuya extensión y consecuencias no es posible imaginar, sino bajo la norma de enajenación que conduce al capitalismo.
Pero sopesando estos límites, quizás resulte aventurado decirlo, pero es probable, --una hipótesis a examinar--, que la supuesta "era de la Globalización" ya haya quedado atrás.
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