Editorial del número 500 de The Socialist (Periódico del Socialist Party Englaterra y Gales)
Comité por una Internacional de Trabajadores, CIT.
A comienzos de este año, los líderes capitalistas estaban jactándose del crecimiento record en la economía mundial, alrededor de 5% por año en los últimos cinco años. Pero el ánimo ha cambiado completamente. Los grandes financistas, los ‘amos del universo’ que creían que los derivados y otros instrumentos financieros exóticos podrían eliminar el riesgo y producir ganancias infinitas, han sido remecidos hasta su médula.
Más allá, la crisis financiera ha hecho añicos la confianza en el funcionamiento del capitalismo. Una vez más, el carácter caótico, la naturaleza de tobogán del sistema ha sido expuesta.
La crisis del crédito se ha desarrollado junto con varios otros factores que están impulsando la economía mundial en dirección de una recesión en gasto del consumidor, la principal fuerza impulsora del crecimiento en los EEUU.
Los precios de las viviendas también están comenzando a caer en Gran Bretaña y otros países europeos, con el Banco Central Europeo advirtiendo ahora de una recesión en Europa, con riesgos todavía peores en el horizonte.
Al mismo tiempo, la inflación está comenzando a aumentar, especialmente de combustible y alimentos, afectando el gasto del consumidor en otros bienes y servicios. El alza de los precios mundiales de alimentos refleja la demanda en aumento de las economías de rápido crecimiento como China e India. El giro creciente de cultivos de alimentos a biocombustibles también está impulsando los precios al alza. Los precios del hierro, acero, aluminio y otras materias primas, están aumentando. Esto ha provocado una orgía de especulación en los mercados de metales, con batallas brutales por la absorción de las corporaciones gigantes involucradas.
Precios del petróleo
Pero es especialmente el precio del petróleo el que ha tocado techo, casi a $100 el barril en las últimas semanas. Nuevamente, esto refleja la demanda incrementada de China, India y otras economías de rápido crecimiento.
Al mismo tiempo, se está haciendo más difícil encontrar nuevas reservas, y los suministros de petróleo han sido perturbados por huracanes y guerras. Las compañias petroleras gigantes han hecho ganancias record en años recientes, pero han preferido transferir dinero a sus accionistas antes que invertir en nuevos desarrollos, especialmente en el campo de producción de energía alternativa.
El precio del petróleo se fija en dólares, y la subida reciente de precio refleja parcialmente la caída del dólar. Pero incluso en términos ajustados a la inflación, el precio del petróleo casi ha llegado a su máximo de $107.1. Eso fue en abril de 1980 después de la revolución iraní, que redujo suministros a occidente.La economía de EEUU, que sigue dominando la economía mundial, ha estado desacelerándose, y la Reserva Federal advierte que lo peor está por venir. El endeudamiento inmenso del capitalismo de EEUU, con su persistente déficit de la balanza de pagos, ahora ha provocado una aguda caída en el valor del dólar. Desde su punto más alto en 2002, el dólar ha caído 41.2% contra el Euro y 32.8% contra la Libra Esterlina.En algún punto, probablemente no muy lejos, los países y grandes inversionistas que han estado inyectando dinero a los EEUU le darán la espalda al dólar. Por ejemplo, China posee sobre $1.000 billones de bonos del tesoro y otros activos en dólares, que ha adquirido con el objeto de apoyar la economía de EEUU, un mercado vital para las mercaderías chinas. Pero los líderes Chinos ya han advertido que se volverán hacia el Euro y otras monedas si el dólar es devaluado más.
La caída del dólar presiona hacia arriba el valor del Euro y de la Libra Esterlina. Esto hace las exportaciones de Gran Bretaña y la zona del Euro más caras en el mercado mundial, y esto también minará el crecimiento. Tarde o temprano, la caída relativamente gradual del dólar se transformará en una caída precipitada. Esto inevitablemente provocara turbulencias en los mercados financieros mundiales, y una convulsión mayor en el sistema monetario mundial.¿Puede China salvar al capitalismo global? China ha estado creciendo consistentemente a más del 10% por año, con inversiones masivas en nueva capacidad productiva e infraestructura.
Claramente, hay enormes oportunidades de desarrollo para la sociedad China. Pero la economía china no opera en aislamiento de la economía mundial. Depende decisivamente de los mercados de exportación para sus mercaderías en los EEUU y Europa.
No obstante, la inmensa demanda china por materias primas ha impulsado al alza los precios de las commodities, lo que ha comenzado a minar el crecimiento en los EEUU y Europa. Las oportunidades para la apertura de un mercado interno en China actualmente son limitadas por las manifiestas desigualdades y los magros estándares de vida de grandes sectores de trabajadores y pobres rurales.
Construcción de inestabilidad
Más aún, ciudades chinas claves, como Shanghai, están experimentando un auge de propiedades frenético, con la construcción de oficinas de prestigio y departamentos de lujo. Más recientemente, ha habido una creciente burbuja en el la bolsa de valores china, con compras frenéticas de acciones en compañías chinas. Esto es insostenible y llevará a una quiebra financiera.
Una recesión en las economías capitalistas avanzadas, junto con el desorden financiero en China, podría producir una recesión en China.
El capitalismo nunca ha sido capaz de garantizar el crecimiento continuo, menos aún la prosperidad para la mayoría de la sociedad. El sistema inevitablemente significa desigualdad, entre países ricos y pobres, y dentro tanto de los países ricos como de los pobres. Esto nunca ha sido más manifiesto que hoy día.
El capitalismo siempre ha sido marcado por auges seguidos de depresiones. Los altos y bajos de los años recientes han refutado la idea absurda que el ‘ciclo de negocios’ había sido abolida.
Las crisis y desordenes económicos irán acompañados inevitablemente de profundas crisis políticas, con renovados movimientos de la clase trabajadora y de los pobres rurales para protegerse de los estragos del capitalismo. Los sectores concientes, organizados de la clase trabajadora, sin embargo, verán la necesidad de ir más allá y cambiar la sociedad.
Solamente las ideas y programa del socialismo ofrecen una alternativa real al capitalismo: una economía planificada para reemplazar la anarquía y desigualdad del mercado; democracia de trabajadores para dirigir la sociedad en interés de la vasta mayoría; y una posición internacionalista para superar los limites y divisiones del estado nacional capitalista y organizar el desarrollo global en el interés de la humanidad.